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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Nueva Versión Internacional (Castilian) (CST)
Version
Éxodo 35

Normas para el sábado

35 Moisés reunió a toda la comunidad israelita, y les dijo: «Estas son las órdenes que el Señor os manda cumplir: Trabajad durante seis días, pero el séptimo día, el sábado, será para vosotros un día de reposo consagrado al Señor. Quien haga algún trabajo en él será condenado a muerte. En sábado no se encenderá ningún fuego en ninguna de vuestras casas».

Materiales para el santuario(A)(B)

Moisés le dijo a toda la comunidad israelita: «Esto es lo que el Señor os ordena: Tomad de entre vuestras pertenencias una ofrenda para el Señor. Todo el que se sienta movido a hacerlo, presente al Señor una ofrenda de oro, plata y bronce; lana púrpura, carmesí y escarlata; lino, pelo de cabra, pieles de carnero teñidas de rojo y pieles de delfín, madera de acacia, aceite de oliva para el alumbrado, especias para el aceite de la unción y para el incienso aromático, y piedras de ónice y otras piedras preciosas para engastarlas en el efod y en el pectoral.

10 »Todos los artesanos hábiles que haya entre vosotros deben venir y hacer todo lo que el Señor ha ordenado que se haga: 11 el santuario, con su tienda y su toldo, sus ganchos, sus tablones, sus travesaños, sus postes y sus bases; 12 el arca con sus varas, el propiciatorio y la cortina que resguarda el arca; 13 la mesa con sus varas y todos sus utensilios, y el pan de la Presencia; 14 el candelabro para el alumbrado y sus accesorios, las lámparas y el aceite para el alumbrado; 15 el altar del incienso con sus varas, el aceite de la unción y el incienso aromático, la cortina para la puerta a la entrada del santuario, 16 el altar de los holocaustos con su enrejado de bronce, sus varas y todos sus utensilios, el lavamanos de bronce con su pedestal, 17 las cortinas del atrio con sus postes y bases, la cortina para la entrada del atrio, 18 las estacas del toldo para el santuario y para el atrio, y sus cuerdas; 19 y las vestiduras tejidas que deben llevar los sacerdotes para ministrar en el santuario, tanto las vestiduras sagradas para Aarón como las vestiduras para sus hijos».

20 Toda la comunidad israelita se retiró de la presencia de Moisés, 21 y todos los que en su interior se sintieron movidos a hacerlo llevaron una ofrenda al Señor para las obras en la Tienda de reunión, para todo su servicio, y para las vestiduras sagradas. 22 Así mismo, todos los que se sintieron movidos a hacerlo, tanto hombres como mujeres, llevaron como ofrenda toda clase de joyas de oro: broches, pendientes, anillos y otros adornos de oro. Todos ellos presentaron su oro como ofrenda mecida al Señor, 23 o bien llevaron lo que tenían: lana púrpura, carmesí y escarlata, lino, pelo de cabra, pieles de carnero teñidas de rojo, y pieles de delfín. 24 Los que tenían plata o bronce los presentaron como ofrenda al Señor, lo mismo que quienes tenían madera de acacia, contribuyendo así con algo para la obra. 25 Las mujeres expertas en artes manuales presentaron los hilos de lana púrpura, carmesí o escarlata, y lino fino que habían hilado. 26 Otras, que conocían bien el oficio y se sintieron movidas a hacerlo, torcieron hilo de pelo de cabra. 27 Los jefes llevaron piedras de ónice y otras piedras preciosas, para que se engastaran en el efod y en el pectoral. 28 También llevaron especias y aceite de oliva para el alumbrado, el aceite de la unción y el incienso aromático. 29 Todos los israelitas que se sintieron movidos a hacerlo, lo mismo hombres que mujeres, presentaron al Señor ofrendas voluntarias para toda la obra que el Señor, por medio de Moisés, les había mandado hacer.

Bezalel y Aholiab(C)

30 Moisés les dijo a los israelitas: «Tened en cuenta que el Señor ha escogido expresamente a Bezalel, hijo de Uri y nieto de Jur, de la tribu de Judá, 31 y lo ha llenado del Espíritu de Dios, de sabiduría, inteligencia y capacidad creativa 32 para hacer trabajos artísticos en oro, plata y bronce, 33 para cortar y engastar piedras preciosas, para hacer tallados en madera y realizar toda clase de diseños artísticos y artesanías. 34 Dios les ha dado a él y a Aholiab hijo de Ajisamac, de la tribu de Dan, la habilidad de enseñar a otros. 35 Los ha llenado de gran sabiduría para realizar toda clase de artesanías, diseños y recamados en lana púrpura, carmesí y escarlata, y lino. Son expertos tejedores y hábiles artesanos en toda clase de labores y diseños.

