M’Cheyne Bible Reading Plan
El altar para las ofrendas quemadas
38 1-7 Besalel hizo también el altar para las ofrendas que se quemaban para el perdón de pecados; además de sus utensilios y varas para transportarlo. Lo hizo de madera de acacia y lo recubrió de bronce.
El recipiente de bronce
8 Las mujeres que ayudaban a la entrada del santuario le entregaron a Besalel sus espejos de bronce. Con ese metal Besalel hizo el recipiente para lavarse las manos. También la base del recipiente la hizo de bronce.
El patio del santuario
9-17 Besalel construyó el patio del santuario y la cerca que lo rodeaba. Hizo las cortinas, los postes, las bases, los ganchos y los anillos. 18-20 La cortina que hizo Besalel para la entrada del santuario estaba finamente bordada.
Metales usados en el santuario
21 Moisés les había ordenado a los ayudantes de los sacerdotes que hicieran una lista de todos los metales usados en la construcción del santuario del pacto. Itamar, el hijo del sacerdote Aarón, se encargó de hacer esa lista.
22 Besalel se encargó de hacer y preparar todo lo que Dios le había ordenado a Moisés. 23 En esto lo ayudó Oholiab, que era herrero y tejedor, y sabía hacer bordados en tela morada, tela azul y tela roja, así como en tela de lino fino.
24 Todo el oro que usaron fue una ofrenda que los israelitas le dieron a Dios. Se usaron novecientos sesenta y cinco kilos de oro, según el peso oficial del santuario.
25 La plata que dieron los israelitas cuando se hizo la lista de todos ellos, llegó a pesar tres mil trescientos diecinueve kilos con quinientos veinticinco gramos. Toda esa plata se pesó según la medida oficial del santuario. 26 Los hombres mayores de veinte años que aparecían en la lista fueron seiscientos tres mil quinientos cincuenta, y cada uno de ellos dio cinco gramos y medio de plata.
27 También se recolectaron tres mil trescientos kilos de plata para hacer las cien bases que se usaron para la construcción del santuario y para la cortina. Cada base pesaba treinta y tres kilos de plata. 28 Con la plata restante se hicieron los ganchos y los anillos de los postes, y se recubrió la parte superior de los postes.
29 En total, los israelitas le ofrendaron a Dios dos mil trescientos treinta y seis kilos de bronce. 30 Ese bronce se usó para hacer las bases de la puerta del santuario, el altar de bronce con su reja y sus utensilios, 31 las bases y estacas del patio que rodeaba al santuario, y las bases de la puerta del patio.
Jesús ora por sus discípulos
17 Después de que Jesús terminó de hablar con sus discípulos, miró al cielo y dijo:
«Padre mío, ha llegado el momento de que muestres a la gente lo grande y poderoso que soy. De ese modo yo también les mostraré lo grandioso y maravilloso que eres tú.
2 »Tú me diste autoridad y poder sobre todos los que viven en el mundo, para dar vida eterna a todos los seguidores que me has dado. 3 Esta vida eterna la reciben cuando creen en ti y en mí; en ti, porque eres el único Dios verdadero, y en mí, porque soy el Mesías que tú enviaste al mundo.
4 »A todo el mundo le he mostrado lo grande y poderoso que eres tú, porque cumplí con todo lo que me ordenaste. 5 Y ahora, Padre, dame el poder y la grandeza que tenía cuando estaba contigo, antes de que existiera el mundo.
6 »A los seguidores que me diste les he mostrado quién eres. Ellos eran tuyos, y tú me los diste, y han obedecido todo lo que les ordenaste. 7 Ahora saben que tú me diste todo lo que tengo, 8 porque les he dado el mensaje que me diste, y ellos lo han aceptado. Saben que tú me enviaste, y lo han creído.
9 »Yo te ruego por ellos. No pido por la gente que no me acepta y que sólo piensa en las cosas de este mundo. Más bien, pido por los seguidores que me diste y que son tuyos. 10 Todo lo que tengo es tuyo, y todo lo que tú tienes es mío. Y en todo esto se muestra lo grande y poderoso que soy.
11 »Padre celestial, dentro de poco ya no estaré en el mundo, pues voy a donde tú estás. Pero mis seguidores van a permanecer en este mundo. Por eso te pido que los cuides, y que uses el poder que me diste para que se mantengan unidos, como tú y yo lo estamos. 12 Mientras yo estaba con ellos, los cuidé con el poder que me diste, y ninguno dejó de confiar en mí. El único que nunca creyó en mí fue Judas. Así se cumplió lo que dice la Biblia.
