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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
2 Crónicas 11-12

11 Al volver, Roboán juntó un ejército de las familias de Judá y de Benjamín, 180 000 hombres, para luchar contra los israelitas y recuperar su reino. Pero el SEÑOR le habló así a un hombre de Dios[a] llamado Semaías: «Dile a Roboán hijo de Salomón, rey de Judá, y también a todo Israel en Judá y Benjamín: El SEÑOR les dice: “No vayan a la guerra en contra de los israelitas, sus hermanos. Vuélvase cada uno a su casa. ¡Yo soy la causa de todo esto!”» Así que los hombres del ejército de Roboán obedecieron el mandato del SEÑOR. Tal como lo mandó regresaron y no lucharon contra Jeroboán.

Roboán fortalece a Judá

Roboán se estableció en Jerusalén y construyó estas ciudades como fortificaciones para defender a Judá. Fortificó Belén, Etam, Tecoa, Betsur, Soco, Adulán, Gat, Maresá, Zif, Adorayin, Laquis, Azeca, 10 Zora, Ayalón y Hebrón. Esas ciudades fortificadas quedaban en Judá y en Benjamín. 11 Roboán reforzó las fortificaciones que tenían, ubicó guarniciones de soldados con comandantes militares y almacenó alimentos, aceite y vino. 12 Armó con escudos y lanzas todas las ciudades y las fortificó muy bien. Así quedó en posesión de Judá y de Benjamín.

13 Los sacerdotes y levitas de todo Israel vinieron a unirse a Roboán desde todos los lugares donde vivían. 14 Abandonaron sus campos de pastoreo y sus tierras y se refugiaron en Judá y en Jerusalén porque Jeroboán y sus hijos no les permitieron servir como sacerdotes del SEÑOR. 15 Jeroboán estableció su propio sacerdocio en los santuarios sobre las colinas para adorar a los demonios y a los becerros que él hizo. 16 Los que de todas las tribus de Israel eran seguidores sinceros del SEÑOR, Dios de Israel, se fueron tras los levitas a Jerusalén para ofrecer sacrificios al SEÑOR, Dios de sus antepasados. 17 Esta gente apoyó a Roboán y ayudó a fortalecer el reino de Judá, pues vivieron de acuerdo con el ejemplo de David y de Salomón durante tres años.

La familia de Roboán

18 Roboán se casó con Majalat. Ella era hija de Jerimot, un hijo que David tuvo con Abijaíl, hija de Eliab y nieta de Isaí. 19 Los hijos de Roboán y Majalat eran Jeús, Semarías y Zaján. 20 Después Roboán se casó con Macá hija de Absalón y los hijos que ella tuvo de él fueron Abías, Atay, Ziza y Selomit. 21 Roboán amaba más a Macá hija de Absalón que a sus demás mujeres y concubinas. Tuvo 18 esposas y 60 concubinas que le dieron 28 hijos y 60 hijas.

22 Roboán designó a Abías hijo de Macá como jefe de sus hermanos, pues quería que él fuera rey. 23 Roboán actuó con inteligencia, pues les consiguió muchas esposas a sus demás hijos y les suministró muchos víveres, repartiéndolos a lo largo y ancho del territorio de Judá y de Benjamín y en las ciudades fortificadas.

Sisac ataca a Jerusalén

(1 R 14:25-28)

12 Después de que Roboán estabilizó su reino y su autoridad, él y todo Israel abandonaron la ley del SEÑOR. Entonces debido a que fueron infieles al SEÑOR, en el quinto año del reinado de Roboán, fue Sisac, rey de Egipto, y atacó a Jerusalén con 1200 carros y con caballería de 60 000 jinetes. Trajo además de Egipto un ejército incontable de libios, suquíes y cusitas. Sisac conquistó las ciudades fortificadas de Judá y llegó también hasta Jerusalén.

El profeta Semaías fue a ver a Roboán y a los líderes de Judá que se habían refugiado en Jerusalén por causa de Sisac, y les dijo:

—Esto les dice el SEÑOR: “Ustedes me abandonaron. Por eso yo también los he abandonado a ustedes, y serán derrotados por Sisac”.

Entonces los líderes de Judá se humillaron y dijeron:

—El SEÑOR está haciendo lo justo.

