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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Version
Levítico 17

El santuario único

17 Habló Jehová a Moisés y le dijo: «Habla a Aarón, a sus hijos y a todos los hijos de Israel, y diles: Esto es lo que ha mandado Jehová:

»Cualquier hombre de la casa de Israel que degüelle un buey o un cordero o una cabra, en el campamento o fuera de él, y no lo lleve a la puerta del Tabernáculo de reunión para presentarlo como ofrenda a Jehová delante del tabernáculo de Jehová, será culpado de la sangre derramada. Tal hombre derramó sangre y será por tanto eliminado de su pueblo, a fin de que los hijos de Israel traigan sus sacrificios, los que sacrifican en medio del campo, que los traigan al sacerdote, ante Jehová, a la puerta del Tabernáculo de reunión, y así ofrezcan sus sacrificios de paz a Jehová. El sacerdote esparcirá la sangre sobre el altar de Jehová a la puerta del Tabernáculo de reunión, y quemará la grasa como olor grato a Jehová. Y nunca más sacrificarán sus sacrificios a los demonios, tras los cuales se han prostituido. Tendrán esto por estatuto perpetuo para sus generaciones.

»Les dirás también: Cualquier hombre de la casa de Israel, o de los extranjeros que habitan entre vosotros, que ofrezca holocausto o sacrificio y no lo traiga a la puerta del Tabernáculo de reunión para ofrecerlo a Jehová, tal hombre será igualmente eliminado de su pueblo.

Prohibición de comer sangre

10 »Si cualquier hombre de la casa de Israel, o de los extranjeros que habitan entre ellos, come alguna sangre, yo pondré mi rostro contra la persona que coma sangre, y la eliminaré de su pueblo, 11 porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas, pues la misma sangre es la que hace expiación por la persona.

12 »Por tanto, he dicho a los hijos de Israel: “Ninguna persona de vosotros comerá sangre, ni el extranjero que habita entre vosotros comerá sangre.” 13 Cualquier hombre de los hijos de Israel, o de los extranjeros que habitan entre ellos, que cace un animal o un ave que sea de comer, derramará su sangre y la cubrirá con tierra, 14 porque la vida de toda carne es su sangre. Por eso he dicho a los hijos de Israel: “No comeréis la sangre de ninguna carne, porque la vida de toda carne es su sangre, y cualquiera que la coma será eliminado.”

15 »Cualquier persona, tanto de los naturales como de los extranjeros, que coma de un animal muerto o despedazado por una fiera, lavará sus vestidos y se lavará a sí misma con agua, y será impura hasta la noche: entonces quedará limpia. 16 Y si no los lava ni lava su cuerpo, cargará con su pecado.»

Salmos 20-21

Oración pidiendo la victoria

Al músico principal. Salmo de David

20 Jehová te escuche en el día de conflicto;
el nombre del Dios de Jacob te defienda.
Te envíe ayuda desde el santuario
y desde Sión te sostenga.
Traiga a la memoria todas tus ofrendas
y acepte tu holocausto. Selah
Te dé conforme al deseo de tu corazón
y cumpla todos tus planes.
Nosotros nos alegraremos en tu salvación
y alzaremos bandera en el nombre de nuestro Dios.
Conceda Jehová todas tus peticiones.

Ahora conozco que Jehová salva a su ungido;
lo atenderá desde sus santos cielos
con la potencia salvadora de su diestra.
Estos confían en carros, y aquellos en caballos;
mas nosotros del nombre de Jehová, nuestro Dios, haremos memoria.
Ellos flaquean y caen,
mas nosotros nos levantamos y resistimos a pie firme.

Salva, Jehová;
que el Rey nos oiga en el día que lo invoquemos.

Alabanza por haber sido librado del enemigo

Al músico principal. Salmo de David

21 El rey se alegra en tu poder, Jehová;
y en tu salvación, ¡cómo se goza!
Le has concedido el deseo de su corazón
y no le negaste la petición de sus labios, Selah
porque le has salido al encuentro con bendiciones de bien;
corona de oro fino has puesto sobre su cabeza.
Vida te demandó y se la diste;
largura de días eternamente y para siempre.
Grande es su gloria por tu salvación;
honra y majestad has puesto sobre él.
Lo has bendecido para siempre;
lo llenaste de alegría con tu presencia.
Por cuanto el rey confía en Jehová,
y por la misericordia del Altísimo, no será conmovido.

