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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version
Números 21

Israel destruye Arad

21 Cuando el rey cananeo de Arad, que habitaba en el Néguev, oyó que Israel iba por el camino de Atarim, combatió contra Israel y tomó cautivos a algunos de ellos. Entonces Israel hizo un voto al SEÑOR diciendo: “Si de veras entregas a este pueblo en mi mano, yo destruiré por completo sus ciudades”.

El SEÑOR escuchó la voz de Israel y entregó a los cananeos en su mano[a]. Luego Israel los destruyó por completo juntamente con sus ciudades. Por eso fue llamado el nombre de aquel lugar Horma[b].

La serpiente de bronce

Partieron del monte Hor con dirección al mar Rojo, para rodear la tierra de Edom. Pero el pueblo se impacientó por causa del camino, y habló el pueblo contra Dios y contra Moisés, diciendo:

—¿Por qué nos has hecho subir de Egipto para morir en el desierto? Porque no hay pan ni hay agua, y nuestra alma está hastiada de esta comida miserable.

Entonces el SEÑOR envió entre el pueblo serpientes ardientes, las cuales mordían al pueblo, y murió mucha gente de Israel. Y el pueblo fue a Moisés diciendo:

—Hemos pecado al haber hablado contra el SEÑOR y contra ti. Ruega al SEÑOR que quite de nosotros las serpientes.

Y Moisés oró por el pueblo. Entonces el SEÑOR dijo a Moisés:

—Hazte una serpiente ardiente y ponla sobre un asta. Y sucederá que cualquiera que sea mordido y la mire, vivirá.

Moisés hizo una serpiente de bronce y la puso sobre un asta. Y sucedía que cuando alguna serpiente mordía a alguno, si este miraba a la serpiente de bronce, vivía.

Israel rodea la tierra de Moab

10 Los hijos de Israel partieron y acamparon en Obot. 11 Partieron de Obot y acamparon en Iye-abarim, en el desierto que está frente a Moab, al oriente. 12 Partieron de allí y acamparon en el valle del Zered. 13 Partieron de allí y acamparon al otro lado del Arnón, en el desierto. El Arnón nace en el territorio de los amorreos, pues marca la frontera de Moab, entre los moabitas y los amorreos. 14 Por eso se dice en el libro de las batallas del SEÑOR:

“A Zahab[c] junto a Sufá,

a los arroyos del Arnón,

15 y a la vertiente de los arroyos que se desvía al sitio de Ar

y se apoya en la frontera de Moab”.

16 De allí fueron a Beer[d]. Este es el pozo del cual el SEÑOR dijo a Moisés: “Reúne al pueblo, y yo les daré agua”. 17 Entonces Israel cantó este cántico:

“¡Brota, oh pozo! ¡Cántenle!

18 Pozo que cavaron los jefes

y excavaron los nobles del pueblo

con el cetro y con sus báculos”.

Del desierto fueron a Mataná, 19 de Mataná a Najaliel y de Najaliel a Bamot. 20 Y de Bamot, en el valle que está en los campos de Moab, fueron a la cumbre del Pisga, que mira hacia Jesimón.

Israel derrota a los amorreos

21 Israel envió mensajeros a Sejón, rey de los amorreos, diciendo: 22 “Déjame pasar por tu tierra. No nos desviaremos por los campos ni por las viñas. Tampoco beberemos agua de los pozos. Iremos por el camino del Rey hasta que hayamos pasado por tu territorio”.

23 Pero Sejón no dejó pasar a Israel por su territorio. Más bien, reunió a todo su pueblo, salió al desierto contra Israel, fue a Jahaz y combatió contra Israel. 24 Pero Israel los hirió a filo de espada y tomó posesión de su tierra desde el Arnón hasta el Jaboc, hasta la frontera de los hijos de Amón, porque Jazer[e] era la frontera de los hijos de Amón. 25 Israel tomó todas estas ciudades, y habitó en todas las ciudades de los amorreos, en Hesbón y en todas sus aldeas. 26 Porque Hesbón era la sede de Sejón, rey de los amorreos, quien había estado en guerra con el anterior rey de Moab y había tomado de su poder toda su tierra hasta el Arnón. 27 Por eso dicen los poetas:

Vengan a Hesbón, y sea reedificada. Sea reafirmada la ciudad de Sejón.

28 Porque fuego salió de Hesbón,

y llama de la ciudad de Sejón; consumió a Ar-moab

y las alturas más prominentes[f] del Arnón.

29 ¡Ay de ti, oh Moab!

Has perecido, pueblo de Quemós.

A sus hijos dejó ir fugitivos

y a sus hijas cautivas

de Sejón, rey de los amorreos.

30 Su descendencia ha perecido[g] desde Hesbón hasta Dibón.

Los asolamos hasta Nófaj,

que se extiende hasta Medeba.

31 Así Israel habitó en la tierra de los amorreos. 32 Moisés envió gente para espiar a Jazer, y tomaron sus aldeas echando a los amorreos que estaban allí.

