Print Page Options
Previous Prev Day Next DayNext

M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
2 Reyes 11-12

Atalía mata a los hijos del rey en Judá

(2 Cr 22:10-23:21)

11 Atalía, la mamá de Ocozías, al ver que su hijo estaba muerto, mató a toda la familia del rey.

Josaba, la hija del rey Jorán y hermana de Ocozías, tomó a Joás, uno de los hijos del rey Ocozías, y mientras mataban a los otros niños lo escondió a él y a su niñera en su propio dormitorio. De esa forma Josaba y la niñera escondieron a Joás de Atalía y le salvaron la vida. Él permaneció escondido con ella seis años en el templo del SEÑOR. Durante ese tiempo Atalía reinó en Judá.

En el séptimo año, el sumo sacerdote Joyadá mandó llamar a los capitanes de los quereteos y a los guardias y los reunió en el templo del SEÑOR. Entonces Joyadá hizo un pacto con ellos, y les hizo jurar en el templo del SEÑOR y les mostró al hijo del rey.

Entonces Joyadá les dio esta orden: «Van a hacer lo siguiente: una tercera parte de ustedes vendrá cada día de descanso aquí y protegerá al hijo del rey aquí en el templo. Otra tercera parte estará en la puerta sur, y la otra tercera parte estará en la puerta detrás de la guardia. De esta manera serán como un muro protector para Joás. Al fin de cada día de descanso, dos terceras partes de ustedes harán guardia en el templo del SEÑOR y protegerán al rey Joás. Rodearán al rey en todo momento a dondequiera que vaya, cada uno arma en mano. Matarán a cualquiera que se acerque».

Los capitanes obedecieron al sacerdote Joyadá en todo lo que ordenó. Cada capitán tomó sus soldados. Cada uno reunió a sus hombres, tanto a los que estaban de servicio en el templo el día de descanso como a los que quedaban libres. Todos fueron al sacerdote Joyadá, 10 y él les dio lanzas y escudos. Eran las lanzas y escudos que David había puesto en el templo del SEÑOR. 11 Los guardas estaban siempre preparados armas en mano, a la derecha e izquierda del templo y alrededor del rey. 12 Luego sacaron a Joás, el hijo del rey, le pusieron la corona y le dieron el memorial del pacto entre el rey y Dios.[a] Entonces lo consagraron con aceite y lo proclamaron nuevo rey aplaudiendo y gritando: «¡Viva el rey!»

13 Atalía escuchó el ruido de los guardias y de la gente, así que salió a ver a la gente al templo del SEÑOR. 14 Atalía vio al rey junto a la columna donde normalmente se paraba el rey, a los líderes y a los hombres tocando trompetas en honor al rey. Vio también a la gente muy alegre. Entonces Atalía se rasgó el vestido y gritó: «¡Traición, traición!»

15 El sacerdote Joyadá ordenó a los capitanes que estaban a cargo de los soldados: «Lleven a Atalía fuera del área del templo y maten a sus seguidores, pero no los maten dentro del templo del SEÑOR».

16 Así que los soldados agarraron a Atalía y la mataron cuando pasó por la entrada de los caballos del palacio.

17 Entonces Joyadá hizo un pacto entre el SEÑOR, el rey y el pueblo, en el que se comprometían a ser el pueblo del SEÑOR. Joyadá también hizo un acuerdo entre el pueblo y el rey.

18 Luego todo el pueblo fue al templo de Baal. Destruyeron la estatua de Baal y sus altares. Los rompieron en muchos pedazos y mataron a Matán, el sacerdote de Baal, delante de uno de los altares.

Entonces el sacerdote Joyadá puso personal a cargo del mantenimiento del templo del SEÑOR. 19 El sacerdote condujo al pueblo desde el templo del SEÑOR hasta la residencia del rey, a través de la entrada de los guardias. Los quereteos y los capitanes iban junto al rey y el resto de la gente los seguía. El rey Joás se sentó en el trono. 20 Todo el pueblo estuvo contento y la ciudad quedó en paz después de que Atalía fue ejecutada a espada cerca de la casa del rey.

21 Joás tenía siete años cuando llegó a ser el rey.

Joás obedece la ley de Dios

12 Joás comenzó a reinar durante el séptimo año del reinado de Jehú en Israel. Joás reinó en Jerusalén 40 años. La mamá de Joás era Sibia de Berseba. Joás hizo lo que le agradaba al SEÑOR, lo obedeció toda su vida e hizo lo que el sacerdote Joyadá le enseñó. Pero no destruyó los santuarios sobre las colinas. La gente seguía ofreciendo sacrificios y quemando incienso en aquellos santuarios.

