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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Reina Valera Revisada (RVR1977)
Version
2 Crónicas 8

Otras actividades de Salomón

Después de veinte años, durante los cuales Salomón había edificado la casa de Jehová y su propia casa,

reedificó Salomón las ciudades que Hiram le había dado, y estableció en ellas a los hijos de Israel.

Después vino Salomón a Hamat de Sobá, y se apoderó de ella.

Y edificó a Tadmor en el desierto, y todas las ciudades de aprovisionamiento que edificó en Hamat.

Asimismo reedificó a Bet-horón la de arriba y a Bet-horón la de abajo, ciudades fortificadas, con muros, puertas y barras;

y a Baalat, y a todas las ciudades de provisiones que Salomón tenía; también todas las ciudades de los carros y las de la gente de a caballo, y todo lo que Salomón quiso edificar en Jerusalén, en el Líbano, y en toda la tierra de su dominio.

Y a todo el pueblo que había quedado de los heteos, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos, que no eran de Israel,

los hijos de los que habían quedado en la tierra después de ellos, a los cuales los hijos de Israel no destruyeron del todo, los hizo Salomón tributarios hasta hoy.

Pero de los hijos de Israel no puso Salomón siervos en su obra; porque eran hombres de guerra, y sus oficiales y sus capitanes, y comandantes de sus carros, y su gente de a caballo.

10 Y tenía Salomón doscientos cincuenta gobernadores principales, los cuales mandaban sobre aquella gente.

11 Y Salomón hizo subir a la hija de Faraón, de la ciudad de David a la casa que él había edificado para ella; porque dijo: Mi mujer no morará en la casa de David rey de Israel, porque aquellas habitaciones donde ha entrado el arca de Jehová, son sagradas.

12 Entonces ofreció Salomón holocaustos a Jehová sobre el altar de Jehová que él había edificado delante del pórtico,

13 para que ofreciesen cada cosa en su día, conforme al mandamiento de Moisés, en los sábados, en las lunas nuevas, y en las fiestas solemnes tres veces en el año, esto es, en la fiesta de los panes sin levadura, en la fiesta de las semanas y en la fiesta de los tabernáculos.

14 Y constituyó los turnos de los sacerdotes en sus oficios, conforme a lo ordenado por David su padre, y los levitas en sus cargos, para que alabasen y ministrasen delante de los sacerdotes, cada cosa en su día; asimismo los porteros por su orden a cada puerta; porque así lo había mandado David, varón de Dios.

15 Y no se apartaron del mandamiento del rey, en cuanto a los sacerdotes y los levitas, y los tesoros, y todo otro asunto;

16 porque toda la obra de Salomón estaba preparada desde el día en que se pusieron los cimientos de la casa de Jehová hasta que fue terminada. Así la casa de Jehová fue acabada totalmente.

17 Entonces Salomón fue a Ezyón-géber y a Elot, a la costa del mar en la tierra de Edom.

18 Porque Hiram le había enviado naves por mano de sus siervos, y marineros diestros en el mar, los cuales fueron con los siervos de Salomón a Ofir, y tomaron de allí cuatrocientos cincuenta talentos de oro, y los trajeron al rey Salomón.

3 Juan

Saludo

El anciano a Gayo, el amado, a quien amo en la verdad.

Amado, ruego en oración que seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.

Pues me alegré muchísimo cuando vinieron los hermanos y dieron testimonio de tu verdad, de cómo andas en la verdad.

No tengo mayor gozo que éste, el oír que mis hijos andan en la verdad.

Elogio de la hospitalidad de Gayo

Amado, fielmente te conduces en lo que haces por los hermanos, y también por los que son forasteros,

los cuales han dado ante la iglesia testimonio de tu amor; y harás bien en ayudarles a proseguir su viaje, como es digno de su servicio a Dios.

Porque ellos salieron por amor del nombre de Él, sin aceptar nada de los gentiles.

Nosotros, pues, debemos acoger a tales personas, para que cooperemos en la obra de la verdad.

La oposición de Diótrefes

Yo he escrito a la iglesia; pero Diótrefes, al cual le gusta tener el primer lugar entre ellos, no nos recibe.

10 Por esta causa, si voy, recordaré las obras que hace tratando de denigrarnos con palabras malignas; y no contento con estas cosas, no sólo no recibe él mismo a los hermanos, sino que a los que quieren recibirlos se lo prohíbe, y los expulsa de la iglesia.

