M’Cheyne Bible Reading Plan
Salomón traslada el arca al templo
8 Entonces Salomón congregó en Jerusalén a los ancianos de Israel, a todos los jefes de las tribus y a los jefes de las casas paternas de los hijos de Israel ante el rey Salomón, para hacer subir el arca del pacto del SEÑOR desde la Ciudad de David, que es Sion. 2 Y se congregaron ante el rey Salomón todos los hombres de Israel en la fiesta en el mes de Etanim, que es el mes séptimoc.
3 Fueron todos los ancianos de Israel, y los sacerdotes tomaron el arca. 4 Luego subieron el arca del SEÑOR, el tabernáculo de reunión, y todos los utensilios sagrados que estaban en el tabernáculo; los sacerdotes y los levitas los subieron. 5 El rey Salomón y con él toda la congregación de Israel, que se había reunido junto a él, estaban delante del arca, sacrificando tantas ovejas y vacas que por su gran cantidad no se podían contar ni numerar.
6 Entonces los sacerdotes introdujeron el arca del pacto del SEÑOR en su lugar, en el santuario interior del templo, en el lugar santísimo, debajo de las alas de los querubines. 7 Porque los querubines extendían las alas sobre el lugar del arca, de modo que los querubines cubrían el arca y sus varas por encima. 8 Las varas eran tan largas que los extremos de las varas se podían ver desde el lugar santo, que estaba delante del santuario interior; pero no se podían ver desde afuera. Y allí han quedado hasta el día de hoy. 9 Ninguna cosa había en el arca, excepto las dos tablas de piedra que Moisés había colocado allí en Horeb, donde el SEÑOR hizo pacto con los hijos de Israel, cuando salieron de la tierra de Egipto.
10 Y sucedió que cuando los sacerdotes salieron del santuario, la nube llenó la casa del SEÑOR. 11 Y los sacerdotes no pudieron continuar sirviendo por causa de la nube, porque la gloria del SEÑOR había llenado la casa del SEÑOR.
Salomón dedica el templo
12 Entonces Salomón dijo: “El SEÑOR ha dicho que él habita en la densa oscuridad. 13 Ciertamente te he edificado una casa sublime, una morada donde habites para siempre”.
14 El rey se volvió y bendijo a toda la congregación de Israel. Y toda la congregación de Israel estaba de pie. 15 Entonces dijo: “Bendito sea el SEÑOR Dios de Israel, quien con su mano ha cumplido lo que con su boca prometió a mi padre David, diciendo: 16 ‘Desde el día en que saqué a mi pueblo Israel de Egipto, no había elegido ninguna ciudad de todas las tribus de Israel para edificar una casa donde estuviera mi nombre. Pero elegí a David para que estuviera al frente de mi pueblo Israel’.
17 “Estuvo en el corazón de mi padre David el anhelo de edificar una casa al nombre del SEÑOR Dios de Israel. 18 Pero el SEÑOR dijo a mi padre David: ‘Por cuanto ha estado en tu corazón el anhelo de edificar una casa a mi nombre, has hecho bien en tener esto en tu corazón. 19 Sin embargo, tú no edificarás la casa, sino tu hijo que te nacerá, él edificará la casa a mi nombre’.
20 “El SEÑOR ha cumplido su promesa que había hecho, y yo me he levantado en lugar de mi padre David. Me he sentado en el trono de Israel, como el SEÑOR había prometido, y he edificado la casa al nombre del SEÑOR Dios de Israel. 21 Y he dispuesto allí un lugar para el arca, en la cual está el pacto del SEÑOR que él hizo con nuestros padres cuando los sacó de la tierra de Egipto”.
Salomón ora al dedicar el templo
22 Entonces Salomón se puso de pie delante del altar del SEÑOR, frente a toda la congregación de Israel, y extendió sus manos al cielo. 23 Y dijo: “¡Oh SEÑOR Dios de Israel, no hay Dios como tú ni arriba en los cielos ni abajo en la tierra! Tú guardas el pacto y la misericordia para con tus siervos que caminan delante de ti con todo su corazón. 24 Tú has cumplido con tu siervo David, mi padre, lo que le prometiste. Con tu boca lo prometiste, y con tu mano lo has cumplido, como sucede en este día. 25 Ahora pues, oh SEÑOR Dios de Israel, cumple con tu siervo David, mi padre, lo que le prometiste diciendo: ‘No te faltará delante de mí un hombre que se siente en el trono de Israel, con tal que tus hijos guarden su camino para andar delante de mí, como tú has andado delante de mí’. 26 Ahora pues, oh Dios de Israel, sea confirmada tu palabra que hablaste a tu siervo David, mi padre.
