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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Version
Números 23

23 Balaam dijo a Balac:

—Edifícame aquí siete altares, y prepárame aquí siete becerros y siete carneros.

Balac hizo como le dijo Balaam, y ofrecieron Balac y Balaam un becerro y un carnero en cada altar.

Luego Balaam dijo a Balac:

—Ponte junto a tu holocausto, y yo iré; quizá Jehová salga a mi encuentro, y cualquier cosa que me muestre, te la haré saber.

Y se fue a un monte descubierto. Entonces vino Dios al encuentro de Balaam, y éste le dijo:

—Siete altares he ordenado, y en cada altar he ofrecido un becerro y un carnero.

Jehová puso una palabra en la boca de Balaam y le dijo:

—Vuelve donde está Balac y comunícale lo que yo te he dicho.

Volvió a él y lo halló junto a su holocausto, acompañado de todos los príncipes de Moab. Entonces Balaam pronunció esta profecía:

«De Aram me trajo Balac,
rey de Moab, desde los montes del oriente.
“¡Ven, maldíceme a Jacob;
ven, execra a Israel!”
¿Por qué maldeciré yo al que Dios no maldijo?
¿Por qué he de execrar al que Jehová no ha execrado?
Porque desde la cumbre de las peñas puedo verlo,
desde los collados puedo mirarlo;
es un pueblo que habita confiado
y no se cuenta entre las naciones.
10 ¿Quién contará el polvo de Jacob
o el número de la cuarta parte de Israel?
Que muera yo la muerte de los rectos
y mi fin sea como el suyo.»

11 Entonces Balac dijo a Balaam:

—¿Qué me has hecho? Te he traído para que maldigas a mis enemigos, y tú has proferido bendiciones.

12 Él respondió y dijo:

—¿No debo cuidarme de decir lo que Jehová ponga en mi boca?

13 Entonces dijo Balac:

—Te ruego que vengas conmigo a otro lugar desde el cual los veas, si no a todos, por lo menos a una parte de ellos, y desde allí me los maldecirás.

14 Y lo llevó al campo de Zofim, a la cumbre de Pisga. Allí edificó siete altares, y ofreció un becerro y un carnero en cada altar. 15 Entonces Balaam dijo a Balac:

«Ponte aquí, junto a tu holocausto, y yo iré a encontrar a Dios allí.»

16 Jehová salió al encuentro de Balaam, puso una palabra en su boca, y le dijo:

«Vuelve donde está Balac, y dile así.»

17 Volvió a él y lo halló junto a su holocausto, acompañado de los príncipes de Moab. Balac le preguntó:

«¿Qué ha dicho Jehová?»

18 Entonces Balaam pronunció esta profecía:

«Balac, levántate y oye;
escucha mis palabras, hijo de Zipor:
19 Dios no es hombre, para que mienta,
ni hijo de hombre para que se arrepienta.
¿Acaso dice y no hace?
¿Acaso promete y no cumple?
20 He recibido orden de bendecir;
él dio una bendición, y no podré revocarla.
21 No ha notado iniquidad en Jacob
ni ha visto perversidad en Israel.
Jehová, su Dios, está con él,
y ellos lo aclaman como rey.
22 Dios, que los ha sacado de Egipto,
tiene fuerzas como de búfalo.
23 Porque contra Jacob no vale agüero,
ni adivinación contra Israel.
Como ahora, será dicho de Jacob y de Israel:
¡Lo que ha hecho Dios!
24 Este pueblo, como león se levanta,
como león se yergue.
No se echará hasta que devore la presa
y beba la sangre de los muertos.»

25 Entonces Balac dijo a Balaam:

—Ya que no lo maldices, tampoco lo bendigas.

26 Balaam respondió y dijo a Balac:

—¿No te he dicho que todo lo que Jehová me diga, eso tengo que hacer?

