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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version
Levítico 22

22 El SEÑOR habló a Moisés diciendo: “Di a Aarón y a sus hijos que traten con reverencia las cosas sagradas de los hijos de Israel, para que no profanen mi santo nombre en aquello que me han consagrado. Yo, el SEÑOR.

“Diles: ‘A través de sus generaciones, todo hombre de sus descendientes, que estando impuro se acerque a las cosas sagradas que los hijos de Israel consagran al SEÑOR, tal persona será excluida de delante de mí. Yo, el SEÑOR.

“‘El hombre de los descendientes de Aarón que sea leproso o padezca de flujo no comerá de las cosas sagradas hasta que esté purificado. El que toque alguna cosa inmunda por contacto con un cadáver, o la persona que haya tenido emisión de semen; o quien haya tocado cualquier reptil y por tanto ha quedado impuro; o quien haya tocado a alguien impuro, fuera cual fuera su impureza; la persona que lo toque quedará impura hasta el anochecer y no comerá de las cosas sagradas hasta que haya lavado su cuerpo con agua. A la puesta del sol quedará purificado. Después podrá comer de las cosas sagradas, porque estas son su alimento.

“‘No comerá un animal mortecino ni uno despedazado, contaminándose por ello. Yo, el SEÑOR.

“‘Ellos, pues, guardarán mi ordenanza para que no carguen con la culpa por esto ni mueran por haberla profanado. Yo soy el SEÑOR, el que los santifico.

10 “‘Ningún extraño podrá comer de lo que es sagrado; ni el huésped del sacerdote ni el asalariado lo podrán comer. 11 Pero la persona que el sacerdote haya comprado con su dinero podrá comer de ello. Y los que hayan nacido en su casa, estos podrán comer de su alimento. 12 Si la hija del sacerdote se casa con un hombre extraño, ella no podrá comer de la ofrenda alzada de las cosas sagradas. 13 Pero si la hija del sacerdote ha quedado viuda o está divorciada, y no teniendo hijos ha vuelto a la casa de su padre como en su juventud, ella podrá comer del alimento de su padre. Pero ningún extraño comerá de él.

14 “‘El que por inadvertencia coma algo sagrado añadirá a ello un quinto de su valor y lo dará al sacerdote junto con lo sagrado. 15 No profanarán, pues, las cosas sagradas que los hijos de Israel apartan para el SEÑOR, 16 haciendo que ellos carguen con la culpabilidad cuando coman de sus cosas sagradas. Porque yo soy el SEÑOR, el que los santifico’”.

Los animales para los sacrificios

17 El SEÑOR habló a Moisés diciendo: 18 “Habla a Aarón y a sus hijos, y a todos los hijos de Israel, y diles que si alguno de la casa de Israel o de los extranjeros en Israel presenta su sacrificio, en cumplimiento de cualquier voto o de cualquier ofrenda voluntaria que presenta en holocausto al SEÑOR, 19 para que les sea aceptado será un macho sin defecto, ya sea toro, cordero o cabrito. 20 No ofrecerán ningún animal con defecto, porque no les será aceptado.

21 “Asimismo, cuando alguien ofrezca un sacrificio de paz al SEÑOR, sea en cumplimiento de un voto o sea como una ofrenda voluntaria, para que sea aceptado será sin defecto, tanto de las vacas como de las ovejas. No ha de haber defecto en él. 22 El animal ciego, perniquebrado, mutilado, verrugoso, sarnoso o tiñoso, no lo ofrecerán al SEÑOR. No pondrán de ellos una ofrenda quemada sobre el altar del SEÑOR.

23 “Podrás presentar como ofrenda voluntaria el toro o el carnero que tenga un miembro desproporcionado o atrofiado, pero no será aceptado como cumplimiento de un voto.

24 “No ofrecerán al SEÑOR un animal con los testículos heridos o dañados, arrancados o cortados. No harán esto en su tierra; 25 tampoco los aceptarán de manos de los extranjeros para ofrecerlos como alimento de su Dios. Porque están deformados y tienen defectos; no les serán aceptados”.

26 El SEÑOR habló a Moisés diciendo: 27 “Cuando nazca un ternero, un cordero o un cabrito, estará con su madre siete días. Desde el octavo día en adelante será aceptado en sacrificio, como ofrenda quemada al SEÑOR.

