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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version
Jueces 19

Un levita y su concubina en Belén

19 En aquellos días, cuando no había rey en Israel, había un hombre de Leví que habitaba como forastero en la parte más remota de la región montañosa de Efraín. Este había tomado para sí como concubina a una mujer de Belén de Judá. Su concubina se enfadó con él[a] y se fue de su lado para irse a la casa de su padre, a Belén de Judá, y estuvo allá durante cuatro meses. Su marido se levantó y la siguió para hablarle amorosamente y hacerla volver. Llevó consigo a un criado suyo y un par de asnos. Ella lo hizo entrar en la casa de su padre. Y al verlo el padre de la joven, salió a recibirlo gozoso. Su suegro, el padre de la joven, le insistió y se quedó con él tres días, comiendo, bebiendo y alojándose allí. Y sucedió que al cuarto día, cuando se levantaron muy de mañana, el levita se dispuso a partir. Pero el padre de la joven dijo a su yerno:

—Fortalécete con un poco de pan y después se pueden ir.

Se sentaron los dos juntos, y comieron y bebieron. Entonces el padre de la joven dijo al hombre:

—Quédate, por favor, a pasar la noche, y alégrese tu corazón.

El hombre se levantó para irse, pero su suegro le insistió, y se quedó otra vez a pasar la noche allí. Al quinto día, se levantó muy de mañana para irse, y el padre de la joven le dijo:

—Por favor, fortalécete; y esperen hasta que decline el día.

Y comieron los dos. Entonces se levantó el hombre para irse con su concubina y su criado. Pero su suegro, el padre de la joven, le dijo:

—He aquí que el día se acaba y está anocheciendo. Por favor, pasen aquí la noche, porque el día ya ha declinado. Pasa aquí la noche y alégrese tu corazón. Mañana se levantarán temprano para su viaje, y te irás a tu morada.

10 Pero el hombre no quiso pasar la noche allí, sino que se levantó y partió.

El levita y su concubina en Gabaa

Llegó frente a Jebús, que es Jerusalén, con su par de asnos aparejados y con su concubina. 11 Cuando estaban cerca de Jebús, el día había declinado mucho. Entonces el criado dijo a su señor:

—Ven, vayamos a esta ciudad de los jebuseos y pasemos la noche en ella.

12 Su señor le respondió:

—No iremos a ninguna ciudad de extranjeros en la que no hay hijos de Israel. Más bien, pasaremos hasta Gabaa. —Dijo además a su criado—: 13 Ven y acerquémonos a uno de esos lugares para pasar la noche en Gabaa o en Ramá.

14 Pasando de largo, caminaron; y el sol se puso cuando estaban junto a Gabaa, que pertenece a Benjamín. 15 Entonces allí se apartaron del camino para entrar y pasar la noche en Gabaa. Entraron y se sentaron en la plaza de la ciudad, porque no hubo quien los recibiera en su casa para pasar la noche.

16 Pero he aquí que al atardecer un anciano volvía de trabajar en el campo. Este hombre era de la región montañosa de Efraín y habitaba como forastero en Gabaa, pues los habitantes de aquel lugar eran de los hijos de Benjamín. 17 Alzando los ojos, vio a aquel viajero en la plaza de la ciudad; y el anciano le preguntó:

—¿A dónde vas y de dónde vienes?

18 Él le respondió:

—Pasamos de Belén de Judá hasta las partes más remotas de la región montañosa de Efraín, de donde soy. Fui hasta Belén de Judá y voy a mi casa[b], pero no hay quien me reciba en su casa. 19 No obstante, nosotros tenemos paja y forraje para nuestros asnos, y también tenemos pan y vino para mí, para tu sierva y para el criado que está con tus siervos. No nos falta nada.

20 El anciano dijo:

—La paz sea contigo. Lo que te falte quede todo a mi cargo, pero no pases la noche en la plaza.

21 Los hizo entrar en su casa y dio forraje a los asnos. Y ellos se lavaron los pies, comieron y bebieron.

El crimen cometido en Gabaa

22 Cuando estaban alegrándose, he aquí que los hombres de la ciudad, hombres pervertidos, rodearon la casa y golpearon la puerta diciendo al anciano dueño de la casa:

—¡Saca fuera al hombre que ha entrado en tu casa, para que lo conozcamos!

23 Aquel hombre, dueño de la casa, salió a ellos y les dijo:

—¡No, hermanos míos! Por favor, no cometan esta maldad, porque este hombre ha entrado en mi casa. No cometan esta vileza. 24 He aquí mi hija virgen y la concubina de él. Yo se las sacaré; humíllenlas y hagan con ellas lo que les parezca bien. Pero no hagan esta vileza a este hombre.

