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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
Éxodo 21

Otras leyes y mandamientos

(Dt 15:12-18)

21 »Estas son las otras leyes que les darás:

»Cuando compres un esclavo hebreo, él debe servirte durante seis años, pero en el séptimo año quedará libre sin tener que pagarte nada por su libertad. Si llegó soltero, se irá soltero. Si llegó casado, su esposa se irá con él. Si su amo le da una mujer y ella le da hijos, la mujer y los hijos serán de su amo y el esclavo se irá solo.

»Pero si el esclavo decide que quiere quedarse con el amo, debe declarar: “Amo a mi amo, a mi esposa y a mis hijos y no quiero mi libertad”. Entonces el amo debe traerlo ante Dios[a], lo llevará ante la puerta o el marco de la puerta y le perforará la oreja con un punzón. De esta manera será su esclavo de por vida.

»Si alguien tiene que vender a su hija como esclava para pagar una deuda, ella no saldrá libre como los esclavos varones. Si no le agrada al amo que la compró para que fuera su concubina, él debe permitir que deshagan la venta. No la puede vender a ningún extranjero debido a que no fue justo en la manera de tratarla. Si se la da a su hijo para que ella se case con él, la debe tratar como a una hija.

10 »Si además se casa con otra mujer, no debe reducirle a su primera esposa la comida, ni la ropa ni los deberes conyugales. 11 Si él no cumple cualquiera de estas tres cosas, ella quedará libre sin tener que pagar nada por su libertad.

12 »El que golpee a otro y lo mate, será condenado a muerte. 13 Sin embargo, si alguien mata a otro por accidente, fue porque Dios así lo quiso. Yo estableceré un lugar a donde esa persona pueda huir. 14 Pero si alguien con premeditación mata a otro, será condenado a muerte, aunque haya que sacarlo de mi altar.

15 »El que golpee a su papá o su mamá será condenado a muerte.

16 »El que secuestre a alguien será condenado a muerte, así haya vendido a la persona secuestrada o la tenga todavía en su poder.

17 »El que maldiga a su papá o a su mamá, será condenado a muerte.

18 »Si en una pelea un hombre golpea a otro con una piedra o con un puño y el otro no se muere pero queda enfermo en cama, 19 el que lo golpeó debe pagarle las curaciones y el tiempo perdido hasta que se recupere. Si puede levantarse y caminar con la ayuda de un bastón, el que lo golpeó será declarado inocente.

20 »Si un hombre golpea con su bastón a un esclavo y lo mata, la muerte del esclavo debe ser vengada. 21 Pero si el esclavo no muere de inmediato, la muerte del esclavo no debe ser vengada. Cuando muere el esclavo o la esclava, el dueño pierde su propio dinero porque él pagó por el esclavo o la esclava cuando los compró.

22 »Si dos hombres mientras pelean golpean a una mujer embarazada y hacen que pierda su bebé, pero la mujer no queda gravemente herida, el responsable pagará una multa. El esposo de la mujer, con la ayuda de los jueces, decidirá de cuánto es la multa. 23 Si la mujer queda herida, se debe cobrar vida por vida, 24 ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, 25 quemadura por quemadura, herida por herida y golpe por golpe.

26 »Si alguien golpea a su esclavo o esclava en el ojo y queda ciego de ese ojo, lo debe dejar en libertad a cambio del ojo. 27 Si de un golpe le tumba un diente a su esclavo o esclava, debe darle libertad a cambio del diente.

28 »Si un toro embiste con sus cuernos a una persona y la mata, el toro debe morir a pedradas y nadie comerá su carne. Sin embargo, no se castigará al dueño del toro. 29 Pero, si el mismo toro ya desde antes tenía esa costumbre y el dueño ya había sido advertido, entonces el dueño es culpable. Al toro lo matarán a pedradas y el dueño será condenado a muerte. 30 Si le cambian la pena de muerte por una multa, pagará toda la multa para salvar su vida.

31 »Esta misma ley se aplica en el caso de que el toro mate al hijo o a la hija de alguien. 32 Si el toro mata a un esclavo o una esclava, el dueño del toro pagará 30 monedas de plata[b] al dueño del esclavo o de la esclava, y al toro se le dará muerte a pedradas.

33 »Si un hombre deja abierto un pozo o hace un pozo y no lo tapa, y un toro o un burro caen en él, 34 el dueño del pozo pagará por el animal; pero podrá quedarse con su cuerpo.