Cuando el SEÑOR vio que se habían humillado, Semaías recibió un mensaje del SEÑOR que decía: «Como ustedes se han humillado, ya no los voy a destruir. Dejaré que unos pocos escapen y no descargaré toda mi ira contra Jerusalén por medio de Sisac. Pero ustedes serán sometidos a él para que sepan la diferencia entre lo que es servirme a mí y servir a los reinos de las naciones».

Sisac, rey de Egipto, vino y atacó a Jerusalén. Saqueó los tesoros depositados en el templo del SEÑOR y los del palacio del rey; se llevó todo, incluso los escudos de oro que Salomón había hecho. 10 Así que el rey Roboán hizo otros escudos de bronce para poner en su lugar, y se los dieron a los guardias que vigilaban en la puerta del palacio del rey. 11 Cada vez que el rey iba al templo del SEÑOR, los guardias iban con él llevando sus escudos, y después de terminar, volvían a guardar los escudos en la pared del cuarto de la guardia. 12 Por haberse humillado Roboán, la ira del SEÑOR se apartó de él con el resultado que no lo destruyó por completo, y también porque quedaba algo bueno en Judá.

13 El rey Roboán se reafirmó en Jerusalén y siguió como rey. Tenía 41 años cuando comenzó a reinar y gobernó 16 años en Jerusalén, la ciudad que el SEÑOR eligió entre todas las tribus de Israel para habitar en ella. La mamá de Roboán era una amonita llamada Noamá. 14 Roboán hizo lo malo porque no tomó una decisión firme de seguir al SEÑOR.

15 Los hechos de Roboán, de principio a fin, están escritos en las crónicas del profeta Semaías y del vidente Idó. Ellos editaron registros familiares. Hubo también permanentemente guerras entre Roboán y Jeroboán. 16 Roboán murió y fue sepultado con sus antepasados en la Ciudad de David, y su hijo Abías reinó en su lugar.

Apocalipsis 2

Carta a la iglesia de Éfeso

»Escribe esto al ángel de la iglesia de Éfeso:

»Esto dice el que tiene las siete estrellas en su mano derecha y que camina entre los siete candelabros de oro:

»Yo sé todo lo que haces, que trabajas duro y nunca te rindes, y que no aceptas a los malos. Has puesto a prueba a los que dicen ser apóstoles pero en realidad no lo son y te has dado cuenta de que son sólo unos mentirosos. Sé que resistes con paciencia y que por mi causa[a] has soportado el mal trato, sin darte por vencido. Pero tengo esto en tu contra: has dejado a un lado el amor que tenías al comienzo. Así que recuerda dónde estabas antes de caer. Cambia y haz lo que hacías al principio. Si no cambias, vendré a ti y quitaré tu candelabro de su lugar. Pero tienes esto a tu favor: al igual que yo, odias lo que hacen los nicolaítas[b].

»Oigan bien lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que salga victorioso, le permitiré comer del árbol de la vida que está en el jardín de Dios.

Carta a la iglesia de Esmirna

»Escribe esto al ángel de la iglesia de Esmirna:

»Esto dice el que es el Primero y el Último, el que murió y ha vuelto a vivir:

»Conozco tu sufrimiento y tu pobreza, aunque en realidad eres muy rico. También sé lo mal que hablan de ti los que se dicen ser judíos y no lo son. Ellos no son verdaderos judíos, sino una sinagoga al servicio de Satanás. 10 No te asustes por los sufrimientos que vienen. Escucha, el diablo va a meter a algunos de ustedes en la cárcel para ponerlos a prueba. Van a sufrir durante diez días, pero sigue firme en tu fe, incluso si tienes que morir. Si no renuncias a tu fe, yo te premiaré con la vida eterna.

11 »Oigan bien lo que el Espíritu dice a las iglesias. El que salga victorioso, será librado de la segunda muerte.

Carta a la iglesia de Pérgamo

12 »Escribe esto al ángel de la iglesia de Pérgamo:

»Esto dice el que tiene la espada de doble filo:

13 »Sé que vives donde Satanás tiene su trono; aun así, has sido muy leal conmigo y no renunciaste a tu fe en mí ni siquiera cuando mataron a Antipas, mi fiel testigo, en esa ciudad donde vive Satanás.

