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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Reina Valera Revisada (RVR1977)
Version
Génesis 4

Caín mata a Abel

Conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín, y dijo: Por voluntad de Jehová he adquirido varón.

Después dio a luz a su hermano Abel. Y Abel fue pastor de ovejas, y Caín fue labrador de la tierra.

Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová.

Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda;

pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante.

Entonces Jehová dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante?

Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido?, y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él.

Y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y aconteció que estando ellos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo mató.

Y Jehová dijo a Caín: ¿Dónde está Abel tu hermano? Y él respondió: No sé. ¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?

10 Y él le dijo: ¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra.

11 Ahora, pues, maldito seas tú de la tierra, que abrió su boca para recibir por tu mano la sangre de tu hermano.

12 Cuando labres la tierra, no te volverá a dar su fuerza; errante y extranjero serás en la tierra.

13 Y dijo Caín a Jehová: Grande es mi iniquidad para ser soportada.

14 He aquí me echas hoy de la tierra, y de tu presencia me esconderé, y seré errante y extranjero en la tierra; y sucederá que cualquiera que me encuentre, me matará.

15 Y le respondió Jehová: Ciertamente cualquiera que matare a Caín, siete veces será castigado. Entonces Jehová puso señal en Caín, para que no lo matase cualquiera que le hallara.

16 Salió, pues, Caín de delante de Jehová, y habitó en tierra de Nod, al oriente de Edén.

17 Y conoció Caín a su mujer, la cual concibió y dio a luz a Enoc; y edificó una ciudad, y llamó el nombre de la ciudad del nombre de su hijo, Enoc.

18 Y a Enoc le nació Irad, e Irad engendró a Mehujael, y Mehujael engendró a Metusael, y Metusael engendró a Lamec.

19 Y Lamec tomó para sí dos mujeres; el nombre de la una fue Ada, y el nombre de la otra, Zila.

20 Y Ada dio a luz a Jabal, el cual fue padre de los que habitan en tiendas y crían ganados.

21 Y el nombre de su hermano fue Jubal, el cual fue padre de todos los que tocan arpa y flauta.

22 Y Zila también dio a luz a Tubal-caín, artífice de toda obra de bronce y de hierro; y la hermana de Tubal-caín fue Naama.

23 Y dijo Lamec a sus mujeres:

Ada y Zila, oíd mi voz;
Mujeres de Lamec, escuchad mi dicho:
Que un varón maté por mi herida,
Y un joven por mi golpe.

24 Si siete veces será vengado Caín,

Lamec en verdad setenta veces siete lo será.

25 Y conoció de nuevo Adán a su mujer, la cual dio a luz un hijo, y llamó su nombre Set: Porque Dios (dijo ella) me ha sustituido otro hijo en lugar de Abel, a quien mató Caín.

26 Y a Set también le nació un hijo, y llamó su nombre Enós. Entonces los hombres comenzaron a invocar el nombre de Jehová.

Mateo 4

Tentación de Jesucristo

Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo.

Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, al final tuvo hambre.

Y acercándosele el tentador, le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes.

Él respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.

Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso en pie sobre el alero del templo,

y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está:

A sus ángeles les encargará acerca de ti, y:
Te llevarán en sus manos,
Para que no tropiece tu pie contra una piedra.

Jesús le dijo: También está escrito: No tentarás al Señor tu Dios.

De nuevo le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos,

y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adoras.

10 Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque está escrito: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás.

11 Entonces le dejó el diablo; y he aquí que se le acercaron unos ángeles y le servían.

Jesús empieza su ministerio

12 Cuando Jesús oyó que Juan estaba preso, volvió a Galilea;

13 y dejando Nazaret, vino y habitó en Capernaúm, la de junto al mar, en los confines de Zabulón y de Neftalí,

14 para que se cumpliese lo dicho por medio del profeta Isaías, cuando dijo:

15 Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí,
Camino del mar, al otro lado del Jordán,
Galilea de los gentiles;
16 El pueblo asentado en tinieblas vio una gran luz;
Y a los asentados en región de sombra de muerte,
Les ha amanecido una luz.

17 Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.

18 Andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón el llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores.

19 Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres.

20 Ellos entonces, dejando al instante las redes, le siguieron.

21 Pasando de allí, vio a otros dos hermanos, Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, en la barca con Zebedeo su padre, que remendaban sus redes; y los llamó.

