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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version
Éxodo 11:1-12:21

Anuncio de la décima plaga

11 El SEÑOR dijo a Moisés:

—Traeré una sola plaga más sobre el faraón y sobre Egipto. Después de esto, él los dejará ir de aquí. Cuando los deje ir, él los echará de aquí por completo. Habla, pues, al pueblo para que cada hombre pida a su vecino, y cada mujer a su vecina, objetos de plata y de oro.

El SEÑOR dio gracia al pueblo ante los ojos de los egipcios. El mismo Moisés era considerado como un gran hombre en la tierra de Egipto, tanto a los ojos de los servidores del faraón, como a los ojos del pueblo.

Entonces dijo Moisés:

—Así ha dicho el SEÑOR: “Como a la medianoche yo pasaré por en medio de Egipto. Y todo primogénito en la tierra de Egipto morirá, desde el primogénito del faraón que se sienta en su trono, hasta el primogénito de la sierva que está detrás del molino, y todo primogénito del ganado. Habrá un gran clamor en toda la tierra de Egipto, como nunca lo hubo ni lo habrá. Pero entre todos los hijos de Israel ni un perro les ladrará ni a los hombres ni a los animales, para que sepan que el SEÑOR hace distinción entre los egipcios y los israelitas”. Entonces vendrán a mí todos estos tus servidores, y postrados delante de mí dirán: “Sal tú, y todo el pueblo que te sigue”. Y después de esto, yo saldré.

Salió muy enojado de la presencia del faraón. Y el SEÑOR dijo a Moisés:

—Faraón no los escuchará, para que mis maravillas se multipliquen en la tierra de Egipto.

10 Moisés y Aarón hicieron todos estos prodigios delante del faraón. Pero el SEÑOR endureció el corazón del faraón, y este no dejó ir de su tierra a los hijos de Israel.

La Pascua de liberación

12 El SEÑOR habló a Moisés y a Aarón en la tierra de Egipto, diciendo:

—Este mes será para ustedes el principio de los meses; será para ustedes el primero[a] de los meses del año. Hablen a toda la congregación de Israel, diciendo que el diez de este mes cada uno tome para sí un cordero en cada casa paterna, un cordero por familia. Si la familia es demasiado pequeña como para comer el cordero, entonces lo compartirán él y su vecino de la casa inmediata, de acuerdo con el número de las personas. Según la cantidad que ha de comer cada uno, repartirán el cordero. El cordero será sin defecto, macho de un año; tomarán un cordero o un cabrito. Lo habrán de guardar hasta el día catorce de este mes, cuando lo degollará toda la congregación del pueblo de Israel al atardecer. Tomarán parte de la sangre y la pondrán en los dos postes y en el dintel de las puertas de las casas en donde lo han de comer. Aquella misma noche comerán la carne, asada al fuego. La comerán con panes sin levadura y con hierbas amargas. No comerán del cordero nada crudo ni cocido en agua; sino asado al fuego, con su cabeza, sus piernas y sus entrañas. 10 Nada dejarán de él hasta la mañana. Lo que quede hasta la mañana habrán de quemarlo en el fuego. 11 Así lo habrán de comer: con sus cintos ceñidos, puestas las sandalias en sus pies y con su bastón en la mano. Lo comerán apresuradamente; es la Pascua del SEÑOR.

12 »La misma noche yo pasaré por la tierra de Egipto y heriré de muerte a todo primogénito en la tierra de Egipto, tanto de los hombres como del ganado. Así ejecutaré actos justicieros contra todos los dioses de Egipto. Yo, el SEÑOR.

13 »La sangre les servirá de señal en las casas donde estén. Yo veré la sangre y en cuanto a ustedes pasaré de largo y cuando castigue la tierra de Egipto, no habrá en ustedes ninguna plaga para destruirlos.

14 »Habrán de conmemorar este día. Lo habrán de celebrar como fiesta al SEÑOR a través de sus generaciones. Lo celebrarán como estatuto perpetuo. 15 Siete días comerán panes sin levadura. El primer día quitarán de sus casas la levadura, porque cualquiera que coma algo con levadura desde el primer día hasta el séptimo, esa persona será excluida de Israel.

16 »El primer día habrá asamblea sagrada. También en el séptimo día habrá asamblea sagrada. Ningún trabajo harán en ellos, excepto la preparación de lo que cada uno haya de comer. Solo eso podrán hacer. 17 Guardarán la fiesta de los Panes sin levadura, porque en este mismo día habré sacado sus ejércitos de la tierra de Egipto. Por tanto, guardarán este día como estatuto perpetuo a través de sus generaciones.