25 Pero aquellos hombres no lo quisieron escuchar; por lo cual, tomando el hombre a su concubina, la sacó afuera. Ellos la violaron y abusaron de ella toda la noche hasta el amanecer, y la dejaron cuando rayaba el alba.

26 Cuando amanecía, la mujer vino y cayó delante de la puerta de la casa de aquel hombre donde estaba su señor, hasta que fue de día. 27 Y levantándose de mañana su señor, abrió las puertas de la casa y salió para seguir su camino. Y he aquí la mujer, su concubina, estaba tendida delante de la puerta de la casa, con sus manos sobre el umbral.

28 Él le dijo:

—Levántate y vámonos.

Pero no hubo respuesta. Entonces el hombre la cargó sobre el asno, se puso en camino y se fue a su pueblo. 29 Cuando llegó a su casa, tomó un cuchillo, y sujetando firmemente a su concubina, la desmembró en doce pedazos y los envió por todo el territorio de Israel. 30 Y sucedió que todo el que lo veía, decía:

—¡Jamás se ha hecho ni visto cosa semejante, desde el día en que los hijos de Israel subieron de la tierra de Egipto hasta el día de hoy! ¡Considérenlo, deliberen y hablen!

Hechos 23

23 Entonces Pablo, fijando la vista en el Sanedrín, dijo:

—Hermanos, yo he vivido delante de Dios con toda buena conciencia hasta el día de hoy.

Y el sumo sacerdote Ananías mandó a los que estaban a su lado, que le golpearan en la boca. Entonces Pablo dijo:

—¡Dios te ha de golpear a ti, pared blanqueada! Tú estás sentado para juzgarme conforme a la ley; y quebrantando la ley, ¿mandas que me golpeen?

Los que estaban presentes le dijeron:

—¿Insultas tú al sumo sacerdote de Dios?

Y Pablo dijo:

—No sabía, hermanos, que fuera el sumo sacerdote; pues escrito está: No maldecirás al gobernante de tu pueblo[a].

Entonces Pablo, sabiendo que una parte del Sanedrín eran saduceos y la otra parte fariseos, gritó en el Sanedrín:

—Hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseos. Es por la esperanza y la resurrección de los muertos que soy juzgado.

Cuando dijo esto, se produjo disensión entre los fariseos y los saduceos. La asamblea se dividió, porque los saduceos dicen que no hay resurrección, ni ángeles, ni espíritus; pero los fariseos afirman todas estas cosas. Se levantó un gran vocerío, y algunos de los escribas del partido de los fariseos se levantaron y contendían diciendo:

—No hallamos ningún mal en este hombre. ¿Y qué hay si un espíritu o un ángel le ha hablado[b]?

10 Como hubo grande disensión, el tribuno, temiendo que Pablo fuese despedazado, mandó a los soldados que bajaran para arrebatarlo de en medio de ellos y llevarlo a la fortaleza.

11 A la noche siguiente se le presentó el Señor y le dijo: “Sé valiente, Pablo, pues así como has testificado de mí en Jerusalén, así es necesario que testifiques también en Roma”.

Complot para asesinar a Pablo

12 Cuando llegó el día, los judíos tramaron un complot y se juraron bajo maldición, diciendo que no comerían ni beberían hasta que hubieran dado muerte a Pablo. 13 Eran más de cuarenta los que habían hecho esta conjuración. 14 Ellos fueron a los principales sacerdotes y a los ancianos, y les dijeron:

—Nosotros hemos jurado bajo maldición, que no gustaremos nada hasta que hayamos dado muerte a Pablo. 15 Ahora, pues, ustedes con el Sanedrín soliciten al tribuno que le saque mañana a ustedes, como si tuvieran que investigar su caso con más exactitud. Pero nosotros estaremos preparados para matarle antes de que él llegue.

16 Pero el hijo de la hermana de Pablo oyó hablar de la emboscada. Él fue, entró en la fortaleza y se lo informó a Pablo. 17 Pablo llamó a uno de los centuriones y le dijo:

—Lleva a este joven al tribuno, porque tiene algo que comunicarle.

18 Entonces él le tomó, le llevó al tribuno y le dijo:

—El preso Pablo me llamó y me rogó que trajera este joven a ti, porque tiene algo que decirte.

19 El tribuno le tomó de la mano, y llevándolo aparte le preguntó en privado:

—¿Qué es lo que tienes que decirme?