13 »Ahora regreso a donde tú estás. Pero digo esto mientras estoy en el mundo, para que mis seguidores sean tan felices como yo. 14 Les he dado tu mensaje, y por eso los de este mundo los odian, pues ellos ya no son como esa gente, y tampoco yo soy así. 15 No te pido que los quites del mundo, sino que los protejas de Satanás. 16 Yo no soy de este mundo, y tampoco ellos lo son. 17 Tu mensaje es la verdad; haz que al escucharlo, ellos se entreguen totalmente a ti. 18 Los envío a dar tu mensaje a la gente de este mundo, así como tú me enviaste a mí. 19 Toda mi vida te la he entregado, y lo mismo espero que hagan mis seguidores.
20 »No pido sólo por ellos, sino también por los que creerán en mí cuando escuchen su mensaje. 21 Te pido que se mantengan unidos entre ellos, y que así como tú y yo estamos unidos, también ellos se mantengan unidos a nosotros. Así la gente de este mundo creerá que tú me enviaste. 22-23 Yo les he dado a mis seguidores el mismo poder que tú me diste, con el propósito de que se mantengan unidos. Para eso deberán permanecer unidos a mí, como yo estoy unido a ti. Así la unidad entre ellos será perfecta, y los de este mundo entenderán que tú me enviaste, y que los amas tanto como me amas tú.
24 »Padre, los seguidores que tengo me los diste tú, y quiero que estén donde yo voy a estar, para que vean todo el poder que me has dado, pues me has amado desde antes de que existiera el mundo.
25 »Padre, tú eres justo, pero los de este mundo no conocen tu justicia. Yo sí te conozco, y los que me diste saben que tú me enviaste. 26 Les he dicho quién eres, y no dejaré de hacerlo, para que se mantengan unidos a mí, y para que amen a los demás como tú y yo nos amamos.»
Mente sana en cuerpo sano
14 La mujer sabia une a su familia;
la mujer tonta la desbarata.
2 La gente honrada obedece a Dios;
la gente malvada lo desprecia.
3 Es de tontos hablar con orgullo;
es de sabios ser de pocas palabras.
4 Sin las herramientas apropiadas,
el trabajo no da fruto;
con buenas herramientas
se saca mejor provecho.
5 El testigo verdadero dice la verdad;
el testigo falso siempre dice mentiras.
6 El malcriado quisiera ser sabio,
pero jamás llegará a serlo;
en cambio, el entendido
muy pronto gana conocimientos.
7 Aléjate de los tontos,
que nunca aprenderás nada de ellos.
8 El que es sabio lo demuestra
en que piensa bien lo que hace,
pero el tonto vive engañado
por su propia estupidez.
9 A los necios no les importa
si Dios los perdona o no,
pero la gente buena
quiere el perdón de Dios.
10 Nadie más que tú
conoce realmente
tus tristezas y tus alegrías.
11 La familia del malvado
será destruida,
pero el hogar del bueno
prosperará.
12 Hay cosas que hacemos
que nos parecen correctas,
pero que al fin de cuentas
nos llevan a la tumba.
13 La mucha risa causa dolor;
hay alegrías que acaban en tristeza.
14 La gente tonta
es feliz con su mala conducta;
la gente buena es feliz
con sus buenas acciones.
15 La gente tonta cree
todo lo que le dicen;
la gente sabia piensa bien
antes de actuar.
16 El sabio conoce el miedo
y se cuida del peligro,
pero el tonto es atrevido
y se pasa de confiado.
17 El que pronto se enoja
pronto hace tonterías,
pero el que piensa en lo que hace
muestra gran paciencia.
18 La recompensa de los tontos
es su propia estupidez;
el premio de los sabios
consiste en saber cómo actuar.
19 Los malvados no resisten
la justicia de los buenos.
20 Si eres pobre,
ni tus amigos te buscan;
si eres rico,
todo el mundo es tu amigo.
21 No debes despreciar al amigo;
¡si eres bueno con los pobres,
Dios te bendecirá!
22 Los que piensan hacer lo malo
cometen un grave error;
los que procuran hacer lo bueno
reciben el gran amor de Dios.
23 Todo esfuerzo vale la pena,
pero quien habla y no actúa
acaba en la pobreza.
24 La riqueza del sabio es su sabiduría;
la pobreza del tonto es su estupidez.
25 El testigo que dice la verdad
salva a otros de la muerte,
pero hay testigos mentirosos.
26 El que obedece a Dios
ya tiene un poderoso protector
para él y para sus hijos.
27 El que obedece a Dios
tiene larga vida;
ha escapado de la muerte.
28 Para el rey es un orgullo
gobernar a un pueblo numeroso;
¡qué vergüenza es para él
no tener a quién gobernar!
29 El sabio domina su enojo;
el tonto no controla su violencia.
30 Mente sana en cuerpo sano;
por eso la envidia
te destruye por completo.
31 Quien le quita todo al pobre
ofende a Dios, su creador;
quien obedece a Dios
trata bien al pobre.
32 El malvado fracasa por su maldad;
pero el hombre bueno
confía en Dios hasta la muerte.