18 »Comerán los panes sin levadura en el mes primero, desde el día catorce del mes al atardecer, hasta el día veintiuno del mes al atardecer. 19 Durante siete días no se hallará en sus casas nada que tenga levadura. Cualquiera que coma algo con levadura, sea forastero o natural de la tierra, esa persona será excluida de la congregación de Israel. 20 No comerán ninguna cosa con levadura. En todo lugar donde habiten comerán panes sin levadura.

21 Moisés convocó a todos los ancianos de Israel y les dijo:

—Saquen y tomen del rebaño para sus familias, y sacrifiquen el cordero pascual.

Lucas 14

Jesús sana a un hidrópico

14 Aconteció un sábado, cuando él entró en casa de uno de los principales de los fariseos para comer pan, que ellos lo observaban cuidadosamente. Y he aquí, un hombre hidrópico estaba delante de él. Entonces respondiendo Jesús, habló a los maestros de la ley y a los fariseos diciendo:

—¿Es lícito sanar en sábado, o no?

Pero ellos callaron. Entonces él lo tomó, lo sanó y lo despidió. Y dijo a ellos:

—¿Cuál de ustedes, si su hijo[a] o su buey cae en un pozo, no lo sacará de inmediato en el día de sábado?

Y no le podían responder a estas cosas.

Lecciones acerca de la humildad

Observando a los invitados, cómo escogían los primeros asientos a la mesa, refirió una parábola diciéndoles:

—Cuando seas invitado por alguien a una fiesta de bodas, no te sientes en el primer lugar; no sea que otro más distinguido que tú haya sido invitado por él y que, viniendo el que te invitó a ti y al otro, te diga: “Da lugar a este”, y luego comiences con vergüenza a ocupar el último lugar. 10 Más bien, cuando seas invitado, ve y siéntate en el último lugar para que cuando venga el que te invitó, diga: “Amigo, sube más arriba”. Entonces tendrás gloria delante de los que se sientan contigo a la mesa. 11 Porque cualquiera que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.

12 Dijo también al que lo había invitado:

—Cuando hagas comida o cena, no invites a tus amigos ni a tus hermanos ni a tus parientes ni a tus vecinos ricos; no sea que ellos te vuelvan a invitar a ti, y te sea hecha compensación. 13 Pero cuando hagas banquete, llama a los pobres, a los mancos, a los cojos y a los ciegos. 14 Y serás bienaventurado; porque ellos no te pueden retribuir pero te será recompensado en la resurrección de los justos.

Parábola del gran banquete

15 Al oír esto, uno de los que estaban sentados juntos a la mesa le dijo:

—¡Bienaventurado el que coma pan en el reino de Dios!

16 Pero él le dijo:

—Un hombre hizo un gran banquete e invitó a muchos. 17 A la hora del banquete envió a su siervo para decir a los invitados: “Vengan, porque ya está preparado”. 18 Pero todos a una comenzaron a disculparse. El primero dijo: “He comprado un campo y necesito salir para verlo; te ruego que me disculpes”. 19 El otro dijo: “He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a probarlos. Te ruego que me disculpes”. 20 El otro dijo: “Acabo de casarme y por tanto no puedo ir”. 21 Cuando volvió el siervo, hizo saber estas cosas a su señor. Entonces se enojó el dueño de casa y dijo a su siervo: “Ve pronto a las plazas y a las calles de la ciudad y trae acá a los pobres, a los mancos, a los ciegos y a los cojos”. 22 Luego dijo el siervo: “Señor, se ha hecho lo que mandaste, y aún queda lugar”. 23 El señor dijo al siervo: “Ve por los caminos y por los callejones, y exígeles a que entren para que mi casa se llene. 24 Pues les digo que ninguno de aquellos hombres que fueron invitados gustará de mi banquete”.

Condiciones del discipulado

25 Grandes multitudes iban con él, y él se volvió y les dijo: 26 “Si alguno viene a mí y no aborrece a su padre, madre, mujer, hijos, hermanos, hermanas y aun su propia vida, no puede ser mi discípulo. 27 Y cualquiera que no toma su propia cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo. 28 Porque ¿cuál de ustedes, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla? 29 No sea que después de haber puesto los cimientos, y al no poderla terminar, todos los que la vean comiencen a burlarse de él 30 diciendo: ‘Este hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar’. 31 ¿O qué rey, que sale a hacer guerra contra otro rey, no se sienta primero y consulta si puede salir con diez mil al encuentro del que viene con veinte mil? 32 De otra manera, cuando el otro rey está todavía lejos, le envía una embajada y pide condiciones de paz. 33 Así, pues, cualquiera de ustedes que no renuncie a todas las cosas que posee, no puede ser mi discípulo.

