Print Page Options
Previous Prev Day Next DayNext

M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version
2 Samuel 18

18 David pasó revista a la gente que estaba con él, y puso sobre ellos jefes de millares y jefes de centenas. Luego David envió a la gente: una tercera parte al mando de Joab, otra tercera parte al mando de Abisai, hijo de Sarvia y hermano de Joab, y la otra tercera parte al mando de Itai el geteo. Luego el rey dijo al pueblo:

—Yo mismo iré también con ustedes.

Pero el pueblo dijo:

—No irás; porque si nosotros tenemos que huir, no harán caso de nosotros. Aunque muera la mitad de nosotros, no nos harán caso. Pero tú vales hoy tanto como diez mil de nosotros[a]. Ahora pues, será mejor que nos des ayuda desde la ciudad.

El rey les dijo:

—Haré lo que les parezca bien.

Entonces el rey se quedó de pie junto a la puerta mientras todo el pueblo salía de cien en cien y de mil en mil. Y el rey mandó a Joab, a Abisai y a Itai, diciendo:

—Traten benignamente al joven Absalón, por consideración a mí.

Y todo el pueblo escuchó cuando el rey dio orden a todos los jefes acerca de Absalón.

Derrota y muerte de Absalón

La gente salió al campo al encuentro de Israel, y se dio la batalla en el bosque de Efraín. Allí cayó el pueblo de Israel ante los servidores de David. Aquel día hubo allí una gran matanza de veinte mil hombres. La batalla se extendió por toda la región y aquel día el bosque devoró más gente que la que había devorado la espada.

Sucedió que Absalón se encontró con los servidores de David. Absalón iba montado sobre un mulo, y el mulo se metió por debajo del espeso ramaje de una gran encina. A Absalón se le enredó la cabeza en la encina, de modo que quedó colgado[b] entre el cielo y la tierra, mientras el mulo que estaba debajo de él siguió adelante. 10 Un hombre lo vio y avisó a Joab diciendo:

—He aquí que he visto a Absalón colgado de una encina.

11 Joab respondió al hombre que le dio la noticia:

—Y viéndolo tú, ¿por qué no lo mataste allí mismo, derribándolo a tierra? Yo te hubiera dado ciento diez gramos de plata y un cinturón.

12 El hombre respondió a Joab:

—Aunque yo recibiera en mi mano once kilos de plata, no extendería mi mano contra el hijo del rey, porque nosotros oímos cuando el rey les mandó a ti, a Abisai y a Itai, diciendo: “Cuídenme al joven Absalón”. 13 Si yo hubiera arriesgado mi vida[c] (y nada se le esconde al rey), tú mismo habrías estado en contra.

14 Joab respondió:

—No perderé mi tiempo contigo.

Y tomando tres dardos en su mano, los clavó en el corazón de Absalón, que aún estaba vivo en medio de la encina. 15 Luego lo rodearon diez jóvenes, escuderos de Joab, e hirieron a Absalón y lo remataron. 16 Entonces Joab tocó la corneta, y el pueblo dejó de perseguir a Israel, porque Joab detuvo al pueblo.

17 Tomaron después a Absalón, lo echaron en un gran hoyo en el bosque y levantaron sobre él un gran montón de piedras. Y todo Israel huyó, cada uno a su morada.

18 En vida Absalón había mandado erigir para sí un monumento que está en el valle del Rey, porque había dicho: “Yo no tengo hijo que conserve la memoria de mi nombre”. Él puso su nombre a aquel monumento. Y hasta el día de hoy se llama Monumento de Absalón.

David se entera del final de Absalón

19 Entonces Ajimaas hijo de Sadoc dijo:

—Correré y daré las buenas noticias al rey, de cómo el SEÑOR lo ha librado de mano de sus enemigos.

20 Joab le respondió:

—No serás tú quien lleve las noticias en este día. Las llevarás otro día. No llevarás las noticias en este día, porque el hijo del rey ha muerto.

21 Entonces Joab dijo al etíope:

—Ve tú e informa al rey de lo que has visto.

El etíope se postró ante Joab y corrió. 22 Entonces Ajimaas hijo de Sadoc volvió a decir a Joab:

—Sea como sea, deja que yo también corra tras el etíope.

