M’Cheyne Bible Reading Plan
Reinado de Asá en Judá(A)
14 (13.23) Cuando Abiam murió, lo enterraron en la Ciudad de David. Después reinó en su lugar su hijo Asá. Durante su reinado, hubo paz en el país durante diez años.
2 (1) Los hechos de Asá fueron buenos y rectos a los ojos del Señor su Dios. 3 (2) Quitó los altares de los dioses extranjeros, así como los santuarios en lugares altos; hizo pedazos las piedras sagradas y rompió las representaciones de Aserá. 4 (3) Además ordenó a Judá que acudiera al Señor, Dios de sus antepasados, y que cumpliera la ley y los mandamientos. 5 (4) Quitó de todas las ciudades de Judá los santuarios y altares en lugares altos. Y hubo paz durante su reinado.
6 (5) Aprovechando esos años en que la nación estaba en paz y no tenía que hacer frente a ninguna guerra, porque el Señor le concedió tranquilidad, Asá construyó en Judá ciudades fortificadas. 7 (6) Dijo a la gente de Judá: «Fortifiquemos estas ciudades y hagamos alrededor de ellas muros, torres, puertas y barras, mientras el país está todavía en nuestro poder. Porque hemos buscado al Señor nuestro Dios, él nos ha dado paz con todos nuestros vecinos.» Por tanto llevaron a cabo con éxito las construcciones.
8 (7) Asá tenía un ejército formado por trescientos mil soldados de Judá, armados con escudos y lanzas, y doscientos ochenta mil de Benjamín, equipados con escudos y arcos. Todos ellos eran soldados valientes. 9 (8) Contra ellos marchó Zérah el etiope con un ejército muy numeroso y con trescientos carros de combate, y llegó hasta Maresá. 10 (9) Entonces Asá le salió al encuentro, y con sus hombres tomó posiciones para la batalla en el valle de Sefata, junto a Maresá. 11 (10) Asá invocó al Señor su Dios, diciendo: «Señor, para ti es igual ayudar al fuerte que al débil. Por tanto, ¡ayúdanos, Señor y Dios nuestro, ya que confiamos en ti, y en tu nombre hemos venido contra este ejército! Tú, Señor, eres nuestro Dios. ¡Muestra que nadie puede oponerte resistencia!»
12 (11) Entonces el Señor dio a Asá y a Judá la victoria sobre los etiopes, por lo cual éstos huyeron. 13 (12) Pero Asá y su gente los persiguieron hasta Guerar, y cayeron los etiopes hasta no quedar ni uno con vida, pues quedaron destrozados ante el Señor y su ejército, el cual se apoderó de gran cantidad de cosas de los enemigos. 14 (13) Después cayeron sobre todas las ciudades que había alrededor de Guerar, pues todas se llenaron de miedo ante el Señor. Los de Judá las saquearon, pues en ellas había grandes riquezas. 15 (14) También atacaron los campamentos donde había ganado, y se llevaron gran cantidad de ovejas y camellos. Después regresaron a Jerusalén.
Reformas religiosas de Asá(B)
15 Azarías, hijo de Oded, poseído por el espíritu de Dios, 2 salió al encuentro de Asá para decirle: «¡Escúchenme tú, Asá, y todos los de Judá y Benjamín! El Señor está con ustedes, si ustedes están con él. Si ustedes lo buscan, lo encontrarán; pero si lo abandonan, él también los abandonará. 3 Israel ha estado mucho tiempo sin verdadero Dios, sin sacerdote que enseñe y sin instrucción religiosa. 4 Pero cuando, en medio de sus dificultades, el pueblo se ha vuelto al Señor, Dios de Israel, y lo ha buscado, él se ha dejado encontrar. 5 En aquellos tiempos no había paz para nadie, sino mucho sobresalto para los habitantes de los diversos países. 6 Las naciones y las ciudades se destruían unas a otras, porque el Señor los aterraba con toda clase de calamidades. 7 Pero ustedes sean valientes y no se desanimen, porque sus trabajos tendrán una recompensa.»