Joás les dijo a los sacerdotes: «Hay mucho dinero en el templo del SEÑOR. La gente ha dado ofrendas al templo, ha pagado el impuesto del templo cuando se les levantaba el censo y ha donado dinero al templo simplemente porque querían hacerlo. Tomen ustedes ese dinero y úsenlo para reparar el templo del SEÑOR. Cada sacerdote tomará el dinero que recibe de la gente a la que él sirve y lo usará para la reparación de los daños hechos al templo del SEÑOR».

Ya era el año 23 del reinado de Joás y los sacerdotes no habían reparado el templo. Entonces el rey Joás llamó al sacerdote Joyadá y a los demás sacerdotes y les dijo: «¿Por qué no han reparado lo que hay que reparar del templo? No tomen para ustedes el dinero de la gente que ofrenda. Ese dinero se usará para la reparación del templo».

Los sacerdotes estuvieron de acuerdo con no cobrarle más dinero al pueblo, pues no estaban preparados para la reparación del templo. El sacerdote Joyadá tomó una caja, le hizo una ranura en la tapa y la puso al lado derecho del altar. Donde uno entra a la casa del SEÑOR, ahí ponían los sacerdotes que cuidaban la puerta todo el dinero que entraba a la casa del SEÑOR. 10 Y sucedía que cuando el escriba y el sumo sacerdote veían la gran cantidad de dinero que estaba dentro de la caja, subían y contaban el dinero que había en el templo del SEÑOR. 11 Ellos entregaban el dinero que había sido pesado a los supervisores encargados de realizar la obra de la casa del SEÑOR, y ellos a su vez la hacían llegar a los carpinteros, constructores y a los que hacían el trabajo en la casa del SEÑOR. 12 Les pagaban a los albañiles y canteros, y a los que compraban madera y piedra para cortar y reforzar la parte caída del templo del SEÑOR, y todo lo que era necesario para hacer renovar el templo.

13 Pero con los fondos que se traían al templo del SEÑOR no se hicieron fuentes de plata, despabiladeras, platos hondos, ni ninguna fuente de oro ni plata para el templo del SEÑOR. 14 Porque a la gente que realizaba la obra de reforzar el templo del SEÑOR se le daba el dinero, 15 y no se tuvo que pedir cuentas a los hombres que administraban el dinero para darlo a los que realizaban la obra porque actuaban con diligencia.

16 El dinero de la ofrenda por la culpa y el sacrificio por el pecado no entraba al templo del SEÑOR, sino que era para los sacerdotes.

17 Entonces Jazael, rey de Siria, fue y atacó la ciudad de Gat y la conquistó. Luego hizo planes para atacar a Jerusalén.

18 Josafat, Jorán y Ocozías habían sido reyes de Judá, antepasados de Joás, habían regalado mucho al SEÑOR, y esos regalos se guardaban en el templo. Joás también había hecho muchos regalos. Entonces tomó todo lo que había guardado en el templo y en su propia casa y se lo envió a Jazael rey de Siria, y el rey de Siria se retiró de Jerusalén.

19 Todas las grandes obras que Joás realizó están escritas en Las crónicas de los reyes de Israel.

20 Los oficiales de Joás conspiraron en su contra y lo mataron en la casa de Milo por el camino que baja hasta Sila. 21 Josacar hijo de Simat y Jozabad hijo de Semer fueron los oficiales de Joás que lo asesinaron.

La gente sepultó a Joás con sus antepasados, en la Ciudad de David, y su hijo Amasías reinó en su lugar.

2 Timoteo 2

Un buen soldado de Jesucristo

Timoteo, hijo mío, saca fuerzas del generoso amor que Dios nos da por pertenecer a Jesucristo. Has escuchado mis enseñanzas confirmadas por muchos. Ahora enséñaselas a personas dignas de confianza, que a su vez puedan enseñárselas a otros. Como un buen soldado de Jesucristo, comparte conmigo el sufrimiento. Ningún soldado pierde su tiempo pensando en asuntos de la vida civil, porque lo único que le preocupa es agradar a su capitán. Cuando un atleta participa en una competencia, no puede ganar a menos que obedezca todas las reglas. El campesino que ha trabajado duro tiene derecho a ser el primero en recibir su parte de la cosecha. Piensa en lo que te digo y el Señor te ayudará a entenderlo todo.

Nunca olvides a Jesucristo, quien resucitó de la muerte y vino de la familia de David tal como lo dice la buena noticia que yo les anuncio a todos. Ahora estoy sufriendo por esa buena noticia hasta el punto de estar encadenado como un criminal, pero el mensaje de Dios no está encadenado. 10 Por eso soporto todo con paciencia por el bien de los que Dios ha elegido. Lo hago para que puedan tener la salvación que se encuentra en Jesucristo y disfruten de la gloria eterna.