Joab le dijo:

—Hijo mío, ¿para qué has de correr, si no te van a dar un premio por las noticias?

23 Pero él respondió:

—Sea como sea, correré.

Entonces le dijo:

—Corre.

Ajimaas corrió por el camino de la llanura y pasó al etíope.

24 David estaba sentado entre las dos puertas. El centinela fue a la azotea de la puerta de la muralla, y alzando los ojos miró, y he allí un hombre que corría solo. 25 El centinela llamó e informó al rey. Y el rey dijo:

—Si viene solo, trae buenas noticias.

En tanto que él iba acercándose, 26 el centinela vio a otro hombre que corría. Y el centinela llamó al portero diciendo:

—¡He aquí, otro hombre viene corriendo solo!

Y el rey dijo:

—Ese también trae buenas noticias.

27 El centinela volvió a decir:

—Me parece que el correr del primero es como el correr de Ajimaas hijo de Sadoc.

El rey respondió:

—Ese es un hombre de bien y trae buenas noticias.

28 Ajimaas llamó y dijo al rey:

—¡Paz!

Se postró ante el rey con el rostro en tierra y añadió:

—¡Bendito sea el SEÑOR tu Dios, que ha entregado a los hombres que habían levantado su mano contra mi señor el rey!

29 El rey le preguntó:

—¿Está bien el joven Absalón?

Ajimaas respondió:

—Cuando Joab envió al siervo del rey, a tu siervo[d], vi un gran alboroto, pero no supe de qué se trataba.

30 El rey dijo:

—Pasa y detente allí.

Él pasó y se detuvo. 31 Y he aquí el etíope llegó y dijo:

—Reciba mi señor el rey la buena noticia de que el SEÑOR ha defendido hoy tu causa ante todos los que se levantaron contra ti.

32 El rey preguntó al etíope:

—¿Está bien el joven Absalón?

El etíope respondió:

—Como aquel joven sean los enemigos de mi señor el rey, y todos los que se levantan contra ti para mal.

David llora a Absalón

33 El rey se estremeció. Subió a la sala que estaba encima de la puerta y lloró. Decía mientras subía:

—¡Hijo mío Absalón! ¡Hijo mío, hijo mío Absalón! ¡Quién me diera que yo muriera en tu lugar, Absalón, hijo mío, hijo mío!

2 Corintios 11

Pablo y los falsos apóstoles

11 ¡Ojalá me toleraran un poco de locura! ¡De veras, tolérenme! Porque les celo con celo de Dios, pues les he desposado con un solo marido para presentarlos como una virgen pura a Cristo. Pero me temo que, así como la serpiente con su astucia engañó a Eva, de alguna manera los pensamientos de ustedes se hayan extraviado de la sencillez y la pureza que deben a Cristo. Porque si alguien viene predicando a otro Jesús al cual no hemos predicado, o si reciben un espíritu diferente que no habían recibido o un evangelio diferente que no habían aceptado, ¡qué bien lo toleran! Porque estimo que en nada soy inferior a aquellos apóstoles eminentes; pues aunque yo sea pobre en elocuencia, no lo soy en conocimiento como en todo les he demostrado por todos los medios.

¿Cometí pecado humillándome a mí mismo para que ustedes sean enaltecidos, porque les he predicado gratuitamente el evangelio? He despojado a otras iglesias, recibiendo sostenimiento para ministrarles a ustedes. Cuando estaba entre ustedes y tuve necesidad a ninguno fui carga porque lo que me faltaba lo suplieron los hermanos cuando vinieron de Macedonia. En todo me guardé de serles gravoso, y así me guardaré. 10 ¡Por la verdad de Cristo que está en mí, este motivo de orgullo no me será negado en las regiones de Acaya! 11 ¿Por qué? ¿Porque no les amo? Dios lo sabe.

12 Pero seguiré haciendo lo que hago, para quitarles la ocasión a aquellos que la desean, con el fin de que en lo que se jactan se encuentren en las mismas condiciones que nosotros. 13 Porque los tales son falsos apóstoles, obreros fraudulentos disfrazados como apóstoles de Cristo. 14 Y no es de maravillarse, porque Satanás mismo se disfraza como ángel de luz. 15 Así que, no es gran cosa que también sus ministros se disfracen como ministros de justificación cuyo fin será conforme a sus obras.

