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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Version
Génesis 40

José, intérprete de sueños

40 Aconteció después de estas cosas, que el copero y el panadero del rey de Egipto delinquieron contra su señor, el rey de Egipto. Y se enojó el faraón contra sus dos oficiales, el jefe de los coperos y el jefe de los panaderos, y los puso en prisión en la casa del capitán de la guardia, en la cárcel donde José estaba preso. El capitán de la guardia encargó de ellos a José, para que los sirviera; y estuvieron durante un tiempo en la prisión.

Sucedió que ambos, el copero y el panadero del rey de Egipto, que estaban arrestados en la prisión, tuvieron un sueño en la misma noche, cada uno su propio sueño, cada uno con su propio significado. Vino a ellos José por la mañana y vio que estaban tristes. Entonces preguntó a aquellos oficiales del faraón que estaban con él en la prisión de la casa de su señor:

—¿Por qué tienen hoy mal aspecto vuestros semblantes?

Ellos le dijeron:

—Hemos tenido un sueño y no hay quien lo interprete.

José les dijo:

—¿No son de Dios las interpretaciones? Contádmelo ahora.

Entonces el jefe de los coperos contó su sueño a José, y le dijo:

—Yo soñaba que veía una vid delante de mí 10 y en la vid, tres sarmientos; y ella echaba brotes, florecía y maduraban sus racimos de uvas. 11 Y que la copa del faraón estaba en mi mano, y tomando yo las uvas las exprimía en la copa del faraón, y ponía la copa en la mano del faraón.

12 José le dijo:

—Ésta es su interpretación: los tres sarmientos son tres días. 13 Al cabo de tres días levantará el faraón tu cabeza, te restituirá a tu puesto y darás la copa al faraón en su mano, como solías hacer cuando eras su copero. 14 Acuérdate, pues, de mí cuando te vaya bien; te ruego que tengas misericordia y hagas mención de mí al faraón, y que me saques de esta casa, 15 porque fui raptado de la tierra de los hebreos y nada he hecho aquí para que me pusieran en la cárcel.

16 Viendo el jefe de los panaderos que aquella interpretación había sido para bien, dijo a José:

—También yo soñé que veía tres canastillos blancos sobre mi cabeza. 17 En el canastillo más alto había toda clase de manjares de pastelería para el faraón, y las aves los comían del canastillo de sobre mi cabeza.

18 Entonces respondió José, y dijo:

—Ésta es su interpretación: Los tres canastillos son tres días. 19 Al cabo de tres días quitará el faraón tu cabeza de sobre ti. Te hará colgar en la horca, y las aves comerán la carne que te cubre.

20 Al tercer día, que era el día del cumpleaños del faraón, el rey ofreció un banquete a todos sus sirvientes; y alzó la cabeza del jefe de los coperos y la cabeza del jefe de los panaderos en presencia de sus servidores. 21 Hizo volver a su oficio al jefe de los coperos, y volvió éste a poner la copa en la mano del faraón. 22 Pero hizo ahorcar al jefe de los panaderos, como José lo había interpretado. 23 Sin embargo, el jefe de los coperos no se acordó de José, sino que lo olvidó.

Marcos 10

Jesús enseña sobre el divorcio(A)

10 Levantándose de allí, vino a la región de Judea y al otro lado del Jordán. Y volvió el pueblo a juntarse a él, y de nuevo les enseñaba como solía. Se acercaron los fariseos y le preguntaron, para tentarlo, si era lícito al marido repudiar a su mujer. Él, respondiendo, les dijo:

—¿Qué os mandó Moisés?

Ellos dijeron:

—Moisés permitió dar carta de divorcio y repudiarla.

Respondiendo Jesús, les dijo:

—Por la dureza de vuestro corazón os escribió este mandamiento; pero al principio de la creación, hombre y mujer los hizo Dios. Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne; así que no son ya más dos, sino uno. Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.

10 En casa volvieron los discípulos a preguntarle sobre lo mismo, 11 y les dijo:

—Cualquiera que repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra ella; 12 y si la mujer repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio.

Jesús bendice a los niños(B)

13 Le presentaban niños para que los tocara, pero los discípulos reprendían a los que los presentaban. 14 Viéndolo Jesús, se indignó y les dijo:

—Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis, porque de los tales es el reino de Dios. 15 De cierto os digo que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él.

16 Y tomándolos en los brazos, ponía las manos sobre ellos y los bendecía.

El joven rico(C)

17 Al salir él para seguir su camino, llegó uno corriendo y, arrodillándose delante de él, le preguntó:

—Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?

