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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Version
1 Samuel 3

Jehová llama a Samuel

El joven Samuel servía a Jehová en presencia de Elí; en aquellos días escaseaba la palabra de Jehová y no eran frecuentes las visiones. Un día estaba Elí acostado en su aposento, cuando sus ojos comenzaban a oscurecerse de modo que no podía ver. Samuel estaba durmiendo en el templo de Jehová, donde se encontraba el Arca de Dios; y antes que la lámpara de Dios fuera apagada, Jehová llamó a Samuel. Éste respondió: «Heme aquí.» Y corriendo luego adonde estaba Elí, dijo:

—Heme aquí; ¿para qué me llamaste?

—Yo no he llamado; vuelve y acuéstate —respondió Elí.

Él se fue y se acostó. Jehová volvió a llamar a Samuel. Se levantó Samuel, vino adonde estaba Elí y le dijo:

—Heme aquí; ¿para qué me has llamado?

—Hijo mío, yo no he llamado; vuelve y acuéstate —le respondió Elí.

Samuel no había conocido aún a Jehová, ni la palabra de Jehová le había sido revelada. Jehová, pues, llamó por tercera vez a Samuel. Y él se levantó, vino ante Elí, y le dijo:

—Heme aquí; ¿para qué me has llamado?

Entonces entendió Elí que Jehová llamaba al joven, y le dijo:

—Ve y acuéstate; y si te llama, di: “Habla, Jehová, que tu siervo escucha.”

Así se fue Samuel y se acostó en su lugar. 10 Vino Jehová, se paró y llamó como las otras veces:

—¡Samuel, Samuel!

Entonces Samuel dijo:

—Habla, que tu siervo escucha.

11 Dijo Jehová a Samuel:

—Yo haré una cosa en Israel que a quien la oiga le zumbarán ambos oídos. 12 Aquel día yo cumpliré contra Elí todas las cosas que he dicho sobre su casa, desde el principio hasta el fin. 13 Y le mostraré que yo juzgaré su casa para siempre, por la iniquidad que él sabe; porque sus hijos han blasfemado contra Dios y él no se lo ha impedido. 14 Por tanto, yo he jurado a la casa de Elí que la iniquidad de su casa no será expiada jamás, ni con sacrificios ni con ofrendas.

15 Samuel se quedó acostado hasta la mañana, y después abrió las puertas de la casa de Jehová; pero temía contar la visión a Elí. 16 Entonces Elí lo llamó y le dijo:

—Samuel, hijo mío.

—Heme aquí —respondió él.

17 Elí dijo:

—¿Qué te ha dicho? Te ruego que no me lo ocultes. Traiga Dios sobre ti el peor de los castigos, si me ocultas una palabra de todo lo que habló contigo.

18 Entonces Samuel se lo manifestó todo, sin ocultarle nada.

Y Elí dijo:

—Él es Jehová; que haga lo que mejor le parezca.

19 Samuel crecía y Jehová estaba con él; y no dejó sin cumplir ninguna de sus palabras. 20 Todo Israel, desde Dan hasta Beerseba, supo que Samuel era fiel profeta de Jehová. 21 Y Jehová volvió a aparecer en Silo, porque en Silo se manifestaba a Samuel la palabra de Jehová.

Romanos 3

¿Qué ventaja tiene, pues, el judío? ¿De qué aprovecha la circuncisión? De mucho, en todos los aspectos. Primero, ciertamente, porque les ha sido confiada la palabra de Dios. ¿Pues qué, si algunos de ellos han sido incrédulos? Su incredulidad, ¿habrá hecho nula la fidelidad de Dios? ¡De ninguna manera! Antes bien, sea Dios veraz y todo hombre mentiroso; como está escrito:

«Para que seas justificado en tus palabras,
y venzas cuando seas juzgado.»

Y si nuestra injusticia hace resaltar la justicia de Dios, ¿qué diremos? ¿Será injusto Dios al dar el castigo? (Hablo como hombre.) ¡De ninguna manera! De otro modo, ¿cómo juzgaría Dios al mundo? Pero si por mi mentira la verdad de Dios abundó para su gloria, ¿por qué aún soy juzgado como pecador? ¿Y por qué no decir (como se nos calumnia, y como algunos, cuya condenación es justa, afirman que nosotros decimos): «Hagamos males para que vengan bienes»?

No hay justo

¿Qué, pues? ¿Somos nosotros mejores que ellos? ¡De ninguna manera!, pues hemos demostrado que todos, tanto judíos como gentiles, están bajo el pecado. 10 Como está escrito:

«No hay justo, ni aun uno;
11 no hay quien entienda,
no hay quien busque a Dios.
12 Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles;
no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.
13 Sepulcro abierto es su garganta;
con su lengua engañan.
Veneno de víboras hay debajo de sus labios;
14 su boca está llena de maldición y de amargura.
15 Sus pies se apresuran para derramar sangre;
16 destrucción y miseria hay en sus caminos;
17 y no conocieron camino de paz.
18 No hay temor de Dios delante de sus ojos.»

19 Pero sabemos que todo lo que la Ley dice, lo dice a los que están bajo la Ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios, 20 porque por las obras de la Ley ningún ser humano será justificado delante de él, ya que por medio de la Ley es el conocimiento del pecado.

La justicia es por medio de la fe

21 Pero ahora, aparte de la Ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la Ley y por los Profetas: 22 la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él, porque no hay diferencia, 23 por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios, 24 y son justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, 25 a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, 26 con miras a manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo y el que justifica al que es de la fe de Jesús.