27 “Pero, ¿es verdad que Dios ha de habitar sobre la tierra? He aquí, los cielos y los cielos de los cielos no te pueden contener. ¡Cuánto menos este templo que he edificado! 28 Sin embargo, oh SEÑOR, Dios mío, vuélvete hacia la oración y la plegaria de tu siervo, para oír el clamor y la oración que tu siervo hace hoy delante de ti. 29 Estén abiertos tus ojos de noche y de día hacia este templo, hacia el lugar del cual has dicho: ‘Allí estará mi nombre’, para escuchar la oración que tu siervo haga hacia este lugar. 30 Escucha la plegaria de tu siervo y de tu pueblo Israel, cuando oren hacia este lugar. Escucha tú en el lugar de tu morada, en los cielos; escucha tú y perdona.
31 “Si alguna persona peca contra su prójimo, y este le toma juramento al hacerlo jurar, y él entra bajo juramento ante tu altar en este templo, 32 entonces escucha tú en los cielos y actúa. Juzga a tus siervos condenando al injusto, haciendo recaer su conducta sobre su cabeza y justificando al justo, dándole conforme a su justicia.
33 “Cuando tu pueblo Israel sea derrotado delante del enemigo por haber pecado contra ti, y ellos se vuelvan a ti y confiesen tu nombre, y oren y te supliquen en este templo, 34 entonces escucha tú en los cielos, perdona el pecado de tu pueblo Israel y hazlos volver a la tierra que diste a sus padres.
35 “Cuando los cielos estén cerrados y no haya lluvia, por haber ellos pecado contra ti; si oran hacia este lugar, confiesan tu nombre y se vuelven de su pecado cuando los aflijas, 36 entonces escucha tú en los cielos y perdona el pecado de tus siervos y de tu pueblo Israel. Sí, enséñales el buen camino por el que deben andar y dales lluvia sobre tu tierra, la cual has dado a tu pueblo por heredad.
37 “Cuando en la tierra haya hambre; cuando haya peste; cuando haya tizón, hongo, langosta o pulgón, o cuando su enemigo lo asedie en la tierra de sus ciudades (cualquiera que sea la plaga o la enfermedad), 38 cualquiera que sea la oración o la plegaria que haga algún hombre o todo tu pueblo Israel (cada uno reconociendo la plaga de su corazón y extendiendo sus manos hacia este templo), 39 entonces escucha tú en los cielos, el lugar de tu morada, perdona y actúa. Da a cada uno conforme a todos sus caminos, pues conoces su corazón (porque solo tú conoces el corazón de todo hombre); 40 a fin de que te teman todos los días que vivan sobre la superficie de la tierra que tú has dado a nuestros padres.
41 “Asimismo, cuando el extranjero que no sea de tu pueblo Israel venga de una tierra lejana a causa de tu nombre 42 (porque oirán de tu gran nombre, de tu poderosa mano y de tu brazo extendido), y venga a orar a este templo, 43 entonces escucha tú en los cielos, el lugar de tu morada. Haz conforme a todo aquello por lo cual el extranjero clame a ti, a fin de que todos los pueblos de la tierra conozcan tu nombre, te teman como tu pueblo Israel y sepan que este templo que he edificado es llamado por tu nombre.
44 “Si tu pueblo sale a la batalla contra su enemigo por el camino que los envíes, y ellos oran al SEÑOR en dirección a la ciudad que tú has elegido y a la casa que he edificado a tu nombre, 45 entonces escucha en los cielos su oración y su plegaria, y ampara su causa.
