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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version
Números 5

Expulsión de los contaminados

El SEÑOR habló a Moisés diciendo: “Manda a los hijos de Israel que alejen del campamento a todos los leprosos, a todos los que padecen de flujo y a todos los que se han contaminado por causa de un cadáver. Alejarán del campamento tanto a hombres como a mujeres; los alejarán para que no contaminen el campamento de aquellos entre los cuales yo habito”.

Así lo hicieron los hijos de Israel, y los alejaron del campamento. Como el SEÑOR dijo a Moisés, así lo hicieron los hijos de Israel.

Sobre restituciones y contribuciones

También el SEÑOR habló a Moisés diciendo: “Di a los hijos de Israel que cuando un hombre o una mujer cometa cualquiera de los pecados con que los hombres ofenden al SEÑOR, esa persona será culpable. Confesará el pecado que haya cometido y hará restitución completa por el daño que hizo. Sobre ello añadirá la quinta parte y lo dará a aquel a quien había hecho el daño. Si el hombre no tiene un pariente redentor a quien se le haga restitución por el daño, se hará la restitución al SEÑOR, para el sacerdote, además del carnero de la expiación con el cual este hará expiación por él.

“Toda ofrenda alzada de todas las cosas consagradas que los hijos de Israel presentan al sacerdote será para él. 10 Las cosas consagradas por cualquier persona serán para él; lo que cualquiera da al sacerdote será para este”.

Sobre los celos en el matrimonio

11 El SEÑOR habló a Moisés diciendo: 12 “Habla a los hijos de Israel y diles que si la mujer de alguno se descarría y le es infiel, 13 y si alguien tiene relaciones sexuales con ella y el hecho ha quedado escondido y oculto de su marido (pues ella se contaminó y no hay testigo contra ella, porque no fue sorprendida en el acto); 14 si él es presa de celos y tiene celos de su mujer, quien se ha contaminado; o si él es presa de celos y tiene celos de su mujer, aun cuando ella no se haya contaminado; 15 entonces el hombre traerá su mujer al sacerdote y traerá por ella su ofrenda de dos kilos[a] de harina de cebada. Sobre esta no echará aceite ni le pondrá incienso, porque es ofrenda por los celos, ofrenda recordatoria que trae a la memoria la iniquidad.

16 “El sacerdote hará que ella se acerque y esté de pie delante del SEÑOR. 17 Luego tomará agua santa en una vasija de barro. Tomará también del polvo que está en el suelo del tabernáculo y lo echará en el agua. 18 El sacerdote hará que la mujer esté de pie delante del SEÑOR, soltará la cabellera de la mujer y pondrá en las manos de ella la ofrenda recordatoria, que es la ofrenda por los celos.

“El sacerdote tendrá en la mano el agua amarga que acarrea maldición, 19 y conjurará a la mujer diciendo: ‘Si ningún hombre se ha acostado contigo ni te has descarriado de tu marido para contaminarte, seas libre de esta agua amarga que acarrea maldición. 20 Pero si te has descarriado de tu marido y te has contaminado, y si alguien aparte de tu marido se ha acostado contigo’ 21 (el sacerdote conjurará a la mujer con el juramento de maldición y dirá a la mujer), ‘el SEÑOR te haga maldición y juramento en medio de tu pueblo, haciendo el SEÑOR que tu muslo se afloje y tu vientre se hinche. 22 Esta agua que acarrea maldición entrará en tus entrañas, y hará que se hinche tu vientre y que se afloje tu muslo’.

“Y la mujer dirá: ‘Amén, amén’.

23 “Luego el sacerdote escribirá estas maldiciones en un libro, y las borrará en el agua amarga. 24 Él hará que la mujer beba el agua amarga que acarrea maldición, y el agua que acarrea maldición entrará en ella para amargura.

25 “Entonces el sacerdote tomará de la mano de la mujer la ofrenda por los celos, la mecerá delante del SEÑOR y la ofrecerá delante del altar. 26 Luego tomará un puñado de la ofrenda como recordatorio de ella y lo quemará sobre el altar. Después hará que la mujer beba el agua. 27 Cuando la haya hecho beber el agua, sucederá que si ella se ha contaminado y ha sido infiel a su marido, el agua que acarrea maldición entrará en ella para amargura, y su vientre se hinchará y su muslo se aflojará; y la mujer será maldita en medio de su pueblo. 28 Pero si la mujer no se ha contaminado, sino que es pura, será declarada inocente y tendrá descendencia.

29 “Estas son las instrucciones acerca de los celos: Cuando una mujer se descarría de su marido y se contamina, 30 o cuando el marido es presa de celos a causa de su mujer, él hará que ella esté de pie delante del SEÑOR, y el sacerdote hará con ella según todas estas instrucciones. 31 Así aquel hombre será libre de culpa, y la mujer cargará con su propia culpa”.