28 “No degollarán en el mismo día una vaca o una oveja junto con su cría.

29 “Cuando ofrezcan al SEÑOR un sacrificio de acción de gracias, lo sacrificarán de manera que les sea aceptado. 30 El mismo día se comerá; no dejarás nada de él hasta la mañana. Yo, el SEÑOR.

31 “Guarden, pues, mis mandamientos y pónganlos por obra. Yo, el SEÑOR.

32 “No profanen mi santo nombre, pues yo he de ser santificado en medio de los hijos de Israel. Yo soy el SEÑOR, el que los santifico, 33 que los saqué de la tierra de Egipto para ser su Dios. Yo, el SEÑOR”.

Salmos 28-29

El SEÑOR escucha la oración

28 Salmo de David.

A ti clamaré, oh SEÑOR;
Roca mía, no te hagas el sordo para conmigo.
No suceda que, por quedarte en
silencio ante mí,
yo llegue a ser semejante a los que descienden a la fosa.
Escucha la voz de mis ruegos cuando clamo a ti,
cuando alzo mis manos hacia tu lugar santísimo.
No me arrastres junto con los impíos, con los que hacen iniquidad, los cuales hablan de paz a su prójimo pero la maldad está en su corazón.
Dales conforme a sus hechos
y conforme a la maldad de sus actos. Dales conforme a la obra de sus manos. ¡Dales su recompensa!
Porque no atendieron a los hechos del SEÑOR
ni a la obra de sus manos,
él los derribará y no los volverá a edificar.
Bendito sea el SEÑOR,
que oyó la voz de mis ruegos.
El SEÑOR es mi fuerza y mi escudo;
en él esperó mi corazón.
Fui ayudado, y se gozó mi corazón; con mi canción le alabaré.
El SEÑOR es la fuerza de su pueblo,
la fortaleza de salvación para su ungido.
Salva a tu pueblo y bendice a tu heredad; pastoréalos y enaltécelos para siempre.

La voz del SEÑOR en la tormenta

29 Salmo de David.

Den al SEÑOR, oh hijos
de los fuertes;
den al SEÑOR la gloria y el poder.
Den al SEÑOR la gloria debida
a su nombre.
Adoren al SEÑOR en la hermosura de la santidad.
Voz del SEÑOR sobre las aguas: ¡Truena el Dios de gloria!
¡Es SEÑOR sobre las caudalosas aguas!
Voz del SEÑOR con poder;
voz del SEÑOR con gloria.
Voz del SEÑOR que quiebra los cedros;
el SEÑOR despedaza los cedros del Líbano.
Los hace saltar como terneros;
al Líbano y al Sirión hizo saltar como crías de toros salvajes.
Voz del SEÑOR que aviva
las llamas de fuego.
Voz del SEÑOR que estremece
al desierto.
El SEÑOR estremece al desierto
de Cades.
La voz del SEÑOR estremece
las encinas
y desnuda los bosques.
Y en su templo todos los suyos proclaman su gloria.
10 El SEÑOR se sentó ante el diluvio;
el SEÑOR se sentó como rey para siempre.
11 El SEÑOR dará fortaleza a su pueblo;
el SEÑOR bendecirá a su pueblo con paz.

Eclesiastés 5

El comportamiento ante Dios

Cuando vayas a la casa de Dios guarda tu pie. Acércate más para oír que para ofrecer el sacrificio de los necios, que no saben que hacen mal.

No te precipites con tu boca ni se apresure tu corazón a proferir palabra delante de Dios. Porque Dios está en el cielo y tú sobre la tierra; por tanto, sean pocas tus palabras. Pues de la mucha preocupación viene el soñar; y de las muchas palabras, el dicho del necio.

Cuando hagas un voto a Dios no tardes en cumplirlo; porque él no se complace en los necios. Cumple lo que prometes. Mejor es que no prometas, a que prometas y no cumplas. No dejes que tu boca te haga pecar ni digas delante del mensajero que fue un error[a]. ¿Por qué habrá de airarse Dios a causa de tu voz y destruir la obra de tus manos? Porque cuando hay muchos sueños, también hay vanidades y muchas palabras. Pero tú, teme a Dios.

