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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
Josué 5:1-6:5

Así fue que el SEÑOR secó las aguas del Jordán para que los israelitas lo cruzaran. Al enterarse de esto los reyes amorreos que estaban al occidente del Jordán perdieron toda esperanza. También se atemorizaron los reyes cananeos que habitaban a lo largo de la costa del mar. Todos ellos perdieron el ánimo de luchar contra los israelitas.

Circuncisión de los israelitas

Entonces el SEÑOR le dijo a Josué: «Yo ordené a todos los varones israelitas que fueran circuncidados antes de que salieran de Egipto. Ahora, haz unos cuchillos de piedra y circuncida a los israelitas que nacieron desde que saliste de Egipto». Entonces Josué mandó hacer cuchillos de piedra y circuncidó a los israelitas en el monte Aralot[a]. Josué tuvo que circuncidarlos porque ya habían muerto en el desierto todos los hombres en edad militar que habían salido de Egipto. Aunque todos los que salieron de Egipto estaban circuncidados, ninguno de los que había nacido en el desierto estaba circuncidado. Puesto que los israelitas anduvieron por el desierto durante 40 años, ya habían muerto todos los hombres israelitas en edad militar que habían salido de Egipto. Esos hombres no habían obedecido al SEÑOR y por tal razón el SEÑOR les juró que no los dejaría ver la tierra que el SEÑOR les había prometido a sus antepasados que nos daría a nosotros, una tierra que rebosa de leche y de miel. Él hizo que los hijos de esos hombres los reemplazaran a ellos. Josué circuncidó a los hijos de esos hombres porque no habían sido circuncidados durante el viaje. Cuando todos fueron circuncidados, se quedaron en el campamento hasta que se recuperaron.

La primera Pascua en Canaán

Luego el SEÑOR le dijo a Josué: «Era vergonzoso que ustedes fueran esclavos de Egipto y siguieran prácticas egipcias. Hoy he quitado de ustedes esa vergüenza». Es por eso que ese lugar se llama Guilgal[b] hasta el día de hoy.

10 Mientras acampaban en Guilgal, en los llanos de Jericó, los israelitas celebraron la Pascua, en la noche del día 14 del mes. 11 El día después de la Pascua, empezaron a alimentarse de los productos de la tierra, pan sin levadura y grano tostado. 12 Desde ese mismo día, el maná dejó de aparecer y durante todo ese año los israelitas se alimentaron de lo que producía la tierra de Canaán.

El jefe del ejército del Señor

13 En una ocasión, Josué se acercó a Jericó y vio a un hombre frente a él, con una espada en la mano. Josué se le acercó y le dijo:

—¿Eres de los nuestros o eres enemigo?

14 Él respondió:

—No soy enemigo, acabo de llegar. Soy el comandante del ejército del SEÑOR.

Entonces Josué se postró rostro en tierra ante él y lo adoró. Luego le dijo:

—Yo soy su siervo, Señor, ¿tiene algo que ordenarme?

15 El comandante del ejército del SEÑOR le dijo a Josué:

—Quítate las sandalias, porque el lugar donde estás es sagrado.

Y Josué obedeció.

La toma de Jericó

Las puertas de Jericó estaban cerradas y fortificadas a causa de los israelitas. Nadie podía entrar ni salir.

El SEÑOR le dijo a Josué: «Voy a entregar en tus manos a Jericó, a su rey y a sus soldados. Una vez al día, marcha alrededor de la ciudad con todos los soldados. Haz esto por seis días. Siete sacerdotes marcharán delante del cofre, cada uno llevando una trompeta hecha de cuernos de carnero. El séptimo día darán siete vueltas alrededor de la ciudad, mientras los sacerdotes tocan las trompetas. Cuando se oiga que el cuerno de carnero da un toque prolongado, todo el pueblo gritará muy fuerte, y la muralla de la ciudad se derrumbará. Entonces desde la posición donde esté, cada soldado podrá subir directamente contra la ciudad».

Salmos 132-134

La ciudad y su templo

Canto para los peregrinos.