14 »Sin embargo, tengo algunas cosas en tu contra: hay entre ustedes algunos que siguen las enseñanzas que le dio Balán[c] a Balac para que hiciera pecar al pueblo de Israel comiendo alimentos ofrecidos en sacrificio a los ídolos y cometiendo pecados sexuales[d]. 15 Además, hay algunos que creen en lo que dicen los nicolaítas. 16 Por lo tanto, cambia; de lo contrario, vendré pronto y pelearé contra ellos con la espada que sale de mi boca.

17 »Oigan bien lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que salga victorioso, le daré el maná escondido. También le daré una piedrita blanca en la que estará escrito un nuevo nombre que sólo puede conocer el que la recibe.

Carta a la iglesia de Tiatira

18 »Escribe esto al ángel de la iglesia de Tiatira:

»Esto dice el Hijo de Dios, cuyos ojos son como una llama de fuego y cuyos pies son como bronce fino:

19 »Sé lo que haces y conozco tu amor, tu fe, tu servicio y tu constancia. Sé que ahora estás haciendo más de lo que hacías al principio. 20 Pero tengo esto en tu contra: permites que esa mujer, Jezabel, haga lo que quiera. Ella dice ser profetisa, pero con sus enseñanzas está alejando de mi lado a mi pueblo y les está haciendo cometer pecados sexuales y comer alimentos ofrecidos en sacrificio a los ídolos. 21 Le di tiempo para que cambiara, pero ella no ha querido dejar su inmoralidad. 22 Por eso, la hago caer enferma en cama y hago sufrir mucho a los que cometieron adulterio con ella. A menos que dejen de pecar con ella, 23 voy a matar también a sus hijos con una plaga, y así todos los creyentes[e] sabrán que yo sé todo lo que la gente piensa y siente. A cada uno de ustedes le pagaré según lo que haya hecho. 24 Tengo algo que decir al resto de ustedes en Tiatira, a quienes no siguen esas enseñanzas ni han aprendido lo que ellos llaman los profundos secretos de Satanás, no les exigiré nada más. 25 Sólo pórtense como lo han hecho, hasta mi venida.

26 »Al que salga victorioso y siga haciendo hasta el final lo que yo pido, le daré poder sobre todas las naciones.

27 »Él las gobernará con un bastón de hierro.
    Las partirá en pedazos como si fueran vasijas de barro.[f]

28 »Esa autoridad es la misma que recibo de mi Padre. También le daré al vencedor la estrella de la mañana.

29 »Oigan bien lo que el Espíritu dice a las iglesias.

Sofonías 3

El futuro de Jerusalén

Mira a Jerusalén, la ciudad rebelde.
    Esa sucia ciudad que oprimía a la gente.
La ciudad que se negó a escuchar.
    La que ignoró mis enseñanzas,
la que no confió en el SEÑOR
    ni se acercó a su Dios.
Los líderes de esa ciudad
    son como leones que rugen.
Sus jueces son como lobos que atacan al atardecer
    y devoran completamente los cadáveres.
Sus profetas son gente extravagante que miente
    y engaña para obtener lo que quiere.
Sus sacerdotes les faltan al respeto a las cosas sagradas
    y violan la ley.
Por el contrario, el SEÑOR es justo en esa ciudad.
    Él no hace nada malo
y todos los días demuestra su justicia.
    Sí, él es siempre justo en sus decisiones.
    Nunca hace nada cruel o perverso.

«He destruido a las naciones;
    sus torres han sido demolidas.
He destruido sus calles
    para que nadie pase por ellas.
Sus ciudades han sido destruidas
    para que ya nadie viva en ellas.
Pensé que al decirte eso sentirías temor de mí
    y aprenderías la lección.
Pensé que así nunca olvidarías mi disciplina.
    Pero lo que sucedió fue que se llenaron de ganas de hacer más maldades.

»Por eso, espérenme, dice el SEÑOR.
    Esperen el día en que me levante para darles su castigo.
He decidido reunir a las naciones y reinos,
    para castigarlos a ustedes
y mostrarles lo mal que me siento;
    para mostrarles toda mi ira.
Sí, el fuego de mi ira
    quemará la tierra entera.
En aquel tiempo purificaré los labios de todos los pueblos
    y haré que gente de otras naciones invoque el nombre del SEÑOR.
    Así, todos podrán servirme como si fueran uno solo.
10 Aun desde más allá de Etiopía mi pueblo dispersado vendrá pidiéndome ayuda;
    ellos me traerán la ofrenda que me pertenece.

