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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Version
Levítico 19

Leyes de santidad y de justicia

19 Habló Jehová a Moisés y le dijo: «Habla a toda la congregación de los hijos de Israel y diles:

»Santos seréis, porque santo soy yo, Jehová, vuestro Dios.

»Cada uno temerá a su madre y a su padre.

»Mis sábados guardaréis. Yo, Jehová, vuestro Dios.

»No os volveréis a los ídolos, ni haréis para vosotros dioses de fundición. Yo, Jehová, vuestro Dios.

»Cuando ofrezcáis un sacrificio de ofrenda de paz a Jehová, ofrecedlo de tal manera que él os acepte. Será comido el día que lo ofrezcáis, o al día siguiente; y lo que quede para el tercer día, será quemado en el fuego. Si se come al tercer día, será abominación; no será aceptado, y el que lo coma cargará con su delito, por cuanto profanó lo santo de Jehová. La tal persona será eliminada de su pueblo.

»Cuando siegues la mies de tu tierra, no segarás hasta el último rincón de ella ni espigarás tu tierra segada. 10 No rebuscarás tu viña ni recogerás el fruto caído de tu viña; para el pobre y para el extranjero lo dejarás. Yo, Jehová, vuestro Dios.

11 »No robaréis, no mentiréis ni os engañaréis el uno al otro.

12 »No juraréis en falso por mi nombre, profanando así el nombre de tu Dios. Yo, Jehová.

13 »No oprimirás a tu prójimo ni le robarás.

»No retendrás el salario del jornalero en tu casa hasta la mañana siguiente.

14 »No maldecirás al sordo, ni delante del ciego pondrás tropiezo, sino que tendrás temor de tu Dios. Yo, Jehová.

15 »No cometerás injusticia en los juicios, ni favoreciendo al pobre ni complaciendo al grande: con justicia juzgarás a tu prójimo.

16 »No andarás chismeando entre tu pueblo.

»No atentarás contra la vida de tu prójimo. Yo, Jehová.

17 »No aborrecerás a tu hermano en tu corazón.

»Reprenderás a tu prójimo, para que no participes de su pecado.

18 »No te vengarás ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo, Jehová.

19 »Mis estatutos guardarás.

»No harás ayuntar tu ganado con animales de otra especie.

»Tu campo no sembrarás con mezcla de semillas.

»No te pondrás vestidos con mezcla de hilos.

20 »Si un hombre se acuesta con una sierva desposada con otro, que no ha sido rescatada ni ha recibido la libertad, ambos serán castigados, pero no morirán, por cuanto ella no es libre. 21 Él ofrecerá a Jehová, a la puerta del Tabernáculo de reunión, un carnero como expiación por su culpa. 22 Con el carnero de la expiación lo reconciliará el sacerdote delante de Jehová, por el pecado que cometió, y se le perdonará el pecado que ha cometido.

23 »Cuando entréis en la tierra y plantéis toda clase de árboles frutales, consideraréis como incircunciso lo primero de su fruto. Tres años os será como incircunciso: su fruto no se comerá. 24 Al cuarto año, todo su fruto será consagrado en alabanzas a Jehová. 25 Pero al quinto año comeréis de su fruto, para que os haga crecer su fruto. Yo, Jehová, vuestro Dios.

26 »No comeréis cosa alguna con sangre.

»No seréis agoreros ni adivinos.

27 »No haréis tonsura en vuestras cabezas ni dañaréis la punta de vuestra barba.

28 »No haréis incisiones en vuestro cuerpo por un muerto, ni imprimiréis en vosotros señal alguna. Yo, Jehová.

29 »No contaminarás a tu hija prostituyéndola, para que no se prostituya la tierra y se llene de maldad.

30 »Mis sábados guardaréis, y por mi santuario tendréis reverencia. Yo, Jehová.

31 »No os volváis a los encantadores ni a los adivinos; no los consultéis, contaminándoos con ellos. Yo, Jehová, vuestro Dios.