22 Y ellos, dejando al instante la barca y a su padre, le siguieron.

23 Y recorría Jesús toda la Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.

24 Y se difundió su fama por toda la Siria; y le trajeron todos los que se encontraban mal por diversas enfermedades, los que sufrían graves padecimientos, los endemoniados, los lunáticos y paralíticos; y los sanó.

25 Y le siguió mucha gente de Galilea, de Decápolis, de Jerusalén, de Judea y del otro lado del Jordán.

Esdras 4

Los adversarios detienen la obra

Oyendo los enemigos de Judá y de Benjamín que los venidos de la cautividad edificaban el templo de Jehová Dios de Israel,

vinieron a Zorobabel y a los jefes de casas paternas, y les dijeron: Edificaremos con vosotros, porque como vosotros buscamos a vuestro Dios, y a él ofrecemos sacrificios desde los días de Esar-hadón, rey de Asiria, que nos hizo venir aquí.

Zorobabel, Jesúa, y los demás jefes de casas paternas de Israel dijeron: No nos conviene edificar con vosotros casa a nuestro Dios, sino que nosotros solos la edificaremos a Jehová, Dios de Israel, como nos mandó el rey Ciro, rey de Persia.

Pero el pueblo de la tierra intimidó al pueblo de Judá, y lo atemorizó para que no edificara.

Sobornaron además contra ellos a los consejeros para frustrar sus propósitos, todo el tiempo de Ciro, rey de Persia, y hasta el reinado de Darío, rey de Persia.

Y en el reinado de Asuero, en el principio de su reinado, escribieron acusaciones contra los habitantes de Judá y de Jerusalén.

También en días de Artajerjes escribieron Bislam, Mitrídates, Tabeel y los demás compañeros suyos, a Artajerjes rey de Persia; y la escritura y el lenguaje de la carta eran en arameo.

Rehum canciller y Simsay secretario escribieron una carta contra Jerusalén al rey Artajerjes.

En tal fecha escribieron Rehum canciller y Simsay secretario, y los demás compañeros suyos los jueces, gobernadores y oficiales, y los de Persia, de Erec, de Babilonia, de Susa, esto es, los elamitas,

10 y los demás pueblos que el grande y glorioso Asnapar transportó e hizo habitar en las ciudades de Samaria y las demás provincias del otro lado del río.

11 Y esta es la copia de la carta que enviaron: Al rey Artajerjes: Tus siervos del otro lado del río te saludan.

12 Sea notorio al rey, que los judíos que subieron de ti a nosotros vinieron a Jerusalén; y edifican la ciudad rebelde y mala, y levantan los muros y reparan los fundamentos.

13 Ahora sea notorio al rey, que si aquella ciudad es reedificada, y los muros son levantados, no pagarán tributo, impuesto y rentas, y el erario de los reyes será menoscabado.

14 Siendo que nos mantienen del palacio, no nos es justo ver el menosprecio del rey, por lo cual hemos enviado a hacerlo saber al rey,

15 para que se busque en el libro de las memorias de tus padres. Hallarás en el libro de las memorias, y sabrás que esta ciudad es ciudad rebelde, y perjudicial a los reyes y a las provincias, y que de tiempo antiguo forman en medio de ella rebeliones, por lo que esta ciudad fue destruida.

16 Hacemos saber al rey que si esta ciudad es reedificada, y son levantados sus muros, la región de más allá del río no será tuya.

17 El rey envió esta respuesta: A Rehum canciller, a Simsay secretario, a los demás compañeros suyos que habitan en Samaria, y a los demás del otro lado del río: Salud y paz.

18 La carta que nos enviasteis fue leída claramente delante de mí.

19 Y por mí fue dada orden y buscaron; y hallaron que aquella ciudad de tiempo antiguo se levanta contra los reyes y se rebela, y se forma en ella sedición;

20 y que hubo en Jerusalén reyes fuertes que dominaron en todo lo que hay más allá del río, y que se les pagaba tributo, impuesto y rentas.

21 Ahora, pues, dad orden de que cesen aquellos hombres, y no sea esa ciudad reedificada hasta que por mí sea dada nueva orden.

22 Y mirad que no seáis negligentes en esto; no sea que el mal aumente en perjuicio de los reyes.

23 Entonces, cuando la copia de la carta del rey Artajerjes fue leída delante de Rehum, y de Simsay secretario y sus compañeros, fueron apresuradamente a Jerusalén a los judíos, y les hicieron cesar con poder y violencia.

24 Entonces cesó la obra de la casa de Dios que estaba en Jerusalén, y quedó suspendida hasta el año segundo del reinado de Darío, rey de Persia.