27 Luego dijo Balac a Balaam:

—Te ruego que vengas, te llevaré a otro lugar. Quizás le parezca bien a Dios que desde allí me lo maldigas.

28 Y Balac llevó a Balaam a la cumbre de Peor, que mira hacia el desierto. 29 Entonces Balaam dijo a Balac:

—Edifícame aquí siete altares, y prepárame aquí siete becerros y siete carneros.

30 Balac hizo como Balaam le dijo, y ofreció un becerro y un carnero en cada altar.

Salmos 64-65

Plegaria pidiendo protección contra enemigos ocultos

Al músico principal. Salmo de David

64 Escucha, Dios, la voz de mi queja;
guarda mi vida del miedo al enemigo.
Escóndeme del plan secreto de los malignos,
de la conspiración de los malvados
que afilan como espada su lengua;
lanzan como una saeta suya la palabra amarga,
para disparar a escondidas contra el íntegro;
de repente le disparan, y no temen.
Obstinados en su perverso designio,
tratan de esconder los lazos,
y dicen: «¿Quién los ha de ver?»
Planean maldades,
hacen una investigación exacta;
el íntimo pensamiento de cada uno de ellos, así como su corazón, es profundo.

Pero Dios los herirá con saeta;
de repente llegarán sus plagas.
Sus propias lenguas los harán caer.
Se espantarán todos los que los vean.
Temerán entonces todos los hombres,
y anunciarán la obra de Dios,
y entenderán sus hechos.

10 Se alegrará el justo en Jehová
y confiará en él;
¡se gloriarán todos los rectos de corazón!

La generosidad de Dios en la naturaleza

Al músico principal. Salmo. Cántico de David

65 Tuya, Dios, es la alabanza en Sión,
y a ti se pagarán los votos.
Tú oyes la oración;
a ti vendrá toda carne.
Las iniquidades prevalecen contra mí,
pero tú perdonas nuestras rebeliones.
Bienaventurado el que tú escojas y atraigas a ti
para que habite en tus atrios.
Seremos saciados del bien de tu Casa,
de tu santo Templo.

Con tremendas cosas nos responderás tú en justicia,
Dios de nuestra salvación,
esperanza de todos los términos de la tierra
y de los más remotos confines del mar.
Tú, el que afirma los montes con su poder,
ceñido de valentía;
el que sosiega el estruendo de los mares,
el estruendo de sus olas,
y el alboroto de las naciones.
Por tanto, los habitantes de los confines de la tierra temen ante tus maravillas.
Tú haces alegrar las salidas de la mañana y de la tarde.

Visitas la tierra y la riegas;
en gran manera la enriqueces.
Con el río de Dios, lleno de aguas,
preparas el grano de ellos cuando así la dispones.
10 Haces que se empapen sus surcos,
haces correr el agua por sus canales,
la ablandas con lluvias,
bendices sus renuevos.
11 Tú coronas el año con tus bienes
y tus nubes destilan abundancia,
12 destilan sobre los pastizales del desierto
y los collados se ciñen de alegría.
13 Se visten de manadas los llanos
y los valles se cubren de grano;
¡dan voces de júbilo y aun cantan!

Isaías 13

Profecía contra Babilonia

13 Profecía sobre Babilonia, revelada a Isaías hijo de Amoz.

Levantad bandera sobre un alto monte.
Alzad la voz a ellos, alzad la mano,
para que entren por puertas de jefes.
Yo mandé a mis consagrados
y asimismo llamé a los valientes de mi ira,
a los que se alegran con mi gloria.

Estruendo de multitud en los montes,
como de mucho pueblo;
estruendo de ruido de reinos,
de naciones reunidas:
¡Jehová de los ejércitos pasa revista
a las tropas para la batalla!
Vienen de lejana tierra,
del extremo de los cielos,
Jehová y los instrumentos de su ira,
para destruir toda la tierra.
¡Aullad, porque cerca está el día de Jehová!
¡Vendrá como devastación del Todopoderoso!
Por tanto, toda mano se debilitará
y desfallecerá todo corazón humano.
Se llenarán de terror;
angustias y dolores se apoderarán de ellos;
tendrán dolores como de mujer de parto;
se asombrará cada cual al mirar a su compañero;
sus rostros son como llamaradas.

