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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version
2 Samuel 10

El rey de Amón afrenta a David

10 Después de esto aconteció que murió el rey de los hijos de Amón, y su hijo Hanún reinó en su lugar. Entonces David pensó: “Mostraré bondad a Hanún hijo de Najas, como su padre mostró bondad conmigo”.

David envió a sus servidores para consolarlo por la muerte de su padre. Pero cuando los servidores de David llegaron a la tierra de los hijos de Amón, los jefes de los hijos de Amón dijeron a Hanún, su señor: “¿Te parece que David está honrando a tu padre, porque te ha enviado personas que te consuelen? ¿No te habrá enviado David a sus servidores para reconocer y espiar la ciudad a fin de destruirla?”.

Entonces Hanún tomó a los servidores de David, les rapó la mitad de su barba, cortó sus vestidos por la mitad, hasta sus nalgas, y los despidió.

Le informaron a David, y él envió a encontrarlos, porque los hombres estaban sumamente avergonzados. El rey mandó que les dijeran: “Permanezcan en Jericó hasta que les crezca la barba, y entonces vuelvan”.

Derrota de la coalición siroamonita

Al ver los hijos de Amón que se habían hecho odiosos a David, los hijos de Amón enviaron a tomar a sueldo a los sirios de Bet-rejob y a los sirios de Soba, veinte mil hombres de infantería; del rey de Maaca, mil hombres; y de Istob, doce mil hombres. Cuando David oyó esto, envió a Joab con todo el ejército de los valientes.

Los hijos de Amón salieron y dispusieron la batalla a la entrada de la ciudad, mientras que los sirios de Soba, de Rejob, de Istob y de Maaca estaban aparte, en el campo.

Al ver Joab que el frente de batalla estaba delante y detrás de él, eligió a algunos de entre todos los escogidos de Israel y dispuso sus escuadrones para enfrentar a los sirios. 10 Puso al resto de la gente bajo el mando de su hermano Abisai, quien dispuso sus escuadrones para enfrentar a los hijos de Amón. 11 Y Joab dijo: “Si los sirios son más fuertes que yo, tú me darás auxilio; pero si los hijos de Amón son más fuertes que tú, yo iré a auxiliarte. 12 Esfuérzate, y luchemos valientemente por nuestro pueblo y por las ciudades de nuestro Dios; y que el SEÑOR haga lo que le parezca bien”.

13 Entonces se acercó Joab, con la gente que estaba con él, para combatir contra los sirios; pero estos huyeron ante él. 14 Al ver que los sirios habían huido, los hijos de Amón también huyeron ante Abisai y entraron en la ciudad. Entonces Joab dejó de atacar a los hijos de Amón y volvió a Jerusalén.

15 Los sirios, al verse derrotados por Israel, se volvieron a reunir. 16 Hadad-ezer envió a traer a los sirios que estaban al otro lado del Río. Estos llegaron a Helam teniendo al frente de ellos a Sobac, jefe del ejército de Hadad-ezer.

17 Cuando se le informó a David, este reunió a todo Israel; y cruzando el Jordán, llegó a Helam. Los sirios dispusieron sus escuadrones para enfrentarse con David, y combatieron contra él. 18 Pero los sirios huyeron ante Israel, y David mató de los sirios a setecientos hombres de los carros y a cuarenta mil jinetes. También hirió a Sobac, jefe del ejército sirio, quien murió allí mismo.

19 Al ver todos los reyes vasallos de Hadad-ezer que habían sido derrotados por Israel, hicieron la paz con Israel y le sirvieron. Y los sirios tuvieron miedo de volver a socorrer a los hijos de Amón.

2 Corintios 3

El ministerio del nuevo pacto

¿Comenzamos otra vez a recomendarnos a nosotros mismos? ¿O acaso tenemos necesidad, como algunos, de cartas de recomendación para ustedes, o de ustedes? Ustedes son nuestra carta, escrita en nuestro corazón, conocida y leída por todos los hombres. Es evidente que ustedes son carta de Cristo, expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en las tablas de corazones humanos.