8 Cuando Asá oyó este mensaje del profeta, se armó de valor y eliminó los repugnantes ídolos de todo el territorio de Judá y Benjamín y de las ciudades que había conquistado en la montaña de Efraín, y reparó el altar del Señor que estaba frente al vestíbulo del templo del Señor. 9 Después reunió a todo Judá y Benjamín, más los forasteros que había con ellos procedentes de Efraín, Manasés y Simeón, pues muchos de Israel se habían pasado al lado de Asá, al ver que el Señor su Dios estaba con él.
10 Se juntaron en Jerusalén en el mes tercero del año quince del reinado de Asá, 11 y ofrecieron en sacrificio al Señor, en ese día, setecientas reses y siete mil ovejas, de las que habían quitado a los enemigos. 12 Luego se comprometieron solemnemente a buscar de todo corazón al Señor, el Dios de sus antepasados. 13 Y prometieron que cualquiera que no quisiera buscar al Señor, Dios de Israel, fuera mayor o menor, hombre o mujer, sería condenado a muerte. 14 Hicieron el juramento al Señor en alta voz y con gritos de alegría y al son de trompetas y cuernos. 15 Todo Judá se alegró por el juramento que habían hecho, pues juraron de todo corazón, y con toda su voluntad habían buscado al Señor, y él se había dejado encontrar de ellos y les había concedido paz con todos sus vecinos.
16 Además, el rey Asá quitó la categoría de reina madre a Maacá, su abuela, porque había mandado hacer una imagen de Aserá. Asá destruyó aquella imagen; la hizo pedazos y la quemó en el arroyo Cedrón. 17 Y aunque no se quitaron de Israel los santuarios en lugares altos, Asá permaneció siempre fiel, 18 y puso en el templo de Dios todo el oro y la plata que tanto él como su padre habían dedicado al Señor. 19 Y no hubo guerra hasta el año treinta y cinco del reinado de Asá.
Visión preparatoria
4 Después de esto, miré y vi una puerta abierta en el cielo; y la voz que yo había escuchado primero, y que parecía un toque de trompeta, me dijo: «Sube acá y te mostraré las cosas que tienen que suceder después de éstas.»
2 En ese momento quedé bajo el poder del Espíritu, y vi un trono puesto en el cielo, y alguien estaba sentado en el trono. 3 El que estaba sentado en el trono tenía el aspecto de un diamante o de un rubí, y alrededor del trono había un arco iris que brillaba como una esmeralda; 4 también alrededor del trono vi otros veinticuatro tronos, en los cuales estaban sentados veinticuatro ancianos: iban vestidos de blanco y llevaban una corona de oro en la cabeza. 5 Del trono salían relámpagos, voces y truenos; y delante del trono ardían siete antorchas de fuego, que son los siete espíritus de Dios. 6 Delante del trono había también algo que parecía un mar, transparente como el cristal.
En el centro, donde estaba el trono, y a su alrededor, había cuatro seres vivientes llenos de ojos por delante y por detrás. 7 El primero de aquellos seres parecía un león, el segundo parecía un toro, el tercero tenía aspecto humano, y el cuarto parecía un águila volando. 8 Cada uno de los cuatro seres vivientes tenía seis alas, y estaba cubierto de ojos por fuera y por dentro. Y ni de día ni de noche dejaban de decir:
«¡Santo, santo, santo es el Señor,
Dios todopoderoso,
el que era y es y ha de venir!»
9-10 Cada vez que esos seres vivientes dan gloria y honor y gracias al que está sentado en el trono, al que vive por todos los siglos, los veinticuatro ancianos se arrodillan ante él y lo adoran y, arrojando sus coronas delante del trono, dicen:
11 «Tú eres digno, Señor y Dios nuestro,
de recibir la gloria, el honor y el poder,
porque tú has creado todas las cosas;
por tu voluntad existen y han sido creadas.»
