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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
2 Reyes 2

El Señor decide llevarse a Elías

Cuando se acercaba el momento en que el SEÑOR iba a llevarse a Elías al cielo en un torbellino, Elías y Eliseo estaban a punto de salir de Guilgal.

Elías le dijo a Eliseo:

—Quédate aquí, pues el SEÑOR me dijo que fuera a Betel.

Pero Eliseo le dijo:

—Tan cierto como el SEÑOR existe y como vives tú, no me separaré de ti.

Así que fueron juntos a Betel.

Un grupo de profetas que estaba en Betel se encontró con Eliseo y le dijeron:

—¿Sabes que hoy el SEÑOR te quitará a tu maestro?

Eliseo dijo:

—Sí, lo sé. Cállense.

Elías le dijo a Eliseo:

—Quédate aquí, pues el SEÑOR me dijo que fuera a Jericó.

Sin embargo, Eliseo le dijo:

—Tan cierto como el SEÑOR existe y como vives tú, no me separaré de ti.

Así que los dos se fueron a Jericó.

El grupo de profetas que estaba en Jericó se acercó a ver a Eliseo y le dijeron:

—¿Sabes tú que hoy el SEÑOR te quitará tu maestro?

Eliseo les contestó:

—Sí ya lo sé, pero no digan nada.

Elías le dijo a Eliseo:

—Por favor, quédate aquí, pues el SEÑOR me dijo que fuera al río Jordán.

Eliseo contestó:

—Tan cierto como el SEÑOR existe y como vives tú, no me separaré de ti.

Así que los dos fueron al río Jordán.

Unos 50 hombres del grupo de profetas los estaban siguiendo. Elías y Eliseo se pararon a la orilla del río Jordán. Los 50 hombres se quedaron a cierta distancia de Elías y Eliseo. Elías se quitó el manto, lo dobló y con él golpeó el agua. Entonces el agua del río se dividió en dos partes y tanto Elías como Eliseo cruzaron el río caminando sobre tierra seca.

Mientras cruzaban el río, Elías le dijo a Eliseo:

—Pide lo que quieres que haga por ti antes de que sea separado de ti.

Eliseo declaró:

—Ah, si pudiera recibir una doble porción de tu espíritu.[a]

10 Elías le dijo:

—Has pedido algo difícil, pero si logras verme cuando sea separado de ti, recibirás lo que has pedido. Pero si no logras verme, entonces no lo recibirás.

Dios se lleva a Elías al cielo

11 Elías y Eliseo caminaban juntos charlando. De repente, llegaron un carro y unos caballos que parecían de fuego, los cuales separaron a Elías de Eliseo. Elías fue llevado al cielo en un torbellino.

12 Al verlo, Eliseo gritó: «¡Padre mío, padre mío! ¡Carro de Israel y su caballería![b]»

Eliseo nunca más volvió a verlo. Entonces Eliseo rompió en dos su ropa. 13 El manto de Elías se había caído a la tierra, entonces Eliseo lo agarró y se volvió. Se estuvo de pie a la orilla del Jordán, 14 golpeó el agua con el manto y dijo: «¿Dónde está el SEÑOR, el Dios de Elías?»

Cuando Eliseo golpeó el agua, el río se separó en dos y Eliseo lo cruzó.

15 El grupo de profetas que estaba en Jericó vio a Eliseo y dijo: «¡El espíritu de Elías ahora está en Eliseo!» Se acercaron a Eliseo y se inclinaron ante él. 16 Le dijeron:

—Tenemos 50 hombres fuertes aquí. Podemos ir y buscar a tu maestro. Tal vez el Espíritu del SEÑOR levantó a Elías y lo tiró por ahí en un monte o en un valle.

Pero Eliseo les contestó:

—No manden a buscar a Elías.

17 Pero tanto le rogaron a Eliseo que hasta quedó avergonzado. Entonces les dijo:

—Manden a los hombres a buscar a Elías.

El grupo de los profetas mandó a los 50 hombres a que buscaran a Elías. Buscaron durante unos tres días pero no lo encontraron. 18 Así que los hombres volvieron a Jericó, donde se estaba quedando Eliseo, y este les dijo:

—Les dije que no fueran.

Eliseo purifica el agua

19 Los hombres de la ciudad le dijeron a Eliseo:

—Señor, como usted puede ver, este lugar es agradable, pero el agua es mala, y por eso la tierra es estéril.

20 Eliseo les dijo:

—Tráiganme un plato hondo nuevo, y pónganle sal.

La gente le llevó el plato hondo a Eliseo. 21 Entonces Eliseo salió a la fuente del agua, echó la sal al agua y dijo:

—El SEÑOR dice: “Purifico esta agua y de ahora en adelante no producirá más la muerte ni hará la tierra estéril”.

22 El agua quedó purificada hasta el día de hoy, tal como dijo Eliseo.

Se burlan de Eliseo

23 Eliseo salió de allí para ir a Betel. Mientras subía la colina para entrar a la ciudad, unos jóvenes que salían de la ciudad comenzaron a burlarse de él, diciendo: «¡Sube, calvo! ¡Sube, calvo!»