11 »Jerusalén, en aquel tiempo ya no sentirás vergüenza
    por todos los pecados que cometiste en mi contra.
Sacaré de ti a los que se creen tan importantes
    y no quedarán más arrogantes en mi monte santo[a].
12 Sólo quedarán allí los sencillos y humildes
    que confían en el nombre del SEÑOR.
13 Los sobrevivientes del pueblo de Israel no harán el mal
    ni dirán falsedades ni mentirán.
Ellos serán como ovejas que pastan y se acuestan tranquilas
    sin miedo a ser atacadas».

Canto de alegría

14 ¡Sion, canta con alegría!
    ¡Israel, grita de felicidad!
¡Jerusalén, alégrate
    y celebra con todo tu corazón!
15 El SEÑOR te ha perdonado;
    ha alejado a tus enemigos.
El Rey de Israel, el SEÑOR, está dentro de ti.
    Así que ya no tendrás miedo del sufrimiento.
16 Ese día se dirá a Jerusalén:
    «Sion, no tengas miedo, no te rindas.
17 El SEÑOR tu Dios está en medio de ti.
    Él es un guerrero que da la victoria;
con regocijo demostrará su alegría por ti.
    Tendrá un nuevo amor por ti.
Festejará por ti con cantos alegres,
18     como se celebra en un día de fiesta».[b]

«Ya no habrán más insultos para ti;
    ya nadie más se burlará de ti.[c]
19 Ese día, haré que dejen de hacerte daño.
Rescataré a los heridos
    y reuniré a los que han sido expulsados de su tierra.
Serán famosos y respetados en todos los lugares
    en los que ahora sienten vergüenza.
20 Ese día los traeré de regreso.
    Los reuniré a todos
y serán famosos y respetados
    entre todos los pueblos de la tierra.
Eso sucederá cuando traiga de vuelta
    ante sus ojos a los prisioneros».
    Es lo que dice el SEÑOR.

Juan 1

Cristo viene al mundo

En el principio, antes de la creación del mundo,
    ya existía la Palabra[a],
    la Palabra estaba con Dios y era Dios.
Estaba ahí con Dios en el comienzo.
Todo se hizo por aquel que es la Palabra;
    sin él, nada se habría hecho.
En él estaba la vida,
    y esa vida era la luz de los seres humanos.
La Luz[b] brilla en la oscuridad,
    y la oscuridad no ha podido contra ella.[c]

Hubo un hombre enviado por Dios que se llamaba Juan. Él vino a dar testimonio de la Luz para que todos los seres humanos pudieran creer. Juan no era la Luz; él sólo vino a dar testimonio de la Luz. La Luz verdadera que ilumina a todo ser humano entraba al mundo.

10 El que es la Palabra
    ya estaba en el mundo.
Él creó el mundo,
    pero el mundo no lo reconoció.
11 Vino al mundo que le pertenecía,
    pero su propia gente no lo aceptó.
12 Pero a los que lo aceptaron y creyeron en él,
    les dio el derecho[d] de ser hijos de Dios.
13 Son hijos de Dios,
    pero no por nacimiento físico;
no tiene que ver con ningún acto
    ni deseo humano.
Son hijos suyos
    porque Dios así lo quiere.

14 La Palabra se hizo hombre y vivió entre nosotros,
    lleno de generoso amor y verdad.
Vimos su esplendor,
    ese esplendor que pertenece al Hijo único del Padre.

15 Juan dio testimonio de él diciéndole abiertamente a la gente: «Este es el del que yo les hablaba. Era de él que les decía: “El que va a venir después de mí es más importante que yo, porque existía antes que yo”».

16 Todos hemos participado de su perfección
    y recibido generosamente bendición tras bendición.
17 Dios dio la ley por medio de Moisés,
    pero el generoso amor y la verdad llegaron
    por medio de Jesucristo.
18 Nadie ha visto jamás a Dios,
    pero el Hijo único,
quien él mismo es Dios,
    nos lo ha dado a conocer.
Él está lo más cercano al Padre.[e]

Juan da testimonio del Mesías

(Mt 3:1-12; Mr 1:2-8; Lc 3:15-17)

19 Este es el testimonio de Juan, dado cuando los judíos de Jerusalén enviaron unos sacerdotes y levitas a Juan y le preguntaron:

—¿Quién eres tú?

20 Juan respondió sin titubear y sin ocultar la verdad:

—Yo no soy el Mesías.