Salmos 39

La brevedad de la vida

39 Al músico principal. A Jedutún. Salmo de David.

Yo dije: “Cuidaré mis caminos para no pecar con mi lengua. Guardaré mi boca con freno
en tanto que el impío esté frente a mí”.
Enmudecí, quedé en silencio; me callé aun respecto de lo bueno, pero mi dolor se agravó.
Mi corazón se enardeció dentro de mí; fuego se encendió en mi suspirar,
y así hablé con mi lengua:
Hazme saber, oh SEÑOR, mi final,
y cuál sea la medida de mis días. Sepa yo cuán pasajero soy.
He aquí, has hecho que mis días sean breves;
mi existencia es como nada delante de ti. De veras, solo vanidad es todo hombre en su gloria. Selah[a]
En la oscuridad deambula el hombre; de veras, en vano se inquieta por acumular,
y no sabe quién lo recogerá.
Ahora, oh Señor, ¿qué esperaré? Mi esperanza está en ti.
Líbrame de todas mis rebeliones;
no me pongas por burla del insensato.
Enmudecí; no abrí mi boca
porque tú eres quien lo hizo.
10 Aparta de mí tu plaga;
por el movimiento de tu mano soy consumido.
11 Con castigos por el pecado
corriges al hombre
y deshaces como polilla su hermosura. Ciertamente vanidad es todo hombre.
Selah[b]
12 Escucha mi oración, oh SEÑOR; oye mi clamor y no calles
ante mis lágrimas.
Porque forastero soy para ti,
un advenedizo, como todos mis padres.
13 Aparta de mí tu mirada, de modo que me alegre
antes que me vaya y deje de ser.

Cantares 3

De noche, sobre mi cama

buscaba al que ama mi alma.
Lo busqué, pero no lo hallé.
Pensé: “Me levantaré e iré por la ciudad, por las calles y las plazas,
buscando al que ama mi alma”. Lo busqué, pero no lo hallé.
Me encontré con los guardias que rondan la ciudad y les pregunté: “¿Han visto al que ama mi alma?”.
Tan pronto como pasé de allí, hallé al que ama mi alma.
Me prendí de él y no lo solté
hasta que lo traje a la casa de mi madre, a la habitación de la que me concibió.
¡Júrenme, oh hijas de Jerusalén, por las ciervas
y por las gacelas del campo,
que no despertarán
ni provocarán el amor
hasta que quiera!

El cortejo nupcial

¿Quién es aquella
que viene del desierto
como columna de humo,
perfumada con mirra, incienso
y todo polvo de mercader?
¡Miren! Es la litera de Salomón. Sesenta valientes la rodean,
de los más fuertes de Israel.
Todos ellos ciñen espadas
y son diestros en la guerra.
Cada uno lleva espada al cinto
por causa de los temores de la noche.
El rey Salomón se hizo una carroza
de madera del Líbano.
10 Sus columnas eran de plata,
su respaldo de oro,
su asiento de púrpura;
y su interior fue decorado con amor por las hijas de Jerusalén.
11 Salgan, oh hijas de Sion,
y vean al rey Salomón con la diadema con que lo ciñó su madre
en el día de sus bodas, el día en que se regocijó su corazón.

Hebreos 3

Jesucristo, superior a Moisés

Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, consideren a Jesús, el apóstol y sumo sacerdote de nuestra confesión. Él era fiel al que le constituyó, como también lo fue Moisés en toda la casa de Dios. Pero él ha sido estimado digno de una gloria superior a la de Moisés, por cuanto aquel que ha construido una casa tiene mayor dignidad que la casa. Porque toda casa es construida por alguien, pero el constructor de todas las cosas es Dios. Moisés fue fiel como siervo en toda la casa de Dios para dar testimonio de lo que se había de decir después. En cambio, Cristo es fiel como Hijo sobre su casa. Esta casa suya somos nosotros, si de veras retenemos[a] la confianza y el gloriarnos de la esperanza.

El reposo del pueblo de Dios

Por eso, como dice el Espíritu Santo:

Si oyen hoy su voz,

no endurezcan su corazón

como en la provocación,

en el día de la prueba en el desierto,

donde los padres de ustedes

me pusieron a gran prueba

y vieron mis obras

durante cuarenta años.

10 Por esta causa me enojé

con aquella generación

y dije: “Ellos siempre

se desvían en su corazón

y no han conocido mis caminos”.

11 Como juré en mi ira:

“¡Jamás entrarán en mi reposo!”[b].

12 Miren, hermanos, que no haya en ninguno de ustedes un corazón malo de incredulidad que se aparte del Dios vivo. 13 Más bien, exhórtense los unos a los otros cada día mientras aún se dice: “Hoy”, para que ninguno de ustedes se endurezca por el engaño del pecado. 14 Porque hemos llegado a ser participantes de Cristo, si de veras retenemos el principio de nuestra confianza hasta el fin, 15 entre tanto se dice:

Si escuchan hoy su voz,

no endurezcan su corazón

como en la provocación[c].

16 Porque ¿quiénes fueron aquellos que, habiendo oído, lo provocaron? ¿No fueron todos los que salieron de Egipto con Moisés? 17 ¿Y con quiénes se disgustó durante cuarenta años? ¿No fue precisamente con los que pecaron, cuyos cuerpos cayeron en el desierto? 18 ¿Y a quiénes juró que no entrarían en su reposo sino a aquellos que no obedecieron? 19 Y vemos que ellos no pudieron entrar debido a su incredulidad.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

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