Paradojas de la vida

Si observas en una provincia la opresión de los pobres y la privación del derecho y la justicia, no te asombres por ello. Porque al alto lo vigila uno más alto, y hay alguien aun más alto que ellos. Pero en todo es provechoso para un país que el rey esté al servicio del campo.

10 El que ama el dinero no quedará satisfecho con dinero, y el que ama las riquezas no tendrá beneficio. También esto es vanidad.

11 Cuando los bienes aumentan, también aumentan los que los consumen. ¿Qué provecho, pues, tendrán sus dueños aparte de verlos con sus ojos?

12 Dulce es el sueño del trabajador, haya comido poco o haya comido mucho; pero al rico no lo deja dormir la abundancia.

13 Hay un grave mal que he visto debajo del sol: las riquezas guardadas por su dueño, para su propio mal; 14 o aquellas riquezas que se pierden en un mal negocio. Y al engendrar un hijo nada le queda en la mano. 15 Como salió del vientre de su madre, desnudo, así volverá; tal como vino se irá. Nada de su duro trabajo llevará en su mano cuando se vaya. 16 Este también es un grave mal: que de la misma manera que vino, así vuelva. ¿Y de qué le aprovecha afanarse para el viento? 17 Además, consume todos los días de su vida en tinieblas con mucha frustración, enfermedad y resentimiento.

18 He aquí, pues, el bien que yo he visto: que lo agradable es comer y beber, y tomar satisfacción en todo el duro trabajo con que se afana debajo del sol, durante los contados días de la vida que Dios le ha dado; porque esta es su porción. 19 Asimismo, el que Dios le dé a un hombre riquezas y posesiones, permitiéndole también comer de ellas, tomar su porción y gozarse de su duro trabajo, esto es un don de Dios. 20 Ciertamente no se acordará mucho de los días de su vida, ya que Dios lo mantiene ocupado con la alegría de su corazón.

2 Timoteo 1

Pablo, apóstol de Cristo Jesús por la voluntad de Dios, según la promesa de la vida que es en Cristo Jesús; a Timoteo, amado hijo: Gracia, misericordia y paz de parte de Dios el Padre y de Cristo Jesús nuestro Señor.

No te avergüences de testificar

Doy gracias a Dios, a quien rindo culto con limpia conciencia como lo hicieron mis antepasados, de que sin cesar me acuerdo de ti en mis oraciones de noche y de día. Me he acordado de tus lágrimas y deseo verte para ser lleno de gozo. Traigo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida y en tu madre Eunice, y estoy convencido de que también en ti.

Por esta razón, te vuelvo a recordar que avives el don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos. Porque no nos ha dado Dios un espíritu de cobardía sino de poder, de amor y de dominio propio. Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor ni de mí, prisionero suyo. Más bien, sé partícipe conmigo de los sufrimientos por el evangelio, según el poder de Dios. Fue él quien nos salvó y nos llamó con santo llamamiento, no conforme a nuestras obras sino conforme a su propio propósito y gracia, la cual nos fue dada en Cristo Jesús antes del comienzo del tiempo 10 y ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Cristo Jesús. Él anuló la muerte y sacó a la luz la vida y la inmortalidad por medio del evangelio, 11 del cual he sido puesto como predicador, apóstol y maestro[a]. 12 Por esta razón padezco estas cosas, pero no me avergüenzo porque yo sé a quién he creído, y estoy convencido de que él es poderoso para guardar mi depósito para aquel día.

13 Ten presente el modelo de las sanas palabras que has oído de mí, en la fe y el amor en Cristo Jesús. 14 Guarda el buen depósito por medio del Espíritu Santo que habita en nosotros.

15 Ya sabes que se apartaron de mí todos los de Asia, entre ellos Figelo y Hermógenes. 16 El Señor conceda misericordia a la casa de Onesíforo porque muchas veces me reanimó y no se avergonzó de mis cadenas. 17 Más bien, cuando estuvo en Roma, me buscó solícitamente y me halló. 18 El Señor le conceda que halle misericordia de parte del Señor en aquel día. Cuánto nos ayudó en Éfeso tú lo sabes muy bien.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

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