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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
La Biblia de las Américas (LBLA)
Version
Génesis 7

Noé entra en el arca

Entonces el Señor dijo a Noé: Entra en el arca tú y todos los de tu casa[a]; porque he visto que solo tú eres justo(A) delante de mí en esta generación. De todo animal limpio tomarás contigo[b] siete parejas[c], el macho y su hembra; y de todo animal que no es limpio, dos, el macho y su hembra(B); también de las aves del cielo, siete parejas[d], macho y hembra, para conservar viva la especie[e] sobre la faz de toda la tierra. Porque dentro de siete días haré llover sobre la tierra(C) cuarenta días y cuarenta noches(D), y borraré de la faz de la tierra a todo ser viviente[f] que he creado[g](E). Y Noé hizo conforme a todo lo que el Señor le había mandado(F).

El diluvio

Noé tenía seiscientos años(G) cuando el diluvio de las aguas vino[h] sobre la tierra. Entonces entró Noé en el arca(H), y con él sus hijos, su mujer y las mujeres de sus hijos, a causa de las aguas del diluvio. De los animales limpios y de los animales que no son limpios, de las aves y de todo lo que se arrastra sobre la tierra(I), de dos en dos entraron con[i] Noé en el arca, macho y hembra, como Dios había ordenado a Noé. 10 Y aconteció que a los siete días las aguas del diluvio(J) vinieron[j] sobre la tierra. 11 El año seiscientos de la vida de Noé(K), el mes segundo, a los diecisiete días del mes, en ese mismo día se rompieron todas las fuentes del gran abismo, y las compuertas[k] del cielo fueron abiertas(L). 12 Y cayó[l] la lluvia sobre la tierra por cuarenta días y cuarenta noches(M).

13 En ese mismo día entró Noé en el arca, con Sem, Cam y Jafet, hijos de Noé, y la mujer de Noé y las tres mujeres de sus hijos con ellos(N), 14 y toda[m] fiera según su especie, y todo ganado según su especie, y todo reptil que se arrastra sobre la tierra según su especie, y toda ave según su especie, toda clase de aves[n]. 15 Entraron, pues, con[o] Noé en el arca de dos en dos de toda carne(O) en que había aliento de vida. 16 Y los que entraron, macho y hembra de toda carne, entraron como Dios le había mandado; y el Señor cerró la puerta detrás de Noé[p]. 17 Entonces vino[q] el diluvio sobre la tierra por cuarenta días(P), y las aguas crecieron y alzaron el arca, y esta se elevó sobre la tierra. 18 Y las aguas aumentaron y crecieron mucho sobre la tierra; y el arca flotaba[r] sobre la superficie[s] de las aguas. 19 Y las aguas aumentaron más y más sobre la tierra, y fueron cubiertos todos los altos montes que hay debajo de todos los cielos. 20 Quince codos[t] por encima subieron las aguas después que[u] los montes(Q) habían sido cubiertos. 21 Y pereció toda carne que se mueve sobre la tierra: aves, ganados, bestias, y todo lo que pulula sobre la tierra, y todo ser humano(R); 22 todo aquello en cuya nariz había aliento de espíritu de vida(S), todo lo que había sobre la tierra firme, murió. 23 Exterminó, pues, el Señor todo ser viviente[v] que había sobre la faz de la tierra; desde el hombre hasta los ganados, los reptiles y las aves del cielo, fueron exterminados de la tierra; solo quedó Noé y los que estaban con él en el arca(T). 24 Y prevalecieron las aguas sobre la tierra ciento cincuenta días(U).

Mateo 7

El juicio hacia los demás

(A)No juzguéis para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzguéis, seréis juzgados; y con la medida con que midáis, se os medirá(B). ¿Y por qué miras la mota[a] que está en el ojo de tu hermano, y no te das cuenta de la viga que está en tu propio ojo(C)? ¿O cómo puedes decir[b] a tu hermano: «Déjame sacarte la mota del ojo», cuando[c] la viga está en tu ojo(D)? ¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás con claridad para sacar la mota del ojo de tu hermano.

No deis lo santo a los perros(E), ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las huellen con sus patas, y volviéndose os despedacen.