46 “Si pecan contra ti (pues no hay hombre que no peque), y te enojas contra ellos y los entregas ante el enemigo, y estos los llevan como cautivos suyos a la tierra del enemigo, lejana o cercana; 47 si ellos vuelven en sí en la tierra a donde hayan sido llevados cautivos, y se vuelven y te suplican en la tierra de los que los llevaron cautivos, diciendo: ‘Hemos pecado; hemos hecho iniquidad; hemos actuado impíamente’; 48 si en la tierra de sus enemigos, a donde los hayan llevado cautivos, ellos se vuelven a ti con todo su corazón y con toda su alma, y oran a ti en dirección a la tierra que diste a sus padres, a la ciudad que has elegido y al templo que he edificado a tu nombre, 49 entonces escucha en los cielos, el lugar de tu morada, su oración y su plegaria, y ampara su causa. 50 Perdona a tu pueblo que ha pecado contra ti, y todas las transgresiones que han cometido contra ti, y hazlos objeto de misericordia ante los que los han llevado cautivos, para que tengan misericordia de ellos. 51 Porque ellos son tu pueblo y tu heredad que sacaste de Egipto, de en medio del horno de hierro.
52 “Estén abiertos tus ojos a la plegaria de tu siervo y a la plegaria de tu pueblo Israel para escucharlos en todo aquello que te invoquen. 53 Porque tú, oh SEÑOR, los has separado para ti como tu heredad de entre todos los pueblos de la tierra, como lo dijiste por medio de tu siervo Moisés, cuando sacaste a nuestros padres de Egipto”.
54 Y sucedió que cuando Salomón terminó de hacer toda esta oración y plegaria al SEÑOR, se levantó de estar de rodillas delante del altar del SEÑOR, con sus manos extendidas al cielo. 55 Entonces se puso de pie y bendijo en alta voz a toda la congregación de Israel, diciendo: 56 “¡Bendito sea el SEÑOR, que ha dado descanso a su pueblo Israel, conforme a todo lo que él había prometido! No ha fallado ninguna palabra de todas sus buenas promesas que expresó por medio de su siervo Moisés. 57 El SEÑOR nuestro Dios esté con nosotros, como estuvo con nuestros padres; no nos desampare ni nos deje. 58 Incline él nuestro corazón hacia sí, para que andemos en todos sus caminos y guardemos sus mandamientos, sus leyes y sus decretos, que mandó a nuestros padres. 59 Que estas palabras mías, con que he suplicado delante del SEÑOR, estén cerca del SEÑOR nuestro Dios, de día y de noche, para que él ampare la causa de su siervo y la de su pueblo Israel, según la necesidad de cada día; 60 a fin de que todos los pueblos de la tierra sepan que el SEÑOR es Dios y que no hay otro. 61 Sea, pues, íntegro el corazón de ustedes para con el SEÑOR nuestro Dios, a fin de andar en sus leyes y guardar sus mandamientos, como en este día”.
Fiesta por la dedicación del templo
62 Entonces el rey y todo Israel con él ofrecieron sacrificios delante del SEÑOR. 63 Salomón ofreció al SEÑOR, como sacrificios de paz, veintidós mil toros y ciento veinte mil ovejas. Así el rey y todos los hijos de Israel dedicaron la casa del SEÑOR.
64 Aquel mismo día el rey consagró la parte central del atrio que estaba delante de la casa del SEÑOR, pues allí ofreció los holocaustos, las ofrendas vegetales y el sebo de los sacrificios de paz. Porque el altar de bronce que estaba delante del SEÑOR era demasiado pequeño para contener los holocaustos, las ofrendas vegetales y el sebo de los sacrificios de paz.
65 En aquella ocasión Salomón y todo Israel con él, una gran congregación desde Lebo-hamat hasta el arroyo de Egipto, hicieron fiesta delante del SEÑOR nuestro Dios durante siete días[a], y otros siete días más, es decir, durante catorce días. 66 Al octavo día despidió al pueblo. Ellos bendijeron al rey y se fueron a sus moradas, alegres y con el corazón gozoso por toda la bondad que el SEÑOR había hecho a su siervo David y a su pueblo Israel.
5 Por tanto, sean imitadores de Dios como hijos amados, 2 y anden en amor, como Cristo también nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros como ofrenda y sacrificio en olor fragante a Dios. 3 Pero la inmoralidad sexual y toda impureza o avaricia no se nombren más entre ustedes, como corresponde a santos; 4 ni tampoco la conducta indecente ni tonterías ni bromas groseras, cosas que no son apropiadas sino, más bien, acciones de gracias. 5 Porque esto lo saben muy bien: que ningún inmoral ni impuro ni avaro, el cual es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios.
