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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
Éxodo 17

Sale agua de la roca

(Nm 20:1-13)

17 Toda la comunidad israelita atravesó el desierto de Sin por etapas, tal como el SEÑOR les dijo que hicieran. Montaron el campamento en Refidín, pero allí no había agua para beber. El pueblo le reclamó a Moisés. Dijeron:

—Danos agua para beber.

Moisés les dijo:

—¿Por qué se están quejando conmigo? ¿Por qué ponen a prueba al SEÑOR?

Pero el pueblo tenía mucha sed y quería tomar agua, por eso siguieron quejándose en contra de Moisés. Le preguntaron:

—¿Por qué nos sacaste de Egipto para matarnos de sed a nosotros, a nuestros hijos y al ganado?

Entonces Moisés rogó al SEÑOR y le dijo:

—¿Qué voy a hacer con este pueblo? Un poco más y me matan a pedradas.

El SEÑOR le dijo a Moisés:

—Pasa delante del pueblo y hazte acompañar de algunos ancianos líderes de Israel. Lleva en tu mano el bastón que usaste para golpear el Nilo y ve. Yo me voy a colocar frente a ti, sobre la roca que está en Horeb. Cuando golpees la roca, saldrá agua de ella para que beba el pueblo.

Entonces Moisés hizo exactamente eso, frente a los ancianos. Llamó a ese sitio Masá[a] y Meribá[b] porque los israelitas se quejaron y pusieron a prueba al SEÑOR preguntando: «¿Está o no está el SEÑOR con nosotros?»

Victoria sobre los amalecitas

Los amalecitas vinieron y lucharon contra Israel en Refidín. Entonces Moisés le dijo a Josué:

—Elige algunos de nuestros hombres y vayan a pelear contra Amalec. Yo me voy a parar mañana en la cima de la colina sosteniendo el bastón de Dios en mi mano.

10 Josué obedeció a Moisés y se fue a pelear contra Amalec. Mientras tanto, Moisés, Aarón y Jur subieron a la cima de la colina. 11 Cuando Moisés levantaba sus brazos, Israel ganaba la batalla; pero cuando bajaba sus brazos, Amalec comenzaba a ganar.

12 Cuando se le cansaron los brazos a Moisés, le colocaron una roca debajo. Él se sentó en la roca mientras Aarón y Jur, uno a cada lado, le sostenían los brazos. De esta manera sus brazos se mantuvieron arriba hasta que anocheció. 13 Así, a filo de espada, Josué derrotó a Amalec y a su ejército.

14 El SEÑOR le dijo a Moisés:

—Escribe este mensaje en un documento para que se le grabe en la mente a Josué: “Quedará sólo vaga memoria de los amalecitas. Los voy a destruir por completo”. Así el pueblo nunca olvidará lo que he dicho.

15 Luego Moisés construyó un altar y lo llamó «El SEÑOR es mi estandarte». 16 Y dijo: «Tomemos el estandarte del SEÑOR, él siempre va a estar en guerra contra el pueblo de Amalec».

Lucas 20

Discusión sobre la autoridad de Jesús

(Mt 21:23-27; Mr 11:27-33)

20 Un día Jesús estaba enseñando y contando las buenas noticias en el área del templo. Los jefes de los sacerdotes, los maestros de la ley y los ancianos líderes vinieron a hablar con Jesús, y le dijeron:

—Dinos, ¿con qué autoridad haces esto? ¿Quién te la dio?

Jesús les contestó:

—Yo también les haré una pregunta. Respóndanme, ¿el bautismo de Juan era de Dios o de los hombres?

Ellos hablaron sobre eso y dijeron entre ellos: «Si decimos que venía de Dios, Jesús nos preguntará por qué entonces no le creímos. Pero si decimos que venía de los hombres, nos matarán a pedradas porque todos creen que Juan era un profeta». Así que respondieron:

—No sabemos de dónde venía.

Entonces Jesús les dijo:

—Yo tampoco les voy a decir con qué autoridad hago estas cosas.

Historia de los labradores perversos

(Mt 21:33-46; Mr 12:1-12)

Luego Jesús le contó a la gente esta historia: «Un hombre plantó un viñedo y lo alquiló a unos labradores. Luego se fue por mucho tiempo. 10 Y a su debido tiempo, mandó a un siervo a pedirles a los labradores la parte de la cosecha que le pertenecía a él. Pero los labradores lo golpearon y lo enviaron con las manos vacías. 11 Entonces, el hombre mandó a otro siervo, pero los labradores lo golpearon también. Lo trataron muy mal y lo enviaron de vuelta con las manos vacías. 12 Entonces el hombre mandó a un tercer siervo, pero los labradores lo hirieron y lo echaron de allí.

13 »Entonces el dueño del viñedo dijo: “¿Qué debo hacer? Mandaré a mi hijo amado. Tal vez a él si lo respetarán”. 14 Pero cuando los labradores vieron al hijo del dueño, hablaron entre ellos y dijeron: “Este es el heredero, ¡matémoslo para quedarnos con la herencia!” 15 Lo echaron del viñedo y lo mataron.