35 »Si un toro mata a otro toro de diferente dueño, ese toro debe ser vendido y entre los dos propietarios se repartirán el dinero. También se dividirán entre ambos el cuerpo del animal muerto. 36 Pero si ese toro ya tenía la costumbre de herir a otros toros y su dueño no lo había encerrado, entonces el dueño debe pagar toro por toro, pero el cuerpo del animal muerto le pertenece.

Lucas 24

La noticia de la resurrección

(Mt 28:1-10; Mr 16:1-8; Jn 20:1-10)

24 Muy temprano el domingo en la mañana, las mujeres fueron al sepulcro. Llevaban las especias aromáticas que habían preparado. Encontraron que había sido quitada la piedra que tapaba la entrada del sepulcro. Entraron, pero no encontraron el cuerpo del Señor Jesús. Las mujeres no entendían lo que estaba pasando, cuando de repente dos hombres vestidos con ropa muy brillante se aparecieron de pie, junto a ellas. Las mujeres tenían mucho miedo y se postraron rostro en tierra. Los hombres les dijeron:

—¿Por qué están buscando entre los muertos al que está vivo? Jesús no está aquí. Ha resucitado. ¿No recuerdan lo que les dijo en Galilea? Les dijo que el Hijo del hombre debía ser entregado en manos de pecadores, ser crucificado y resucitar al tercer día.

Entonces las mujeres recordaron las palabras de Jesús. Se fueron del sepulcro y les contaron todo a los once apóstoles y a los otros seguidores. 10 Estas mujeres eran María Magdalena, Juana, María la mamá de Santiago, y otras más. Cuando les contaron a los apóstoles lo que había pasado, 11 no les creyeron porque les pareció que era un disparate. 12 Sin embargo, Pedro se levantó y corrió hacia el sepulcro. Se agachó para ver adentro, pero sólo vio la tela con la que habían envuelto el cuerpo. Luego se fue preguntándose qué había pasado.[a]

En el camino hacia Emaús

(Mr 16:12-13)

13 Ese mismo día, dos de los seguidores de Jesús iban hacia un pueblo llamado Emaús que queda a unos once kilómetros[b] de Jerusalén. 14 Iban hablando de todo lo que había pasado. 15 Mientras discutían, Jesús mismo se acercó y empezó a caminar con ellos, 16 pero no les fue permitido reconocer a Jesús. 17 Entonces Jesús les dijo:

—¿De qué tanto hablan por el camino?

Los hombres se detuvieron muy tristes. 18 El que se llamaba Cleofás respondió:

—¿Eres tú el único peregrino en Jerusalén que no se ha enterado de lo que ha pasado en ella en estos días?

19 Jesús les dijo:

—¿Qué quieren decir?

Ellos le respondieron:

—Nos referimos a todo lo que sucedió con Jesús de Nazaret, quien por sus hechos y palabras demostró ante Dios y la gente que era un profeta poderoso. 20 Y cómo los jefes de los sacerdotes y nuestros líderes lo entregaron para que lo sentenciaran a muerte y lo crucificaran. 21 Teníamos la esperanza de que él fuera el que iba a liberar a Israel. Sin embargo, además de todo eso, este ya es el tercer día desde que sucedió todo esto, 22 y algunas mujeres de nuestro grupo nos contaron algo asombroso. Esta mañana muy temprano fueron al sepulcro, 23 pero no encontraron el cuerpo. Vinieron y nos dijeron que habían visto ángeles en una visión. Los ángeles les dijeron que Jesús estaba vivo. 24 Entonces algunos de los que estaban con nosotros fueron a ver el sepulcro y lo encontraron tal y como las mujeres habían dicho, pero no vieron a Jesús.

25 Entonces Jesús les dijo:

—¡No sean tan tontos! ¿Por qué les cuesta tanto creer todo lo que dijeron los profetas? 26 ¿Acaso no dijeron que el Mesías tendría que sufrir todo eso antes de dar comienzo a su período de gloria?

27 Entonces Jesús les explicó todo lo que había sido escrito sobre él en las Escrituras, empezando con los libros de Moisés y todos los profetas. 28 Al acercarse al pueblo al que iban, Jesús hizo como que iba a seguir de largo. 29 Pero ellos le rogaron con insistencia:

—Quédate con nosotros, porque ya está atardeciendo. Ya casi es de noche.