La oración recibirá respuesta

(F)Pedid, y se os dará(G); buscad, y hallaréis; llamad[d], y se os abrirá. Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿O qué hombre hay entre vosotros que si su hijo le pide pan, le[e] dará una piedra, 10 o si[f] le pide un pescado, le[g] dará una serpiente? 11 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le piden(H)? 12 Por eso, todo cuanto queráis que os hagan los hombres(I), así también haced vosotros con ellos, porque esta es la ley y los profetas(J).

Dos puertas y dos sendas

13 Entrad por la puerta estrecha(K), porque ancha es la puerta y amplia es la senda que lleva a la perdición[h], y muchos son los que entran por ella. 14 Porque estrecha es la puerta y angosta la senda que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.

Cómo conocer a los falsos profetas

15 Cuidaos de los falsos profetas(L), que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces(M). 16 Por sus frutos los conoceréis(N). ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos? 17 Así, todo árbol bueno da frutos buenos; pero el árbol malo da frutos malos(O). 18 Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo producir frutos buenos. 19 Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado al fuego(P). 20 Así que, por sus frutos los conoceréis(Q). 21 No todo el que me dice: «Señor, Señor(R)», entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. 22 Muchos me dirán(S) en aquel día(T): «Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros[i]?». 23 Y entonces les declararé: «Jamás os conocí; apartaos de mí(U), los que practicáis la iniquidad».

Los dos cimientos

24 (V)Por tanto, cualquiera que oye estas palabras mías y las pone en práctica, será semejante a un hombre sabio que edificó su casa sobre la roca; 25 y cayó la lluvia, vinieron los torrentes[j], soplaron los vientos y azotaron[k] aquella casa; pero no se cayó, porque había sido fundada sobre la roca. 26 Y todo el que oye estas palabras mías y no las pone en práctica, será semejante a un hombre insensato que edificó su casa sobre la arena; 27 y cayó la lluvia, vinieron los torrentes[l], soplaron los vientos y azotaron aquella casa; y cayó, y grande fue su destrucción.

28 Cuando[m] Jesús terminó(W) estas palabras, las multitudes se admiraban de su enseñanza(X); 29 porque les enseñaba como uno que tiene autoridad, y no como sus escribas.

Esdras 7

Llegada de Esdras a Jerusalén

Después de estas cosas, en el reinado de Artajerjes, rey de Persia(A), subió Esdras hijo de Seraías, hijo de Azarías, hijo de Hilcías(B), hijo de Salum, hijo de Sadoc, hijo de Ahitob, hijo de Amarías, hijo de Azarías, hijo de Meraiot, hijo de Zeraías, hijo de Uzi, hijo de Buqui, hijo de Abisúa, hijo de Finees, hijo de Eleazar(C), hijo de Aarón, sumo sacerdote. Este Esdras subió de Babilonia, y era escriba experto en la ley de Moisés, que el Señor, Dios de Israel, había dado(D); y el rey le concedió todo lo que pedía[a] porque la mano del Señor su Dios estaba sobre él(E). También algunos de los hijos de Israel y de los sacerdotes, levitas, cantores, porteros y sirvientes del templo subieron a Jerusalén en el año séptimo del rey Artajerjes(F). Y él llegó a Jerusalén en el quinto mes; era el año séptimo del rey. Porque el primer día del mes primero comenzó a subir[b] de Babilonia; y el primer día del mes quinto llegó a Jerusalén, pues la mano bondadosa de su Dios estaba sobre él(G). 10 Ya que Esdras había dedicado su corazón a estudiar[c] la ley del Señor, y a practicarla, y a enseñar sus estatutos y ordenanzas en Israel(H).