SEÑOR, acuérdate de David
    y de todo lo que sufrió;
acuérdate de la promesa que él hizo al SEÑOR;
    al poderoso Dios de Jacob:
«No entraré a mi casa,
    ni me acostaré en mi cama;
no me voy a dar descanso;
    no voy a pegar los ojos ni un momento,
hasta que no encuentre un lugar para el SEÑOR,
    para el templo del poderoso Dios de Jacob».

Nosotros escuchamos eso en el templo santo de Efrata[a];
    encontramos el Cofre Sagrado en Quiriat Yearín[b].
Vamos a la Carpa Sagrada;
    postrémonos a sus pies.[c]

SEÑOR levántate, ven al lugar donde descansarás
    tú y el cofre que muestra tu poder;
que tus sacerdotes se revistan de victoria
    y tu pueblo fiel lo siga cantando de alegría.
10 Por amor a David, tu siervo,
    no rechaces a tu rey elegido.
11 El SEÑOR le hizo una promesa firme a David,
    de la cual no va a retractarse:
«Pondré en tu trono
    a uno de tus descendientes.
12 Si tus hijos mantienen mi pacto
    y las leyes que les enseñaré,
también los descendientes de ellos
    ocuparán tu trono para siempre».

13 El SEÑOR eligió a Sion como el lugar para su templo;
    quería que allí estuviera su hogar.
14 «Este será mi lugar para siempre;
    he decidido poner mi trono en este sitio.
15 Bendeciré a esta ciudad con abundancia de alimentos;
    hasta los pobres tendrán alimento suficiente.
16 A los sacerdotes los vestiré de victoria
    y los que te son fieles gritarán de alegría.
17 En este lugar renacerá el poder de David;
    mantendré viva la llama de mi rey elegido.
18 Llenaré de vergüenza a sus enemigos,
    pero él llevará su corona resplandeciente».

La reunión del pueblo de Dios

Canto de David para los peregrinos.

Qué bueno y qué agradable es
    cuando el pueblo de Dios se reúne en armonía.
Es como el aceite dulce y fragante
    que se derrama sobre la cabeza de Aarón
    y cubre todo su rostro y sus vestiduras.
Es como el rocío que cae
    desde el monte Hermón sobre las montañas de Sion.
Allí es a donde el SEÑOR
    envió su bendición, la vida eterna.

Alabanza en el templo

Canto para los peregrinos.

Alaben al SEÑOR, todos ustedes siervos del SEÑOR
    que trabajan por la noche en el templo del SEÑOR.
Levanten sus brazos hacia el Lugar Santo,
    y bendigan al SEÑOR.
Que el SEÑOR creador del cielo y de la tierra,
    te bendiga desde Sion.

Isaías 65

Castigo para los rebeldes

65 «He ayudado a los que no me pedían ayuda,
    he dejado que me encontraran los que no me buscaban.
Le dije: “Aquí estoy, aquí estoy”
    a una nación que no me llamaba por mi nombre.
Extendí mis manos todo el día
    a un pueblo rebelde que andaba en malos pasos,
    siguiendo sus malos pensamientos.
Son un pueblo que en mi propia cara
    continuamente me ha provocado,
haciendo sacrificios en jardines
    y ofreciendo incienso en altares.[a]
Se sentaban en los sepulcros
    y pasaban la noche en cuevas;
comían carne de cerdo
    y hacían en sus ollas comidas impuras.
Dicen: “Apártate, no te me acerques,
    porque soy demasiado santo para ti”.
Gente así es como humo en mi nariz,
    como fuego que arde todo el día.

»Fíjate, está escrito ante mí,
    y no voy a quedarme callado.
Voy a darles el pago que se merecen,
    les voy a dar su merecido en su regazo.
Recibirán su castigo por sus maldades
    y por las de sus antepasados.
Yo arreglaré cuentas con ellos
    y les daré su merecido
porque quemaron incienso en los montes
    y me insultaron sobre las colinas».
    El SEÑOR lo ha decidido.