Esta confianza tenemos delante de Dios, por medio de Cristo: no que seamos suficientes en nosotros mismos, como para pensar que algo proviene de nosotros, sino que nuestra suficiencia proviene de Dios. Él mismo nos capacitó como ministros del nuevo pacto, no de la letra, sino del Espíritu. Porque la letra mata, pero el Espíritu vivifica.

Y si el ministerio de muerte, grabado con letras sobre piedras, vino con gloria —tanto que los hijos de Israel no podían fijar la vista en el rostro de Moisés a causa de la gloria de su rostro, la cual se había de desvanecer—, ¡cómo no será con mayor gloria el ministerio del Espíritu! Porque si el ministerio de condenación era con gloria, ¡cuánto más abunda en gloria el ministerio de justificación! 10 Pues lo que había sido glorioso no es glorioso en comparación con esta excelente gloria. 11 Porque si lo que se desvanecía era por medio de gloria, ¡cuánto más excede en gloria lo que permanece!

12 Así que, teniendo tal esperanza, actuamos con mucha confianza; 13 no como Moisés, quien ponía un velo sobre su cara para que los hijos de Israel no se fijaran en el fin de lo que se estaba desvaneciendo. 14 Sin embargo, sus mentes fueron endurecidas; pues hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, el mismo velo sigue puesto, porque solo en Cristo es quitado. 15 Aún hasta el día de hoy, cada vez que leen a Moisés, el velo está puesto sobre el corazón de ellos. 16 Pero cuando se conviertan al Señor, el velo será quitado. 17 Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. 18 Por tanto, todos nosotros, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.

Ezequiel 17

Parábola de las águilas, el cedro y la vid

17 Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo: “Oh hijo de hombre, propón un enigma y relata una parábola a la casa de Israel. Di que así ha dicho el SEÑOR Dios[a]: ‘Una gran águila de grandes alas, largos miembros y llena de un plumaje de diversos colores, vino al Líbano y tomó la copa del cedro. Arrancó la punta de su renuevo, lo llevó a una tierra de mercaderes, y lo puso en una ciudad de comerciantes. Tomó también de la semilla de la tierra, un brote, y lo puso en un campo fértil, junto a aguas abundantes, como se planta un sauce. Luego creció y se hizo una vid de muchas ramas, aunque de baja altura, para dirigir sus ramas hacia el águila, de modo que sus raíces estuvieran debajo de ella. Así llegó a ser una vid, y arrojó renuevos y extendió sus ramas.

“‘Pero surgió otra gran águila, de grandes alas y denso plumaje. Y he aquí que aquella vid dirigió hacia ella sus raíces y extendió a ella sus ramas desde el terreno donde estaba plantada, a fin de ser regada. En buen campo, junto a muchas aguas, estaba plantada para que echara ramaje y llevara fruto, a fin de que fuera una vid espléndida’.

“Di que así ha dicho el SEÑOR Dios[b]: ‘¿Será prosperada? ¿Acaso el águila no habrá de arrancar sus raíces y echará a perder su fruto, y se secará? Todos sus brotes tiernos se secarán. No será necesario un gran brazo ni mucha gente para arrancarla de sus raíces. 10 He aquí que está plantada; pero, ¿será prosperada? ¿No se secará del todo, cuando la toque el viento oriental? ¡Sobre el mismo terreno donde creció se secará!’ ”.

11 Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo: 12 “Di a la casa rebelde: ‘¿No han entendido qué significan estas cosas?’. Di: ‘He aquí que el rey de Babilonia vino a Jerusalén, tomó a su rey[c] y a sus magistrados, y los llevó consigo a Babilonia. 13 También tomó a uno de la descendencia real[d] e hizo un convenio con él, poniéndolo bajo juramento. También se llevó a los poderosos del país, 14 para que el reino fuera abatido y no volviera a levantarse, para que guardara el convenio y lo mantuviera. 15 No obstante, se rebeló[e] contra él al enviar embajadores a Egipto para que le dieran caballos y mucha gente. ¿Será prosperado? ¿Escapará el que hace estas cosas? ¿Podrá romper el convenio y quedar ileso?