Entonces Jesús entró y se quedó con ellos. 30 Cuando estaba a la mesa con ellos, tomó el pan, dio gracias a Dios, lo partió y se lo dio a ellos. 31 En ese preciso instante les fue permitido reconocerlo, pero él desapareció. 32 Los dos hombres se dijeron entre sí:

—¡Con razón sentíamos que el corazón nos ardía de emoción cuando nos venía hablando y explicando las Escrituras en el camino!

33 Entonces se pusieron de pie de inmediato y regresaron a Jerusalén. Allí encontraron reunidos a los once apóstoles y a los que estaban con ellos, 34 y dijeron:

—¡En verdad el Señor ha resucitado! Se le ha aparecido a Simón.

35 Entonces los dos hombres les contaron a los demás lo que había pasado en el camino y cómo habían reconocido a Jesús cuando estaba partiendo el pan.

Jesús se aparece a sus seguidores

(Mt 28:16-20; Mr 16:14-18; Jn 20:19-23; Hch 1:6-8)

36 Mientras los seguidores estaban hablando de todo esto, Jesús se les apareció, y les dijo:

—Que la paz esté con ustedes.

37 Entonces ellos se asustaron y aterrorizaron pensando que estaban viendo a un fantasma, 38 pero Jesús les dijo:

—¿Por qué están tan asustados? ¿Por qué dudan de lo que ven? 39 Miren mis pies y mis manos. ¡Soy yo! Tóquenme y vean que mi cuerpo está con vida. Los fantasmas no tienen cuerpo.

40 Diciendo esto, les mostró los huecos de sus manos y pies. 41 Los seguidores seguían tan asombrados y felices que no podían creerlo. Jesús les preguntó:

—¿Tienen comida aquí?

42 Le dieron un pedazo de pescado asado. 43 Jesús tomó el pescado y lo comió delante de ellos. 44 Luego les dijo:

—Esto es lo que les había anunciado cuando todavía estaba con ustedes: que todo lo que está escrito sobre mí en la ley de Moisés, los libros de los profetas y en los Salmos tiene que cumplirse.

45 Entonces les abrió el entendimiento para que comprendieran las Escrituras,[c] 46 y les dijo:

—Está escrito que el Mesías tenía que morir y resucitar al tercer día, 47 y que en su nombre se anunciará a todas las naciones que cambien y se vuelvan a Dios para el perdón de los pecados. Empiecen desde Jerusalén 48 pues ustedes son testigos de todo esto. 49 Ahora les enviaré lo que mi Padre les ha prometido, pero quédense en Jerusalén hasta que reciban poder del cielo.

Jesús vuelve a los cielos

(Mr 16:19-20; Hch 1:9-11)

50 Después Jesús llevó a sus seguidores fuera de Jerusalén, casi hasta Betania y, levantando las manos, los bendijo. 51 Mientras los estaba bendiciendo, se separó de ellos y fue llevado al cielo. 52 Entonces los seguidores lo adoraron y luego regresaron muy felices a Jerusalén; 53 y estaban en el área del templo alabando continuamente a Dios.

Job 39

39 »¿Sabes tú cuándo nacen los chivos?
    ¿Estás pendiente de las ciervas cuando dan a luz?
¿Sabes cuántos meses duran ellas embarazadas?
    ¿Sabes cuándo es el momento que deben dar a luz?
Las hembras se acurrucan, nacen sus crías
    y cesan sus dolores de parto.
Sus cachorros crecen sanos en los campos.
    Luego dejan a sus madres y ya no regresan.

»¿Quién dejó en libertad al asno salvaje?
    ¿Quién soltó las riendas del asno veloz?
Yo le di el desierto como su hogar
    y lugares de descanso en tierras salitrosas.
Él se burla del ruido de la ciudad;
    no tiene arriero que le grite.
Recorre las montañas, que son su pasto,
    en busca de todo lo verde.

»¿Permitirá el toro salvaje ser tu siervo?
    ¿Se quedará en tu pesebrera por la noche?
10 ¿Dejará un toro salvaje que le coloques yugo para arar?
    ¿Va ir él tras de ti abriendo surcos?
11 ¿Confiarás en él sólo porque es muy fuerte
    y lo dejarás que haga tu duro trabajo?
12 ¿Crees que él va a recoger el grano
    y llevarlo a tu trilladora?