Israel derrota al rey de Basán

33 Después se volvieron y subieron rumbo a Basán. Entonces Og, rey de Basán, salió al encuentro de ellos con todo su pueblo, para combatir en Edrei. 34 Y el SEÑOR dijo a Moisés: “No le tengas miedo, porque en tu mano he entregado a él, a todo su pueblo y su tierra. Tú harás con él como hiciste con Sejón, rey de los amorreos, que habitaba en Hesbón”.

35 Así los mataron a él, a sus hijos y a toda su gente, hasta no dejarle ningún sobreviviente. Y tomaron posesión de su tierra.

Salmos 60-61

Súplica en medio de la derrota

60 Al músico principal. Sobre “La Rosa del Testimonio”[a]. Mictam[b] de David, para ser enseñado. Compuesto cuando provocó la confrontación con Siria mesopotámica y Siria de Soba, y Joab volvió y derrotó a doce mil de Edom en el valle de la Sal.

Oh Dios, tú nos has desechado; has roto nuestras defensas.
Te has airado. ¡Vuelve a nosotros!
Hiciste temblar la tierra; la has agrietado.
Restaura sus fallas porque
se desmorona.
Has hecho ver duras cosas
a tu pueblo;
nos has hecho beber vino
de aturdimiento.
Has dado bandera a los que te temen para que alcancen seguridad
ante el arco. Selah[c]
Salva con tu diestra y respóndenos,
de modo que sean librados
tus amados.
Dios ha hablado en su santuario: “¡Cómo me regocijo!
Repartiré Siquem
y mediré el valle de Sucot.
Mío es Galaad y mío es Manasés. Efraín es la fortaleza de mi cabeza; Judá es mi cetro.
Moab es la vasija en que me lavo; sobre Edom echaré mis sandalias,
y sobre Filistea lanzaré mi grito
de victoria”.
¿Quién me guiará a la ciudad fortificada? ¿Quién me conducirá hasta Edom?
10 ¿No serás tú, oh Dios, que nos habías desechado
y que ya no sales, oh Dios, con nuestros ejércitos?
11 Danos socorro ante el enemigo
pues vana es la liberación que da
el hombre.
12 Con Dios haremos proezas,
y él aplastará a nuestros enemigos.

Anhelo de la protección de Dios

61 Al músico principal. Con Neguinot[d]. Salmo de David.

Escucha, oh Dios, mi clamor; atiende a mi oración.
Desde el extremo de la tierra
clamaré a ti cuando mi corazón desmaye.
Llévame a la roca que es más alta que yo
porque tú me has sido refugio
y torre fortificada delante
del enemigo.
Que yo habite en tu tabernáculo para siempre y me refugie al amparo de tus alas. Selah[e]
Pues tú, oh Dios, has oído mis votos; has dado heredad a los que temen
tu nombre.
Días sobre días añadirás al rey; sus años serán como generación tras generación.
Estará para siempre delante de Dios; designa la misericordia y la verdad para que lo guarden.
Entonces cantaré salmos a tu nombre para siempre,
para pagar mis votos día tras día.

Isaías 10:5-34

Asiria: objeto de la ira divina

“¡Ay de Asiria, la vara de mi ira! Pues en su mano está puesto el garrote de mi furor. La mandaré contra una nación impía, y la enviaré contra el pueblo que es objeto de mi indignación, a fin de que capture botín y tome despojos, a fin de que lo ponga para ser pisoteado como el lodo de las calles.

“Pero ella no lo imaginará así ni su corazón lo pensará de esta manera. Más bien, la intención de su corazón será destruir y exterminar no pocas naciones. Porque él dice: ‘Mis príncipes, ¿no son todos reyes? ¿No es Calne[a] como Carquemis? ¿No es Hamat como Arfad? ¿No es Samaria como Damasco? 10 Como mi mano alcanzó los reinos de los dioses, a pesar de que sus imágenes talladas eran más que las de Jerusalén y de Samaria; 11 como hice a Samaria y a sus dioses, ¿no haré así a Jerusalén y a sus ídolos?’ ”.

12 Pero acontecerá que después que el Señor haya acabado toda su obra en el monte Sion y en Jerusalén, castigará[b] también el fruto del corazón soberbio del rey de Asiria y la gloria de sus ojos altivos. 13 Porque ha dicho: “Con el poder de mi mano y con mi sabiduría lo he hecho, porque soy inteligente. He eliminado las fronteras de los pueblos, he saqueado sus tesoros y he derribado como hombre fuerte a sus habitantes. 14 Mi mano halló como en un nido las riquezas de los pueblos; y como se juntan los huevos abandonados, así junté yo a toda la tierra. No hubo quien moviera un ala o abriera el pico para chirriar”.