11 Esta es la copia del decreto que el rey Artajerjes dio al sacerdote Esdras, el escriba, instruido en[d] las palabras de los mandamientos del Señor y de sus estatutos para Israel: 12 [e]Artajerjes, rey de reyes(I), al sacerdote Esdras, escriba de la ley del Dios del cielo: Paz perfecta. Y ahora 13 yo he proclamado un decreto(J) de que cualquiera del pueblo de Israel, de sus sacerdotes y de los levitas en mi reino que esté dispuesto a ir a Jerusalén, puede ir contigo. 14 Por cuanto eres enviado por el[f] rey y sus siete consejeros(K) para investigar acerca de Judá y de Jerusalén conforme a la ley de tu Dios que está en tu mano, 15 y para llevar la plata y el oro que el rey y sus consejeros han ofrendado voluntariamente al Dios de Israel, cuya morada está en Jerusalén(L), 16 y toda la plata y el oro(M) que halles en toda la provincia de Babilonia, con la ofrenda voluntaria que el pueblo y los sacerdotes hayan ofrecido voluntariamente para la casa de su Dios que está en Jerusalén(N). 17 Con este dinero, pues, comprarás diligentemente novillos, carneros y corderos, con sus ofrendas de cereal y sus libaciones correspondientes(O), y los ofrecerás sobre el altar de la casa de vuestro Dios que está en Jerusalén(P). 18 Y lo que a ti y a tus hermanos os parezca bien hacer con la plata y el oro que quede, hacedlo conforme a la voluntad de vuestro Dios. 19 También los utensilios que te son entregados para el servicio de la casa de tu Dios, entrégalos todos delante del Dios de Jerusalén. 20 Y lo demás que se necesite para la casa de tu Dios, para lo cual tengas ocasión de proveer, provéelo del tesoro real(Q). 21 Yo, el rey Artajerjes, proclamo un decreto a todos los tesoreros que están en las provincias más allá del río[g], que todo lo que os pida el sacerdote Esdras, escriba de la ley del Dios del cielo(R), sea hecho puntualmente, 22 hasta cien talentos[h] de plata, cien coros[i] de trigo, cien batos[j] de vino, cien batos de aceite y sal sin medida. 23 Todo cuanto ordene el[k] Dios del cielo, sea hecho con esmero para la casa del Dios del cielo, no sea que venga la ira contra el reino del rey y sus hijos(S). 24 También os hacemos saber que no se permite cobrar[l] tributo, impuesto o peaje(T) a ninguno de los sacerdotes, levitas, cantores, porteros, sirvientes, o ministros de esta casa de Dios(U). 25 Y tú, Esdras, conforme a la sabiduría de tu Dios que posees[m], nombra magistrados y jueces para juzgar a todo el pueblo(V) que está en la provincia más allá del río, a todos los que conocen las leyes de tu Dios; y a cualquiera que las ignore, le enseñarás(W). 26 Y todo aquel que no cumpla la ley de tu Dios y la ley del rey, que la justicia se le aplique severamente(X), sea para muerte o destierro o confiscación de bienes o encarcelamiento.

27 Bendito sea el Señor, Dios de nuestros padres, que ha puesto esto en el corazón del rey, para embellecer la casa del Señor que está en Jerusalén(Y), 28 y que me ha extendido misericordia(Z) delante del rey y de sus consejeros y delante de todos los príncipes poderosos del rey. Así fui fortalecido según estaba la mano del Señor mi Dios sobre mí(AA), y reuní a los jefes de Israel para que subieran conmigo.

Hechos 7

Discurso de Esteban

Y el sumo sacerdote dijo: ¿Es esto así?

Y él dijo: Escuchadme, hermanos y padres(A). El Dios de gloria(B) apareció a nuestro padre Abraham cuando estaba en Mesopotamia, antes que habitara en Harán(C), y le dijo: «Sal de tu tierra y de tu parentela, y ve a la tierra que yo te mostraré(D)». Entonces él salió de la tierra de los caldeos y se radicó en Harán(E). Y de allí, después de la muerte de su padre, Dios lo trasladó a esta tierra en la cual ahora vosotros habitáis(F). No le dio en ella heredad, ni siquiera la medida de la planta del pie, y sin embargo, aunque no tenía hijo, prometió que se la daría en posesión a Él y a su descendencia después de Él(G). Y Dios dijo así: «(H)Que sus descendientes serían extranjeros en una tierra extraña, y que serían esclavizados y maltratados[a] por cuatrocientos años. Pero yo mismo juzgaré a cualquier nación de la cual sean esclavos» —dijo Dios— «y después de eso saldrán y me servirán[b] en este lugar(I)». Y Dios le dio el pacto[c] de la circuncisión(J); y así Abraham vino a ser el padre de Isaac, y lo circuncidó al octavo día(K); e Isaac vino a ser el padre de Jacob(L), y Jacob de los doce patriarcas(M).