27 ¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe. 28 Concluimos, pues, que el hombre es justificado por la fe sin las obras de la Ley. 29 ¿Es Dios solamente Dios de los judíos? ¿No es también Dios de los gentiles? Ciertamente, también de los gentiles, 30 porque Dios es uno, y él justificará por la fe a los de la circuncisión, y por medio de la fe a los de la incircuncisión. 31 Luego, ¿por la fe invalidamos la Ley? ¡De ninguna manera! Más bien, confirmamos la Ley.

Jeremías 41

41 Aconteció en el mes séptimo que Ismael hijo de Netanías hijo de Elisama, de la descendencia real, junto con algunos oficiales del rey y diez hombres, vino a Gedalías hijo de Ahicam, en Mizpa. Y juntos comieron pan en Mizpa. De pronto se levantó Ismael hijo de Netanías, y los diez hombres que con él estaban, e hirieron a espada a Gedalías hijo de Ahicam hijo de Safán, matando así a aquel a quien el rey de Babilonia había puesto para gobernar la tierra. Asimismo mató Ismael a todos los judíos que estaban con Gedalías en Mizpa, y a los soldados caldeos que allí estaban.

Sucedió además, al día siguiente de haber matado a Gedalías, cuando aún nadie lo sabía, que llegaron unos hombres de Siquem, de Silo y de Samaria. Eran ochenta hombres, con la barba rapada, las ropas rasgadas y llenos de rasguños, que en sus manos traían ofrendas e incienso para llevar a la casa de Jehová. De Mizpa les salió al encuentro, llorando, Ismael hijo de Netanías. Y aconteció que cuando los encontró, les dijo: «¡Venid a presentaros a Gedalías hijo de Ahicam!» Cuando ya habían entrado en la ciudad, Ismael hijo de Netanías, junto con sus hombres, los degollaron y los arrojaron a una cisterna. Pero entre aquellos había diez hombres que dijeron a Ismael: «No nos mates, porque tenemos en el campo reservas de trigo, cebada, aceite y miel.» Y no los mató como había hecho con sus hermanos.

La cisterna a la que Ismael arrojó los cuerpos de todos los hombres que mató a causa de Gedalías, era la misma que había hecho el rey Asa a causa de Baasa, rey de Israel. Ismael hijo de Netanías la llenó de muertos. 10 Después Ismael llevó cautivo a todo el resto del pueblo que estaba en Mizpa, a las hijas del rey y a todo el pueblo que había quedado en Mizpa, el cual había encargado Nabuzaradán, capitán de la guardia, a Gedalías hijo de Ahicam. Los llevó, pues, cautivos Ismael hijo de Netanías y se fue para pasarse a los hijos de Amón.

11 Johanán hijo de Carea y todos los capitanes de la gente de guerra que estaban con él oyeron todo el mal que había hecho Ismael hijo de Netanías. 12 Entonces tomaron a todos los hombres y fueron a pelear contra Ismael hijo de Netanías, a quien hallaron junto al gran estanque que está en Gabaón. 13 Y sucedió que cuando todo el pueblo que estaba con Ismael vio a Johanán hijo de Carea, y a todos los capitanes de la gente de guerra que estaban con él, se alegraron. 14 Y todo el pueblo que Ismael había traído cautivo de Mizpa se volvió y fue con Johanán hijo de Carea. 15 Pero Ismael hijo de Netanías y otros ocho hombres escaparon delante de Johanán y se fueron con los hijos de Amón. 16 Entonces Johanán hijo de Carea, junto con todos los capitanes de la gente de guerra que con él estaban, tomaron a todo el resto del pueblo, el cual habían recobrado de Ismael hijo de Netanías, que se lo había llevado de Mizpa después de matar a Gedalías hijo de Ahicam. Eran hombres de guerra, mujeres, niños y eunucos, que Johanán había traído de Gabaón. 17 Fueron y habitaron en Gerut-quimam, que está cerca de Belén, con el fin de continuar su camino hasta entrar en Egipto, 18 a causa de los caldeos. Ellos temían a los caldeos porque Ismael hijo de Netanías había dado muerte a Gedalías hijo de Ahicam, a quien el rey de Babilonia había puesto para gobernar la tierra.

Salmos 17

Plegaria pidiendo protección contra los opresores

Oración de David

17 Oye, Jehová, una causa justa;
atiende a mi clamor.
Escucha mi oración
hecha de labios sin engaño.
De tu presencia proceda mi defensa;
vean tus ojos la rectitud.

Tú has probado mi corazón, me has visitado de noche;
me has puesto a prueba y nada malo hallaste.
He resuelto que mi boca no cometa delito.
En cuanto a las obras humanas,
por la palabra de tus labios
yo me he guardado de las sendas de los violentos.
Afirma mis pasos en tus caminos,
para que mis pies no resbalen.

Yo te he invocado por cuanto tú, Dios, me oirás;
inclina a mí tu oído, escucha mi palabra.
Muestra tus maravillosas misericordias,
tú que salvas a los que se refugian a tu diestra
de los que se levantan contra ellos.
Guárdame como a la niña de tus ojos;
escóndeme bajo la sombra de tus alas,
de la vista de los malos que me oprimen,
de mis enemigos que buscan mi vida.

10 Envueltos están en su gordura;
con su boca hablan arrogantemente.
11 Han cercado ahora nuestros pasos;
tienen puestos sus ojos para echarnos por tierra.
12 Son como león que ansía agarrar su presa
y como leoncillo que está en su escondite.

13 Levántate, Jehová; sal a su encuentro, derríbalos;
libra mi vida de los malos con tu espada,
14 de los hombres, con tu mano, Jehová,
de los hombres de este mundo,
para quienes lo mejor es esta vida,
y cuyo vientre está lleno de tus bienes.
Sacian a sus hijos
y aun les sobra para sus pequeños.

15 En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia;
estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza.

Reina-Valera 1995 (RVR1995)

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