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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
2 Crónicas 13

Abías, rey de Judá

(1 R 15:1-7)

13 Abías comenzó a reinar en Judá en el año 18 del reinado de Jeroboán. Gobernó tres años en Jerusalén. Su mamá era Micaías, hija de Uriel de Guibeá. Hubo guerra entre Abías y Jeroboán. Abías enfrentó a Jeroboán con una fuerza armada de 400 000 soldados, y Jeroboán desplegó un ejército de 800 000 soldados.

Abías se ubicó en el monte Zemarayin, que está en la región montañosa de Efraín, y gritó:

«¡Escúchenme, Jeroboán y todo Israel! ¿No saben ustedes que el SEÑOR Dios de Israel les dio a David y a sus hijos la autoridad para reinar sobre Israel para siempre mediante un pacto de sal[a]? Sin embargo, Jeroboán hijo de Nabat, que era servidor de Salomón hijo de David, se rebeló contra él. Él, junto con otros hombres ociosos y perversos, se impuso contra Roboán hijo de Salomón, quien por ser un joven inexperto no pudo hacerles frente.

»Ahora ustedes se han propuesto resistir la autoridad del SEÑOR, la cual está en manos de los descendientes de David. Se han envalentonado por ser muchos y porque tienen los becerros de oro que Jeroboán les puso como dioses. ¿Acaso no expulsaron a los sacerdotes del SEÑOR, a los descendientes de Aarón y a los levitas? ¿Acaso no nombraron a sus propios sacerdotes como hacen los pueblos paganos? ¿No es verdad que consagran como sacerdote de los que no son dioses a cualquiera que tenga para pagar el precio de un becerro y siete carneros?

10 »Pero nosotros, en cambio, no hemos abandonado al SEÑOR, porque él es nuestro Dios. Los sacerdotes que sirven ante el SEÑOR son descendientes de Aarón y los que hacen el trabajo del templo son levitas. 11 Ellos ofrecen al SEÑOR, cada mañana y cada tarde, los sacrificios que deben quemarse completamente y el incienso. Además, cada tarde colocan sobre la mesa limpia las hileras de pan consagrado y encienden las lámparas del candelabro de oro. Es que nosotros mantenemos el culto al SEÑOR nuestro Dios, y en cambio ustedes lo han rechazado. 12 Fíjense que al frente de nosotros están Dios y sus sacerdotes. Las trompetas están listas para dar la orden de ataque contra ustedes. Así que, israelitas, ¡No peleen contra el SEÑOR, Dios de sus antepasados, porque no tendrán éxito!»

13 Entre tanto, Jeroboán preparó una emboscada y dio un rodeo con parte de su fuerza para atacarlos tanto de frente como por la retaguardia. 14 Cuando los de Judá vieron hacia atrás, se dieron cuenta de ello, pero era demasiado tarde, estaban rodeados. Entonces clamaron al SEÑOR y los sacerdotes tocaron las trompetas. 15 Cuando los de Judá lanzaron el grito de guerra, Dios mismo atacó a Jeroboán y a todo Israel delante de Abías y de Judá. 16 Israel se retiró, y Dios le dio la victoria a Judá. 17 Abías contraatacó con su ejército y los derrotó. Les ocasionó muchas bajas a las fuerzas de Israel, pues mató 500 000 soldados selectos de Israel. 18 Así que en esa ocasión los israelitas fueron derrotados, y los de Judá ganaron porque dependieron del SEÑOR, Dios de sus antepasados.

19 Abías persiguió a Jeroboán y le quitó en esa batalla las ciudades de Betel, Jesaná y Efraín con sus respectivas aldeas. 20 Durante el reinado de Abías, Jeroboán ya no pudo recuperar su poderío y, finalmente, el SEÑOR lo hirió gravemente y murió. 21 Por su parte, Abías se hizo cada vez más fuerte. Él tuvo 14 esposas, 22 hijos y 16 hijas. 22 El resto de la historia de Abías, su vida y sus obras, está escrito en el comentario que hizo el profeta Idó.

Apocalipsis 3

Carta a la iglesia de Sardis

»Escribe esto al ángel de la iglesia de Sardis:

»Esto dice el que tiene los siete espíritus de Dios y las siete estrellas:

»Yo sé todo lo que haces. Pareces estar vivo, pero en realidad estás muerto. Ya tus buenas intenciones están casi muertas. Despierta y fortalece tu ánimo para hacer lo que todavía te falta, porque he visto que aun no has terminado las obras que Dios te mandó hacer. Así que no olvides lo que has recibido y escuchado; obedécelo y cambia. Si no despiertas, vendré a ti de repente como un ladrón y no sabrás en qué momento te sorprenderé.