Los sufrimientos de Pablo

16 Otra vez digo: que nadie me tome por loco. Pero si no, recíbanme aunque sea como a loco para que me gloríe siquiera un poquito. 17 Lo que ahora digo, no lo digo según el Señor, sino como en locura, con esta base de jactancia. 18 Ya que muchos se jactan según la carne, también yo me jactaré. 19 Pues con gusto toleran a los locos, siendo ustedes sensatos. 20 Porque lo toleran si alguien les esclaviza, si alguien les devora, si alguien se aprovecha de ustedes, si alguien se ensalza, si alguien les hiere en la cara… 21 Con vergüenza lo digo, como que hemos sido débiles.

Pero en lo que otro se atreva (hablo con locura), yo también me atrevo. 22 ¿Son hebreos? Yo también. ¿Son israelitas? Yo también. ¿Son descendientes de Abraham? Yo también. 23 ¿Son ministros de Cristo? (Hablo como delirando). ¡Yo más! En trabajos arduos, más; en cárceles, más; en azotes, sin medida; en peligros de muerte, muchas veces. 24 Cinco veces he recibido de los judíos cuarenta azotes menos uno; 25 tres veces he sido flagelado con varas; una vez he sido apedreado; tres veces he padecido naufragio; una noche y un día he estado en lo profundo del mar. 26 Muchas veces he estado en viajes a pie, en peligros de ríos, en peligros de asaltantes, en peligros de los de mi nación, en peligros de los gentiles, en peligros en la ciudad, en peligros en el desierto, en peligros en el mar, en peligros entre falsos hermanos; 27 en trabajo arduo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez. 28 Y encima de todo, lo que se agolpa sobre mí cada día: la preocupación por todas las iglesias. 29 ¿Quién se enferma sin que yo no me enferme? ¿A quién se le hace tropezar sin que yo no me indigne?

30 Si es preciso gloriarse, yo me gloriaré de mi debilidad. 31 El Dios y Padre de nuestro Señor Jesús, quien es bendito por los siglos, sabe que no miento. 32 En Damasco, el gobernador bajo el rey Aretas guardaba la ciudad de los damascenos para prenderme; 33 pero fui descolgado del muro por una ventana en una canasta, y escapé de sus manos.

Ezequiel 25

Otra profecía contra Amón

25 Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo: “Oh hijo de hombre, pon tu rostro hacia los hijos de Amón y profetiza contra ellos. Di a los hijos de Amón: Oigan la palabra del SEÑOR Dios[a]. Así ha dicho el SEÑOR Diosb: Por cuanto has dicho: ‘¡Bravo!’ contra mi santuario, cuando fue profanado, y contra la tierra de Israel, cuando fue desolada, y contra los de la casa de Judá, cuando iban en cautiverio, por eso, he aquí que yo te entrego como posesión a los hijos del oriente. Ellos pondrán en ti sus campamentos y colocarán en ti sus moradas. Comerán tus frutos y beberán tu leche. Convertiré a Rabáe en pastizal para camellos, y a las ciudades de Amón en un lugar donde se recuesten las ovejas. Y sabrán que yo soy el SEÑOR”.

Pues así ha dicho el SEÑOR Dios[b]: “Porque golpeaste con tu mano y pisoteaste con tu pie, gozándote con todo el despecho de tu alma contra la tierra de Israel, por eso, he aquí que yo extenderé mi mano contra ti y te entregaré a las naciones para ser saqueada[c]. Te eliminaré de entre los pueblos y te destruiré de entre los países. Te destruiré, y sabrás que yo soy el SEÑOR”.

Profecía contra Moab

Así ha dicho el SEÑOR Dios[d]: “Por cuanto Moab y Seír[e] han dicho: ‘¡He aquí, la casa de Judá será como las demás naciones!’, por eso, he aquí yo abro el flanco de Moab desde las ciudades, desde las ciudades de su frontera, la gloria del país (Bet-jesimot, Baal-maón y Quiriataim). 10 Lo entregaré, junto con los hijos de Amón, a los hijos del oriente, como posesión, para que no haya más memoria de los hijos de Amón entre las naciones. 11 También ejecutaré en Moab actos justicieros. Y sabrán que yo soy el SEÑOR”.