11 Esto es cierto:

Si morimos con él,
    también viviremos con él.
12 Si seguimos constantes a pesar del sufrimiento,
    entonces reinaremos con él.
Si decimos que no lo conocemos,
    entonces él también dirá que no nos conoce.
13 Si dejamos de ser fieles,
    él seguirá siendo fiel,
    pues no puede negarse a sí mismo.

Un trabajador aprobado

14 Sigue recordándoles como advertencia delante de Dios que no se metan en discusiones que no ayudan para nada, que sólo destruyen a los que escuchan. 15 Esfuérzate por presentarte aprobado ante Dios como un trabajador que no tiene nada de qué avergonzarse y que enseña correctamente a poner en práctica el mensaje de la verdad. 16 Aléjate de los que hablan cosas mundanas y tonterías, porque esa manera de hablar sólo resulta en que haya cada vez menos respeto hacia Dios. 17 Su enseñanza se propagará como un cáncer. Himeneo y Fileto han hablado así. 18 Se han apartado de la verdadera enseñanza diciendo que la resurrección de todos ya sucedió, y con eso arruinan[a] la fe de algunos. 19 (A)A pesar de eso, Dios ha construido una base sólida que continúa firme, en la que se encuentran escritas estas palabras: «El Señor conoce a su pueblo»[b] y «Todo el que dice que pertenece al Señor debe apartarse de la maldad».

20 En una casa grande hay objetos de oro y plata, y también otros de madera y barro. Algunos tienen usos especiales, otros uso común. 21 Así sucede en la casa del Señor. Si uno se mantiene puro, puede tener un uso especial, consagrado y útil para el Señor y listo para hacer toda clase de buenas obras.

22 Evita las pasiones desordenadas que les complacen a los jóvenes. Esfuérzate por seguir una vida de rectitud, por tener fe, amor y paz, junto con la gente que tiene corazón puro y que ha confiado en el Señor. 23 No tengas nada que ver con discusiones tontas e inútiles porque, como bien sabes, sólo conducen a peleas. 24 Un siervo del Señor no debe pelear, sino que debe ser amable con todos, ser un buen maestro y tener mucha paciencia. 25 Debe enseñar amablemente a los que están en su contra. Tal vez Dios les dará la oportunidad de cambiar y conocer la verdad. 26 Ellos están cautivos del diablo para hacer lo que él quiere, tal vez caigan en cuenta de eso y escapen de la trampa.

Oseas 3-4

Oseas compra la libertad de Gómer

Después el SEÑOR me dijo de nuevo: «Ama a una mujer que tenga muchos amantes. Ámala así como el SEÑOR ha amado a los israelitas aunque se hayan alejado de él para adorar a otros dioses, y les encante comer pasteles de uvas pasas[a]».

Entonces compré a Gómer[b] por 180 gramos[c] de plata y una carga y media[d] de cebada. Luego le dije: «Deja ya de ser prostituta, vivirás conmigo por mucho tiempo. No te entregues a ningún otro; yo seré tu esposo».

De la misma forma, el pueblo de Israel vivirá por mucho tiempo sin rey y sin gobernante; sin sacrificios y sin monumentos de piedra[e]; sin vestidos sacerdotales[f] y sin ídolos familiares. Después de eso, los israelitas regresarán y buscarán al SEÑOR su Dios y a David su rey. Y en el futuro honrarán al SEÑOR por su bondad.

El Señor se enoja con Israel

Pueblo de Israel, escucha
    el mensaje del SEÑOR
porque el SEÑOR tiene algo que decir
    en contra de quienes viven en esta tierra:

«En este país ya no hay honestidad ni piedad.
    La gente no conoce a Dios.
En el país[g] hay una ola de maldiciones,
    engaños, asesinatos, robos y adulterios.
    Se comete un crimen tras otro.
Por eso la tierra se secará
    y todos los que viven allí morirán[h].
Serán destruidos y morirán
    junto con los animales salvajes,
    las aves del cielo y hasta los peces del mar.

»Que nadie discuta ni acuse a otros.
    Mi discusión es contigo, sacerdote.[i]
Tropezarás durante el día,
    y en la noche también tropezará contigo el profeta;
    y destruiré a tu mamá[j].

»Mi pueblo está destruido
    porque no conoce a Dios.
Ya que no quisiste conocer a Dios,
    yo tampoco te aceptaré como mi sacerdote.
Como has olvidado la ley de tu Dios,
    yo también olvidaré a tus hijos.
Ellos se volvieron orgullosos
    y cada vez pecaban más y más contra mí.
    Así que yo cambiaré su gloria en desgracia.