18 Jesús le dijo:

—¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, sino sólo uno, Dios. 19 Los mandamientos sabes: “No adulteres. No mates. No hurtes. No digas falso testimonio. No defraudes. Honra a tu padre y a tu madre.” 20 Él entonces, respondiendo, le dijo:

—Maestro, todo esto lo he guardado desde mi juventud. 21 Entonces Jesús, mirándolo, lo amó y le dijo:

—Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz.

22 Pero él, afligido por esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.

23 Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos:

—¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas!

24 Los discípulos se asombraron de sus palabras; pero Jesús, respondiendo, volvió a decirles:

—Hijos, ¡cuán difícil les es entrar en el reino de Dios a los que confían en las riquezas! 25 Más fácil es pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios.

26 Ellos se asombraban aun más, diciendo entre sí:

—¿Quién, pues, podrá ser salvo?

27 Entonces Jesús, mirándolos, dijo:

—Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque todas las cosas son posibles para Dios.

28 Entonces Pedro comenzó a decirle:

—Nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido.

29 Respondió Jesús y dijo:

—De cierto os digo que no hay nadie que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí y del evangelio, 30 que no reciba cien veces más ahora en este tiempo: casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y tierras, aunque con persecuciones, y en el siglo venidero la vida eterna. 31 Pero muchos primeros serán los últimos, y los últimos, primeros.

Nuevamente Jesús anuncia su muerte(D)

32 Iban por el camino subiendo a Jerusalén. Jesús iba delante, y ellos, asombrados, lo seguían con miedo. Entonces, volviendo a tomar a los doce aparte, les comenzó a decir las cosas que le habían de acontecer:

33 —Ahora subimos a Jerusalén, y el Hijo del hombre será entregado a los principales sacerdotes y a los escribas. Lo condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles. 34 Se burlarán de él, lo azotarán, lo escupirán y lo matarán; pero al tercer día resucitará.

Petición de Santiago y de Juan(E)

35 Entonces Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, se le acercaron y le dijeron:

—Maestro, queremos que nos concedas lo que vamos a pedirte.

36 Él les preguntó:

—¿Qué queréis que os haga?

37 Ellos le contestaron:

—Concédenos que en tu gloria nos sentemos el uno a tu derecha y el otro a tu izquierda.

38 Entonces Jesús les dijo:

—No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber del vaso que yo bebo, o ser bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado?

39 Ellos respondieron:

—Podemos.

Jesús les dijo:

—A la verdad, del vaso que yo bebo beberéis, y con el bautismo con que yo soy bautizado seréis bautizados; 40 pero el sentaros a mi derecha y a mi izquierda no es mío darlo, sino a aquellos para quienes está preparado.

41 Cuando lo oyeron los diez, comenzaron a enojarse contra Jacobo y contra Juan. 42 Pero Jesús, llamándolos, les dijo:

—Sabéis que los que son tenidos por gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y sus grandes ejercen sobre ellas potestad. 43 Pero no será así entre vosotros, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros, será vuestro servidor; 44 y el que de vosotros quiera ser el primero, será siervo de todos, 45 porque el Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por todos.

El ciego Bartimeo recibe la vista(F)

46 Entonces vinieron a Jericó; y al salir de Jericó él, sus discípulos y una gran multitud, Bartimeo, el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino, mendigando. 47 Al oír que era Jesús nazareno, comenzó a gritar:

—¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!

48 Y muchos lo reprendían para que callara, pero él clamaba mucho más:

—¡Hijo de David, ten misericordia de mí!

49 Entonces Jesús, deteniéndose, mandó llamarlo; y llamaron al ciego, diciéndole:

—Ten confianza; levántate, te llama.

50 Él entonces, arrojando su capa, se levantó y vino a Jesús. 51 Jesús le preguntó:

—¿Qué quieres que te haga?

El ciego le dijo:

—Maestro, que recobre la vista.

52 Jesús le dijo:

—Vete, tu fe te ha salvado.

Al instante recobró la vista, y seguía a Jesús por el camino.