32 »Delante de las canas te levantarás y honrarás el rostro del anciano. De tu Dios tendrás temor. Yo, Jehová.

33 »Cuando el extranjero habite con vosotros en vuestra tierra, no lo oprimiréis. 34 Como a uno de vosotros trataréis al extranjero que habite entre vosotros, y lo amarás como a ti mismo, porque extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto. Yo, Jehová, vuestro Dios.

35 »No cometáis injusticia en los juicios, en medidas de tierra, ni en peso ni en otra medida. 36 Balanzas justas, pesas justas y medidas justas tendréis. Yo soy Jehová, vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto.

37 »Guardad, pues, todos mis estatutos y todas mis ordenanzas, y ponedlos por obra. Yo, Jehová.»

Salmos 23-24

Jehová es mi pastor

Salmo de David

23 Jehová es mi pastor, nada me faltará.
En lugares de delicados pastos me hará descansar;
junto a aguas de reposo me pastoreará.
Confortará mi alma.
Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.

Aunque ande en valle de sombra de muerte,
no temeré mal alguno,
porque tú estarás conmigo;
tu vara y tu cayado me infundirán aliento.

Aderezas mesa delante de mí
en presencia de mis angustiadores;
unges mi cabeza con aceite;
mi copa está rebosando.
Ciertamente, el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida,
y en la casa de Jehová moraré por largos días.

El rey de gloria

Salmo de David

24 De Jehová es la tierra y su plenitud,
el mundo y los que en él habitan,
porque él la fundó sobre los mares
y la afirmó sobre los ríos.

¿Quién subirá al monte de Jehová?
¿Y quién estará en su lugar santo?
El limpio de manos y puro de corazón;
el que no ha elevado su alma a cosas vanas
ni ha jurado con engaño.
Él recibirá bendición de Jehová
y justicia del Dios de salvación.
Tal es la generación de los que lo buscan,
de los que buscan tu rostro, Dios de Jacob. Selah

    ¡Alzad, puertas, vuestras cabezas!
    ¡Alzaos vosotras, puertas eternas,
    y entrará el Rey de gloria!
¿Quién es este Rey de gloria?
¡Jehová el fuerte y valiente,
Jehová el poderoso en batalla!
    ¡Alzad, puertas, vuestras cabezas!
    ¡Alzaos vosotras, puertas eternas,
    y entrará el Rey de gloria!
10 ¿Quién es este Rey de gloria?
¡Es Jehová de los ejércitos!
¡Él es el Rey de gloria! Selah

Eclesiastés 2

Dije yo en mi corazón: «Vamos ahora, te probaré con el placer: gozarás de lo bueno.» Pero he aquí, esto también era vanidad. A la risa dije: «Enloqueces»; y al placer: «¿De qué sirve esto?»

Decidí en mi corazón agasajar mi carne con vino y, sin renunciar mi corazón a la sabiduría, entregarme a la necedad, hasta ver cuál es el bien en el que los hijos de los hombres se ocupan debajo del cielo todos los días de su vida. Acometí grandes obras, me edifiqué casas, planté viñas para mí; me hice huertos y jardines, y planté en ellos toda clase de árboles frutales. Me hice estanques de aguas, para regar de ellos el bosque donde crecían los árboles. Compré siervos y siervas, y tuve siervos nacidos en casa. Tuve muchas más vacas y ovejas que cuantos fueron antes de mí en Jerusalén. Amontoné también plata y oro, y preciados tesoros dignos de reyes y de provincias. Me hice de cantores y cantoras, y de toda clase de instrumentos musicales, y gocé de los placeres de los hijos de los hombres.

Fui engrandecido y prosperé más que todos cuantos fueron antes de mí en Jerusalén. Además de esto, conservé conmigo mi sabiduría. 10 No negué a mis ojos ninguna cosa que desearan, ni privé a mi corazón de placer alguno, porque mi corazón se gozaba de todo lo que hacía. Ésta fue la recompensa de todas mis fatigas.