He aquí el día de Jehová viene:
día terrible, de indignación y ardor de ira,
para convertir la tierra en soledad
y raer de ella a sus pecadores.
10 Por lo cual las estrellas de los cielos y sus luceros
no darán su luz;
el sol se oscurecerá al nacer
y la luna no dará su resplandor.
11 Castigaré al mundo por su maldad
y a los impíos por su iniquidad;
haré que cese la arrogancia de los soberbios
y humillaré la altivez de los tiranos.
12 Haré más precioso que el oro fino al varón
y más que el oro de Ofir al ser humano.
13 Porque haré estremecer los cielos
y la tierra se moverá de su lugar
por la indignación de Jehová de los ejércitos,
en el día del ardor de su ira.
14 Como gacela perseguida,
como oveja sin pastor,
cada cual mirará hacia su pueblo,
cada uno huirá a su tierra.
15 Cualquiera que sea hallado será atravesado,
y cualquiera que por ellos sea tomado
caerá a espada.
16 Sus niños serán estrellados ante ellos mismos;
sus casas serán saqueadas
y violadas sus mujeres.

17 He aquí que yo despierto contra ellos a los medos,
que no se ocuparán de la plata
ni codiciarán oro.
18 Con sus arcos derribarán a los jóvenes;
no tendrán compasión del fruto del vientre
ni su ojo perdonará a los hijos.
19 Y Babilonia, hermosura de reinos,
gloria y orgullo de los caldeos,
será como Sodoma y Gomorra,
a las que trastornó Dios.
20 Nunca más será habitada,
ni se morará en ella de generación en generación;
no levantará allí su tienda el árabe
ni los pastores tendrán allí su majada,
21 sino que dormirán allí las fieras del desierto
y sus casas se llenarán de hurones;
allí habitarán los avestruces
y allí saltarán las cabras salvajes.
22 En sus palacios aullarán las hienas
y los chacales en sus casas de deleite.
Su tiempo está a punto de llegar;
no se prolongarán sus días.

1 Pedro 1

Salutación

Pedro, apóstol de Jesucristo, a los expatriados de la dispersión en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, elegidos según el previo conocimiento de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas.

Una esperanza viva

Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su gran misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarchitable, reservada en los cielos para vosotros, que sois guardados por el poder de Dios, mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo final.

Por lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que, sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro (el cual, aunque perecedero, se prueba con fuego), sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo. Vosotros, que lo amáis sin haberlo visto, creyendo en él aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso, obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas.

10 Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación, 11 escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo y las glorias que vendrían tras ellos. 12 A estos se les reveló que no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles.

Llamamiento a una vida santa

13 Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado. 14 Como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia, 15 sino, así como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir, 16 porque escrito está: «Sed santos, porque yo soy santo.»

17 Si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación, 18 pues ya sabéis que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir (la cual recibisteis de vuestros padres) no con cosas corruptibles, como oro o plata, 19 sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación. 20 Él estaba destinado desde antes de la fundación del mundo, pero ha sido manifestado en los últimos tiempos por amor de vosotros. 21 Por medio de él creéis en Dios, quien lo resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en Dios.

22 Al obedecer a la verdad, mediante el Espíritu, habéis purificado vuestras almas para el amor fraternal no fingido. Amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro, 23 pues habéis renacido, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre, 24 porque:

«Toda carne es como hierba
y toda la gloria del hombre como flor de la hierba;
la hierba se seca y la flor se cae,
25 mas la palabra del Señor permanece para siempre.»

Y ésta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada.

Reina-Valera 1995 (RVR1995)

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