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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version
Génesis 47

Jacob en presencia del faraón

47 José fue y lo hizo saber al faraón diciendo:

—Mi padre y mis hermanos, con sus ovejas y sus vacas y todo lo que tienen, han venido de la tierra de Canaán, y he aquí que están en la tierra de Gosén.

Luego tomó a cinco de entre sus hermanos y los presentó ante el faraón. Y el faraón preguntó a sus hermanos:

—¿Cuál es su oficio?

Ellos respondieron al faraón:

—Tus siervos somos pastores de ovejas, lo mismo nosotros que nuestros padres. —Dijeron, además, al faraón—: Hemos venido para residir en esta tierra, porque no hay pasto para las ovejas de tus siervos y el hambre en la tierra de Canaán es grave. Por eso, permite que tus siervos habiten en la tierra de Gosén.

Entonces el faraón habló a José diciendo:

—Tu padre y tus hermanos han venido a ti; la tierra de Egipto está delante de ti. En lo mejor de la tierra haz habitar a tu padre y a tus hermanos; habiten en la tierra de Gosén. Y si juzgas que hay entre ellos hombres aptos, ponlos como mayorales de mi ganado.

Después José trajo a su padre Jacob y se lo presentó al faraón. Jacob bendijo al faraón. Y el faraón preguntó a Jacob:

—¿Cuántos años tienes?

Y Jacob respondió al faraón:

—Los años de mi peregrinación son ciento treinta años. Pocos y malos son los años de mi vida, y no alcanzan al número de los años de la vida de mis padres en su peregrinación.

10 Jacob bendijo al faraón; después salió de su presencia. 11 Así José hizo habitar a su padre y a sus hermanos, y les dio posesión en la tierra de Egipto, en lo mejor de la tierra, en la tierra de Ramesés, como mandó el faraón. 12 Y José proveía de alimentos a su padre, a sus hermanos y a toda la casa de su padre, según el número de los niños pequeños.

Política administrativa de José

13 Ya no había alimentos en toda la tierra; y el hambre se había agravado, por lo que desfallecía de hambre tanto la tierra de Egipto como la tierra de Canaán. 14 Entonces José recaudó todo el dinero que se hallaba en la tierra de Egipto y en la tierra de Canaán, a cambio de los alimentos que le compraban, y trajo José el dinero al palacio del faraón. 15 Y cuando se acabó el dinero en la tierra de Egipto y en la tierra de Canaán, todo Egipto vino a José diciendo:

—Danos de comer. ¿Por qué hemos de morir en tu presencia por habérsenos terminado el dinero?

16 José les dijo:

—Den sus ganados. Si se les ha terminado el dinero, yo les daré alimentos a cambio de sus ganados.

17 Ellos llevaron sus ganados a José. Y José les dio alimentos a cambio de los caballos, el ganado ovejuno, el ganado vacuno y los asnos. Aquel año les proveyó alimento a cambio de todos sus ganados. 18 Cuando se acabó aquel año, fueron a él el segundo año y le dijeron:

—No necesitamos encubrir a nuestro señor que se ha acabado el dinero y que el ganado ya es de nuestro señor. Nada ha quedado delante de nuestro señor, excepto nuestros cuerpos y nuestras tierras. 19 ¿Por qué hemos de perecer en tu presencia, tanto nosotros como nuestras tierras? Cómpranos a nosotros y nuestras tierras a cambio de alimentos, y nosotros y nuestras tierras seremos siervos del faraón. Solo danos semillas para que sobrevivamos y no muramos, y que la tierra no quede desolada.

20 Así compró José toda la tierra de Egipto para el faraón, porque los egipcios vendieron cada uno su tierra, ya que el hambre se había agravado sobre ellos. Así la tierra vino a ser del faraón. 21 Y él redujo al pueblo a servidumbre[a], desde un extremo a otro del territorio de Egipto. 22 Solamente no compró la tierra de los sacerdotes, porque los sacerdotes tenían ración de parte del faraón. Como ellos comían de la ración que les daba el faraón, por eso no tuvieron que vender sus tierras.