24 Eliseo se dio vuelta, los miró y los maldijo en el nombre del SEÑOR. De pronto salieron dos osas del bosque y los atacaron, despedazando a 42 de ellos.

25 Eliseo salió de Betel y fue al monte Carmelo. De ahí regresó a Samaria.

2 Tesalonicenses 2

El líder maligno

Hermanos, queremos hablarles sobre la venida de nuestro Señor Jesucristo y el momento en que nos encontremos con él. Les pedimos que no se preocupen ni se inquieten fácilmente ni tengan miedo si oyen decir, como si fuera una profecía[a] o un mensaje, que el Señor ya regresó. Tampoco hagan caso si se lo escriben en una carta diciendo falsamente que es de parte nuestra. No permitan que nadie los engañe de ninguna manera. El día del Señor llegará después de que ocurra la rebelión contra Dios, que no sucederá sino hasta que aparezca el hombre perverso destinado a la destrucción. Él está en contra de todo lo que se llama dios o de todo a lo que se le rinde culto. Incluso entra en el templo de Dios y se queda ahí haciéndose pasar por Dios.

Recuerden que cuando estuve con ustedes les dije que eso iba a suceder. Ustedes ya saben lo que lo detiene por ahora, para que el hombre maligno aparezca a su debido tiempo. El poder secreto del mal ya está en acción en el mundo, sólo falta que el que lo detiene se quite del camino. Entonces aparecerá ese hombre maligno y el Señor Jesús lo matará de un solo soplo y lo destruirá con el esplendor de su llegada. El hombre maligno aparecerá por obra de Satanás y tendrá mucho poder para hacer señales milagrosas y falsas maravillas. 10 Por maldad, él hará todo lo que pueda para engañar a los que están perdidos porque no aceptaron amar la verdad para ser salvos. 11 Por tanto, Dios les envía un poder engañoso que actúe en ellos y los haga creer en la mentira. 12 Entonces todos los que no quisieron creer en la verdad y que disfrutaban haciendo el mal, serán condenados.

Escogidos para ser salvos

13 Pero nosotros siempre damos gracias a Dios por ustedes, hermanos amados por el Señor. Está bien que demos gracias porque Dios los eligió para ser los primeros[b] en ser salvos. El Espíritu los purifica por la fe que ustedes tienen en la verdad y así reciben la salvación. 14 A través de la buena noticia que les hemos enseñado, Dios los ha llamado a la salvación para que compartan la gloria de nuestro Señor Jesucristo. 15 Así que hermanos, sigan firmes y crean en las enseñanzas que les hemos dado, en lo que escucharon de nosotros, y en lo que les hemos escrito por carta.

16 Dios nuestro Padre nos amó y con su generoso amor, nos dio consuelo eterno y una esperanza firme. Que él y nuestro Señor Jesucristo mismo 17 les den mucho ánimo y los fortalezcan en todo lo bueno que digan o hagan.

Daniel 6

Daniel en el foso de los leones

Darío decidió nombrar ciento 20 hombres[a] para que gobernaran las diferentes provincias de su reino. Además eligió a tres ministros ante los cuales debían rendir cuentas los 120 gobernadores de las provincias. Daniel era uno de los tres ministros. El rey nombró a los ministros para que todo estuviera vigilado y no corriera ningún riesgo. Daniel demostró que era mucho mejor que los demás ministros y gobernadores. El rey estaba muy impresionado por sus habilidades y sabiduría y quería nombrarlo como dirigente de todo el reino. Entonces los demás gobernadores y ministros buscaron alguna falta en la administración que hacía Daniel de los asuntos del reino. Pero no encontraron nada malo porque Daniel era un hombre de fiar y no aceptaba sobornos ni era corrupto.

Entonces ellos dijeron: «No vamos a encontrar nada malo en su trabajo, mejor busquemos en su religión la forma de acusarlo».

Así que fueron en grupo a hablar con el rey y le dijeron:

—¡Viva el rey Darío por siempre! Majestad, los ministros, prefectos[b], gobernadores de provincias y demás colaboradores tenemos una propuesta. Hemos pensado prohibir durante 30 días que las personas hagan oraciones o peticiones a cualquier dios o persona que no sea el rey. Quien no cumpla esta norma será mandado al foso de los leones. Su majestad debe aprobar el decreto y firmarlo para que sea una ley. Esa ley no podrá cambiarse porque las leyes de los medos y los persas no pueden cambiarse ni anularse.

Entonces el rey Darío aprobó la ley y la firmó.

10 Daniel, sabiendo que el rey había firmado esa ley, de inmediato se fue a su casa y abrió las ventanas del segundo piso que daban hacia Jerusalén, y se arrodilló para orar y dar gracias a Dios, tal como siempre lo hacía tres veces al día.

