M’Cheyne Bible Reading Plan
Consagración de Aarón y sus hijos
(Éx 29:1-37)
8 El SEÑOR le dijo a Moisés: 2 «Trae a Aarón y a sus hijos con la ropa sacerdotal, el aceite de consagrar, el ternero del sacrificio por el pecado, los dos carneros y la canasta del pan sin levadura, 3 y reúne a toda la comunidad a la entrada de la carpa del encuentro».
4 Moisés hizo lo que el SEÑOR le había mandado y la gente se reunió a la entrada de la carpa del encuentro. 5 Luego Moisés le dijo a toda la comunidad: «Esto es lo que el SEÑOR ordenó hacer».
6 Entonces Moisés trajo a Aarón y a sus hijos, y los lavó con agua. 7 Después Moisés le puso la túnica a Aarón, le ató el cinturón y le colocó la capa; luego le puso encima el efod y se lo ató alrededor con el cinturón decorado del efod. 8 Moisés puso el pectoral sobre Aarón y le colocó el urim y el tumim en el bolsillo del pectoral. 9 Moisés también puso el turbante en la cabeza de Aarón y le colocó en la frente la placa de oro como una corona santa, tal como el SEÑOR le había ordenado.
10 Luego Moisés tomó el aceite de consagrar y lo roció en la Carpa Sagrada y en todo lo que había dentro de ella para así consagrar todo. 11 De igual forma, Moisés roció siete veces en el altar parte del aceite de consagrar y lo derramó en el altar, en todos sus utensilios, en la cubeta y en su base, para consagrarlos. 12 Después Moisés derramó parte del aceite de consagrar sobre la cabeza de Aarón, y de esta manera lo consagró. 13 Luego vinieron los hijos de Aarón, y entonces Moisés les colocó las túnicas, los cinturones y les enrolló los turbantes, tal como el SEÑOR le había mandado.
14 Después Moisés trajo al frente el ternero del sacrificio por el pecado, y Aarón y sus hijos pusieron las manos sobre la cabeza del toro. 15 El toro fue degollado y Moisés tomó con su dedo un poco de sangre, la untó en todos los cuernos del altar y luego derramó la sangre en la base del altar. Así consagró el altar para realizar allí los sacrificios por el pecado. 16 Moisés tomó toda la grasa que cubre las vísceras del ternero, la parte grasa del hígado junto con los riñones y la grasa que los cubre, y los quemó en el altar. 17 Pero Moisés llevó el cuero del ternero, su carne y sus excrementos fuera del campamento y los quemó allí, tal como el SEÑOR le había mandado.
18 Luego Moisés trajo el carnero del sacrificio que debe quemarse completamente, y Aarón y sus hijos pusieron sus manos sobre la cabeza del carnero. 19 Entonces Moisés degolló al carnero, roció la sangre alrededor del altar, 20 cortó el carnero en pedazos y quemó en el altar la cabeza, los otros pedazos y la grasa. 21 Después Moisés lavó con agua los intestinos y las patas y quemó todo el carnero en el altar como sacrificio que debe quemarse completamente. Esa fue una ofrenda de comida de olor agradable al SEÑOR. Moisés hizo esto tal como el SEÑOR le había mandado.