»Sin embargo, aun hay unos pocos de ustedes en Sardis que no han manchado su ropa. Ellos caminarán conmigo vestidos de blanco porque son dignos. El que salga victorioso, irá vestido de blanco junto con ellos. No quitaré jamás su nombre del libro de la vida, y delante de mi Padre y de sus ángeles diré que es mío.

»Oigan bien lo que el Espíritu dice a las iglesias.

Carta a la iglesia de Filadelfia

»Escribe esto al ángel de la iglesia de Filadelfia:

»Esto dice el que es santo y verdadero, el que tiene la llave del reino de David. Cuando él abre, nadie puede volver a cerrar; y cuando cierra, nadie puede volver a abrir[a]:

»Yo sé todo lo que haces. Escucha bien: he puesto ante ti una puerta abierta que nadie puede cerrar. Sé que aunque no tienes mucho poder, has seguido mis enseñanzas y no has renunciado a tu fe en mí. Hay un grupo que pertenece a la sinagoga de Satanás, son unos mentirosos que dicen ser judíos pero en realidad no lo son. Haré que ellos vengan y se arrodillen a tus pies y les haré saber que yo te he amado. 10 Tú obedeciste mi mandato de resistir pacientemente, por eso te protegeré del tiempo de sufrimiento que vendrá sobre todo el mundo para poner a prueba a los habitantes de la tierra.

11 »Vendré pronto. Sigue fiel como hasta ahora y nadie te quitará tu premio. 12 El que salga victorioso, será una columna en el templo de mi Dios y permanecerá siempre allí. En él escribiré el nombre de mi Dios y de su ciudad, la nueva Jerusalén[b] que bajará del cielo, de donde está mi Dios. También escribiré sobre él mi nombre nuevo.

13 »Oigan bien lo que el Espíritu dice a las iglesias.

Carta a la iglesia de Laodicea

14 »Escribe esto al ángel de la iglesia de Laodicea:

»Esto dice el Amén[c], el testigo fiel y verdadero que dio inicio[d] a todo lo que Dios creó:

15 »Sé todo lo que haces. No eres ni frío ni caliente. ¡Sería bueno que fueras lo uno o lo otro! 16 Como eres tibio, no frío ni caliente, te voy a escupir de mi boca. 17 Tú dices que eres rico, que ya tienes todo en abundancia y que no necesitas nada, pero no te das cuenta de que en realidad eres un desdichado, miserable, pobre, ciego y desnudo. 18 Te aconsejo que compres de mí oro que ha sido refinado en fuego para que así seas realmente rico. Compra de mí ropa blanca para que cubras tu vergonzosa desnudez y compra también de mí medicina para tus ojos para que así realmente puedas ver.

19 »Yo corrijo y castigo a los que amo. Así que, esfuérzate y cambia. 20 Mira, aquí estoy llamando a la puerta. Si alguien escucha mi voz y abre la puerta, entraré, cenaré con él y él conmigo. 21 Al que salga victorioso, le permitiré sentarse a mi lado en mi trono, de la misma manera que yo conseguí la victoria y me senté al lado de mi Padre en su trono.

22 »Oigan bien lo que el Espíritu dice a las iglesias».

Hageo 1

Llamado para reconstruir el templo

El primer día del sexto mes del segundo año del reinado del rey Darío, el SEÑOR dijo lo siguiente por medio del profeta Hageo a Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y a Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote: «El SEÑOR Todopoderoso dice: “Este pueblo anda diciendo que todavía no es el momento de reconstruir el templo del SEÑOR”».

Pero el SEÑOR dijo también por medio del profeta Hageo: «¿Pero sí es el momento para que ustedes vivan en casas finamente terminadas, mientras que esta casa está en ruinas?»

Ahora pues, dice el SEÑOR Todopoderoso: «Piensen bien lo que están haciendo. Ustedes siembran mucho pero es poco lo que cosechan, comen pero no quedan satisfechos, beben pero no les alcanza para saciarse, se visten pero no lo suficiente para abrigarse. Ganan dinero pero se les va como si tuvieran roto el bolsillo».

El SEÑOR Todopoderoso dice: «Piensen bien lo que están haciendo. Vayan a las montañas y traigan madera para reconstruir el templo y yo mostraré mi buena voluntad a este templo y seré glorificado en él, dice el SEÑOR. Ustedes esperaban una gran cosecha pero les resultó muy escasa; luego cuando la almacenaron en sus casas, yo soplé e hice que se acabara rápido ¿Por qué? Pues mi casa está en ruinas mientras ustedes se dedican a las suyas, dice el SEÑOR Todopoderoso. 10 Debido a eso, el cielo ha retenido la lluvia, y la tierra, sus frutos. 11 Por eso he determinado que haya sequía sobre la tierra, las montañas, el trigo, la viña, el aceite, sobre todo lo que la tierra produce, sobre la gente, los animales y sobre todo su trabajo».