»¿Qué les hará el dueño del viñedo a los labradores? 16 El dueño vendrá, los matará y les dará el viñedo a otros labradores».

Cuando la gente escuchó esto, dijeron:

—¡Eso nunca!

17 (A)Pero Jesús los miró y dijo:

—Entonces, ¿qué significado tiene esto que está escrito?:

“La piedra que los constructores rechazaron
    se ha convertido en la piedra principal”.[a]

18 Todo el que caiga sobre esa piedra se hará pedazos y al que esa piedra le caiga encima lo hará polvo.

19 Los maestros de la ley y los jefes de los sacerdotes comprendieron que la historia se refería a ellos y por eso lo querían arrestar, pero tenían miedo de lo que les pudiera hacer el pueblo.

El pago de impuestos

(Mt 22:15-22; Mr 12:13-17)

20 Observaban a Jesús todo el tiempo y enviaron a escucharlo a unos espías que fingían tener buenas intenciones. Querían usar en su contra algo que él dijera y así poder entregarlo al poder y autoridad del gobernador. 21 Entonces los espías le preguntaron a Jesús:

—Maestro, sabemos que tú hablas y enseñas sólo lo correcto, que para ti todos son iguales y que enseñas con sinceridad el camino de Dios. 22 Entonces, ¿está bien que paguemos impuestos al emperador o no?

23 Jesús sabía que le querían poner una trampa. Entonces les dijo:

24 —Muéstrenme una moneda de plata. ¿De quién es la imagen que está en la moneda y el nombre que está escrito en ella?

Ellos dijeron:

—Del emperador.

25 Así que Jesús les dijo.

—Entonces den al emperador lo que es del emperador y a Dios lo que es de Dios.

26 Los hombres se asombraron de su respuesta y se quedaron sin palabras. No pudieron usar en su contra nada de lo que dijo delante de la gente.

La pregunta sobre la resurrección

(Mt 22:23-33; Mr 12:18-27)

27 Después, unos saduceos, los que dicen que no hay resurrección, se acercaron a Jesús y le preguntaron:

28 —Maestro, Moisés nos escribió que si un hombre casado moría sin haber tenido hijos, su hermano debía casarse con la viuda. De esa manera los hijos que tuvieran serían considerados hijos del hermano fallecido.[b] 29 Una vez hubo siete hermanos. El primero se casó, pero más tarde murió sin dejar hijos. 30 Entonces el segundo hermano se casó con la viuda y también murió. 31 Luego el tercer hermano se casó con la viuda, pero también murió. Lo mismo pasó con todos los demás hermanos. Todos murieron sin haber tenido hijos. 32 Tiempo después, la mujer también murió. 33 Todos los siete hermanos se habían casado con ella. El día en que la gente resucite, ¿de quién será esposa la viuda?

34 Jesús les dijo:

—En esta vida la gente se casa y se da en matrimonio. 35 Algunos serán considerados dignos de ser resucitados de la muerte y participar en la vida venidera, pero entonces no se casarán ni serán dados en matrimonio. 36 En esa vida, la gente será como ángeles y no morirá. Ellos serán hijos de Dios porque habrán sido resucitados. 37 Pero que la gente es resucitada de la muerte lo demostró Moisés mismo en la historia sobre el arbusto[c] ardiente, pues ahí él llama al Señor “El Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob”.[d] 38 Él no es Dios de muertos, sino de vivos, porque para Dios todos están vivos.

39 Algunos de los maestros de la ley dijeron:

—Maestro, ¡qué buena respuesta!

40 Nadie más se atrevió a hacerle otra pregunta.

¿De quién es hijo el Mesías?

(Mt 22:41-46; Mr 12:35-37)

41 Entonces Jesús les preguntó:

—¿Por qué dicen que el Mesías es el Hijo de David? 42 En el libro de los Salmos, el mismo David dice:

“El Señor Dios le dijo a mi Señor:
    Siéntate a mi derecha,
43 (B)hasta que ponga a tus enemigos
    bajo tu poder[e]”.[f]

44 Entonces si David llama al Mesías “Señor”, ¿cómo puede él ser su hijo?

Advertencia a los maestros de la ley

(Mt 23:1-36; Mr 12:38-40; Lc 11:37-54)

45 Mientras toda la gente escuchaba a Jesús, él les dijo a sus seguidores: 46 «Tengan cuidado de los maestros de la ley. A ellos les gusta pasearse vistiendo ropa que muestre su autoridad y les encanta que la gente los salude con respeto en las plazas de mercado. También les gusta mucho sentarse en los lugares de honor de las sinagogas y tener los mejores lugares en los banquetes. 47 Ellos se roban los bienes de las viudas y para disimularlo hacen largas oraciones. Por eso Dios los castigará con más severidad».

