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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Version
1 Samuel 10

10 Tomó entonces Samuel una redoma de aceite, la derramó sobre su cabeza, lo besó, y le dijo:

—¿No te ha ungido Jehová por príncipe sobre su pueblo Israel? Hoy, después que te hayas apartado de mí, hallarás dos hombres junto al sepulcro de Raquel, en Selsa, en el territorio de Benjamín, los cuales te dirán: “Las asnas que habías ido a buscar se han hallado; tu padre ha dejado ya de inquietarse por las asnas, y está afligido por vosotros, y dice: ‘¿Qué haré acerca de mi hijo?’” Más adelante, cuando llegues a la encina de Tabor, te saldrán al encuentro tres hombres que suben a Dios, en Bet-el, llevando uno tres cabritos, otro tres tortas de pan y el tercero una vasija de vino. Luego que te hayan saludado, te darán dos panes, que tú tomarás de su mano. Después de esto llegarás al collado de Dios, donde está la guarnición de los filisteos; y cuando entres en la ciudad encontrarás una compañía de profetas que descienden del lugar alto, precedidos de salterio, pandero, flauta y arpa, y ellos profetizando. Entonces el espíritu de Jehová vendrá sobre ti con poder y profetizarás con ellos, y serás mudado en otro hombre. Cuando se te hayan cumplido estas señales, haz lo que te parezca bien, porque Dios está contigo. Luego bajarás delante de mí a Gilgal; entonces descenderé yo junto a ti para ofrecer holocaustos y sacrificar ofrendas de paz. Espera siete días, hasta que yo vaya a tu encuentro y te enseñe lo que has de hacer.

Aconteció luego, que apenas volvió él la espalda para apartarse de Samuel, le mudó Dios el corazón; y todas estas señales acontecieron en aquel día. 10 Cuando llegaron allá al collado, la compañía de los profetas les salió al encuentro. Entonces el espíritu de Dios vino sobre él con poder, y profetizó entre ellos. 11 Todos los que lo conocían de antes, al verlo que profetizaba con los profetas, se decían unos a otros: «¿Qué le ha sucedido al hijo de Cis? ¿Saúl también está entre los profetas?»

12 Y alguno de allí preguntó:

«¿Y quién es el padre de estos?»

Por esta causa se hizo proverbio: «¿También Saúl entre los profetas?»

13 Cuando cesó de profetizar, llegó al lugar alto. 14 Un tío de Saúl dijo a él y a su criado:

—¿A dónde fuisteis?

Él respondió:

—A buscar las asnas; y como vimos que no aparecían, acudimos a Samuel.

15 Dijo el tío de Saúl:

—Te ruego que me cuentes qué os dijo Samuel.

16 Saúl respondió a su tío:

—Nos declaró expresamente que las asnas habían sido halladas.

Pero del asunto del reino, de que Samuel le había hablado, no le contó nada.

17 Después Samuel convocó al pueblo delante de Jehová en Mizpa, 18 y dijo a los hijos de Israel:

«Así ha dicho Jehová, el Dios de Israel: Yo saqué a Israel de Egipto, y os libré de manos de los egipcios y de manos de todos los reinos que os afligieron. 19 Pero vosotros habéis desechado hoy a vuestro Dios, que os guarda de todas vuestras aflicciones y angustias, y habéis dicho: “No, tú nos darás un rey”. Ahora, pues, presentaos delante de Jehová por vuestras tribus y familias.»

20 Samuel hizo acercarse a todas las tribus de Israel, y fue designada la tribu de Benjamín. 21 Hizo que se acercara la tribu de Benjamín por familias, y fue designada la familia de Matri; y de ella fue tomado Saúl hijo de Cis. Lo buscaron, pero no fue hallado. 22 Preguntaron, pues, otra vez a Jehová si aún no había concurrido allí aquel hombre. Y respondió Jehová: «Está ahí, escondido entre el bagaje.» 23 Entonces corrieron, lo sacaron de allí y, puesto en medio del pueblo, sobresalía por encima de todos de los hombros para arriba. 24 Samuel dijo a todo el pueblo:

—¿Habéis visto al elegido de Jehová? No hay nadie como él en todo el pueblo.

Entonces el pueblo gritó con alegría:

—¡Viva el rey!

25 Samuel expuso luego al pueblo las leyes del reino, y las escribió en un libro, el cual guardó delante de Jehová. 26 Y envió Samuel a todo el pueblo cada uno a su casa. Saúl también se fue a su casa en Gabaa, y lo acompañaron los hombres de guerra cuyos corazones Dios había tocado. 27 Pero algunos perversos dijeron: «¿Cómo nos ha de salvar éste?» Lo despreciaron y no le llevaron presentes; pero él disimuló.