Y los patriarcas tuvieron envidia de José y lo vendieron para Egipto(N). Pero Dios estaba con él, 10 y lo rescató de todas sus aflicciones, y le dio gracia(O) y sabiduría delante de Faraón, rey de Egipto, y este lo puso por gobernador sobre Egipto y sobre toda su casa.

11 Entonces vino hambre sobre todo Egipto y Canaán(P), y con ella gran aflicción; y nuestros padres no hallaban alimentos. 12 Pero cuando Jacob supo[d] que había grano[e] en Egipto(Q), envió a nuestros padres allá la primera vez. 13 En la segunda visita, José se dio a conocer a sus hermanos(R), y conoció[f] Faraón el linaje de José(S). 14 Y José, enviando mensaje, mandó llamar a Jacob su padre y a toda su parentela(T), en total setenta y cinco(U) personas(V). 15 Y Jacob descendió a Egipto, y allí murió(W) él y también nuestros padres. 16 Y de allí fueron trasladados a Siquem, y puestos en el sepulcro que por una suma de dinero había comprado Abraham a los hijos de Hamor(X) en Siquem.

17 Pero a medida que se acercaba el tiempo(Y) de la promesa que Dios había confirmado a Abraham, el pueblo crecía y se multiplicaba en Egipto(Z), 18 hasta que surgió otro rey en Egipto que no sabía nada de José(AA). 19 Este rey, obrando con astucia contra nuestro pueblo[g], maltrató a nuestros padres, a fin de que expusieran a la muerte a[h] sus niños para que no vivieran(AB). 20 Fue por ese tiempo que Moisés nació. Era hermoso a la vista de Dios[i], y fue criado por tres meses en la casa de su padre(AC). 21 Después de ser abandonado[j] para morir, la hija de Faraón se lo llevó[k] y lo crió como su propio hijo(AD). 22 Y Moisés fue instruido en toda la sabiduría de los egipcios(AE), y era un hombre poderoso en palabras y en hechos. 23 Pero cuando iba a cumplir la edad de cuarenta años(AF), sintió[l] en su corazón el deseo de visitar a sus hermanos, los hijos de Israel(AG). 24 Y al ver que uno de ellos era tratado injustamente, lo defendió y vengó al[m] oprimido matando[n] al egipcio. 25 Pensaba que sus hermanos entendían que Dios les estaba dando libertad[o] por medio de él[p], pero ellos no entendieron. 26 Al día siguiente se les presentó, cuando dos de ellos reñían, y trató de poner paz entre ellos, diciendo: «Varones, vosotros sois hermanos, ¿por qué os herís[q] el uno al otro(AH)?». 27 Pero el que estaba hiriendo[r] a su prójimo lo empujó, diciendo: «¿Quién te ha puesto por gobernante y juez sobre nosotros(AI)? 28 ¿Acaso quieres matarme como mataste ayer al egipcio(AJ)?». 29 Al oír estas palabras, Moisés huyo y se convirtió en extranjero en la tierra de Madián(AK), donde fue padre de dos hijos(AL).

30 Y pasados cuarenta años, se le apareció un Ángel(AM) en el desierto del monte Sinaí, en la llama de una zarza que ardía(AN). 31 Al ver esto, Moisés se maravillaba de la visión, y al acercarse para ver mejor, vino a él la voz del Señor: 32 «Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, de Isaac, y de Jacob(AO)». Moisés temblando, no se atrevía a mirar. 33 Pero el Señor le dijo: «Quítate las sandalias de los pies, porque el lugar donde estás es tierra santa(AP). 34 Ciertamente he visto la opresión de mi pueblo en Egipto y he oído sus gemidos, y he descendido para librarlos(AQ); ven[s] ahora y te enviaré a Egipto(AR)».