21 También le preguntaron:

—Entonces, ¿quién eres? ¿Eres Elías?

Juan respondió:

—No lo soy.

—¿Eres tú el Profeta[f]?

Él contestó:

—No.

22 Entonces le dijeron:

—¿Quién eres tú? Dínoslo y así podremos llevar alguna respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices sobre ti mismo?

23 (A)Él dijo:

—Yo soy el que grita en el desierto:
    “¡Enderecen el camino para el Señor!”[g],

como dijo el profeta Isaías.

24 Los fariseos habían mandado a esos hombres. 25 Ellos le preguntaron:

—Si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta, entonces, ¿por qué bautizas?

26 Juan les respondió:

—Yo bautizo con agua, pero entre ustedes hay alguien que no conocen y 27 él viene después de mí. Yo no soy digno de desatarle la correa de sus sandalias.

28 Eso pasó en Betania, al otro lado del Jordán, donde Juan estaba bautizando.

Jesús, el Cordero de Dios

29 Al día siguiente, Juan vio que Jesús venía hacia él y dijo: «Miren, él es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. 30 A él me refería cuando dije: “Hay un hombre que viene después de mí que es más importante que yo porque existía antes que yo”. 31 Yo mismo no lo conocía, pero vine a bautizar con agua para que así Israel pudiera darse cuenta de quién es él».

32 Entonces Juan dio este testimonio: «Yo vi al Espíritu que bajó del cielo en forma de paloma y se colocó sobre él. 33 Yo no lo conocía, pero Dios que me envió para que bautizara con agua, me dijo: “Tú verás al Espíritu bajar y colocarse sobre el que bautiza con el Espíritu Santo”. 34 Lo he visto y por eso doy testimonio de que este es el Hijo de Dios[h]».

Los primeros seguidores de Jesús

35 Al día siguiente, Juan estaba allí de nuevo con dos de sus seguidores. 36 Cuando vio pasar a Jesús, dijo:

—Miren, este es el Cordero de Dios.

37 Cuando los dos seguidores lo escucharon decir esto, siguieron a Jesús. 38 Jesús se dio la vuelta, vio que lo seguían y les preguntó:

—¿Qué quieren?

Ellos le dijeron:

Rabí, (que significa: Maestro) ¿dónde te estás quedando?

39 Jesús les contestó:

—Vengan a ver.

Entonces ellos fueron y vieron dónde se estaba quedando y pasaron ese día con él. Eso fue como a las cuatro de la tarde.

40 Andrés, hermano de Simón Pedro, fue uno de los dos que oyó a Juan y siguió a Jesús. 41 Primero buscó a su hermano Simón y le dijo:

—Encontramos al Mesías (que significa: el Rey Elegido por Dios[i]).

42 Andrés llevó a Simón Pedro a donde estaba Jesús. Jesús lo vio y dijo:

—Tú eres Simón hijo de Juan, pero ahora te llamarás Cefas (que significa: Pedro[j]).

43 Al día siguiente, Jesús decidió ir a Galilea. Encontró a Felipe, y le dijo:

—Sígueme.

44 Felipe era de Betsaida, el pueblo de Andrés y de Pedro. 45 Felipe buscó a Natanael, y le dijo:

—Hemos encontrado a aquel sobre el que escribió Moisés en la ley, y los profetas también escribieron acerca de él. Es Jesús de Nazaret, el hijo de José.

46 Natanael le dijo:

—¡De Nazaret! ¿Acaso de allí puede salir algo bueno?

Felipe dijo:

—Ven y lo verás.

47 Jesús vio que Natanael se acercaba, y dijo:

—Este es un verdadero israelita. No hay engaño en él.

48 Natanael le preguntó:

—¿Cómo es que me conoces?

Jesús le respondió:

—Yo te vi cuando estabas debajo de la higuera, antes de que Felipe te invitara a verme.

49 Natanael respondió:

—Maestro, ¡Tú eres el Hijo de Dios, el rey de Israel!

Jesús contestó:

50 —¿Crees eso porque dije que te había visto debajo de la higuera? Pues verás cosas más grandes que estas.

51 (B)Luego le dijo:

—Les digo la verdad: ustedes verán el cielo abierto y “los ángeles de Dios bajando y subiendo”[k] sobre el Hijo del hombre.

Palabra de Dios para Todos (PDT)

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