11 Miré luego todas las obras de mis manos y el trabajo que me tomé para hacerlas; y he aquí, todo es vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol.

12 Después volví a considerar la sabiduría, los desvaríos y la necedad; pues ¿qué podrá hacer el hombre que venga después de este rey? Nada, sino lo que ya ha sido hecho. 13 He visto que la sabiduría aventaja a la necedad, como la luz a las tinieblas.

14 El sabio tiene sus ojos abiertos,
mas el necio anda en tinieblas.

Pero también comprendí que lo mismo ha de acontecerle al uno como al otro.

15 Entonces dije en mi corazón: «Como sucederá al necio, me sucederá a mí. ¿Para qué, pues, me he esforzado hasta ahora por hacerme más sabio?» Y dije en mi corazón que también esto era vanidad. 16 Porque ni del sabio ni del necio habrá memoria para siempre; pues en los días venideros todo será olvidado, y lo mismo morirá el sabio que el necio.

17 Por tanto, aborrecí la vida, pues la obra que se hace debajo del sol me era fastidiosa, por cuanto todo es vanidad y aflicción de espíritu.

18 Asimismo aborrecí todo el trabajo que había hecho debajo del sol, y que habré de dejar a otro que vendrá después de mí. 19 Y ¿quién sabe si será sabio o necio el que se adueñe de todo el trabajo en que me afané y en el que ocupé mi sabiduría debajo del sol? Esto también es vanidad.

20 Volvió entonces a desilusionarse mi corazón de todo el trabajo en que me afané, y en el que había ocupado debajo del sol mi sabiduría. 21 ¡Que el hombre trabaje con sabiduría, con ciencia y rectitud, y que haya de dar sus bienes a otro que nunca trabajó en ello! También es esto vanidad y un gran mal.

22 Porque ¿qué obtiene el hombre de todo su trabajo y de la fatiga de su corazón con que se afana debajo del sol? 23 Porque todos sus días no son sino dolores, y sus trabajos molestias, pues ni aun de noche su corazón reposa. Esto también es vanidad.

24 No hay cosa mejor para el hombre que comer y beber, y gozar del fruto de su trabajo. He visto que esto también procede de la mano de Dios. 25 Porque, ¿quién comerá y quién se gozará sino uno mismo? 26 Porque al hombre que le agrada, Dios le da sabiduría, ciencia y gozo; pero al pecador le da el trabajo de recoger y amontonar, para dejárselo al que agrada a Dios. También esto es vanidad y aflicción de espíritu.

1 Timoteo 4

Predicción de la apostasía

Pero el Espíritu dice claramente que, en los últimos tiempos, algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios, de hipócritas y mentirosos, cuya conciencia está cauterizada. Estos prohibirán casarse y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participaran de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad, porque todo lo que Dios creó es bueno y nada es de desecharse, si se toma con acción de gracias, ya que por la palabra de Dios y por la oración es santificado.

Un buen ministro de Jesucristo

Si esto enseñas a los hermanos, serás buen ministro de Jesucristo, nutrido con las palabras de la fe y de la buena doctrina que has seguido. Desecha las fábulas profanas y de viejas. Ejercítate para la piedad, porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente y de la venidera. Palabra fiel es ésta y digna de ser recibida por todos: 10 que por esto mismo trabajamos y sufrimos oprobios, porque esperamos en el Dios viviente, que es el Salvador de todos los hombres, mayormente de los que creen.

11 Esto manda y enseña. 12 Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza. 13 Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza. 14 No descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante profecía con la imposición de las manos del presbiterio. 15 Ocúpate en estas cosas; permanece en ellas, para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos. 16 Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto te salvarás a ti mismo y a los que te escuchen.

Reina-Valera 1995 (RVR1995)

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