La conducta de los hijos de luz
6 Nadie los engañe con vanas palabras, porque a causa de estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia. 7 Por eso, no sean partícipes con ellos 8 porque, si bien en otro tiempo eran tinieblas, ahora son luz en el Señor. ¡Anden como hijos de luz! 9 Pues el fruto de la luz[a] consiste en toda bondad, justicia y verdad. 10 Aprueben lo que es agradable al Señor 11 y no tengan ninguna participación en las infructuosas obras de las tinieblas sino, más bien, denúncienlas. 12 Porque da vergüenza aun mencionar lo que ellos hacen en secreto. 13 Pero cuando son denunciadas, todas las cosas son puestas en evidencia por la luz; pues lo que hace que todo sea visible es la luz. 14 Por eso dice:
“¡Despiértate, tú que duermes,
y levántate de entre los muertos,
y te alumbrará Cristo!”[b].
15 Miren, pues, con cuidado, cómo se comportan; no como imprudentes sino como prudentes, 16 redimiendo el tiempo porque los días son malos. 17 Por tanto, no sean insensatos sino comprendan cuál es la voluntad del Señor. 18 Y no se embriaguen con vino, pues en esto hay desenfreno[c]. Más bien, sean llenos del Espíritu, 19 hablando entre ustedes con salmos, himnos y canciones espirituales; cantando y alabando al Señor en su corazón; 20 dando gracias siempre por todo al Dios y Padre en el nombre de nuestro Señor Jesucristo; 21 y sometiéndose unos a otros en el temor de Cristo: 22 Las casadas[d] estén sujetas a sus propios esposos como al Señor, 23 porque el esposo es cabeza de la esposa así como Cristo es cabeza de la iglesia, y él mismo es salvador de su cuerpo. 24 Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, de igual manera las esposas lo estén a sus esposos en todo.
25 Esposos, amen a sus esposas así como también Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella, 26 a fin de santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua con la palabra, 27 para presentársela a sí mismo una iglesia gloriosa que no tenga mancha ni arruga ni cosa semejante sino que sea santa y sin falta. 28 De igual manera, los esposos deben amar a sus esposas como a sus propios cuerpos. El que ama a su esposa, a sí mismo se ama. 29 Porque nadie aborreció jamás a su propio cuerpo; más bien, lo sustenta y lo cuida tal como Cristo a la iglesia, 30 porque somos miembros de su cuerpo[e]. 31 Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne[f]. 32 Grande es este misterio, pero lo digo respecto de Cristo y de la iglesia. 33 Por tanto, cada uno de ustedes ame a su esposa como a sí mismo, y la esposa respete a su esposo.
Profecía de la invasión de Gog
38 Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo: 2 “Oh hijo de hombre, pon tu rostro hacia la tierra de Magog, contra Gog, príncipe soberano de Mesec y Tubal. Profetiza contra él 3 y di que así ha dicho el SEÑOR Dios[a]: ‘He aquí, yo estoy contra ti, oh Gog, príncipe soberano de Mesec y Tubal. 4 Te haré dar vuelta y pondré ganchos en tus quijadas. Te sacaré a ti y a todo tu ejército —caballos y jinetes, todos vestidos espléndidamente—, una gran multitud con escudos y defensas, llevando todos ellos espadas. 5 Persia, Etiopía y Libia estarán con ellos; todos ellos con escudos y cascos. 6 Estarán contigo Gomer y todas sus tropas; Bet-togarma, de los confines del norte, con todas sus tropas, y muchos otros pueblos. 7 Alístate y prepárate, tú con toda la multitud que se te ha congregado, y sé tú su guarda. 8 De aquí a muchos días serás convocado. Al cabo de años vendrás a la tierra restaurada de la espada y recogida de entre muchos pueblos, contra los montes de Israel, que continuamente han sido objeto de destrucción. Sus habitantes han sido sacados de entre las naciones y todos ellos habitan confiadamente. 9 Tú subirás; vendrás como una tempestad y serás como una nube que cubre la tierra, tú con todas tus tropas, y muchos pueblos contigo’ ”.