23 Entonces José dijo al pueblo:

—He aquí, hoy os he comprado, para el faraón, a ustedes y sus tierras. Aquí tienen semilla; siembren la tierra. 24 Y sucederá que de los productos darán la quinta parte al faraón. Las cuatro partes serán de ustedes para sembrar las tierras, para su sustento, para los que están en sus casas y para que coman sus niños.

25 Ellos respondieron:

—¡Nos has dado la vida! Hallemos gracia ante los ojos de nuestro señor y seremos siervos del faraón.

26 Entonces José instituyó como ley en la tierra de Egipto, hasta el día de hoy, que la quinta parte pertenece al faraón. Solamente la tierra de los sacerdotes no llegó a ser del faraón.

Jacob pide ser sepultado en Canaán

27 Habitó, pues, Israel en la tierra de Egipto, en la tierra de Gosén, y se establecieron en ella. Allí fueron fecundos y se multiplicaron mucho.

28 Jacob vivió en la tierra de Egipto diecisiete años; y los días de Jacob, los años de su vida, fueron ciento cuarenta y siete años. 29 Cuando se acercó el día de la muerte de Israel, este llamó a su hijo José y le dijo:

—Si he hallado gracia ante tus ojos, pon tu mano debajo de mi muslo y muéstrame misericordia y verdad; por favor, no me sepultes en Egipto, 30 sino que cuando repose con mis padres, me llevarás de Egipto y me sepultarás en el sepulcro de ellos.

José respondió:

—Yo haré como tú dices.

31 Y él dijo:

—¡Júramelo!

Él se lo juró. Entonces Israel se postró sobre la cabecera de la cama.

Lucas 1:1-38

Prólogo: dedicatoria a Teófilo

Puesto que muchos han intentado poner en orden un relato acerca de las cosas que han sido ciertísimas entre nosotros, así como nos las transmitieron los que desde el principio fueron testigos oculares y ministros de la palabra, me ha parecido bien también a mí, después de haberlo investigado todo con diligencia desde el comienzo, escribírtelas en orden, oh excelentísimo Teófilo, para que conozcas bien la verdad de las cosas en las cuales has sido instruido.

Anuncio del nacimiento de Juan

En los días de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote llamado Zacarías, de la clase de Abías. Su esposa era de las hijas de Aarón, y se llamaba Elisabet. Ambos eran justos delante de Dios, y vivían irreprensiblemente en todos los mandamientos y las ordenanzas del Señor. No tenían hijos, porque Elisabet era estéril y ambos eran de edad avanzada.

Aconteció que cuando Zacarías ejercía el sacerdocio delante de Dios, en el turno de su clase[a], conforme a la costumbre del sacerdocio le tocó por sorteo entrar en el templo del Señor para quemar el incienso. 10 Toda la multitud del pueblo estaba fuera, orando, a la hora del incienso.

11 Entonces el ángel del Señor se le apareció, puesto de pie a la derecha del altar del incienso. 12 Zacarías se turbó cuando lo vio, y el temor se apoderó de él. 13 Pero el ángel le dijo:

—¡No temas, Zacarías! Porque tu oración ha sido atendida. Tu esposa Elisabet te dará a luz un hijo y llamarás su nombre Juan. 14 Tendrás gozo y alegría, y muchos se gozarán de su nacimiento 15 porque él será grande delante del Señor[b]. Nunca beberá vino ni licor, y será lleno del Espíritu Santo aun desde el vientre de su madre. 16 Y hará que muchos de los hijos de Israel vuelvan al Señor su Dios. 17 Él mismo irá delante del Señor con el espíritu y el poder de Elías para hacer volver los corazones de los padres a los hijos y los desobedientes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo apercibido.

18 Y Zacarías dijo al ángel:

—¿Cómo podré estar seguro de esto? Pues yo soy viejo y mi esposa es de edad avanzada.