2 El día veintiuno del séptimo mes, el Señor volvió a dirigirse al profeta Hageo, 2 y le ordenó que dijera a Zorobabel, a Josué y al resto de la gente: 3 «Los que vieron el otro templo en todo su esplendor, digan qué les parece éste que ahora tenemos. ¿No les parece que no vale nada comparado con aquel otro? 4 ¡Pero ánimo, Zorobabel! ¡Ánimo, Josué, jefe de los sacerdotes! Y anímense todos ustedes, gente del país. Trabajen, que yo estoy con ustedes. Yo, el Señor todopoderoso, lo afirmo. 5 Tal como se lo prometí cuando salieron de Egipto, mi espíritu les acompaña. No tengan miedo. 6 Dentro de poco haré temblar el cielo y la tierra, el mar y la tierra firme. 7 Haré temblar a todas las naciones, y traerán sus riquezas, y mi templo se llenará de gloria.» El Señor todopoderoso lo afirma: 8 «Míos son la plata y el oro. 9 Este segundo templo será más hermoso que el primero. Entonces haré que haya paz en este lugar. Yo, el Señor todopoderoso, lo afirmo.»
10 El día veinticuatro del noveno mes del mismo año del gobierno del rey Darío, el Señor se dirigió al profeta Hageo 11 y le ordenó que, en el nombre del Señor todopoderoso, hiciera a los sacerdotes las siguientes preguntas en relación con la ley: 12 «Supongamos que un hombre lleva carne consagrada envuelta en su capa, y que el borde de la capa toca pan, guiso, vino, aceite o cualquier otra comida: ¿quedará por eso consagrada la comida?» Los sacerdotes contestaron que no. 13 Entonces Hageo continuó: «Pero supongamos que alguien, que ha quedado impuro por haber tocado un cadáver, va y toca también cualquiera de estas cosas: ¿acaso ellas no quedarán impuras?» Los sacerdotes contestaron que sí.
14 Entonces dijo Hageo: «El Señor afirma: “Lo mismo pasa con esta gente: todo lo que hacen y todo lo que me ofrecen es impuro. 15 De ahora en adelante piensen ustedes en esto. Antes de empezar a construir el templo, 16 ¿qué les pasaba? Pues que cuando alguien iba a un montón de veinte medidas de grano, encontraba solamente diez; y cuando uno iba al lugar donde se hace el vino, a sacar cincuenta cántaros, encontraba solamente veinte. 17 Yo destruí con plagas y granizo el fruto de todos sus esfuerzos, pero ustedes no se volvieron a mí. Yo, el Señor, lo afirmo. 18 Hoy, día veinticuatro del noveno mes, han sido puestos los cimientos de mi templo. 19 Pues bien, fíjense ustedes en que a partir de hoy no faltará el grano en el granero. Aún no ha dado fruto la vid, ni la higuera, ni el granado, ni el olivo; pero a partir de hoy, yo los bendeciré.”»
20 Ese mismo día, el Señor volvió a dirigirse a Hageo, 21 y le ordenó que dijera a Zorobabel, el gobernador de Judá: «Yo haré temblar el cielo y la tierra; 22 destruiré el poder de los reinos del mundo y echaré abajo sus tronos; volcaré los carros de guerra y a los que montan en ellos, y morirán los caballos y sus jinetes; cada uno morirá atravesado por la espada de su hermano. 23 Y aquel día, Zorobabel, siervo mío, te cuidaré como a mi anillo de sellar, porque yo te he escogido. Yo, el Señor todopoderoso, lo afirmo.»
Jesús y Nicodemo
3 Había un fariseo llamado Nicodemo, que era un hombre importante entre los judíos. 2 Éste fue de noche a visitar a Jesús, y le dijo:
—Maestro, sabemos que Dios te ha enviado a enseñarnos, porque nadie podría hacer los milagros que tú haces, si Dios no estuviera con él.