Romanos 8

Vida en el Espíritu

Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu, porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. Lo que era imposible para la Ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado, y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne, para que la justicia de la Ley se cumpliera en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.

Los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. El ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz, por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios, porque no se sujetan a la Ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.

Pero vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios está en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él. 10 Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, pero el espíritu vive a causa de la justicia. 11 Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús está en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que está en vosotros.

12 Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne, 13 porque si vivís conforme a la carne, moriréis; pero si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.

14 Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, son hijos de Dios, 15 pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el Espíritu de adopción, por el cual clamamos: «¡Abba, Padre!» 16 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. 17 Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.

18 Tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse, 19 porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios. 20 La creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza. 21 Por tanto, también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. 22 Sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora. 23 Y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo, 24 porque en esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; ya que lo que alguno ve, ¿para qué esperarlo? 25 Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos.

26 De igual manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad, pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. 27 Pero el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.

Más que vencedores

28 Sabemos, además, que a los que aman a Dios, todas las cosas los ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. 29 A los que antes conoció, también los predestinó para que fueran hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. 30 Y a los que predestinó, a estos también llamó; y a los que llamó, a estos también justificó; y a los que justificó, a estos también glorificó.

31 ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? 32 El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? 33 ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. 34 ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. 35 ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, angustia, persecución, hambre, desnudez, peligro o espada? 36 Como está escrito:

«Por causa de ti somos muertos todo el tiempo;
somos contados como ovejas de matadero.»

37 Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.

38 Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte ni la vida, ni ángeles ni principados ni potestades, ni lo presente ni lo por venir, 39 ni lo alto ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús, Señor nuestro.

Jeremías 47

Profecía sobre los filisteos

47 Palabra de Jehová que vino al profeta Jeremías acerca de los filisteos, antes que el faraón destruyera Gaza.

Así ha dicho Jehová:
«Suben aguas del norte
y se harán un torrente;
inundarán la tierra y lo que la llena,
la ciudad y a los que moran en ella.
Los hombres clamarán, y lamentará todo morador de la tierra,
por el estrépito de los cascos de sus caballos,
por el retumbar de sus carros,
por el estruendo de sus ruedas.
Los padres no cuidan de los hijos,
porque sus manos están sin fuerzas.
Ha llegado el día de destruir a todos los filisteos,
de destruir a todo aliado que todavía les quede a Tiro y a Sidón.
Porque Jehová destruirá a los filisteos,
al resto de la costa de Caftor.
Gaza se rapó la cabeza,
Ascalón ha perecido,
y el resto de su valle;
¿cuándo dejarás de sajarte?
Espada de Jehová,
¿cuándo vas a descansar?
¡Vuelve a tu vaina,
reposa y sosiégate!
Pero ¿cómo reposarás,
si Jehová te ha enviado contra Ascalón
y contra la costa del mar?
Allí te ha destinado.»

Salmos 23-24

Jehová es mi pastor

Salmo de David

23 Jehová es mi pastor, nada me faltará.
En lugares de delicados pastos me hará descansar;
junto a aguas de reposo me pastoreará.
Confortará mi alma.
Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.

Aunque ande en valle de sombra de muerte,
no temeré mal alguno,
porque tú estarás conmigo;
tu vara y tu cayado me infundirán aliento.

Aderezas mesa delante de mí
en presencia de mis angustiadores;
unges mi cabeza con aceite;
mi copa está rebosando.
Ciertamente, el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida,
y en la casa de Jehová moraré por largos días.

El rey de gloria

Salmo de David

24 De Jehová es la tierra y su plenitud,
el mundo y los que en él habitan,
porque él la fundó sobre los mares
y la afirmó sobre los ríos.

¿Quién subirá al monte de Jehová?
¿Y quién estará en su lugar santo?
El limpio de manos y puro de corazón;
el que no ha elevado su alma a cosas vanas
ni ha jurado con engaño.
Él recibirá bendición de Jehová
y justicia del Dios de salvación.
Tal es la generación de los que lo buscan,
de los que buscan tu rostro, Dios de Jacob. Selah

    ¡Alzad, puertas, vuestras cabezas!
    ¡Alzaos vosotras, puertas eternas,
    y entrará el Rey de gloria!
¿Quién es este Rey de gloria?
¡Jehová el fuerte y valiente,
Jehová el poderoso en batalla!
    ¡Alzad, puertas, vuestras cabezas!
    ¡Alzaos vosotras, puertas eternas,
    y entrará el Rey de gloria!
10 ¿Quién es este Rey de gloria?
¡Es Jehová de los ejércitos!
¡Él es el Rey de gloria! Selah

Reina-Valera 1995 (RVR1995)

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