Anuncio de salvación

El SEÑOR dice:
«Cuando hay mucho jugo en los racimos,
    la gente dice: “No los dañemos,
    porque son una bendición”.
Así voy a hacer yo por causa de mis siervos.
    No los voy a destruir a todos ellos.
Daré descendientes a Jacob
    y quien posea mis montes a Judá.
Mis elegidos heredarán la tierra
    y mis siervos vivirán allí.
10 Entonces para mi pueblo que buscó volver a mí,
    Sarón[b] se volverá un potrero para los rebaños
    y el valle de Acor[c] un corral para el ganado.

11 »Pero a ustedes, que abandonaron al SEÑOR
    y olvidaron mi monte santo[d],
que preparan la mesa y llenan las copas con vino
    para los dioses Fortuna y Destino respectivamente,
12 yo les tengo destinada una muerte violenta.
    Todos ustedes se inclinarán para ser degollados,
porque yo los llamé y ustedes no me respondieron.
    Yo les hablé y ustedes no me escucharon.
Hicieron lo que yo consideraba malo
    y eligieron lo que no me agradaba».

13 Por todo ello, el Señor DIOS dice:
«Mis siervos se alimentarán,
    pero ustedes pasarán hambre.
Mis siervos beberán,
    pero ustedes se irán con sed.
Mis siervos se alegrarán,
    pero ustedes serán avergonzados.
14 Mis siervos cantarán rebosantes de alegría,
    pero ustedes gritarán de dolor
    y gemirán de tristeza.
15 El nombre de ustedes será recordado
    por mis elegidos como una maldición,
    y el Señor DIOS los matará.
Pero a los siervos de Dios,
    él les dará otro nombre.
16 Todo el que quiera ser bendecido en este país,
    le pedirá al Dios fiel que lo bendiga.
Y todo el que haga una promesa en el país,
    la hará por el Dios fiel.
Porque las angustias de antes están olvidadas
    y ocultas de mi vista.

Nuevos cielos y nueva tierra

17 »Porque, fíjense, yo voy a crear
    nuevos cielos y nueva tierra.
Las cosas de antes se olvidarán;
    no habrá recuerdos de ellas.
18 Más bien alégrense y estén felices siempre
    por lo que yo estoy creando.
Miren, estoy creando a la Jerusalén feliz
    y a su pueblo contento.
19 Me alegraré de Jerusalén
    y estaré feliz con mi pueblo.
Ya no se oirán más llantos
    ni voces de angustia.
20 Ya no morirán niños a los pocos días de nacidos,
    ni habrá ancianos que no completen su existencia.
El que muera a los 100 años
    se considerará que murió joven.
El que muera antes de los 100 años
    se considerará objeto de un castigo de Dios.

21 »Construirán casas y vivirán en ellas.
    Cultivarán viñedos y disfrutarán lo que produzcan.
22 No construirán casas para que otros vivan en ellas.
    No cultivarán viñedos para que otros los disfruten.
Porque tendrán larga vida como los árboles;
    y mis elegidos disfrutarán del trabajo de sus manos.
23 No trabajarán duro para no salir con nada;
    ni criarán hijos para el desastre.
Porque ellos y sus descendientes
    serán un pueblo bendecido por el SEÑOR.
24 Antes de que me pidan,
    yo les contestaré.
Mientras estén todavía hablándome,
    yo les responderé.
25 El lobo y el cordero comerán juntos.
    El león comerá pasto como el buey.
    La serpiente se alimentará de polvo.
No harán más daño ni destruirán en todo mi monte santo».
    El SEÑOR lo ha decidido así.

Mateo 13

Historia del sembrador

(Mr 4:1-9; Lc 8:4-8)

13 Ese mismo día Jesús salió de la casa y se sentó junto al lago. Había tanta gente a su alrededor que tuvo que subir a una barca y se sentó para enseñarles, mientras la gente se quedaba en la orilla. Les dio muchas enseñanzas por medio de historias. Les dijo:

«¡Escuchen! El sembrador salió a sembrar. Al esparcir las semillas, algunas cayeron en el camino; vinieron las aves y se las comieron. Otras semillas cayeron en terreno pedregoso, donde no había mucha tierra. Esas semillas brotaron rápido porque la tierra no era profunda. Pero cuando salió el sol, las plantas se quemaron y como no tenían raíces, se secaron. Otras cayeron entre espinos, crecieron con las plantas y las ahogaron. Otras semillas cayeron en tierra buena y empezaron a dar fruto. Algunas plantas produjeron 100 granos más por semilla, otras 60 y otras 30. ¡Oigan bien lo que les digo!»