11 Luego esos hombres fueron a la casa de Daniel y lo encontraron orando y alabando a su Dios. 12 En seguida se presentaron ante el rey y dijeron:

—Majestad, usted ha firmado una ley prohibiendo durante 30 días que se hagan oraciones o peticiones a cualquier dios o persona que no sea usted. Y quien no obedezca será mandado al foso de los leones. ¿No es verdad?

El rey respondió:

—Así es. Es una ley para los medos y los persas, y no puede anularse ni cambiarse.

13 Entonces le dijeron al rey:

—Daniel, uno de los deportados de Judá, no lo respeta a usted ni a la ley que usted firmó. Todo lo contrario, dice oraciones a su Dios tres veces al día.

14 El rey quedó muy triste después de escuchar esas palabras. Se puso a pensar en alguna solución para salvar a Daniel. Estuvo hasta el anochecer buscando alguna manera de rescatarlo. 15 Pero aquellos hombres urgían al rey diciendo:

—Majestad, usted sabe que según la ley de los medos y de los persas, las leyes y normas firmadas por el rey no se pueden cambiar.

16 Así que el rey les ordenó que trajeran a Daniel y lo metieran en el foso de los leones. El rey le dijo a Daniel:

—Espero que tu Dios, a quien sirves con tanta devoción, te salve.

17 Luego pusieron una enorme roca tapando el foso. El rey puso su sello y el de sus altos funcionarios para que nadie pudiera cambiar la sentencia contra Daniel. 18 El rey se fue para su palacio. Se acostó sin cenar y no aceptó ninguna distracción, pero no pudo dormir en toda la noche.

19 A la mañana siguiente, el rey se levantó apenas salió el sol y se fue para el foso de los leones. 20 Cuando llegó al lugar gritó:

—¡Daniel! Tú eres servidor del Dios viviente y siempre estás a su servicio. ¿Tu Dios pudo salvarte de los leones?

21 Daniel respondió:

—¡Viva el rey por siempre! 22 Mi Dios envió a su ángel a cerrar la boca de los leones y no me han hecho nada, porque sabe que soy inocente, y tampoco le he hecho a usted, majestad, ningún mal.

23 El rey se alegró y ordenó que sacaran a Daniel del foso de los leones. Cuando lo sacaron de allí, vieron que no tenía ni un rasguño porque había confiado en su Dios. 24 Entonces el rey ordenó que llevaran ante él a los hombres que habían acusado a Daniel. Los llevaron y luego los echaron en el foso de los leones junto con sus esposas y sus hijos. Apenas entraron al foso, los leones les devoraron hasta los huesos.

25 El rey Darío escribió este mensaje para la gente de todas las naciones y lenguas del mundo:

«Los saludo a todos y deseo que tengan paz y prosperidad.

26 »Ordeno que en todo mi reino, hasta en la más pequeña provincia, todos adoren y respeten al Dios de Daniel.

ȃl es el Dios vivo
    y existe para siempre.
Su reino jamás será destruido;
    su poder no tiene fin.
27 Él salva y libera;
    hace prodigios y milagros
    en la tierra y en el cielo.
Él salvó a Daniel
    de las garras de los leones».

28 Daniel siguió siendo muy importante durante el reinado de Darío y también durante el reinado de Ciro, rey de Persia.

Salmos 112-113

Al justo le va bien

¡Aleluya!

Qué afortunado es el que teme al SEÑOR
    y le gusta mucho hacer lo que él manda.
Sus descendientes serán poderosos.
    Los que viven con honestidad serán bendecidos.
Su casa estará llena de riquezas y bienestar;
    la causa justa que apoya seguirá en pie.
Habrá luz en medio de la oscuridad para la gente honesta,
    porque Dios es misericordioso, compasivo y justo.
Le va bien a quien presta con generosidad
    y sabe administrar sus asuntos con justicia.
El justo siempre será recordado,
    nunca caerá.
No les teme a las malas noticias;
    porque su corazón está firme,
    confiado en el SEÑOR.
Siempre tiene confianza y no siente miedo;
    por eso podrá vencer a sus enemigos.
Reparte sus bienes,
    da a los pobres.
Nunca deja de hacer lo que es justo
    y recibirá grandes honores.

10 Cuando el perverso se dé cuenta de esto,
    se enojará y rechinará los dientes,
pero pronto desaparecerá
    y nunca logrará lo que desea.

No hay nadie como el Señor

¡Aleluya!

Alaben, siervos del SEÑOR,
    alaben el nombre del SEÑOR.
Bendito sea el nombre del SEÑOR,
    ahora y siempre.
Alabado sea el nombre del SEÑOR,
    desde donde sale el sol hasta donde se oculta.
El SEÑOR está por encima de todas las naciones;
    su gloria es más grande que los cielos.
No hay nadie como el SEÑOR nuestro Dios,
    sentado en su trono en las alturas,
desde donde se inclina
    a mirar los cielos y la tierra.
Levanta del polvo al pobre,
    y al necesitado lo saca de la basura,
para sentarlo con gente importante,
    los principales de su pueblo.
A la mujer estéril le da un hogar
    y la fortuna de tener hijos.

¡Aleluya!

Palabra de Dios para Todos (PDT)

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