13 »El avestruz bate alegremente sus alas,
    pero no son como las alas ni el plumaje de la cigüeña.
14 El avestruz pone sus huevos en la tierra
    y los deja empollar con el calor de la arena.
15 Se olvida de que alguien puede pisarlos
    o de que algún animal salvaje puede quebrarlos.
16 Trata a sus polluelos como si no fueran suyos.
    No le importa que su trabajo pueda haber sido en vano.
17 Es porque Dios no le dio sabiduría
    ni le dio inteligencia.
18 Pero cuando el avestruz se levanta para correr,
    se burla de caballo y jinete.

19 »¿Le diste tú la fuerza al caballo?
    ¿Le pusiste la crin en el cuello?
20 ¿Le diste tú la capacidad de saltar como un saltamontes?
    El caballo relincha fuerte, y la gente se asusta.
21 Escarba en la llanura y se alegra de su fuerza.
    Corre veloz a la batalla.
22 Se ríe del miedo y no desmaya;
    no huye de la batalla.
23 La aljaba resuena a su lado,
    y centellean la lanza y la jabalina.
24 El caballo devora distancias,
    corre con ímpetu y frenesí;
no se detiene cuando suena la trompeta.
    Va muy emocionado a toda velocidad.
25 Al toque de la trompeta,
    relincha y olfatea la batalla desde lejos;
    las voces de mando, los gritos de batalla.

26 »¿Vuela el halcón por causa de tu inteligencia?
    ¿Es debido a ti que dirige su vuelo hacia el sur[a]?
27 ¿Remonta el águila el vuelo debido a que cumple tus órdenes?
    ¿Es por eso que anida tan alto?
28 El águila vive en el risco y generalmente pasa la noche allí,
    al filo del peñasco, su fortaleza.
29 Desde allí busca su alimento,
    sus ojos lo detectan desde muy lejos.
30 Sus crías lamen sangre
    y donde hay cuerpos muertos, allí se encuentra».

2 Corintios 9

En realidad no necesito escribirles acerca de la ayuda para el pueblo de Dios, porque sé que ustedes quieren ayudar. He estado hablando bien de ustedes por toda Macedonia y les he dicho que ustedes, los que viven en Acaya, han estado preparados para colaborar desde hace un año. Gracias a su buena voluntad de ayudar, casi todos aquí también quieren colaborar. Les envío a los hermanos porque no quiero que todo lo bien que he hablado de ustedes sea en vano. Quiero que ustedes estén preparados como les dije a ellos que estarían. Si algunos de Macedonia vienen conmigo y resulta que ustedes no están preparados, sería una vergüenza para nosotros por haber confiado tanto en ustedes, por no mencionar la vergüenza que sería para ustedes mismos. Por eso me pareció necesario pedirles a los hermanos que fueran a verlos para que antes de que lleguemos se aseguraran de tener lista la ofrenda que prometieron. Eso hará que sea una ofrenda hecha voluntariamente y no por obligación.

Seamos generosos

Recuerden esto: el que siembra poco, cosecha poco, pero el que siembra mucho, cosecha mucho. Cada uno debe dar lo que en su corazón ha decidido dar y no lo haga con tristeza ni por obligación. Dios ama a los que dan con alegría. Dios tiene el poder de darles más bendiciones de las que necesitan para que siempre tengan lo suficiente para ustedes y también para que puedan ayudar generosamente a toda buena causa. (A)Así como está escrito:

«El justo siembra sus bienes, da a los pobres.
    Nunca deja de hacer lo que es justo».[a]

10 Dios es quien da la semilla al que siembra y el pan al que se alimenta. De igual manera, les dará a ustedes muchas semillas y las hará crecer para hacer una gran cosecha de justicia de ustedes. 11 Ustedes tendrán toda clase de riquezas para que puedan ser generosos. La ofrenda que ustedes envíen con nosotros, motivará a muchos a dar gracias a Dios.

12 Ustedes no sólo están supliendo las necesidades del pueblo de Dios, sino que también están sirviéndole a él. La ayuda que ustedes ofrezcan servirá para que muchos le den gracias a Dios. 13 Muchos alabarán a Dios porque se darán cuenta de que ustedes obedecen las buenas noticias que anuncian sobre Cristo. Ellos verán que ustedes comparten generosamente lo que tienen con ellos y con los demás. 14 Ellos orarán por ustedes y desearán verlos gracias al superabundante generoso amor de Dios hacia ustedes. 15 ¡No tenemos palabras para agradecer a Dios por el regalo de su generoso amor!

Palabra de Dios para Todos (PDT)

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