El porqué de las historias

(Mr 4:10-12; Lc 8:9-10)

10 Sus seguidores se acercaron y le preguntaron a Jesús:

—¿Por qué enseñas a la gente por medio de historias?

11 Él les respondió:

—Ustedes tienen el privilegio de entender la verdad que no se ha dado a conocer sobre el reino de Dios, pero ellos no. 12 Porque al que entienda algo, se le dará más a entender y tendrá más que suficiente. Pero al que no entienda, hasta lo que entienda se le quitará. 13 Por eso yo les hablo por medio de historias, porque aunque ellos miran, no ven nada. Oyen, pero no escuchan ni entienden nada. 14 De esta manera ellos muestran que era cierto lo que dijo Isaías sobre ellos:

“Por más que oigan, no entenderán.
    Por más que miren, no captarán.
15 (A)Han cerrado su mente,
    se taparon los oídos
    y cerraron los ojos.
Si no fuera así, entenderían lo que ven
    y lo que oyen.
Se volverían a mí
    y yo los sanaría”.[a]

16 »Pero ustedes son afortunados porque pueden ver lo que hago y oír lo que enseño. 17 Les digo la verdad: muchos profetas y otros justos quisieron ver lo que ustedes ven, pero no lo vieron; también quisieron oír lo que ustedes oyen, pero no lo oyeron.

Jesús explica la historia del sembrador

(Mr 4:13-20; Lc 8:11-15)

18 »Ahora escuchen lo que significa la historia del sembrador: 19 ¿Qué significa la semilla que cae en el camino? Esa semilla es como algunos que oyen el mensaje del reino y no lo entienden. Viene el maligno y quita lo sembrado en ellos. 20 ¿Qué significa la semilla que cae en el terreno pedregoso? Esa semilla es como aquellos que oyen el mensaje y lo aceptan rápidamente con alegría, 21 pero no tienen raíz en sí y duran poco tiempo. Cuando surgen los problemas o la persecución por causa del mensaje, inmediatamente se dan por vencidos. 22 ¿Qué significa la semilla que cae entre los espinos? Es como aquellos que oyen el mensaje, pero dejan que las preocupaciones de esta vida y el engaño de las riquezas ahoguen el mensaje y se vuelven estériles. 23 ¿Y qué significa la semilla que cae en tierra buena? Esa semilla son los que aceptan el mensaje, lo entienden y producen una buena cosecha. Darán mucho más de lo sembrado, hasta 100, 60 y 30 veces más».

Historia del trigo y la mala hierba

24 Entonces Jesús les contó otra historia: «El reino de Dios se puede comparar con un hombre que un día sembró buena semilla en su campo. 25 Pero por la noche, cuando todos estaban durmiendo, vino su enemigo y sembró mala hierba entre el trigo, y luego se fue. 26 Cuando el trigo creció y dio sus granos, también creció la mala hierba. 27 Entonces los siervos del dueño de la cosecha se acercaron a él y le dijeron: “Señor, usted plantó semillas buenas, ¿no es cierto? Entonces, ¿por qué hay hierbas malas?” 28 Él les dijo: “Eso lo hizo un enemigo mío”. Los siervos preguntaron: “¿Quiere que salgamos y quitemos la mala hierba?” 29 El dueño dijo: “No, porque cuando estén arrancando la mala hierba también pueden arrancar el trigo. 30 Dejen que ambos crezcan juntos hasta el día de la cosecha. Cuando llegue ese día, les ordenaré a los que recogen la cosecha que primero recojan la mala hierba y hagan un bulto para quemarlo y que después pongan el trigo en mi granero”».

