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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version
2 Samuel 21

David vindica a los gabaonitas

21 Aconteció en los días de David que hubo hambre durante tres años consecutivos. David buscó el rostro del SEÑOR, y el SEÑOR le dijo:

—Es por causa de Saúl y su casa sanguinaria, porque él dio muerte a los gabaonitas.

Entonces el rey llamó a los gabaonitas y les habló. Los gabaonitas no eran de los hijos de Israel, sino del remanente de los amorreos, a los cuales los hijos de Israel habían hecho juramento. Pero debido a su celo por los hijos de Israel y de Judá, Saúl había procurado matarlos.

David preguntó a los gabaonitas:

—¿Qué haré por ustedes y con qué haré compensación, para que bendigan la heredad del SEÑOR?

Los gabaonitas le respondieron:

—No tenemos pleito sobre plata ni oro con Saúl ni con su casa. Tampoco queremos que muera nadie en Israel.

Él les dijo:

—Haré por ustedes lo que digan.

Ellos respondieron al rey:

—De aquel hombre que nos destruyó y maquinó contra nosotros para exterminarnos, sin dejar nada de nosotros en todo el territorio de Israel, que nos den siete hombres de sus descendientes para que los ahorquemos delante del SEÑOR en Gabaa de Saúl, el escogido del SEÑOR.

El rey dijo:

—Se los daré.

El rey perdonó la vida a Mefiboset hijo de Jonatán, hijo de Saúl, por el juramento del SEÑOR que había entre ellos, entre David y Jonatán hijo de Saúl. Pero tomó a dos hijos de Rizpa hija de Ayías, que ella había dado a luz a Saúl, a saber: Armoni y Mefiboset. También tomó a cinco hijos de Merab[a] hija de Saúl, que ella había dado a luz a Adriel hijo de Barzilai el mejolatita. Los entregó en mano de los gabaonitas, y ellos los ahorcaron en el monte delante del SEÑOR; y murieron los siete juntos.

Ellos fueron muertos en los primeros días de la siega, al comienzo de la siega de la cebada. 10 Y Rizpa hija de Ayías tomó una manta de cilicio y se la tendió sobre una roca, desde el principio de la siega hasta que empezó a llover sobre ellos agua del cielo, sin dejar que ningún ave del cielo se posara sobre ellos de día ni los animales del campo de noche.

11 Informaron a David de lo que hacía Rizpa hija de Ayías, concubina de Saúl; 12 y David fue y tomó los restos de Saúl y los restos de su hijo Jonatán, de los señores de Jabes, en Galaad, quienes los habían tomado secretamente de la plaza de Bet-seán, donde los filisteos los habían colgado el día que estos derrotaron a Saúl en Gilboa. 13 Hizo traer de allá los restos de Saúl y los restos de su hijo Jonatán, y recogieron los restos de los ahorcados. 14 Luego sepultaron los restos de Saúl y los de su hijo Jonatán en territorio de Benjamín, en Zela, en el sepulcro de su padre Quis; e hicieron todo lo que el rey había mandado. Y después de esto, Dios atendió las súplicas con respecto a la tierra.

Otras campañas contra los filisteos

15 Aconteció que hubo otra batalla de los filisteos contra Israel. David descendió con sus servidores y combatieron contra los filisteos, y David quedó extenuado. 16 Entonces Isbi-benob, uno de los descendientes de Harafa, cuya lanza de bronce pesaba tres y medio kilos, ceñido con una espada nueva, trató de matar a David. 17 Pero Abisai, hijo de Sarvia, lo socorrió, hirió al filisteo y lo mató. Entonces los hombres de David le juraron diciendo: “No saldrás más con nosotros a la batalla, no sea que apagues la lámpara de Israel”.

18 Aconteció después de esto que hubo otra batalla contra los filisteos en Gob. Entonces Sibecai, de Husa, mató a Saf, uno de los descendientes de Harafa.

19 Hubo otra batalla contra los filisteos en Gob. Entonces Eljanán hijo de Jaare-oreguim, de Belén, mató a Goliat el geteo[b], el asta de cuya lanza era como un rodillo de telar.

20 Y hubo otra batalla en Gat, donde había un hombre de gran estatura[c], el cual tenía seis dedos en cada mano y seis dedos en cada pie, veinticuatro en total. Él también era un descendiente de Harafa. 21 Él desafió a Israel, pero lo mató Jonatán hijo de Simea, hermano de David.