12 Entonces Zorobabel hijo de Salatiel, el sumo sacerdote Josué hijo de Josadac y el resto del pueblo, obedecieron lo que dijo el SEÑOR su Dios, o sea lo que el SEÑOR había dicho por medio del profeta Hageo. El pueblo sintió respeto y temor ante el SEÑOR Dios. 13 Entonces Hageo, el mensajero del SEÑOR dirigido por Dios, le dijo al pueblo: «El SEÑOR dice: ¡Estoy con ustedes!» 14 Y el SEÑOR les dio ánimo a Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, a Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y a todo el resto del pueblo para que emprendieran la obra. Empezaron a trabajar en la construcción del templo del SEÑOR Dios Todopoderoso, su Dios. 15 Todo esto ocurrió el día 24 del mes sexto del segundo año del reinado del rey Darío.

Juan 2

La boda en Caná

Al tercer día hubo una boda en Caná de Galilea. La mamá de Jesús estaba allí. También habían invitado a Jesús y a sus seguidores a la boda. Cuando se acabó el vino, la mamá de Jesús le dijo:

—Ya no tienen vino.

Jesús le dijo:

—Mamá[a], ¿yo qué tengo que ver con eso? Todavía no ha llegado mi hora.

Ella les dijo a los que estaban sirviendo:

—Hagan todo lo que él les diga.

En ese lugar había seis vasijas de piedra y cada una podía contener entre 80 y 120 litros[b] de agua. Los judíos las usaban para lavarse en sus ceremonias.

Jesús les dijo a los que servían:

—Llenen las vasijas con agua.

Entonces las llenaron hasta el borde.

Luego Jesús les dijo:

—Ahora saquen un poco de agua y llévenla al encargado del banquete.

Entonces llevaron el agua al encargado. Este probó el agua que se había convertido en vino. Él no sabía de dónde lo habían sacado, pero los siervos sí. Después, el encargado del banquete llamó al novio y 10 le dijo:

—Todo el mundo sirve el mejor vino primero. Cuando los invitados se emborrachan, sirven el más barato, pero tú has guardado el mejor vino hasta ahora.

11 Esta fue la primera de las señales milagrosas que Jesús hizo. Sucedió en Caná de Galilea. Así mostró su grandeza y sus seguidores creyeron en él.

12 Después de esto, Jesús fue con su mamá, sus hermanos y sus seguidores a Capernaúm y se quedaron allí unos pocos días.

Jesús va al templo

(Mt 21:12-13; Mr 11:15-17; Lc 19:45-46)

13 Era casi la fecha de la Pascua judía, así que Jesús se fue a Jerusalén. 14 En el área del templo, Jesús encontró a la gente vendiendo terneros, ovejas y palomas y también a los que cambian dinero sentados en sus mesas. 15 Entonces Jesús hizo un látigo de cuerdas y echó a todos del área del templo junto con las ovejas y los terneros. Arrojó al suelo las monedas de los que cambian dinero y les volcó sus mesas. 16 A los que estaban vendiendo palomas les dijo:

—¡Sáquenlas de aquí! ¡No hagan de la casa de mi padre una plaza de mercado!

17 (A)Cuando esto sucedió, los seguidores recordaron que estaba escrito:

«La emoción que siento por tu casa acabará conmigo».[c]

18 Los judíos le respondieron:

—¿Qué señal milagrosa puedes mostrarnos para probar que tienes derecho de hacer esto?

19 Jesús les contestó:

—Destruyan este templo y lo volveré a construir en tres días.

20 Ellos le dijeron:

—Para construir este templo se demoraron 46 años, ¿y tú vas a construirlo en tres días?

21 Con la palabra templo, Jesús se refería a su propio cuerpo. 22 Después de que él fue resucitado de la muerte, sus seguidores recordaron lo que había dicho. Entonces creyeron en las Escrituras y en lo que Jesús dijo.

23 Mientras Jesús estaba en Jerusalén, durante la fiesta de la Pascua, mucha gente creyó en él porque vio las señales milagrosas que hizo. 24 Pero Jesús no confiaba en ellos porque sabía lo que estaban pensando. 25 Él no necesitaba que nadie le dijera cómo era la gente porque sabía de antemano lo que todos pensaban.

Palabra de Dios para Todos (PDT)

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