35 Este Moisés, a quien ellos rechazaron, diciendo: «¿Quién te ha puesto por gobernante y juez(AS)?» es el mismo que Dios envió[t] para ser gobernante y libertador con la ayuda[u] del ángel que se le apareció en la zarza. 36 Este hombre los sacó(AT), haciendo prodigios y señales[v](AU) en la tierra de Egipto, en el mar Rojo y en el desierto por cuarenta años(AV). 37 Este es el mismo Moisés que dijo a los hijos de Israel: «Dios os levantará un profeta como yo[w] de entre vuestros hermanos(AW)». 38 Este es el que estaba en la congregación[x] en el desierto(AX) junto con el ángel que le hablaba en el monte Sinaí(AY), y con nuestros padres, y el que recibió palabras[y](AZ) de vida(BA) para transmitirlas a vosotros; 39 al cual nuestros padres no quisieron obedecer[z], sino que lo repudiaron, y en sus corazones regresaron a Egipto(BB), 40 diciendo a Aarón: «Haznos dioses que vayan delante de nosotros, porque a este Moisés que nos saco de la tierra de Egipto, no sabemos lo que le haya pasado(BC)». 41 En aquellos días hicieron un becerro y ofrecieron sacrificio al ídolo(BD), y se regocijaban en las obras de sus manos(BE). 42 Pero Dios se apartó de ellos y los entregó para que sirvieran[aa] al ejército del cielo[ab](BF), como está escrito en el libro de los profetas: ¿(BG)Acaso fue a mí a quien ofrecisteis victimas y sacrificios en el desierto por cuarenta años(BH), casa de Israel? 43 También llevasteis el tabernáculo de Moloc, y la estrella del dios Rentan, las imágenes que hicisteis para adorarlas. Yo también os deportaré más allá de Babilonia.

44 Nuestros padres tuvieron el tabernáculo del testimonio en el desierto, tal como le había ordenado que lo hiciera aquel que habló a Moisés, conforme al modelo que había visto(BI). 45 A su vez, habiéndolo recibido, nuestros padres lo introdujeron con Josué al tomar[ac] posesión de las naciones[ad] que Dios arrojó de delante de nuestros padres(BJ), hasta los días de David. 46 Y David[ae] halló gracia delante de Dios(BK), y pidió el favor de hallar una morada para el Dios[af] de Jacob(BL). 47 Pero fue Salomón quien le edificó una casa(BM). 48 Sin embargo, el Altísimo(BN) no habita en casas hechas por manos de hombres; como dice el profeta:

49 (BO)El cielo es mi trono,
y la tierra el estrado de mis pies;
¿que casa me edificaréis? —dice el Señor—
¿O cuál es el lugar de mi reposo?
50 ¿No fue mi mano la que hizo todas estas cosas?

51 Vosotros, que sois duros de cerviz e incircuncisos de corazón(BP) y de oídos, resistís siempre al Espíritu Santo; como hicieron vuestros padres, así también hacéis vosotros. 52 ¿A cuál de los profetas no persiguieron vuestros padres(BQ)? Ellos mataron a los que antes habían anunciado la venida del Justo(BR), del cual ahora vosotros os hicisteis traidores y asesinos(BS); 53 vosotros que recibisteis la ley por disposición de ángeles(BT) y sin embargo no la guardasteis.

Martirio de Esteban

54 Al oír esto, se sintieron profundamente ofendidos[ag](BU), y crujían los dientes contra él. 55 Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo(BV), fijos los ojos en el cielo(BW), vio la gloria de Dios y a Jesús de pie a la diestra de Dios(BX); 56 y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos(BY), y al Hijo del Hombre(BZ) de pie a la diestra de Dios. 57 Entonces ellos gritaron a gran voz, y tapándose los oídos arremetieron a una contra él. 58 Y echándolo fuera de la ciudad, comenzaron a apedrearle(CA); y los testigos(CB) pusieron sus mantos a los pies de un joven llamado Saulo(CC). 59 Y mientras apedreaban a Esteban, él invocaba al Señor(CD) y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu. 60 Y cayendo de rodillas(CE), clamó en alta voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado(CF). Habiendo dicho esto, durmió[ah](CG).

La Biblia de las Américas (LBLA)

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