15 ¿Se jactará el hacha contra el que corta con ella? ¿Se ensoberbecerá la sierra contra el que la maneja? ¡Como si el bastón manejara al que lo levanta! ¡Como si la vara levantara al que no es madera! 16 Por tanto, el SEÑOR Dios[c] de los Ejércitos enviará enfermedad a sus robustos, y debajo de su gloria encenderá una hoguera como fuego abrasador. 17 La Luz de Israel será por fuego; y su Santo por llama que consume y devora en un día sus cardos y sus espinos. 18 Consumirá desde el alma hasta la carne, la gloria de su bosque y de su campo fértil; y vendrá a ser como cuando desfallece un enfermo. 19 Los árboles que queden en su bosque serán tan pocos que hasta un niño los podrá contar.

El remanente volverá a su Dios

20 Acontecerá en aquel día que el remanente de Israel y los de la casa de Jacob que hayan escapado nunca más se apoyarán en el que los golpeó, sino que verdaderamente se apoyarán en el SEÑOR, el Santo de Israel.

21 ¡Un remanente volverá; un remanente de Jacob volverá al Dios fuerte! 22 Aunque tu pueblo, oh Israel, sea como la arena del mar, solo un remanente volverá. La destrucción está decidida, desbordando justicia. 23 Pues el SEÑOR Dios[d] de los Ejércitos ejecutará en medio de todo el país el exterminio que está decidido. 24 Por tanto, así ha dicho el SEÑOR Dios[e] de los Ejércitos: “Pueblo mío, habitante de Sion, no temas a Asiria. Con vara te golpeará y contra ti alzará su garrote, como en Egipto. 25 Porque de aquí a muy poco tiempo se acabará mi ira, y mi furor será para su destrucción”.

26 El SEÑOR de los Ejércitos levantará el látigo contra él, como en la matanza de Madián junto a la peña de Oreb[f]. Alzará su vara sobre el mar, como en Egipto. 27 Sucederá en aquel tiempo que su carga será quitada de tu hombro y su yugo de tu cuello. El yugo será destruido a causa de tu unción.

Avance del invasor

28 Viene contra Ayat, pasa por Migrón, y en Micmas pasa revista a sus armas. 29 Pasa el vado y se aloja en Geba. Ramá tiembla; Gabaa de Saúl huye. 30 ¡Grita a gran voz, oh hija de Galim! ¡Escucha, oh Lais! ¡Pobrecita Anatot! 31 Madmena divaga; los habitantes de Gebim buscan refugio. 32 Ahora mismo se detendrá en Nob y agitará su mano contra el monte de la hija[g] de Sion, la colina de Jerusalén.

33 Pero he aquí que el SEÑOR Dios[h] de los Ejércitos desgajará el ramaje con violencia; los de gran altura serán talados, y los altos serán abatidos. 34 Él cortará con hierro la espesura del bosque, y el Líbano caerá ante el Poderoso.

Santiago 4

Contra la amistad con el mundo

¿De dónde vienen las guerras y de dónde los pleitos entre ustedes? ¿No surgen de sus mismas pasiones que combaten en sus miembros? Codician y no tienen; matan y arden de envidia pero no pueden obtener. Combaten y hacen guerra. No tienen porque no piden. Piden y no reciben; porque piden mal, para gastarlo en sus placeres. ¡Gente adúltera! ¿No saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Por tanto, cualquiera que quiere ser amigo del mundo se constituye enemigo de Dios. ¿O suponen que en vano dice la Escritura: El Espíritu que él hizo morar en nosotros nos anhela celosamente? Pero él da mayor gracia. Por eso dice: Dios resiste a los soberbios pero da gracia a los humildes[a].

Sométanse, pues, a Dios. Resistan al diablo, y él huirá de ustedes. Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes. Limpien sus manos, pecadores y purifiquen su corazón, ustedes de doble ánimo. Aflíjanse, lamenten y lloren. Su risa se convierta en llanto, y su gozo en tristeza. 10 Humíllense delante del Señor, y él los exaltará.

Contra el juzgar al hermano

11 Hermanos, no hablen mal los unos de los otros. El que habla mal de su hermano o juzga a su hermano habla mal de la ley y juzga a la ley. Y si tú juzgas a la ley, entonces no eres hacedor de la ley sino juez. 12 Hay un solo Dador de la ley y Juez quien es poderoso para salvar y destruir. Pero ¿quién eres tú que juzgas a tu prójimo?

Contra la jactancia

13 ¡Vamos pues ahora los que dicen: “Hoy o mañana iremos a tal ciudad, estaremos allá un año y haremos negocios y ganaremos”! 14 Ustedes, los que no saben lo que será mañana, ¿qué es su vida? Porque son un vapor que aparece por un poco de tiempo y luego se desvanece. 15 Más bien, deberían decir: “Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello”. 16 Pero ahora se jactan en su soberbia. Toda jactancia de esta clase es mala. 17 Por tanto, al que sabe hacer lo bueno y no lo hace, eso le es pecado.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

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