Historia de la semilla de mostaza

(Mr 4:30-34; Lc 13:18-21)

31 Después, Jesús les contó otra historia: «El reino de Dios se puede comparar con una semilla de mostaza que un hombre sembró en su campo. 32 Esta semilla es la más pequeña de todas, pero cuando crece, se vuelve la planta más grande del campo. Se hace árbol a tal punto que vienen las aves y hacen nidos en sus ramas».

33 Les dijo otra historia: «El reino de Dios se puede comparar con la levadura que una mujer mezcla con mucha harina. Al final toda la masa queda fermentada».

34 Jesús le dijo todo esto a la gente por medio de historias, y si no era por medio de historias no les hablaba. 35 (B)Esto es lo mismo que dijo el profeta:

«Yo hablaré por medio de historias;
    contaré cosas que han estado en secreto desde la creación del mundo».[b]

Jesús explica una historia difícil

36 Luego, Jesús despidió a la gente y entró a la casa. Sus seguidores se acercaron y le pidieron:

—Explícanos la historia de la mala hierba del campo.

37 Jesús les respondió:

—El que planta la semilla buena en el campo es el Hijo del hombre. 38 El campo es el mundo y la semilla buena son todos los hijos del reino de Dios. La mala hierba es la gente que está con el maligno. 39 El enemigo que puso la mala hierba entre el trigo es el diablo. La cosecha es el fin del mundo y los que recogen la cosecha son los ángeles. 40 Lo mismo que le pasa a la mala hierba que se saca y se quema en el fuego, va a suceder al fin del mundo. 41 El Hijo del hombre enviará a sus ángeles y ellos van a juntar a todos los perversos y a los que hacían pecar a los demás y los expulsará de su reino. 42 Los echarán al horno encendido donde gritarán y crujirán los dientes de dolor. 43 Entonces los justos brillarán como el sol en el reino de su Padre. ¡Oigan bien lo que les digo!

Historias del tesoro y la perla

44 »El reino de Dios se puede comparar con un tesoro escondido en un campo. Un día, un hombre encontró el tesoro y lo escondió allí otra vez. Estaba tan feliz que fue y vendió todo lo que tenía y compró ese terreno.

45 »El reino de Dios también se puede comparar con un vendedor que buscaba perlas finas. 46 Cuando el vendedor encontró una perla muy costosa, fue y vendió todo lo que tenía y la compró.

Historia de la red

47 »También, el reino de Dios se puede comparar con una red para pescar que se lanza al mar y en la que caen muchos peces de diferentes clases. 48 Cuando la red está llena, los pescadores la llevan a la orilla. Se sientan allí y eligen los peces buenos y los meten en canastas pero tiran a los peces malos. 49 Lo mismo va a pasar cuando llegue el fin del mundo. Los ángeles van a venir y van a separar a los malos de los justos. 50 A los malos los van a lanzar a las llamas del fuego y llorarán y crujirán los dientes.

51 Jesús les preguntó:

—¿Entienden todo esto?

Ellos contestaron.

—Sí entendemos.

52 Él les dijo:

—Bueno, todo maestro de la ley que ha aprendido sobre el reino de Dios es como el dueño de una casa. De lo que tiene guardado saca cosas nuevas y cosas antiguas.

Jesús visita su pueblo

(Mr 6:1-6; Lc 4:16-30)

53 Cuando Jesús terminó de enseñar por medio de esas historias, se fue de ahí 54 para su pueblo. Allí comenzó a enseñarles en la sinagoga. La gente estaba sorprendida y decía:

—¿De dónde sacó este hombre la sabiduría y el poder para hacer estos milagros? 55 ¿No es este el hijo del carpintero? ¿No se llama su mamá María y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? 56 ¿Acaso no están todas sus hermanas aquí con nosotros? Entonces, ¿de dónde sacó este toda esta sabiduría y poder?

57 Y ellos no podían aceptarlo, pero Jesús les dijo:

—Se honra a un profeta en todas partes, pero nadie es profeta en su propio pueblo y en su propia casa.

58 Debido a la falta de fe de ellos, no hizo muchos milagros allí.

Palabra de Dios para Todos (PDT)

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