22 Estos cuatro eran descendientes de Harafa en Gat, y cayeron por mano de David y por mano de sus servidores.

Gálatas 1

Pablo, apóstol —no de parte de hombres ni por medio de hombre, sino por medio de Jesucristo y de Dios Padre, quien lo resucitó de entre los muertos— y todos los hermanos que están conmigo; a las iglesias de Galacia: Gracia a ustedes y paz, de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo quien se dio a sí mismo por nuestros pecados. De este modo nos libró de la presente época malvada, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre, a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

El carácter único del evangelio

Estoy asombrado de que tan pronto se estén apartando del que los llamó por la gracia de Cristo[a], para ir tras un evangelio diferente. No es que haya otro evangelio, sino que hay algunos que los perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Pero aun si nosotros mismos o un ángel del cielo les[b] anunciara un evangelio diferente del que les hemos anunciado, sea anatema. Como ya lo hemos dicho, ahora mismo vuelvo a decir: Si alguien les está anunciando un evangelio contrario al que recibieron, sea anatema.

Pablo defiende su evangelio

10 ¿Busco ahora convencer a los hombres, o a Dios? ¿Será que busco agradar a los hombres? Si yo todavía tratara de agradar a los hombres, no sería siervo de Cristo. 11 Pero les hago saber, hermanos, que el evangelio que fue anunciado por mí no es según hombre; 12 porque yo no lo recibí ni me fue enseñado de parte de ningún hombre sino por revelación de Jesucristo.

13 Ya oyeron acerca de mi conducta en otro tiempo en el judaísmo: que yo perseguía ferozmente a la iglesia de Dios y la estaba asolando. 14 Me destacaba en el judaísmo sobre muchos de mis contemporáneos en mi nación, siendo mucho más celoso de las tradiciones de mis padres. 15 Pero cuando Dios —quien me apartó desde el vientre de mi madre y me llamó por su gracia— tuvo a bien 16 revelar a su Hijo en mí para que yo lo anunciara entre los gentiles, no consulté de inmediato con ningún hombre 17 ni subí a Jerusalén a los que fueron apóstoles antes que yo sino que partí para Arabia y volví de nuevo a Damasco.

18 Luego, después de tres años, subí a Jerusalén para entrevistarme con Pedro y permanecí con él quince días. 19 No vi a ningún otro de los apóstoles sino a Jacobo[c], el hermano del Señor; 20 y en cuanto a lo que les escribo, he aquí delante de Dios que no miento. 21 Después fui a las regiones de Siria y de Cilicia. 22 Y yo no era conocido de vista por las iglesias de Judea, las que están en Cristo. 23 Solamente oían decir: “El que antes nos perseguía ahora proclama como buena nueva la fe que antes asolaba”. 24 Y daban gloria a Dios por causa de mí.

Ezequiel 28

Profecía contra el rey de Tiro

28 Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo: “Oh hijo de hombre, di al soberano de Tiro que así ha dicho el SEÑOR Dios[a]: Por cuanto tu corazón se enalteció, y porque, a pesar de ser hombre y no Dios, dijiste: ‘Yo soy un dios, y estoy sentado en la sede de los dioses, en el corazón de los mares’; porque igualaste tu corazón al corazón de Dios, ¡he aquí tú eres más sabio que Daniel, y no hay ningún misterio que te sea oculto! Con tu sabiduría e inteligencia te has conseguido riquezas, y has acumulado oro y plata en tus tesoros. Con tu gran sabiduría has engrandecido tus riquezas mediante tu comercio, y tu corazón se ha enaltecido a causa de tus riquezas. Por tanto, así ha dicho el SEÑOR Dios[b]: Porque igualaste tu corazón con el corazón de Dios, he aquí yo traigo contra ti extranjeros, los más crueles de las naciones. Desenvainarán sus espadas contra la hermosura de tu sabiduría y profanarán tu esplendor. Te harán descender a la fosa, y morirás como los que son muertos en el corazón de los mares. ¿Osarás decir delante de tu verdugo, a pesar de ser hombre y no Dios: ‘Yo soy un dios’? En mano de quienes te atraviesen 10 morirás a la manera de los incircuncisos, en mano de los extranjeros; porque yo he hablado”, dice el SEÑOR Dios[c].

Lamento por el rey de Tiro

11 Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo: 12 “Oh hijo de hombre, entona un lamento por el rey de Tiro, y dile que así ha dicho el SEÑOR Dios[d]:

“‘¡Tú eras un modelo perfecto, lleno de sabiduría y de

completa hermosura!

13 Estabas en el Edén, el jardín de Dios. Tu vestidura era de toda clase

de piedras preciosas:

rubí, topacio, diamante, crisólito, ónice, jaspe, zafiro, turquesa y berilo.

Y de oro era la hechura

de tus encajes y de tus engastes. En el día que fuiste creado

fueron preparadas.