Profecía contra Edom

12 Así ha dicho el SEÑOR Dios[f]: “Por cuanto Edom ha procedido vengativamente contra la casa de Judá, incurriendo en grave culpa al vengarse de ellos, 13 por eso, así ha dicho el SEÑOR Dios[g], extenderé también mi mano contra Edom y exterminaré de ella a los hombres y los animales. La convertiré en ruinas; desde Temán hasta Dedán caerán a espada. 14 Ejecutaré mi venganza contra Edom por medio de mi pueblo Israel. Harán en Edom de acuerdo con mi furor y con mi ira, y conocerán mi venganza”, dice el SEÑOR Dios[h].

Profecía contra Filistea

15 Así ha dicho el SEÑOR Dios[i]: “Por cuanto los filisteos procedieron vengativamente y tomaron venganza con despecho del alma, para destruir a causa de una perpetua hostilidad; 16 por eso, así ha dicho el SEÑOR Dios[j]: ‘He aquí, yo extenderé mi mano contra los filisteos. Exterminaré a los quereteos y haré perecer a los sobrevivientes de la costa del mar. 17 Grandes venganzas y reprensiones de ira haré en ellos. Y sabrán que yo soy el SEÑOR, cuando ejecute mi venganza en ellos’ ”.

Salmos 73

Libro III: Salmos 73—89

Prosperidad ilusoria de los impíos

73 Salmo de Asaf.

¡Ciertamente bueno es Dios para con Israel,
para con los limpios de corazón!
En cuanto a mí,
por poco se deslizaron mis pies; casi resbalaron mis pasos
porque tuve envidia de los arrogantes
al ver la prosperidad de los impíos.
Pues no hay para ellos dolores
de muerte;
más bien, es robusto su cuerpo.
No sufren las congojas humanas
ni son afligidos como otros hombres.
Por eso la soberbia los ciñe cual collar,
y los cubre un vestido de violencia.
Sus ojos se les salen de gordura;
logran con creces los antojos
de su corazón.
Se mofan y hablan con maldad; desde lo alto planean la opresión.
Dirigen contra el cielo su boca,
y su lengua recorre la tierra.
10 Por eso mi[a] pueblo va hacia ellos
y beben de lleno sus palabras.
11 Ellos dicen: “¿Cómo sabrá Dios?”.
O “¿Habrá conocimiento
en el Altísimo?”.
12 He aquí, estos impíos siempre están tranquilos
y aumentan sus riquezas.
13 ¡Ciertamente en vano he mantenido puro mi corazón
y he lavado mis manos en inocencia!
14 Pues he sido azotado todo el día, empezando mi castigo
por las mañanas.
15 Si yo dijera: “Hablaré como ellos”,
he aquí que traicionaría a la
generación de tus hijos.
16 Pensé para entender esto;
ha sido duro trabajo ante mis ojos
17 hasta que, venido al santuario de Dios, comprendí el destino final de ellos:
18 Ciertamente los has puesto
en deslizaderos
y los harás caer en la decepción.
19 ¡Cómo han sido desolados de repente!
Se acabaron; fueron consumidos por el terror.
20 Como al despertar del sueño, así, Señor, al levantarte
despreciarás sus apariencias.
21 De veras se amargaba mi corazón
y en mi interior sentía punzadas.
22 Pues yo era ignorante y no entendía;
yo era como un animal delante de ti.
23 Con todo, yo siempre estuve contigo. Me tomaste de la mano derecha.
24 Me has guiado según tu consejo,
y después me recibirás en gloria.
25 ¿A quién tengo yo en los cielos? Aparte de ti nada deseo en la tierra.
26 Mi cuerpo y mi corazón desfallecen; pero la roca de mi corazón y mi porción es Dios, para siempre.
27 Porque he aquí, los que se alejan de ti perecerán;
pues tú destruirás a todo aquel que
se prostituye apartándose de ti.
28 En cuanto a mí, la cercanía de Dios constituye el bien.
En el SEÑOR Dios[b] he puesto mi
refugio para contar todas tus obras.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

Version Reina Valera Actualizada, Copyright © 2015 by Editorial Mundo Hispano