3 Jesús le dijo:
—Te aseguro que el que no nace de nuevo, no puede ver el reino de Dios.
4 Nicodemo le preguntó:
—¿Y cómo puede uno nacer cuando ya es viejo? ¿Acaso podrá entrar otra vez dentro de su madre, para volver a nacer?
5 Jesús le contestó:
—Te aseguro que el que no nace de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. 6 Lo que nace de padres humanos, es humano; lo que nace del Espíritu, es espíritu. 7 No te extrañes de que te diga: “Todos tienen que nacer de nuevo.” 8 El viento sopla por donde quiere, y aunque oyes su ruido, no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así son también todos los que nacen del Espíritu.
9 Nicodemo volvió a preguntarle:
—¿Cómo puede ser esto?
10 Jesús le contestó:
—¿Tú, que eres el maestro de Israel, no sabes estas cosas? 11 Te aseguro que nosotros hablamos de lo que sabemos, y somos testigos de lo que hemos visto; pero ustedes no creen lo que les decimos. 12 Si no me creen cuando les hablo de las cosas de este mundo, ¿cómo me van a creer si les hablo de las cosas del cielo?
13 »Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo; es decir, el Hijo del hombre. 14 Y así como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así también el Hijo del hombre tiene que ser levantado, 15 para que todo el que cree en él tenga vida eterna.
El amor de Dios para el mundo
16 »Pues Dios amó tanto al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que cree en él no muera, sino que tenga vida eterna. 17 Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él.
18 »El que cree en el Hijo de Dios, no está condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado por no creer en el Hijo único de Dios. 19 Los que no creen, ya han sido condenados, pues, como hacían cosas malas, cuando la luz vino al mundo prefirieron la oscuridad a la luz. 20 Todos los que hacen lo malo odian la luz, y no se acercan a ella para que no se descubra lo que están haciendo. 21 Pero los que viven de acuerdo con la verdad, se acercan a la luz para que se vea que todo lo hacen de acuerdo con la voluntad de Dios.
Juan el Bautista vuelve a hablar de Jesús
22 Después de esto, Jesús fue con sus discípulos a la región de Judea, donde pasó algún tiempo con ellos bautizando. 23 También Juan estaba bautizando en Enón, cerca de Salim, porque allí había mucha agua; y la gente iba y era bautizada. 24 Esto sucedió antes que metieran a Juan a la cárcel.
25 Pero algunos de los seguidores de Juan comenzaron a discutir con un judío sobre el asunto de la purificación, 26 y fueron a decirle a Juan:
—Maestro, el que estaba contigo al otro lado del Jordán, de quien diste testimonio, ahora está bautizando y todos lo siguen.
27 Juan les dijo:
—Nadie puede tener nada, si Dios no se lo da. 28 Ustedes mismos me oyeron decir claramente que yo no soy el Mesías, sino uno que ha sido enviado delante de él. 29 En una boda, el que tiene a la novia es el novio; y el amigo del novio, que está allí y lo escucha, se llena de alegría al oírlo hablar. Así también mi alegría es ahora completa. 30 Él ha de ir aumentando en importancia, y yo disminuyendo.
El que viene de arriba
31 »El que viene de arriba está sobre todos. El que es de la tierra es terrenal, y habla de las cosas de la tierra. Pero el que viene del cielo está sobre todos, 32 y da testimonio de lo que ha visto y oído; pero nadie acepta su testimonio. 33 Pero si alguien lo acepta, confirma con ello que Dios dice la verdad; 34 pues el que ha sido enviado por Dios, habla las palabras de Dios, porque Dios da abundantemente su Espíritu. 35 El Padre ama al Hijo, y le ha dado poder sobre todas las cosas. 36 El que cree en el Hijo, tiene vida eterna; pero el que no quiere creer en el Hijo, no tendrá esa vida, sino que recibirá el terrible castigo de Dios.
Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.