34 “Buena es la sal; pero si la sal se vuelve insípida, ¿con qué será sazonada? 35 No es buena ni para la tierra ni para abono; por eso la arrojan fuera. Quien tiene oídos para oír, oiga”.

Job 29

29 Job continuó su discurso y dijo:


—¡Quién me concediese ser
como en los meses pasados,
como en los días cuando
Dios me guardaba!
Entonces él hacía resplandecer
su lámpara sobre mi cabeza,
y a su luz yo caminaba en la oscuridad.
Así fue en los días de mi vigor[a]. cuando la amistad íntima de Dios estaba sobre mi morada;
cuando el Todopoderoso aún estaba conmigo,
y mis hijos estaban alrededor de mí;
cuando mis pasos se bañaban en leche,
y la roca me vertía corrientes de aceite.
»Entonces yo iba al tribunal de la ciudad y alistaba mi asiento en la plaza.
Los jóvenes me veían
y se hacían a un lado;
los ancianos se levantaban
y permanecían de pie.
Los magistrados detenían sus palabras
y ponían la mano sobre su boca.
10 La voz de los nobles se apagaba
y su lengua se pegaba a su paladar.
11 Cuando los oídos me oían,
me llamaban: “¡Dichoso!”.
Cuando los ojos me veían,
daban testimonio en mi favor.
12 Porque yo libraba al pobre que clamaba y al huérfano que no tenía
quien le ayudara.
13 La bendición del moribundo caía sobre mí,
y yo daba alegría al corazón de la viuda.
14 Yo me vestía de rectitud,
y ella me vestía a mí;
como manto y turbante era mi justicia.
15 »Yo era ojos para el ciego
y pies para el cojo.
16 Era un padre para los necesitados,
e investigaba la causa que no conocía.
17 Yo rompía las quijadas del inicuo,
y de sus dientes arrancaba la presa.
18 »Yo me decía: “En mi nido expiraré,
y multiplicaré mis días como la arena”.
19 Mi raíz alcanzaba hasta las aguas,
y de noche el rocío se posaba en mis ramas.
20 Mi honra se mantenía nueva en mí,
y mi arco se renovaba en mi mano.
21 »Ellos me escuchaban y esperaban; ante mi consejo guardaban silencio.
22 Después de mi palabra no volvían
a hablar,
y mi discurso destilaba sobre ellos.
23 Me esperaban como a la lluvia,
y abrían su boca como a la lluvia tardía.
24 Cuando me reía con ellos, ¡no lo creían! No dejaban decaer la luz de mi rostro.
25 Yo escogía el camino para ellos
y me sentaba como su jefe.
Yo vivía como un rey
que está en medio de sus tropas, como el que consuela a los que están de duelo.

1 Corintios 15

La resurrección de Cristo

15 Además, hermanos, les declaro el evangelio que les prediqué y que recibieron y en el cual también están firmes; por el cual también son salvos, si lo retienen como yo se los he predicado. De otro modo, creyeron en vano.

Porque en primer lugar les he enseñado lo que también recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; que apareció a Pedro y después a los doce. Luego apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven todavía; y otros ya duermen. Luego apareció a Jacobo, y después a todos los apóstoles. Y al último de todos, como a uno nacido fuera de tiempo, me apareció a mí también. Pues yo soy el más insignificante de los apóstoles, y no soy digno de ser llamado apóstol, porque perseguí a la iglesia de Dios. 10 Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia para conmigo no ha sido en vano. Más bien, he trabajado con afán más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios que ha sido conmigo. 11 Porque ya sea yo o sean ellos, así predicamos, y así han creído.

La resurrección de los muertos

12 Ahora bien, si Cristo es predicado como que ha resucitado de entre los muertos, ¿cómo es que algunos entre ustedes dicen que no hay resurrección de muertos? 13 Porque si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo ha resucitado. 14 Y si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra predicación; vana también es la fe de ustedes. 15 Y aun somos hallados falsos testigos de Dios, porque hemos atestiguado de Dios que resucitó a Cristo, al cual no resucitó, si se toma por sentado que los muertos no resucitan. 16 Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo ha resucitado; 17 y si Cristo no ha resucitado, la fe de ustedes es inútil; todavía están en sus pecados. 18 En tal caso, también los que han dormido en Cristo han perecido. 19 ¡Si solo en esta vida hemos tenido esperanza en Cristo, somos los más miserables de todos los hombres!