22 Luego trajeron el segundo carnero, el que se usaría para consagrar a Aarón y a sus hijos como sacerdotes y ellos pusieron sus manos sobre la cabeza del carnero. 23 Entonces Moisés degolló al carnero, y usando parte de la sangre la untó en la oreja derecha, en el pulgar de la mano derecha y en el dedo gordo del pie derecho de Aarón. 24 Luego pasaron al frente los hijos de Aarón y entonces Moisés puso parte de la sangre en la oreja derecha, en el pulgar de la mano derecha y en el dedo gordo del pie derecho de cada uno de los hijos de Aarón. Después Moisés roció la sangre alrededor del altar, 25 tomó la grasa, la cola y la parte grasa del hígado junto con los riñones y la grasa que los cubre, y el muslo derecho del carnero. 26 También Moisés tomó una torta sin levadura, una torta hecha con aceite y una galleta, de la canasta de pan sin levadura que estaba ante el SEÑOR y las colocó en la grasa y sobre el muslo derecho del carnero. 27 Luego colocó todo esto en las manos de Aarón y sus hijos, para que hicieran ante el SEÑOR el movimiento de presentación de la ofrenda. 28 Luego Moisés retiró todo eso de las manos de ellos y quemó todo en el altar con el sacrificio que debe quemarse completamente. Este fue el sacrificio de consagración de los sacerdotes, una ofrenda de comida como sacrificio al SEÑOR. 29 Luego Moisés ofreció al SEÑOR, con el movimiento de presentación de la ofrenda, el pecho del animal, que era la parte del carnero que le correspondía a Moisés. Hizo tal como el SEÑOR le había mandado.
30 Después Moisés tomó parte del aceite de consagrar y parte de la sangre que estaba en el altar, y las roció sobre Aarón y su ropa, y sobre sus hijos y sus ropas para consagrarlos. 31 Moisés les dijo a Aarón y a sus hijos: «Cocinen la carne a la entrada de la carpa del encuentro, y cómanla ahí con el pan que está en la canasta de las consagraciones. Háganlo como les he dicho 32 y quemen en el fuego todo lo que sobre de la carne y del pan. 33 No deben salir de la entrada de la carpa del encuentro por siete días, hasta que se termine el tiempo de su consagración. 34 El SEÑOR ha mandado hacer lo que se hizo hoy, pues él ordenó esto para purificarlos. 35 Estarán día y noche, durante siete días, en la entrada de la carpa del encuentro. ¡Si no obedecen los mandatos del SEÑOR, morirán! Él me dio esas órdenes».
36 Aarón y sus hijos hicieron todo lo que el SEÑOR le había ordenado a Moisés.
El Señor es justo
Al director, sobre Mut-labén.[a] Canción de David.
1 Te adoraré SEÑOR con todo mi corazón
y le contaré al mundo entero todas tus maravillas.
2 ¡Me alegraré por lo que hiciste y me regocijaré!
Oh Altísimo, a ti cantaré alabanzas.
3 Gracias a ti mis enemigos salieron huyendo,
cayeron y desaparecieron.
4 Eres justo.
En tu trono me juzgaste
y tomaste una justa decisión a mi favor.
5 Reprendiste a las naciones y destruiste a los perversos.
Los borraste para siempre de la faz de la tierra.
6 Mis enemigos ya no existen.
Sus ciudades están en ruinas,
ya nadie se acuerda de ellos.
7 El SEÑOR reinará para siempre
y desde su reino traerá justicia al mundo.
8 Él juzga al mundo con justicia.
Juzga a todos por igual.
9 El SEÑOR es el refugio del oprimido;
Cuando más lo necesita, Dios es su fortaleza.
10 Que los que conocen al SEÑOR confíen en él,
porque Dios nunca abandona a los que buscan su ayuda.
11 Canten al SEÑOR, el Rey que vive en Sion.
Entre las naciones cuenten lo que ha hecho.
12 Él, quien toma venganza por los asesinatos,
nunca se olvida de los afligidos que piden justicia a gritos.[b]
13 «¡SEÑOR, ten compasión de mí!
Mira cómo me persiguen mis enemigos;
tú eres él que rescata de las fuerzas de la muerte.
14 Sálvame y te alabaré en las puertas de Jerusalén.
Gritaré de alegría por la salvación que me has dado».
15 Esos extranjeros se hundieron
en la trampa que ellos mismos hicieron.
Escondieron una red para atrapar a otros,
pero quedaron atrapados ellos.
16 El SEÑOR se dio a conocer; él hizo justicia.
Los que hacen el mal caen
en la trampa de su propia maldad. Higaión[c] Selah
17 Los perversos irán al lugar de los muertos[d],
así como las naciones que se olvidaron de Dios.