16 “‘¡Vivo yo, que morirá en medio de Babilonia, en el lugar donde habita el rey que lo hizo reinar, cuyo juramento menospreció y cuyo convenio con él rompió!, dice el SEÑOR Dios[f]. 17 Cuando construyan terraplenes y edifiquen muros de asedio para destruir muchas vidas, el faraón no lo socorrerá en la batalla, a pesar del gran ejército y de la numerosa multitud. 18 No escapará, pues menospreció el juramento para invalidar el convenio; porque he aquí que habiendo dado la mano, hizo todas estas cosas. 19 Por tanto, así ha dicho el SEÑOR Dios[g], ¡vivo yo, que traeré sobre su cabeza mi juramento que menospreció y mi convenio que quebrantó! 20 Yo extenderé sobre él mi red, y será apresado en mi trampa. Lo haré traer a Babilonia, y allí entraré en juicio contra él por su rebelión contra mí. 21 Todos sus fugitivos y todas sus tropas caerán a espada, y los que queden serán esparcidos hacia todos los vientos. Y ustedes sabrán que yo, el SEÑOR, he hablado’.

22 “Así ha dicho el SEÑOR Dios[h]: ‘Pero yo mismo arrancaré un renuevo de la alta copa de aquel cedro, y lo plantaré. De los principales renuevos cortaré uno tierno y lo plantaré sobre un monte alto y erguido. 23 Lo plantaré en el monte más alto de Israel. Y echará ramas, llevará fruto y se convertirá en un cedro majestuoso. Debajo de él habitará toda clase de pájaros; a la sombra de sus ramas habitará toda clase de aves. 24 Y así sabrán todos los árboles del campo que yo, el SEÑOR, eché abajo el árbol elevado y elevé el árbol bajo; que hice que el árbol verde se secara y que el árbol seco floreciera. Yo, el SEÑOR, lo he dicho y lo haré’ ”.

Salmos 60-61

Súplica en medio de la derrota

60 Al músico principal. Sobre “La Rosa del Testimonio”[a]. Mictam[b] de David, para ser enseñado. Compuesto cuando provocó la confrontación con Siria mesopotámica y Siria de Soba, y Joab volvió y derrotó a doce mil de Edom en el valle de la Sal.

Oh Dios, tú nos has desechado; has roto nuestras defensas.
Te has airado. ¡Vuelve a nosotros!
Hiciste temblar la tierra; la has agrietado.
Restaura sus fallas porque
se desmorona.
Has hecho ver duras cosas
a tu pueblo;
nos has hecho beber vino
de aturdimiento.
Has dado bandera a los que te temen para que alcancen seguridad
ante el arco. Selah[c]
Salva con tu diestra y respóndenos,
de modo que sean librados
tus amados.
Dios ha hablado en su santuario: “¡Cómo me regocijo!
Repartiré Siquem
y mediré el valle de Sucot.
Mío es Galaad y mío es Manasés. Efraín es la fortaleza de mi cabeza; Judá es mi cetro.
Moab es la vasija en que me lavo; sobre Edom echaré mis sandalias,
y sobre Filistea lanzaré mi grito
de victoria”.
¿Quién me guiará a la ciudad fortificada? ¿Quién me conducirá hasta Edom?
10 ¿No serás tú, oh Dios, que nos habías desechado
y que ya no sales, oh Dios, con nuestros ejércitos?
11 Danos socorro ante el enemigo
pues vana es la liberación que da
el hombre.
12 Con Dios haremos proezas,
y él aplastará a nuestros enemigos.

Anhelo de la protección de Dios

61 Al músico principal. Con Neguinot[d]. Salmo de David.

Escucha, oh Dios, mi clamor; atiende a mi oración.
Desde el extremo de la tierra
clamaré a ti cuando mi corazón desmaye.
Llévame a la roca que es más alta que yo
porque tú me has sido refugio
y torre fortificada delante
del enemigo.
Que yo habite en tu tabernáculo para siempre y me refugie al amparo de tus alas. Selah[e]
Pues tú, oh Dios, has oído mis votos; has dado heredad a los que temen
tu nombre.
Días sobre días añadirás al rey; sus años serán como generación tras generación.
Estará para siempre delante de Dios; designa la misericordia y la verdad para que lo guarden.
Entonces cantaré salmos a tu nombre para siempre,
para pagar mis votos día tras día.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

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