Hechos 4

Pedro y Juan ante el sanedrín

Mientras hablaban ellos al pueblo, vinieron sobre ellos los sacerdotes y el jefe de la guardia del templo, y los saduceos,

muy molestos de que enseñasen al pueblo, y anunciasen en Jesús la resurrección de entre los muertos.

Y les echaron mano, y los pusieron en la cárcel hasta el día siguiente, porque ya atardecía.

Pero muchos de los que habían oído la palabra, creyeron; y el número de los varones llegó a ser de unos cinco mil.

Aconteció al día siguiente, que se reunieron en Jerusalén los gobernantes, los ancianos y los escribas,

y el sumo sacerdote Anás, y Caifás y Juan y Alejandro, y todos los que eran del linaje de los sumos sacerdotes;

y poniéndoles en medio, les preguntaban: ¿Con qué clase de poder, o en qué nombre, habéis hecho vosotros esto?

Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les dijo: Gobernantes del pueblo, y ancianos de Israel:

Puesto que hoy se nos interroga acerca del beneficio hecho a un hombre enfermo, en virtud de quién ha sido éste sanado,

10 sabedlo todos vosotros, y todo el pueblo de Israel, que en el nombre de Jesucristo de Nazaret, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de los muertos, por él este hombre está en vuestra presencia sano.

11 Este Jesús es la piedra desechada por vosotros los constructores, la cual ha venido a ser piedra angular.

12 Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.

13 Entonces, viendo el denuedo de Pedro y de Juan, y dándose cuenta de que eran hombres sin letras y del vulgo, se maravillaban; y les reconocían que habían estado con Jesús.

14 Y viendo al hombre que había sido sanado, que estaba en pie con ellos, no tenían nada que replicar.

15 Entonces les ordenaron que saliesen del sanedrín; y conferenciaban entre sí,

16 diciendo: ¿Qué haremos con estos hombres? Porque de cierto, una señal notoria ha sido hecha por medio de ellos, manifiesta a todos los que moran en Jerusalén, y no lo podemos negar.

17 Pero, a fin de que no se divulgue más entre el pueblo, amenacémosles para que no hablen de aquí en adelante a hombre alguno en este nombre.

18 Y llamándolos, les intimaron que en ninguna manera pronunciasen palabra ni enseñasen en el nombre de Jesús.

19 Mas Pedro y Juan respondieron diciéndoles: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros más bien que a Dios;

20 porque no podemos menos de decir lo que hemos visto y oído.

21 Ellos entonces les amenazaron y les soltaron, no hallando motivo para castigarles, por causa del pueblo; porque todos glorificaban a Dios por lo que había acontecido,

22 ya que el hombre en quien se había hecho este milagro de sanidad, tenía más de cuarenta años.

Oración pidiendo confianza y valor

23 Y puestos en libertad, vinieron a los suyos y contaron todo lo que los principales sacerdotes y los ancianos les habían dicho.

24 Y ellos, al oírlo, alzaron unánimes la voz a Dios, y dijeron: Soberano Señor, tú eres el Dios que hiciste el cielo, la tierra y el mar, y todo lo que en ellos hay;

25 que por boca de David tu siervo dijiste:

¿A qué fin se amotinan las gentes,
Y los pueblos piensan cosas vanas?
26 Acudieron los reyes de la tierra,
Y los príncipes se coaligaron
Contra el Señor, y contra su Cristo.

27 Porque verdaderamente se aliaron en esta ciudad contra tu santo Siervo Jesús, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel,

28 para hacer cuanto tu mano y tu designio habían predestinado que sucediera.

29 Y en lo de ahora, Señor, fíjate en sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra,

30 mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Siervo Jesús.

31 Cuando acabaron de orar, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios.

Todas las cosas en común

32 Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma; y ni uno solo decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común.

33 Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y abundante gracia había sobre todos ellos.

34 Así que no había entre ellos ningún necesitado; porque todos los que poseían heredades o casas, las vendían, y traían el precio de lo vendido,

35 y lo ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía a cada uno según su necesidad.

36 Entonces José, a quien los apóstoles le pusieron por sobrenombre Bernabé (que traducido es, Hijo de consolación), levita, natural de Chipre,

37 como poseía un campo, lo vendió y trajo el precio y lo puso a los pies de los apóstoles.

Reina Valera Revisada (RVR1977)

Texto bíblico tomado de La Santa Biblia, Reina Valera Revisada® RVR® Copyright © 2017 por HarperCollins Christian Publishing® Usado con permiso. Reservados todos los derechos en todo el mundo.