»Los sacerdotes comen de las ofrendas para el pecado.
    Por eso les gusta cuando cada vez hay más pecados.
Al sacerdote le sucederá lo mismo que al pueblo:
    a todos los castigaré por sus pecados.
    A cada uno le daré lo que se merece por lo que ha hecho.
10 Ellos comerán,
    pero no quedarán satisfechos;
se prostituirán,
    pero no tendrán hijos.[k]
Eso les sucederá
    por haber abandonado al SEÑOR.

11 »La prostitución y el vino
    quitan el buen juicio.
12 Mi pueblo pide consejos a unos pedazos de madera
    esperando que ellos les respondan.
Al igual que las prostitutas,
    han sido infieles y han abandonado a su Dios.
13 Ofrecen sacrificios en la cima de las montes
    y queman incienso en las colinas
bajo los árboles[l] de roble, álamo y olmo,
    porque les agrada la sombra que dan.
Bajo la sombra, sus hijas se acuestan como prostitutas
    y sus nueras cometen adulterio.
14 Pero no castigaré a sus hijas por comportarse como prostitutas
    ni a sus nueras por cometer adulterio,
porque son los hombres quienes buscan prostitutas
    y contratan a las prostitutas del templo para ofrecer sus sacrificios.
¡Así es como se destruye un pueblo
    falto de entendimiento!

15 »Si tú, Israel, te prostituyes,
    que al menos Judá no peque.
No vayan a Guilgal ni suban a Bet Avén[m].
    No juren en el nombre del SEÑOR.
16 Israel se ha vuelto terco como una novilla.
    Por eso ahora el SEÑOR no va a ser generoso con ellos
ni será como el pastor que alimenta
    a sus ovejas en una gran pradera.
17 Efraín se unió a sus ídolos,
    así que hay que dejarlo solo.
18 La bebida es su mejor amigo;
    cometen adulterio, adoran a sus amantes.
    Se enorgullecen de lo que debería darles vergüenza.
19 Un viento los envolverá en sus alas,
    los arrastrará y sufrirán desgracia
    por los sacrificios que ofrecieron.[n]

Salmos 119:121-144

Ayin

121 He hecho lo que es justo y honesto;
    no me dejes en manos de quienes quieren explotarme.
122 Haz bien a tu siervo
    y no permitas que los arrogantes me opriman.
123 Mis ojos están ya cansados de tanto esperar tu salvación,
    de esperar que se cumpla tu promesa de justicia.
124 Trata a este siervo tuyo conforme a tu fiel amor;
    enséñame tus mandatos.
125 Yo soy tu siervo,
    ayúdame a entender y aprender tus enseñanzas.
126 SEÑOR, es hora de que hagas algo,
    pues la gente está olvidando tus enseñanzas.
127 Amo tus mandamientos
    más que cualquier cosa en el mundo,
    aun más que el oro.
128 Por eso obedezco tus instrucciones[a]
    y rechazo el camino de maldad.

Pe

129 Tus mandatos son una maravilla,
    por eso los guardo de todo corazón.
130 Tu palabra nos ilumina,
    educa a los ignorantes.
131 Quiero obedecer tus mandamientos
    tanto como deseo respirar.
    Estoy ansioso y emocionado por cumplirlos.
132 Dios mío, mírame y sé bueno conmigo
    como acostumbras ser con los que aman tu nombre.
133 Guíame conforme a tu palabra
    y haz que nada malo me suceda.
134 Sálvame de la opresión humana
    y obedeceré tus instrucciones.
135 Sé bueno conmigo, con este siervo tuyo,
    y enséñame tus mandatos.
136 He llorado un mar de lágrimas
    porque la gente no sigue tus enseñanzas.

Tsade

137 SEÑOR, tú eres justo
    y tus órdenes son correctas.
138 Tú nos diste leyes justas;
    podemos confiar en ellas.
139 Estoy muy indignado,
    porque mis enemigos olvidaron tu palabra.
140 Está comprobado que tu promesa es digna de confianza,
    por eso tu siervo la ama.
141 Puedo ser joven y despreciable,
    pero nunca olvido tus instrucciones.
142 Tu justicia es siempre correcta,
    tu enseñanza es la verdad.
143 He sufrido mucho en la vida
    y he pasado por dificultades,
    pero tus mandamientos siempre me dan placer.
144 Tus mandatos son siempre justos,
    ayúdame a entenderlos para poder vivir.

Palabra de Dios para Todos (PDT)

© 2005, 2008, 2012, 2015 Centro Mundial de Traducción de La Biblia © 2005, 2008, 2012, 2015 Bible League International