18 Porque Dios nunca se olvidará de los pobres;
y se cumplirán las esperanzas de los que no tienen nada.
19 ¡Levántate SEÑOR!
No dejes que hombres débiles se crean invencibles.
Júzgalos con toda tu justicia.
¡Que las naciones sean juzgadas en tu presencia!
20 SEÑOR, aterroriza a las naciones,
para que entiendan que no son más que simples mortales. Selah
—6—
23 Cuando te sientes a comer con alguien importante,
recuerda bien con quién estás.
2 No te apresures a comer
aunque tengas mucha hambre.
3 No te llenes de los manjares que te ofrezcan
porque te pones en evidencia.
—7—
4 No arruines tu salud por las riquezas,
más bien sé sabio y deja esa obsesión.
5 En un momento las tienes y luego se esfuman;
vuelan tan rápido que parece que tuvieran alas como las águilas.
—8—
6 No te sientes a la mesa de un avaro
y aléjate de sus manjares,
7 porque así es la clase de gente que siempre piensa en el costo.
Así que aunque te diga: «Come y bebe»,
no es sincero contigo y
8 si comes de su comida te darán náuseas.
Terminarás vomitando todo
y la sobremesa será un fracaso.
—9—
9 No trates de enseñarle a un bruto,
pues se burlará de tus palabras sabias.
—10—
10 Nunca cambies los linderos antiguos,
ni invadas la tierra de los huérfanos
11 porque su Defensor es poderoso,
se pondrá en tu contra y los defenderá.
—11—
12 Concentra tu mente en la disciplina,
y tus oídos en aprender todo lo que puedas.
—12—
13 No te niegues a castigar al muchacho,
que unos cuantos azotes no lo van a matar;
14 dale unos azotes
y así lo librarás de la muerte.
—13—
15 Hijo mío si te haces sabio,
se me alegrará el corazón;
16 me sentiré muy feliz
si eres honesto en lo que dices.
—14—
17 No sientas envidia de los perversos
y haz todo lo posible por respetar al SEÑOR.
18 Siempre hay esperanza;
la esperanza nunca se acaba.
—15—
19 Así que escucha, hijo mío, y sé sabio;
preocúpate por vivir honestamente.
20 No te hagas amigo de los borrachos
ni te juntes con los comilones,
21 porque los borrachos y los comilones terminan en la ruina,
y los perezosos terminan vistiendo harapos.
—16—
22 Escucha lo que te dice tu papá, que te engendró;
respeta a tu mamá, aun cuando esté anciana.
23 Vale la pena invertir para obtener la verdad,
la sabiduría, el aprendizaje y el entendimiento;
invierte en ellos y no los vendas.
24 El papá del justo se llena de felicidad,
y el que tiene un hijo sabio se alegrará con él.
25 Entonces haz felices a tu papá y tu mamá;
¡que se llene de alegría la que te dio a luz!
—17—
26 Hijo mío, presta atención a lo que te digo
y fíjate en el ejemplo que te doy;
27 porque la mujer de otro, la prostituta,
es como un pozo profundo y estrecho;
28 se pone al acecho como un ladrón,
y hace que los hombres se conviertan en pecadores.
—18—
29 ¿Quién se queja? ¿A quién le duele?
¿Quién se mete en líos? ¿Quién gime?
¿Quién es herido sin razón?
¿Quién tiene los ojos morados?
30 El que vive pegado a la botella de vino
y anda mezclando bebidas.
31 Así que no te fijes en lo rojo que se pone el vino,
ni como brilla en la copa ni como baja suavemente;
32 porque al final muerde como una serpiente,
echa veneno como una víbora.
33 El vino te hará ver alucinaciones
e imaginar porquerías;
34 sentirás como si estuvieras en medio del mar,
recostado en lo alto del palo mayor.
35 Y dirás: «No sentí cuando me golpearon,
me dieron una paliza y ni cuenta me di;
pero cuando me despierte iré por otro trago».