33 En la mente del sabio
hay lugar para la sabiduría;
pero la gente tonta
no llega a conocerla.
34 El orgullo de un pueblo
es que se haga justicia;
la desgracia de los pueblos
es que se cometa pecado.
35 El ayudante inteligente
se gana el aprecio del jefe,
pero el empleado sinvergüenza
provoca su enojo.
Saludo
1 Queridos hermanos y hermanas de la iglesia de Filipos:
Nosotros, Pablo y Timoteo, que somos servidores de Jesucristo, enviamos un saludo a todos ustedes, que pertenecen al pueblo especial de Dios y están unidos a Jesucristo. Saludos también para los líderes y los diáconos.
2 Que Dios, nuestro Padre, y el Señor Jesucristo, los amen mucho y les den su paz.
Pablo ora por los miembros de la iglesia
3 Siempre doy gracias a mi Dios, al acordarme de ustedes; 4 y cuando oro, siempre pido con alegría por todos, 5 porque me ayudaron a anunciar la buena noticia desde el primer día que la oyeron hasta ahora. 6 Dios empezó el buen trabajo en ustedes, y estoy seguro de que lo irá perfeccionando hasta el día en que Jesucristo vuelva.
7 Está bien que yo piense así de todos ustedes, porque los quiero mucho, y porque ustedes comparten conmigo el trabajo de amor que Dios me ha encargado. En la cárcel, o delante de los jueces, ustedes siempre me apoyan para afirmar la verdad de esta buena noticia. 8 Dios sabe que no miento cuando digo que los extraño y los quiero con el tierno amor que Jesucristo me da.
9 Le pido a Dios que ustedes se amen cada vez más, y que todo lo aprendan bien y lo juzguen correctamente, 10 para que sepan cómo elegir lo mejor. Así, cuando Cristo vuelva, estarán sin pecado y nadie podrá acusarlos de nada. 11 Porque, con la ayuda de Jesucristo, ustedes harán lo bueno, para que la gente alabe y honre a Dios.
Lo que Pablo piensa de la vida
12 Queridos hermanos, quiero que sepan que lo que me ha pasado, más bien me ha ayudado a anunciar la buena noticia. 13 Todos los guardias del palacio, y el resto de la gente, saben que estoy preso por servir a Cristo. 14 Además, al saber que estoy preso, la mayoría de los hermanos se ha animado a anunciar el mensaje de Dios, sin miedo y con más confianza en el Señor Jesucristo.
15-16 Es cierto que algunos anuncian la buena noticia porque de veras quieren ayudar: aman a Cristo y saben que Dios me ha dado la tarea de defender la buena noticia. En cambio, hay otros que lo hacen sólo por competir conmigo, o porque me envidian. 17 Y esos que me envidian no la anuncian con sinceridad; lo hacen porque son egoístas y sólo quieren crearme más problemas aquí en la cárcel. 18 Pero eso no importa; porque, sean sinceros o no, están anunciando el mensaje de Cristo, y eso me hace sentirme muy feliz. Y más feliz me sentiré 19 cuando sepa que, por medio de las oraciones de ustedes, y con la ayuda del Espíritu de Jesucristo, pronto saldré de la cárcel. 20 Espero firmemente no hacer nada que pueda avergonzarme. Al contrario, sea que yo viva o muera, quiero portarme siempre con valor para que, por medio de mí, la gente hable de lo maravilloso que es Cristo.
21 Si vivo, quiero hacerlo para servir a Cristo, pero si muero, salgo ganando. 22-23 En realidad, no sé qué es mejor, y me cuesta mucho trabajo elegir. En caso de seguir con vida, puedo serle útil a Dios aquí en la tierra; pero si muero, iré a reunirme con Jesucristo, lo cual es mil veces mejor. 24-25 Pero yo sé que ustedes me necesitan vivo. Por eso estoy seguro de que me quedaré, para poder ayudarlos a tener más confianza en Dios y a vivir felices. 26 Así que, cuando yo esté otra vez con ustedes, tendrán más motivos para alabar a Jesucristo.
Vivir confiando en Cristo
27 Sólo les pido que vivan dignamente, como lo enseña la buena noticia de Cristo. Porque, sea que yo vaya o no a verlos, quiero estar seguro de que todos ustedes viven muy unidos y que se ponen de acuerdo en todo, y que luchan unidos por anunciar la buena noticia.
28 No tengan miedo de sus enemigos. Si ustedes se comportan con valentía, verán que ellos serán destruidos y ustedes serán salvados, porque Dios les dará el triunfo. 29 Dios les ha dado a ustedes el privilegio de confiar en Cristo, y también de sufrir por él. 30 Así que tendrán los mismos problemas que yo he tenido, y ya saben muy bien lo que he sufrido y estoy sufriendo.
Copyright © 2000 by United Bible Societies