19 Respondió el ángel y le dijo:

—Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios, y he sido enviado para hablarte y anunciarte estas buenas nuevas. 20 He aquí, quedarás mudo e incapaz de hablar hasta el día en que se realice esto, por cuanto no has creído a mis palabras las cuales se cumplirán a su debido tiempo.

21 El pueblo estaba esperando a Zacarías, y se extrañaba de que él pasara tanto tiempo en el templo. 22 Cuando salió, no les podía hablar; y se dieron cuenta de que había visto una visión en el templo. Él se comunicaba con ellos por señas pues se había quedado mudo.

23 Sucedió que, cuando se cumplieron los días de este ministerio, él se fue a su casa. 24 Y después de aquellos días su mujer Elisabet concibió y se recluyó por cinco meses diciendo:

25 —Así ha hecho conmigo el Señor en los días en que se dignó mirarme para quitar mi afrenta entre los hombres.

Anuncio del nacimiento de Jesús

26 En el sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, 27 a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David. El nombre de la virgen era María. 28 Cuando entró a donde ella estaba, dijo:

—¡Te saludo[c], muy favorecida! El Señor está contigo[d].

29 Pero ella se turbó por sus palabras y se preguntaba qué clase de salutación sería esta. 30 Entonces el ángel le dijo:

—¡No temas, María, porque has hallado gracia ante Dios! 31 He aquí concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús. 32 Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de su padre David. 33 Reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y de su reino no habrá fin.

34 Entonces María dijo al ángel:

—¿Cómo será esto? Porque yo no conozco varón.

35 Respondió el ángel y le dijo:

—El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el santo Ser que nacerá será llamado Hijo de Dios. 36 He aquí, también tu parienta Elisabet ha concebido un hijo en su vejez. Este es el sexto mes para ella que era llamada estéril. 37 Porque ninguna cosa será imposible para Dios.

38 Entonces María dijo:

—He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra.

Y el ángel se fue de ella.

Job 13

13 »He aquí que todo esto han visto mis ojos;

mis oídos lo han escuchado y entendido.
Como ustedes lo saben,
yo también lo sé;
en nada soy menos que ustedes.
Sin embargo, yo le hablaré
al Todopoderoso
pues quiero argumentar con Dios.
»En cuanto a ustedes,
lo recubren todo con mentira; todos ustedes son médicos inútiles.
¡Oh que callaran del todo! Ello les sería contado por sabiduría.
Escuchen, pues, mi razonamiento,
y estén atentos a los argumentos de mis labios.
¿A favor de Dios hablarán perversidad? ¿A favor de él hablarán engaño?
¿Habrán de mostrar por él parcialidad? ¿Contenderán a favor de Dios?
¿Les irá bien cuando él los escudriñe? ¿Acaso se burlarán de él
como quien se burla de un hombre?
10 Ciertamente él los reprobará
si en secreto muestran parcialidad.
11 ¿No se espantará su majestad,
y caerá sobre ustedes su pavor?
12 Las máximas de ustedes son proverbios de polvo,
y sus defensas son defensas de barro.
13 »Callen delante de mí, y yo hablaré me pase lo que me pase.
14 ¿Por qué he de arrancar mi carne con mis propios dientes?
¿O he de exponer mi vida en mi mano?
15 He aquí, aunque él me mate
en él[a] he de esperar.
Ciertamente defenderé ante su presencia mis caminos.
16 Esto también me será salvación, porque un impío no iría a su presencia.
17 Oigan con atención mi discurso; oigan con sus oídos mi declaración.
18 He aquí que yo he expuesto mi causa
y sé que seré declarado justo.
19 ¿Quién es el que ha de contender conmigo?
Pues si ahora yo callara, expiraría.
20 »Solo dos cosas no hagas conmigo,
oh Dios;
entonces no me esconderé de tu rostro:
21 Aparta de mí tu mano,
y no me espante tu terror.
22 Llama, entonces, y yo responderé;
o yo hablaré y tú me responderás:
23 ¿Cuántas son mis faltas o mis pecados? Hazme entender mi rebelión y mi pecado.
24 ¿Por qué escondes tu rostro
y me consideras tu enemigo?
25 ¿Aterras a una hoja que es arrebatada? ¿Has de perseguir a una paja seca?
26 Pues escribes contra mí cosas amargas
y me haces sufrir por los pecados
de mi juventud.
27 Pones mis pies en el cepo
y vigilas todas mis sendas;
imprimes marcas en las plantas de mis pies.
28 Así el hombre se gasta como un odre, como un vestido comido por la polilla.