Job 6

Job reprocha la actitud de sus amigos

Respondió entonces Job y dijo:

«¡Ojalá pudieran pesarse mi queja y mi tormento,
y fueran igualmente puestos en la balanza!
Pesarían ahora más que la arena del mar.
Por eso mis palabras han sido precipitadas,
porque se me han clavado las flechas del Todopoderoso,
su veneno lo ha bebido mi espíritu
y los terrores de Dios combaten contra mí.
¿Acaso gime el asno montés si está junto a la hierba?
¿Acaso muge el buey cuando está junto a su pasto?
¿Acaso se come sin sal lo desabrido
o tiene sabor la clara del huevo?
Las cosas que yo ni siquiera quería tocar
son ahora mi alimento.

»¡Quién me concediera que se cumpliese mi petición,
que Dios me otorgara lo que anhelo:
que agradara a Dios destruirme,
que soltara su mano y acabara conmigo!
10 Sería entonces mi consuelo,
cuando el dolor me asaltara sin tregua,
no haber renegado de las palabras del Santo.
11 ¿Cuál es mi fuerza para seguir esperando?
¿Cuál es mi fin para seguir teniendo paciencia?
12 ¿Soy acaso tan fuerte como las piedras?
¿Es mi carne como el bronce?
13 ¿No es cierto que ni aun a mí mismo me puedo valer
y que carezco de todo auxilio?
14 El que sufre es consolado por su compañero,
incluso aquel que abandona el temor del Omnipotente.
15 Pero mis hermanos me han traicionado;
han pasado como un torrente,
como las corrientes impetuosas
16 que bajan turbias por el deshielo
y mezcladas con la nieve,
17 que al tiempo del calor se secan,
y al calentarse desaparecen en su cauce.
18 Los caminantes se apartan de su rumbo
y se pierden en el desierto.
19 Las buscan las caravanas de Temán,
y los caminantes de Sabá esperan en ellas;
20 pero se frustra su esperanza
al venir hasta ellas y verse defraudados.
21 Ahora, ciertamente como ellas sois vosotros,
pues habéis visto el horror y tenéis miedo.
22 ¿Es que yo os he dicho: “Traedme algo,
y pagad por mí de vuestra hacienda”,
23 o “Libradme de manos del opresor,
y redimidme del poder de los violentos”?

24 »Instruidme, y yo callaré;
hacedme entender en qué he errado.
25 ¡Cuán provechosas son las palabras rectas!
Pero ¿qué reprocha vuestra censura?
26 ¿Pretendéis censurar las palabras
y los discursos de un desesperado, que son como el viento?
27 Vosotros os arrojáis sobre el huérfano
y caváis una fosa para vuestro amigo.

28 »Ahora, pues, si queréis, miradme,
y ved si estoy mintiendo ante vosotros.
29 Consideradlo ahora de nuevo, y no haya maldad;
volved a considerar mi justicia en esto.
30 ¿Es que hay iniquidad en mi lengua,
o acaso no puede mi paladar discernir lo malo?

Romanos 10

10 Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios es por la salvación de Israel, porque yo soy testigo de que tienen celo por Dios, pero no conforme al verdadero conocimiento. Ignorando la justicia de Dios y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios, pues el fin de la Ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree.

Moisés escribe así de la justicia que es por la Ley: «El hombre que haga estas cosas vivirá por ellas.» Pero de la justicia que es por la fe, dice así: «No digas en tu corazón: “¿Quién subirá al cielo?” (Esto es, para traer abajo a Cristo.) Ni digas, “¿quién descenderá al abismo?” (Esto es, para hacer subir a Cristo de entre los muertos.)» Pero ¿qué dice?: «Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón.» Ésta es la palabra de fe que predicamos: Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo, 10 porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.

11 La Escritura dice: «Todo aquel que en él cree, no será defraudado», 12 porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que lo invocan; 13 ya que todo aquel que invoque el nombre del Señor, será salvo.

14 ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? 15 ¿Y cómo predicarán si no son enviados? Como está escrito: «¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!»

16 Pero no todos obedecieron al evangelio, pues Isaías dice: «Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio?» 17 Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.

18 Pero yo pregunto: ¿Acaso no han oído? Antes, bien,

«Por toda la tierra ha salido la voz de ellos
y hasta los fines de la tierra sus palabras.»

19 También pregunto: ¿No ha conocido esto Israel? Primeramente Moisés dice:

«Yo os provocaré a celos con un pueblo que no es pueblo;
con pueblo insensato os provocaré a ira.»

20 E Isaías dice resueltamente:

«Fui hallado por los que no me buscaban;
me manifesté a los que no preguntaban por mí.»

21 Pero acerca de Israel dice: «Todo el día extendí mis manos a un pueblo desobediente y rebelde.»

Reina-Valera 1995 (RVR1995)

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