14 Cuando fuiste ungido, yo te puse junto con los querubines protectores. Estabas en el santo monte de Dios,

y andabas en medio de piedras

de fuego.

15 Eras perfecto en tus caminos desde el día en que fuiste creado hasta que se halló en ti maldad.

16 “ ‘A causa de tu gran comercio

te llenaron de violencia y pecaste. Por eso, te expulsé del monte de Dios,

y un querubín protector hizo que desaparecieras de en medio

de las piedras de fuego.

17 Tu corazón se enalteció debido

a tu hermosura;

a causa de tu esplendor

se corrompió tu sabiduría.

“ ‘Yo te he arrojado en tierra;

te he puesto como espectáculo ante los reyes.

18 Por tus muchos pecados

y por la iniquidad de tu comercio profanaste tu santuario[e].

Yo, pues, hice que en medio de ti

se desatara y te devorase el fuego.

Te convertí en cenizas sobre la tierra ante los ojos de cuantos

te observaban.

19 Todos los que te conocen entre los pueblos se horrorizan a causa de ti. Eres objeto de espanto,

y dejarás de ser para siempre’ ”.

Profecía contra Sidón

20 Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo: 21 “Oh hijo de hombre, pon tu rostro hacia Sidón y profetiza contra ella. 22 Dirás que así ha dicho el SEÑOR Dios[f]: ‘Oh Sidón, he aquí que yo estoy contra ti y seré glorificado en medio de ti’. Y sabrán que yo soy el SEÑOR, cuando ejecute actos justicieros en medio de ella, y en ella yo muestre mi santidad. 23 Le enviaré peste y sangre por sus plazas. Los cadáveres caerán en medio de ella, y la espada estará alrededor de ella. Y sabrán que yo soy el SEÑOR.

24 “Nunca más habrá para la casa de Israel espina que hiera ni aguijón que cause dolor, de parte de todos los que los rodean y los desprecian. Y sabrán que yo soy el SEÑOR”.

25 Así ha dicho el SEÑOR Dios[g]: “Cuando yo reúna a los de la casa de Israel de entre las naciones donde están dispersados, entonces en medio de ellos seré tratado como santo a la vista de las naciones. Y habitarán en su tierra, la cual di a mi siervo Jacob. 26 Habitarán seguros en ella; edificarán casas y plantarán viñas. Habitarán seguros, cuando yo haya ejecutado actos justicieros alrededor de ellos, en medio de todos los que los desprecian. Y sabrán que yo soy el SEÑOR su Dios”.

Salmos 77

Recuerdos del éxodo

77 Al músico principal. Para Jedutún. Salmo de Asaf.

Mi voz elevo a Dios y clamo;
mi voz elevo a Dios y él me escucha.
Al Señor busco en el día
de mi angustia.
Sin cesar extiendo a él mis manos
en la noche;
mi alma rehúsa el consuelo.
Me acuerdo de Dios y gimo; medito y mi espíritu desfallece.
Selah[a]
Tú retienes los párpados de mis ojos; estoy turbado y no puedo hablar.
Considero los días de antaño, los años antiguos.
Recuerdo mi canto en la noche. Medito en mi corazón
y mi espíritu investiga.
¿Acaso nos desechará el Señor para siempre?
¿Ya no volverá a ser propicio?
¿Se ha agotado para siempre su misericordia?
¿Se han acabado sus promesas por generación y generación?
¿Se ha olvidado de ser clemente? ¿En su ira ha cerrado su compasión?
Selah[b]
10 Y pienso: Mi tristeza es que
haya cambio
en la diestra del Altísimo.
11 Me acuerdo de las obras del SEÑOR[c]; sí, me acuerdo de tus maravillas del pasado.
12 Medito en todos tus hechos,
y reflexiono en tus actos.
13 Oh Dios, santo es tu camino. ¿Qué Dios es grande como
nuestro Dios?
14 Tú eres un Dios que hace maravillas; has hecho conocer tu poder entre los pueblos.
15 Con tu brazo has redimido a tu pueblo,
a los hijos de Jacob y de José. Selah[d]
16 Las aguas te vieron, oh Dios;
las aguas te vieron y temblaron.
Se estremecieron los abismos.
17 Los nubarrones vertieron sus aguas, tronaron las nubes,
también se desplazaron tus rayos.
18 El tronar de tu voz estaba en el torbellino;
los relámpagos alumbraron al mundo;
la tierra se estremeció y tembló.
19 Tu camino estaba en el mar,
y tu sendero en las caudalosas aguas. Pero tus huellas nadie
las pudo conocer.
20 Como a un rebaño has conducido
a tu pueblo
por medio de Moisés y de Aarón.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

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