20 Pero ahora, Cristo sí ha resucitado de entre los muertos, como primicias de los que durmieron. 21 Puesto que la muerte entró por medio de un hombre, también por medio de un hombre ha venido la resurrección de los muertos. 22 Porque así como en Adán todos mueren, así también en Cristo todos serán vivificados. 23 Pero cada uno en su orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida. 24 Después el fin, cuando él entregue el reino al Dios y Padre, cuando ya haya anulado todo principado, autoridad y poder. 25 Porque es necesario que él reine hasta poner a todos sus enemigos debajo de sus pies. 26 El último enemigo que será destruido es la muerte.

27 Porque ha sujetado todas las cosas debajo de sus pies[a]. Pero cuando dice: “Todas las cosas están sujetas a él”, claramente está exceptuando a aquel que le sujetó todas las cosas. 28 Pero cuando aquel le ponga en sujeción todas las cosas, entonces el Hijo mismo también será sujeto al que le sujetó todas las cosas, para que Dios sea el todo en todos.

29 Por otro lado, ¿qué harán los que se bautizan por los muertos? Si los muertos de ninguna manera resucitan, ¿por qué, pues, se bautizan por ellos? 30 ¿Y por qué, pues, nos arriesgamos nosotros a toda hora? 31 Sí, hermanos, cada día muero; lo aseguro por lo orgulloso que estoy de ustedes en Cristo Jesús nuestro Señor. 32 Si como hombre batallé en Éfeso contra las fieras, ¿de qué me aprovecha? Si los muertos no resucitan,

¡comamos y bebamos,

que mañana moriremos![b].

33 No se dejen engañar: “Las malas compañías corrompen las buenas costumbres”[c]. 34 Vuelvan a la sobriedad, como es justo, y no pequen más, porque algunos tienen ignorancia de Dios. Para vergüenza de ustedes lo digo.

El cuerpo resucitado

35 Pero dirá alguno: ¿Cómo resucitan los muertos? ¿Con qué clase de cuerpo vienen? 36 Necio, lo que tú siembras no llega a tener vida a menos que muera. 37 Y lo que siembras, no es el cuerpo que ha de salir, sino el mero grano, ya sea de trigo o de otra cosa. 38 Pero Dios le da un cuerpo como quiere, a cada semilla su propio cuerpo.

39 No toda carne es la misma carne; sino que una es la carne de los hombres, otra la carne de los animales, otra la de las aves y otra la de los peces. 40 También hay cuerpos celestiales y cuerpos terrenales. Pero de una clase es la gloria de los celestiales; y de otra, la de los terrenales. 41 Una es la gloria del sol, otra es la gloria de la luna y otra la gloria de las estrellas; porque una estrella es diferente de otra en gloria.

42 Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción; se resucita en incorrupción. 43 Se siembra en deshonra; se resucita con gloria. Se siembra en debilidad; se resucita con poder. 44 Se siembra cuerpo natural; se resucita cuerpo espiritual. Hay cuerpo natural; también hay cuerpo espiritual. 45 Así también está escrito: el primer hombre Adán llegó a ser un alma viviente[d]; y el postrer Adán, espíritu vivificante. 46 Pero lo espiritual no es primero, sino lo natural; luego lo espiritual. 47 El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre es celestial. 48 Como es el terrenal, así son también los terrenales; y como es el celestial, así son también los celestiales. 49 Y así como hemos llevado la imagen del terrenal, llevaremos[e] también la imagen del celestial. 50 Y esto digo, hermanos, que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción heredar la incorrupción.

Victoria final sobre la muerte

51 He aquí, les digo un misterio: No todos dormiremos, pero todos seremos transformados 52 en un instante, en un abrir y cerrar de ojos, a la trompeta final. Porque sonará la trompeta, y los muertos serán resucitados sin corrupción; y nosotros seremos transformados. 53 Porque es necesario que esto corruptible sea vestido de incorrupción, y que esto mortal sea vestido de inmortalidad. 54 Y cuando esto corruptible se vista de incorrupción y esto mortal se vista de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita:

¡Sorbida es la muerte en victoria!

55 ¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?[f].

56 Pues el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado es la ley. 57 Pero gracias a Dios, quien nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. 58 Así que, hermanos míos amados, estén firmes y constantes, abundando siempre en la obra del Señor, sabiendo que su arduo trabajo en el Señor no es en vano.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

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