Juan 14

Jesús consuela a sus discípulos

14 »No os angustiéis. Confiad en Dios, confiad también en mí.[a] En el hogar de mi Padre hay muchas viviendas; si no fuera así, ya os lo habría dicho. Voy a prepararos un lugar. Y, si me voy y os lo preparo, vendré para llevaros conmigo. Así estaréis donde yo esté. Vosotros ya conocéis el camino para ir a donde yo voy».

Jesús, el camino al Padre

Dijo entonces Tomás:

―Señor, no sabemos a dónde vas, así que ¿cómo podemos conocer el camino?

―Yo soy el camino, la verdad y la vida —le contestó Jesús—. Nadie llega al Padre sino por mí. Si realmente me conocierais, conoceríais[b] también a mi Padre. Y ya desde este momento lo conocéis y lo habéis visto.

―Señor —dijo Felipe—, muéstranos al Padre y con eso nos basta.

―¡Pero, Felipe! ¿Tanto tiempo llevo ya entre vosotros, y todavía no me conoces? El que me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo puedes decirme: “Muéstranos al Padre”? 10 ¿Acaso no crees que yo estoy en el Padre, y que el Padre está en mí? Las palabras que yo os comunico, no las hablo como cosa mía, sino que es el Padre, que está en mí, el que realiza sus obras. 11 Creedme cuando os digo que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí; o al menos creedme por las mismas obras. 12 Ciertamente os aseguro que el que cree en mí las obras que yo hago también él las hará, y aun las hará mayores, porque yo vuelvo al Padre. 13 Cualquier cosa que pidáis en mi nombre, yo la haré; así será glorificado el Padre en el Hijo. 14 Lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré.

Jesús promete el Espíritu Santo

15 »Si me amáis, obedeceríais mis mandamientos. 16 Y yo pediré al Padre, y os dará otro Consolador para que os acompañe siempre: 17 el Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede aceptar porque no lo ve ni lo conoce. Pero vosotros sí lo conocéis, porque vive con vosotros y estará[c] en vosotros. 18 No os voy a dejar huérfanos; volveré a vosotros. 19 Dentro de poco el mundo ya no me verá más, pero vosotros sí me veréis. Y porque yo vivo, también vosotros viviréis. 20 En aquel día os daréis cuenta de que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros. 21 ¿Quién es el que me ama? El que hace suyos mis mandamientos y los obedece. Y al que me ama, mi Padre lo amará, y yo también lo amaré y me manifestaré a él».

22 Judas (no el Iscariote) le dijo:

―¿Por qué, Señor, estás dispuesto a manifestarte a nosotros, y no al mundo?

23 Le contestó Jesús:

―El que me ama obedecerá mi palabra, y mi Padre lo amará, y haremos nuestra morada en él. 24 El que no me ama no obedece mis palabras. Pero estas palabras que oís no son mías, sino del Padre, que me envió.

25 »Todo esto lo digo ahora que estoy con vosotros. 26 Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, os enseñará todas las cosas y os hará recordar todo lo que os he dicho. 27 La paz os dejo; mi paz os doy. Yo no os la doy como la da el mundo. No os angustiéis ni os acobardéis.

28 »Ya me habéis oído deciros: “Me voy, pero vuelvo a vosotros”. Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más grande que yo. 29 Y os he dicho esto ahora, antes de que suceda, para que, cuando suceda, creáis. 30 Ya no hablaré más con vosotros, porque viene el príncipe de este mundo. Él no tiene ningún dominio sobre mí, 31 pero el mundo tiene que saber que amo al Padre, y que hago exactamente lo que él me ha ordenado que haga.

»¡Levantaos, vámonos de aquí!

Proverbios 11

11 El Señor aborrece las balanzas adulteradas,
    pero aprueba las pesas exactas.

Con el orgullo viene el oprobio;
    con la humildad, la sabiduría.

A los justos los guía su integridad;
    a los falsos los destruye su hipocresía.

En el día de la ira de nada sirve ser rico,
    pero la justicia libra de la muerte.

La justicia endereza el camino de los íntegros,
    pero la maldad hace caer a los impíos.

La justicia libra a los justos,
    pero la codicia atrapa a los falsos.

Muere el malvado, y con él su esperanza;
    muere también su ilusión de poder.

El justo se salva de la calamidad,
    pero la desgracia le sobreviene al malvado.

Con la boca el impío destruye a su prójimo,
    pero los justos se libran por el conocimiento.