Alcanzará tu mano a todos tus enemigos;
tu diestra alcanzará a los que te aborrecen.
Los pondrás como horno de fuego
en el tiempo de tu ira;
Jehová los deshará en su ira
y el fuego los consumirá.
10 Su fruto destruirás de la tierra
y su descendencia de entre los hijos de los hombres,
11 porque intentaron el mal contra ti,
fraguaron maquinaciones, pero no prevalecerán,
12 pues tú los pondrás en fuga;
en tus cuerdas dispondrás saetas contra sus rostros.

13 ¡Engrandécete, Jehová, en tu poder!
¡Cantaremos y alabaremos tu poderío!

Proverbios 31

31 Palabras del rey Lemuel: profecía con que lo instruyó su madre.

«¿Qué decirte, hijo mío, hijo de mi vientre!
¿Qué decirte, hijo de mis anhelos!

No des tu fuerza a las mujeres,
ni tus caminos a las que destruyen a los reyes.

»No es digno de reyes, Lemuel,
no es digno de reyes beber vino,
ni de príncipes darse a la sidra;
pues quizá bebiendo olviden la Ley
y perviertan el derecho de todos los afligidos.
Dad la sidra al desfallecido
y el vino al de ánimo amargado:
que beban, que se olviden de su necesidad
y no se acuerden más de su miseria.

Abre tu boca en favor del mudo
en el juicio de todos los desvalidos.
Abre tu boca, juzga con justicia
y defiende la causa del pobre y del menesteroso.

10 »Mujer virtuosa, ¿quién la hallará?
Su valor sobrepasa largamente al de las piedras preciosas.
11 El corazón de su marido confía en ella
y no carecerá de ganancias.
12 De ella recibe el bien y no el mal
todos los días de su vida.
13 Ella busca la lana y el lino,
y trabaja gustosamente con sus manos.
14 Es como la nave del mercader,
que trae su pan desde lejos.
15 Siendo aún de noche, se levanta
para dar la comida a su familia
y la ración a sus criadas.
16 Considera la heredad y la compra,
y con sus propias manos planta una viña.
17 Se ciñe firmemente la cintura
y esfuerza sus brazos.
18 Ve que van bien sus negocios;
su lámpara no se apaga de noche.
19 Aplica sus manos a la rueca
y sus dedos manejan el huso.
20 Alarga su mano al pobre;
extiende sus manos al menesteroso.
21 No teme por su familia cuando nieva,
porque toda su familia va vestida de ropas abrigadas.
22 Ella se teje los tapices,
y de lino fino y de púrpura es su vestido.
23 Su marido es conocido en las puertas de la ciudad,
cuando se sienta con los ancianos del país.
24 Teje telas y las vende,
y provee de cintas al mercader.
25 Fuerza y honor son su vestidura,
y se ríe de lo por venir.
26 Abre su boca con sabiduría
y la ley de la clemencia está en su lengua.
27 Considera la marcha de su casa
y no come el pan de balde.
28 Sus hijos se levantan y la llaman bienaventurada,
y su marido también la alaba:
29 “¡Muchas mujeres han hecho el bien,
pero tú las sobrepasas a todas!”
30 Engañosa es la gracia y vana la hermosura,
pero la mujer que teme a Jehová, ésa será alabada.
31 ¡Ofrecedle del fruto de sus manos,
y que en las puertas de la ciudad la alaben sus hechos!»

1 Timoteo 2

Instrucciones sobre la oración

Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias por todos los hombres, por los reyes y por todos los que tienen autoridad, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. Esto es bueno y agradable delante de Dios, nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad, pues hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres: Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo. Para esto yo fui constituido predicador, apóstol y maestro de los gentiles en fe y verdad. Digo la verdad en Cristo, no miento.

Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda. Asimismo, que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia: no con peinado ostentoso, ni oro ni perlas ni vestidos costosos, 10 sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que practican la piedad. 11 La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción. 12 No permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio, 13 pues Adán fue formado primero, después Eva; 14 y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión. 15 Pero se salvará engendrando hijos, si permanece en fe, amor y santificación, con modestia.

Reina-Valera 1995 (RVR1995)

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