10 Así ha dicho el SEÑOR Dios[b]: “En aquel día sucederá que subirán palabras a tu corazón y concebirás un plan malvado. 11 Dirás: ‘Subiré contra una tierra indefensa; iré a un pueblo tranquilo que habita confiadamente. Todos ellos habitan sin murallas, y no tienen cerrojos ni puertas’. 12 Esto será para tomar botín y para hacer saqueo, para volver tu mano contra las ruinas que han vuelto a ser habitadas, contra el pueblo que ha sido recogido de entre las naciones, el cual se hace de ganado y de posesiones, y habita en el centro de la tierra. 13 Saba, Dedán, los mercaderes de Tarsis y todas sus aldeas[c] te preguntarán: ‘¿Has venido para tomar botín? ¿Has reunido tu multitud para hacer saqueo, para llevarte la plata y el oro, para tomar el ganado y las posesiones, para tomar un gran botín?’.
14 “Por tanto, oh hijo de hombre, profetiza y di a Gog que así ha dicho el SEÑOR Dios[d]: ‘En aquel día, cuando mi pueblo Israel habite confiadamente, ¿no lo sabrás tú? 15 Vendrás de tu lugar, de los confines del norte, tú y muchos pueblos contigo, todos a caballo, una gran multitud, un numeroso ejército. 16 Y subirás contra mi pueblo Israel como nube para cubrir la tierra. Ocurrirá en los postreros días. Yo te traeré contra mi tierra para que las naciones me conozcan cuando yo muestre mi santidad en ti, oh Gog, ante su vista’ ”.
Profecía de la derrota de Gog
17 Así ha dicho el SEÑOR Dios[e]: “¿Eres tú aquel de quien hablé en los días del pasado por medio de mis siervos los profetas de Israel, quienes en aquellos días y años profetizaron que yo te habría de traer contra ellos?[f].
18 “Ocurrirá en aquel día, cuando Gog venga contra la tierra de Israel, dice el SEÑOR Dios[g], que estallará mi ira en mi rostro. 19 Porque en mi celo y en el fuego de mi indignación digo que en aquel día habrá un gran terremoto en la tierra de Israel. 20 Y temblarán ante mi presencia los peces del mar, las aves del cielo, los animales del campo, todo reptil que se desplaza sobre la tierra y todos los hombres que están sobre la faz de la tierra. Los montes serán destruidos y caerán los declives; toda muralla caerá a tierra. 21 En todos mis montes llamaré a la espada contra Gog, dice el SEÑOR Dios[h]. Y la espada de cada uno estará contra su hermano. 22 Con peste y con sangre entraré en juicio contra él. Sobre él, sobre sus tropas y sobre los muchos pueblos que están con él haré caer lluvia torrencial, piedras de granizo, fuego y azufre. 23 Mostraré mi grandeza y mi santidad. Así me daré a conocer ante los ojos de muchas naciones. Y sabrán que yo soy el SEÑOR.
Recuerdo de las promesas a David
89 Masquil[a] de Eitán el ezrajita.
Perpetuamente cantaré las misericordias del SEÑOR;
con mi boca daré a conocer tu
fidelidad de generación en generación.
2 Diré: “Para siempre será edificada
la misericordia”.
En los mismos cielos establecerás
tu fidelidad.
3 “Yo hice un pacto con mi escogido; juré a mi siervo David, diciendo:
4 ‘Para siempre confirmaré tu
descendencia
y edificaré tu trono por todas las generaciones’”[b]. Selah[c]
5 Los cielos celebrarán, oh SEÑOR, tus maravillas;
y tu fidelidad, en la congregación de los santos.
6 Porque, ¿quién en las nubes se comparará con el SEÑOR? ¿Quién será semejante al SEÑOR entre los hijos de los poderosos?
7 Dios es temible en la gran asamblea de los santos;
formidable sobre todos cuantos están a su alrededor.
8 Oh SEÑOR Dios de los Ejércitos, ¿quién como tú?
¡Poderoso eres, oh SEÑOR[d]! Tu fidelidad te rodea.
9 Tú tienes dominio sobre la braveza del mar;
cuando sus olas se levantan tú las sosiegas.
10 Tú quebrantaste a Rahab[e] como
a un cadáver;
con el brazo de tu poder esparciste
a tus enemigos.
11 Tuyos son los cielos,
tuya es también la tierra;
el mundo y su plenitud
tú los fundaste.