10 Cuando el justo prospera, la ciudad se alegra;
    cuando el malvado perece, hay gran regocijo.

11 La bendición de los justos enaltece a la ciudad,
    pero la boca de los malvados la destruye.

12 El falto de juicio desprecia a su prójimo,
    pero el entendido refrena su lengua.

13 La gente chismosa revela los secretos;
    quien es de fiar es discreto.

14 Sin dirección, la nación fracasa;
    el éxito depende de los muchos consejeros.

15 El fiador de un extraño saldrá perjudicado;
    negarse a dar fianza[a] es vivir en paz.

16 La mujer bondadosa se gana el respeto;
    los hombres violentos solo ganan riquezas.

17 El que es bondadoso se beneficia a sí mismo;
    el que es cruel, a sí mismo se perjudica.

18 El malvado obtiene ganancias ilusorias;
    el que siembra justicia asegura su ganancia.

19 El que es justo obtiene la vida;
    el que persigue el mal se encamina a la muerte.

20 El Señor aborrece a los de corazón perverso,
    pero se complace en los que viven con rectitud.

21 Una cosa es segura:[b] Los malvados no quedarán impunes,
    pero los justos saldrán bien librados.

22 Como argolla de oro en hocico de cerdo
    es la mujer bella pero indiscreta.

23 Los deseos de los justos terminan bien;
    la esperanza de los malvados termina mal.[c]

24 Unos dan a manos llenas, y reciben más de lo que dan;
    otros ni sus deudas pagan, y acaban en la miseria.

25 El que es generoso prospera;
    el que reanima será reanimado.

26 La gente maldice al que acapara el trigo,
    pero colma de bendiciones al que gustoso lo vende.

27 El que madruga para el bien, halla buena voluntad;
    el que anda tras el mal, por el mal será alcanzado.

28 El que confía en sus riquezas se marchita,
    pero el justo se renueva como el follaje.

29 El que perturba su casa no hereda más que el viento,
    y el necio termina sirviendo al sabio.

30 El fruto de la justicia[d] es árbol de vida,
    pero el que arrebata vidas es violento.[e]

31 Si los justos reciben su pago aquí en la tierra,
    ¡cuánto más los impíos y los pecadores!

Efesios 4

Unidad en el cuerpo de Cristo

Por eso yo, que estoy preso por la causa del Señor, os ruego que viváis de una manera digna del llamamiento que habéis recibido, siempre humildes y amables, pacientes, tolerantes unos con otros en amor. Esforzaos por mantener la unidad del Espíritu mediante el vínculo de la paz. Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, así como también fuisteis llamados a una sola esperanza; un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo; un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos y por medio de todos y en todos.

Pero a cada uno de nosotros se nos ha dado gracia en la medida en que Cristo ha repartido los dones. Por esto dice:

«Cuando ascendió a lo alto,
    se llevó consigo a los cautivos
    y dio dones a los hombres».[a]

(¿Qué quiere decir eso de que «ascendió», sino que también descendió a las partes bajas, o sea, a la tierra?[b] 10 El que descendió es el mismo que ascendió por encima de todos los cielos, para llenarlo todo). 11 Él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; y a otros, pastores y maestros, 12 a fin de capacitar al pueblo de Dios para la obra de servicio, para edificar el cuerpo de Cristo. 13 De este modo, todos llegaremos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a una humanidad perfecta que se conforme a la plena estatura de Cristo.

14 Así ya no seremos niños, zarandeados por las olas y llevados de aquí para allá por todo viento de enseñanza y por la astucia y los artificios de quienes emplean artimañas engañosas. 15 Más bien, al vivir la verdad con amor, creceremos hasta ser en todo como aquel que es la cabeza, es decir, Cristo. 16 Por su acción todo el cuerpo crece y se edifica en amor, sostenido y ajustado por todos los ligamentos, según la actividad propia de cada miembro.

Vivid como hijos de luz

17 Así que os digo esto y os insisto en el Señor: no viváis más con pensamientos frívolos como los paganos. 18 A causa de la ignorancia que los domina y por la dureza de su corazón, estos tienen oscurecido el entendimiento y están alejados de la vida que proviene de Dios. 19 Han perdido toda vergüenza, se han entregado a la inmoralidad, y no se sacian de cometer toda clase de actos indecentes.

20 No fue esta la enseñanza que vosotros recibisteis acerca de Cristo, 21 si de veras se os habló y enseñó de Jesús según la verdad que está en él. 22 Con respecto a la vida que antes llevabais, se os enseñó que debíais quitaros el ropaje de la vieja naturaleza, la cual está corrompida por los deseos engañosos; 23 ser renovados en la actitud de vuestra mente; 24 y poneros el ropaje de la nueva naturaleza, creada a imagen de Dios, en verdadera justicia y santidad.

25 Por lo tanto, dejando la mentira, hablad cada uno a su prójimo con la verdad, porque todos somos miembros de un mismo cuerpo. 26 «Si os enojáis, no pequéis».[c] No permitáis que el enojo os dure hasta la puesta del sol, 27 ni deis cabida al diablo. 28 El que robaba, que no robe más, sino que trabaje honradamente con las manos para tener qué compartir con los necesitados.

29 Evitad toda conversación obscena. Por el contrario, que vuestras palabras contribuyan a la necesaria edificación y sean de bendición para quienes las escuchan. 30 No agraviéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. 31 Abandonad toda amargura, ira y enojo, gritos y calumnias, y toda forma de malicia. 32 Más bien, sed bondadosos y compasivos unos con otros, y perdonaos mutuamente, así como Dios os perdonó en Cristo.

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