1 Corintios 1

Pablo, llamado a ser apóstol de Cristo Jesús por la voluntad de Dios, y el hermano Sóstenes; a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús y llamados a ser santos, con todos los que en todo lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro: Gracia a ustedes y paz, de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

Gracias por las riquezas en Cristo

Gracias doy a mi Dios siempre en cuanto a ustedes por la gracia de Dios que les fue concedida en Cristo Jesús; porque en todo han sido enriquecidos en él, en toda palabra y en todo conocimiento. Así el testimonio de Cristo ha sido confirmado entre ustedes hasta no faltarles ningún don, mientras esperan la manifestación de nuestro Señor Jesucristo. Además, él los confirmará hasta el fin, para que sean irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es Dios, por medio de quien fueron llamados a la comunión de su Hijo Jesucristo, nuestro Señor.

Disensiones en la iglesia

10 Los exhorto, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, a que se pongan de acuerdo y que no haya más disensiones entre ustedes, sino que estén completamente unidos en la misma mente y en el mismo parecer. 11 Porque se me ha informado de ustedes, hermanos míos, por los de Cloé, que entre ustedes hay contiendas. 12 Me refiero a que uno de ustedes está diciendo: “Yo soy de Pablo”, otro “yo de Apolos”, otro “yo de Pedro[a]” y otro “yo de Cristo”. 13 ¿Está dividido Cristo? ¿Acaso fue crucificado Pablo por ustedes? ¿O han sido bautizados en el nombre de Pablo? 14 Doy gracias a Dios que no bauticé a ninguno de ustedes, sino a Crispo y a Gayo, 15 para que nadie diga que ha sido bautizado en mi nombre 16 (pero también bauticé a los de la casa de Estéfanas; en cuanto a los demás, no sé si bauticé a algún otro). 17 Porque Cristo no me envió a bautizar, sino a predicar el evangelio; no con sabiduría de palabras, para que no sea hecha vana la cruz de Cristo.

Cristo: sabiduría y poder de Dios

18 Porque para los que se pierden, el mensaje de la cruz es locura; pero para nosotros que somos salvos, es poder de Dios. 19 Porque está escrito:

Destruiré la sabiduría de los sabios, y desecharé el entendimiento de los entendidos[b].

20 ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde el escriba? ¿Dónde el disputador de esta edad presente? ¿No es cierto que Dios ha transformado en locura la sabiduría de este mundo? 21 Puesto que en la sabiduría de Dios, el mundo no ha conocido a Dios mediante la sabiduría, a Dios le pareció bien salvar a los creyentes por la locura de la predicación. 22 Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; 23 pero nosotros predicamos a Cristo crucificado: para los judíos tropezadero y para los gentiles locura. 24 Pero para los llamados, tanto judíos como griegos, Cristo es el poder de Dios y la sabiduría de Dios. 25 Porque lo necio de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.

26 Pues consideren, hermanos, su llamamiento: No son muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles. 27 Más bien, Dios ha elegido lo necio del mundo para avergonzar a los sabios, y lo débil del mundo Dios ha elegido para avergonzar a lo fuerte. 28 Dios ha elegido lo vil del mundo y lo menospreciado; lo que no es, para deshacer lo que es, 29 a fin de que nadie[c] se jacte delante de Dios. 30 Por él están ustedes en Cristo Jesús, a quien Dios hizo para nosotros sabiduría[d], justificación, santificación y redención; 31 para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor[e].

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

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