Lo que hizo Pablo en Tesalónica
2 Hermanos, ustedes saben que nuestra visita no fue tiempo perdido. 2 Pero como ya saben, antes de llegar a su ciudad, sufrimos mucho y nos insultaron en Filipos. Cuando llegamos a su ciudad, muchos estaban en contra nuestra, pero Dios nos ayudó a ser muy valientes y a contarles la buena noticia de salvación. 3 No estábamos equivocados en lo que hablamos. Tampoco hablamos con malas intenciones ni buscando engañar a nadie.
4 Al contrario, hablamos como quienes han sido aprobados por Dios con la misión de dar a conocer las buenas noticias. No estamos tratando de agradar a ningún ser humano, sólo buscamos agradar a Dios, quien juzga si nuestro corazón es bueno o malo. 5 Ustedes saben que nosotros no hemos tratado de convencerlos hablando bien de ustedes. Tampoco queremos que nos den dinero. Dios es testigo de que no tenemos nada que ocultar. 6 No buscamos ningún reconocimiento de ustedes ni de nadie.
7 Como apóstoles de Cristo podríamos haber impuesto nuestra autoridad, pero hemos sido muy tiernos con ustedes[a] con ese cariño que una mamá de leche muestra hacia los hijos que ella misma concibió.[b] 8 Los amamos mucho y por eso nos alegramos de compartir con ustedes las buenas noticias de Dios. Además, ustedes se han vuelto tan importantes para nosotros que nos sentimos felices de compartir con ustedes hasta nuestra propia vida. 9 Hermanos, sé que ustedes recuerdan lo duro que trabajamos día y noche. No quisimos ser una carga para ustedes, por eso no les pedimos ningún salario por nuestro trabajo de anunciarles las buenas noticias de Dios.
10 Ustedes y Dios son testigos de que cuando estuvimos con ustedes, los creyentes, nos comportamos de una manera santa, justa y honesta. 11 Ya saben muy bien que nosotros tratamos a cada uno de ustedes como un padre trata a sus propios hijos. 12 Los exhortamos, consolamos y animamos a vivir de una manera que honre a Dios, quien los invita a entrar en su reino y en su gloriosa presencia.
13 Siempre damos gracias a Dios por la manera en que ustedes aceptaron el mensaje de Dios, porque no lo recibieron como palabras humanas. Lo recibieron como es en realidad: la palabra de Dios, y ese mensaje está actuando con poder entre ustedes los que creen. 14 Hermanos, ustedes siguieron el ejemplo de las iglesias de Dios que pertenecen a Jesucristo que están en Judea. Allí, el pueblo de Dios sufrió mucho a causa de los otros judíos, y lo mismo ha pasado con ustedes, pues han sufrido mucho a causa de sus propios compatriotas. 15 Ellos mataron al Señor Jesús y a los profetas, y a nosotros nos obligaron a abandonar el país. Ellos no agradan a Dios y están en contra de todos los seres humanos. 16 Nosotros tratamos de enseñar el mensaje de Dios a los que no son judíos para que se salven, pero los judíos no nos han dejado anunciar esas enseñanzas. Por eso están añadiendo cada vez más pecados a los que ya tienen, pero la terrible ira de Dios se ha descargado contra ellos.
Pablo quiere visitarlos de nuevo
17 Hermanos, estuvimos separados de ustedes por corto tiempo, pero aunque no estábamos presentes, nuestro corazón y pensamiento seguían con ustedes. Teníamos muchas ganas de verlos e hicimos todo lo posible por hacerlo. 18 En verdad queríamos ir a verlos, y yo mismo traté de visitarlos varias veces, pero Satanás siempre nos lo impidió. 19 Ustedes son nuestra esperanza, nuestra alegría y la corona que llevaremos con mucho orgullo cuando nuestro Señor Jesucristo regrese. 20 Verdaderamente ustedes nos hacen sentir orgullosos y alegres.
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