20 Y él dijo:

—Los judíos han acordado rogarte que mañana saques a Pablo al Sanedrín, como si fueran a indagar algo más exacto acerca de él. 21 Pues tú, no les creas, porque más de cuarenta hombres de ellos le están preparando una emboscada. Se han jurado bajo maldición que no comerán ni beberán hasta que le hayan asesinado. Ahora están listos, esperando una promesa de parte tuya.

22 Luego el tribuno despidió al joven encargándole:

—No digas a nadie que me has informado de esto.

Pablo es llevado a Cesarea

23 Entonces el tribuno llamó a dos de los centuriones y dijo:

—Para las nueve de la noche[c] preparen doscientos soldados, más setenta de caballería y doscientos lanceros para que vayan a Cesarea.

24 A la vez, ordenó que proveyeran cabalgaduras para que Pablo montara, y le llevaran a salvo al procurador Félix.

25 También escribió una carta en estos términos:

26 Claudio Lisias, al excelentísimo procurador Félix. Saludos.

27 Cuando este hombre fue prendido por los judíos y estaba a punto de ser muerto por ellos, yo le rescaté acudiendo con la tropa, habiendo entendido que era romano. 28 Queriendo saber el delito por el cual le acusaban, le hice bajar al Sanedrín de ellos. 29 Hallé que era acusado de cuestiones de la ley de ellos, pero sin ninguna acusación de crimen digno de muerte o de prisión. 30 Pero como se me informó que habría un complot contra el hombre, inmediatamente le envié a ti y he informado también a sus acusadores que declaren delante de ti lo que tienen contra él[d].

31 Por tanto, de acuerdo con las órdenes que habían recibido, los soldados tomaron a Pablo y le llevaron de noche a Antípatris. 32 Y al día siguiente, dejando que la caballería siguiera con él, regresaron a la fortaleza. 33 Después de llegar a Cesarea y entregar la carta al procurador, presentaron también a Pablo delante de él.

34 El procurador leyó la carta y le preguntó de qué provincia era. Informado que era de Cilicia, dijo:

35 —Oiré tu causa cuando vengan tus acusadores.

Y mandó que le guardaran en el Pretorio de Herodes.

Jeremías 33

Más promesas de restauración

33 Vino por segunda vez la palabra del SEÑOR a Jeremías, estando él todavía detenido en el patio de la guardia, y dijo: “Así ha dicho el SEÑOR, quien hizo la tierrab, el SEÑOR que la formó para afirmarla —el SEÑOR es su nombre—: ‘Clama a mí, y te responderé; y te revelaré cosas grandes e inaccesibles que tú no conoces’. Porque así ha dicho el SEÑOR Dios de Israel acerca de las casas de esta ciudad y de las casas de los reyes de Judá, que fueron derribadas para construir defensas contra los terraplenes y la espada: Los caldeos vienen para combatir contra ellos y para llenarlas de cadáveres de hombres, a quienes he herido con mi furor y con mi ira, pues he escondido mi rostro de esta ciudad a causa de toda su maldad.

“He aquí que yo les[a] traeré medicina y sanidad. Yo los sanaré y les revelaré tiempos de paz y de verdad. Restauraré de la cautividad a Judá y a Israel, y los edificaré como al principio. Los limpiaré de toda la maldad con que pecaron contra mí; perdonaré todos sus pecados con que pecaron y se rebelaron contra mí. Y esta ciudad me será motivo de regocijo, de alabanza y de gloria para todas las naciones de la tierra que oirán de todo el bien que yo les haré. Temerán y se estremecerán por todo el bien y por toda la paz que yo les[b] haré”.

10 Así ha dicho el SEÑOR: “En este lugar del cual dicen que está destruido, sin hombres y sin animales, en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén (que están desoladas, sin hombres, sin habitantes y sin animales), 11 todavía se ha de escuchar la voz del gozo y la voz de la alegría, la voz del novio y la voz de la novia, la voz de los que al traer sacrificios de acción de gracias a la casa del SEÑOR, digan: ‘Alaben al SEÑOR de los Ejércitos, porque el SEÑOR es bueno; porque para siempre es su misericordia’. Porque restauraré de su cautividad a la tierra como al principio”, ha dicho el SEÑOR.

12 Así ha dicho el SEÑOR de los Ejércitos: “En este lugar destruido, sin hombres y sin animales, y en todas sus ciudades, otra vez habrá pastizales donde los pastores hagan recostar a sus ovejas. 13 Otra vez pasarán las ovejas bajo las manos de quien las cuente en las ciudades de la región montañosa, en las ciudades de la Sefela, en las ciudades del Néguev, en la tierra de Benjamín, alrededor de Jerusalén y en las ciudades de Judá, ha dicho el SEÑOR.