Job 35

Eliú continúa hablando

35 Eliú continuó hablando:

«¿Es esto lo que entiendes por justicia?
    Tú dices: “Yo soy más justo que Dios”.
Si preguntas: “¿Qué provecho sacaré?
    ¿Qué gano yo si dejo el pecado?”
Yo te responderé a ti
    y a los amigos que están ahí contigo.
Levanta tu mirada al cielo y mira;
    observa las nubes que están mucho más altas que tú.
Si tú pecas, ¿qué daño le haces a Dios?
    Si cometes muchos pecados, ¿en qué le afecta eso a Dios?
Si te portas bien, ¿qué beneficio le das a Dios?
    ¿Qué gana Dios con eso?
Tu maldad o tu honestidad sólo afecta
    a otros seres humanos, gente como tú, iguales a ti.

»Ellos pedirán auxilio a gritos en medio de gran opresión.
    Buscarán ser liberados del dominio del poderoso.
10 Ninguno dice: ¿Dónde está Dios, mi Creador,
    el que nos da canciones durante la noche;
11 el que nos enseña más a nosotros que a las bestias del campo;
    el que nos da más sabiduría a nosotros que a las aves del cielo?
12 Ellos piden ayuda pero él no les contesta
    debido a la arrogancia de los perversos.
13 Dios no oye peticiones vanas;
    el Todopoderoso no les presta atención.
14 ¿Cómo entonces, puedes quejarte de que no ves a Dios,
    de que tu caso está ante él y que tienes que esperarlo?
15 Así que, mis amigos, Job piensa que Dios no castiga el pecado,
    que no fija su atención en el pecado.
16 Por eso Job abre su boca tontamente;
    habla demasiado, sin saber lo que dice».

2 Corintios 5

Sabemos que Dios nos tiene preparado un templo construido en el cielo para cuando nuestra carpa en este mundo[a] sea destruida. Esa casa durará para siempre porque no ha sido construida por manos humanas. Nos quejamos mientras vivimos en este cuerpo, pues quisiéramos que Dios nos vistiera con nuestro cuerpo celestial para no seguir desnudos una vez que el cuerpo se nos quite. Mientras vivimos dentro de esta carpa, sufrimos y gemimos porque no quisiéramos que nos la quitaran. Más bien quisiéramos ser revestidos con un cuerpo celestial para que nuestro cuerpo mortal quede totalmente cubierto de vida. Dios es quien nos ha preparado para esto y nos ha dado su Espíritu como adelanto que garantiza que cumplirá sus promesas.

Por eso siempre estamos confiados. Sabemos que mientras vivamos en esta carpa estaremos lejos de nuestro hogar con el Señor. Pues vivimos por la fe y no por lo que vemos. Tenemos confianza y preferimos dejar este cuerpo e ir a vivir en ese hogar con el Señor. Nuestro único propósito es agradar a Dios, ya sea que estemos viviendo en nuestro hogar o lejos de él. 10 Porque todos debemos presentarnos ante Cristo para que nos juzgue y cada uno recibirá el pago por todo lo bueno o malo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo.

La reconciliación con Dios

11 Sabemos lo que significa el temor al Señor y por eso queremos convencerlos a todos de que acepten la verdad. Dios nos conoce tal como somos y espero que ustedes en su corazón también nos conozcan tal como somos. 12 Esto no quiere decir que nos estemos alabando a nosotros mismos. Al contrario, queremos darles una razón para que se sientan orgullosos de nosotros y que tengan una respuesta para aquellos que se sienten orgullosos de las apariencias y no de lo que hay en su corazón. 13 Si estamos locos, es para Dios; y si estamos cuerdos, es para ustedes. 14 El amor de Cristo nos controla, pues estamos convencidos de que uno murió por todos, y por eso todos han muerto. 15 Él murió por todos para que los que viven no sigan viviendo para sí mismos, sino para él, quien murió y resucitó por ellos.

16 Por eso, desde este momento, no vemos a los demás como lo hace todo el mundo. Es cierto que en el pasado veíamos a Cristo de esa manera, pero ahora no lo vemos como un hombre cualquiera. 17 Si alguien está unido a Cristo, hay una nueva creación. Lo viejo ha desaparecido y todo queda renovado.[b] 18 Todo lo nuevo viene de Dios, quien nos ha reconciliado con él a través de Cristo y nos ha dado el trabajo de reconciliar a toda la gente con él. 19 Lo que quiero decir es que a través de Cristo, Dios estaba tratando de reconciliar al mundo con él, sin tener en cuenta los pecados de nadie. Ese es el mensaje de reconciliación que nos encargó anunciar. 20 Así que hemos sido enviados para hablar en el nombre de Cristo. Es como si Dios estuviera llamando a la gente a través de nosotros. Hablamos por Cristo cuando les rogamos a ustedes que se reconcilien con Dios. 21 Aunque Cristo no tenía ningún pecado, Dios lo hizo cargar con los nuestros para que por medio de él fuéramos la evidencia de que Dios está dispuesto a dar su aprobación a los seres humanos.

Palabra de Dios para Todos (PDT)

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