12 Al norte y al sur, tú los creaste;
el Tabor y el Hermón cantarán
a tu nombre.
13 Tuyo es el brazo poderoso;
fuerte es tu mano, exaltada tu diestra.
14 La justicia y el derecho son
el fundamento de tu trono;
la misericordia y la verdad van delante de tu rostro.
15 ¡Bienaventurado el pueblo que conoce el grito de júbilo!
Andarán a la luz de tu rostro,
oh SEÑOR.
16 En tu nombre se alegrarán todo el día,
y en tu justicia serán enaltecidos.
17 Porque tú eres la gloria de su poder,
y por tu buena voluntad exaltarás nuestro poderío.
18 ¡El SEÑOR es nuestro escudo! ¡Nuestro Rey es el Santo de Israel!
19 Antaño hablaste en visión
a tus piadosos
y les dijiste: “Yo he puesto el socorro sobre un valiente;
he enaltecido a uno escogido
de mi pueblo.
20 Hallé a mi siervo David
y lo ungí con mi aceite santo.
21 Mi mano estará firme con él; también mi brazo lo fortalecerá.
22 No lo doblegará el enemigo;
ningún hijo de iniquidad
lo quebrantará.
23 Pero yo quebrantaré delante de él
a sus enemigos,
y heriré a los que le aborrecen.
24 Mi fidelidad y mi misericordia
estarán con él;
en mi nombre será enaltecido
su poderío.
25 Asimismo, pondré su mano sobre
el mar,
y su mano derecha sobre los ríos.
26 Él me dirá: ‘Tú eres mi padre; eres mi Dios y la roca
de mi salvación’.
27 Yo también le pondré por
primogénito,
más alto que los reyes de la tierra.
28 Para siempre le confirmaré
mi misericordia,
y mi pacto será firme para con él.
29 Estableceré su linaje para siempre,
y su trono como los días de los cielos.
30 Si sus hijos dejan mi ley
y no caminan en mis juicios,
31 si profanan mis estatutos
y no guardan mis mandamientos,
32 entonces castigaré con vara
su rebelión,
y con azotes sus iniquidades.
33 Pero no retiraré de él mi misericordia,
ni falsearé mi fidelidad.
34 No profanaré mi pacto,
ni cambiaré lo que ha salido
de mis labios.
35 Una vez he jurado por mi santidad,
y no mentiré a David:
36 Su descendencia será para siempre;
y su trono, delante de mí, como el sol.
37 Será como la luna que permanece firme para siempre;
un fiel testigo en medio de las nubes”.
Selah[f]
38 Pero tú has desechado y
menospreciado a tu ungido;
te has airado contra él.
39 Tú has rechazado el pacto
de tu siervo,
y su diadema has profanado hasta
el suelo.
40 Has roto todos sus vallados
y has convertido en ruinas sus fortalezas.
41 Lo saquean todos los que pasan por el camino;
es objeto de afrenta a sus vecinos.
42 Has enaltecido la mano derecha de sus enemigos,
y has alegrado a todos sus adversarios.
43 Asimismo, has hecho volver atrás[g]
su espada
y no lo levantaste en la batalla.
44 Has hecho cesar el cetro
de su esplendor[h],
y has echado su trono por tierra.
45 Has acortado los días de su juventud, y le has cubierto de afrenta. Selah[i]
46 ¿Hasta cuándo, oh SEÑOR? ¿Te esconderás para siempre? ¿Arderá tu ira como el fuego?
47 Recuerda, por favor, cuán pasajero soy. ¿Por qué habrás creado en vano a todos los hijos del hombre?
48 ¿Qué hombre vivirá y no verá
la muerte?
¿Librarás su vida del poder del Seol?
Selah[j]
49 Señor, ¿dónde están tus antiguas misericordias
que por tu fidelidad juraste a David?
50 Señor, acuérdate del oprobio de tus siervos,
el de muchos pueblos que llevo
en mi seno.
51 Porque tus enemigos, oh SEÑOR, han deshonrado,
han deshonrado los pasos
de tu ungido.
52 ¡Bendito sea el SEÑOR para siempre! Amén y amén.
Version Reina Valera Actualizada, Copyright © 2015 by Editorial Mundo Hispano