Cumplimiento del pacto de David

14 “He aquí vienen días, dice el SEÑOR, en que yo cumpliré la buena promesa que he hecho a la casa de Israel y a la casa de Judá. 15 En aquellos días y en aquel tiempo haré brotar para David un Retoño de justicia, que practicará el derecho y la justicia en la tierra. 16 En aquellos días será salvo Judá, y Jerusalén habitará segura. Y este es el nombre[c] con el cual será llamada: ‘El SEÑOR, justicia nuestra’. 17 Porque así ha dicho el SEÑOR: No faltará a David un hombre que se siente sobre el trono de la casa de Israel. 18 Tampoco a los sacerdotes, los levitas, les faltará en mi presencia un hombre que ofrezca holocausto, encienda ofrenda vegetal y presente sacrificios perpetuamente”.

19 Vino a Jeremías la palabra del SEÑOR, diciendo: 20 “Así ha dicho el SEÑOR: ‘Si pueden invalidar mi pacto con el día y mi pacto con la noche, de modo que no haya día ni noche a su tiempo, 21 entonces también podrá ser invalidado mi pacto con mi siervo David para que deje de tener un hijo que reine sobre su trono, y mi pacto con los levitas, los sacerdotes que me sirven. 22 Como no puede ser contado el ejército del cielo ni se puede medir la arena del mar, así multiplicaré la descendencia de mi siervo David y de los levitas que me sirven’ ”.

23 Vino a Jeremías la palabra del SEÑOR, diciendo: 24 “¿No has observado lo que ha hablado este pueblo, diciendo: ‘El SEÑOR ha desechado a las dos familias que escogió’? Han tenido en poco a mi pueblo, hasta no considerarlo más como nación. 25 Así ha dicho el SEÑOR: Si no he establecido mi pacto con el día y la noche, y si no he puesto las leyes del cielo y de la tierra, 26 entonces desecharé la descendencia de Jacob y a mi siervo David, para no tomar de su descendencia quien gobierne[d] a la descendencia de Abraham, de Isaac y de Jacob. Porque los restauraré de su cautividad y tendré de ellos misericordia”.

Salmos 3-4

Oración para la hora de levantarse

Salmo de David compuesto cuando huía de su hijo Absalón.

¡Oh SEÑOR, cuánto se han multiplicado mis enemigos! Muchos son los que se levantan contra mí.
Muchos dicen acerca de mí:
“¡Dios no lo librará!”. Selah[a]
Pero tú, oh SEÑOR,
eres escudo alrededor de mí; eres mi gloria y el que levanta mi cabeza.
4 Con mi voz clamé al SEÑOR,
y él me respondió desde su
santo monte. Selah[b]
Yo me acosté y dormí.
Desperté, porque el SEÑOR me sostuvo.
No temeré a las decenas de millares del pueblo que han puesto sitio contra mí.
¡Levántate, oh SEÑOR!
¡Sálvame, Dios mío!
Porque a todos mis enemigos has golpeado en la mejilla,
y has quebrantado los dientes de los impíos.
Del SEÑOR viene la salvación. ¡Sobre tu pueblo sea tu bendición! Selah[c]

Oración para la hora de acostarse

Al músico principal. Con Neguinot[d]. Salmo de David.

¡Respóndeme cuando clamo,
oh Dios de mi justicia[e]!
Tú que en la angustia ensanchaste
mi camino,
ten misericordia de mí
y oye mi oración.
Oh hijos del hombre,
¿hasta cuándo convertirán mi honra en infamia, amarán la vanidad y buscarán el engaño? Selah[f]
Sepan que el SEÑOR ha apartado al piadoso para sí;
el SEÑOR oirá cuando yo clame a él.
Tiemblen y no pequen.
Reflexionen en su corazón sobre
su cama y estén en silencio. Selah[g]
Ofrezcan sacrificios de justicia
y confíen en el SEÑOR.
Muchos dicen:
“¿Quién nos mostrará el bien?”. Haz brillar sobre nosotros, oh SEÑOR, la luz de tu rostro.
Tú has dado tal alegría a mi corazón que sobrepasa a la alegría que ellos tienen con motivo de su siega y de su vendimia.
En paz me acostaré y dormiré; porque solo tú, oh SEÑOR,
me haces vivir seguro.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

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