Buen testimonio acerca de Demetrio

11 Amado, no imites lo malo, sino lo bueno. El que hace lo bueno es de Dios; pero el que hace lo malo, no ha visto a Dios.

12 Todos dan testimonio de Demetrio, y aun la verdad misma; y también nosotros damos testimonio, y sabéis que nuestro testimonio es verdadero.

Saludos finales

13 Yo tenía muchas cosas que escribirte, pero no quiero escribírtelas con tinta y pluma,

14 porque espero verte en breve, y hablaremos cara a cara.

15 La paz sea contigo. Los amigos te saludan. Saluda tú a los amigos, a cada uno en particular.

Habacuc 3

Oración de Habacuc

Oración del profeta Habacuc, en tonos diversos.

Oh Jehová, he oído lo que se dice de ti, y temí.
Oh Jehová, aviva tu obra en medio de los tiempos,
En medio de los tiempos hazla conocer;
En la ira acuérdate de la compasión.
Dios viene de Temán,
Y el Santo desde el monte de Parán.
Selah
Su gloria cubre los cielos.
Y la tierra está llena de su alabanza.
Y el resplandor es como la luz del sol;
Rayos brillantes salen de su mano.
Y allí está escondido su poder.
Delante de su rostro va la pestilencia,
Y adondequiera que va, salen carbones encendidos.
Se levantó, y sacudió la tierra;
Miró, e hizo temblar las gentes;
Los montes antiguos fueron desmenuzados,
Los collados antiguos se humillaron.
Son sus caminos de siempre.
He visto las tiendas de Cusán en aflicción;
Las tiendas de la tierra de Madián temblaron.
¿Te airaste, oh Jehová, contra los ríos?
¿Contra los ríos se encendió tu furia?
¿Fue tu ira contra el mar
Cuando montaste en tus caballos,
Y en tus carros de victoria?
Se descubrió enteramente tu arco;
Los juramentos a las tribus fueron palabra segura.
Selah
Hendiste la tierra con ríos.
10 Te vieron y tuvieron temor los montes;
Se desbordó la inundación de las aguas;
El abismo dio su voz,
A lo alto alzó sus manos.
11 El sol y la luna se pararon en su lugar,
A la luz de tus saetas que volaban,
Y al resplandor de tu fulgente lanza.
12 Con ira hollaste la tierra,
Con furor trillaste las naciones.
13 Saliste para socorrer a tu pueblo,
Para socorrer a tu ungido.
Heriste la cabeza de la casa del impío,
Descubriendo los fundamentos hasta el cuello.
Selah
14 Traspasaste con sus propios dardos las cabezas de sus guerreros,
Que como tempestad acometieron para dispersarme,
Cuyo regocijo era como para devorar al pobre encubiertamente.
15 Caminaste en el mar con tus caballos,
Sobre la mole de las grandes aguas.
16 Cuando lo oí se conmovieron mis entrañas;
A la voz, temblaron mis labios;
La caries penetra en mis huesos, y me estremecí sobre mis pies;
Si bien espero tranquilo el día de la angustia,
Cuando suba él contra el pueblo al que invade.
17 Pues aunque la higuera no florezca,
Ni en las vides haya frutos,
Aunque falte el producto del olivo,
Y los labrados no den mantenimiento,
Y las ovejas falten en el aprisco,
Y no haya vacas en los establos;
18 Con todo, yo me alegraré en Jehová,
Y me regocijaré en el Dios de mi salvación.
19 Jehová el Señor es mi fortaleza,
El cual hace mis pies como los de las ciervas,
Y en mis alturas me hace andar.

Lucas 22

El complot para matar a Jesús

22 Estaba cerca la fiesta de los panes sin levadura, que se llama la pascua.

Y los principales sacerdotes y los escribas buscaban cómo acabar con él; pues temían al pueblo.

Y entró Satanás en Judas, por sobrenombre Iscariote, el cual era uno del número de los doce;

y éste fue y habló con los principales sacerdotes, y con los jefes de la guardia, de cómo se lo entregaría.

Ellos se alegraron, y convinieron en darle dinero.

Y él consintió plenamente, y buscaba una oportunidad para entregárselo a espaldas del pueblo.

Institución de la Cena del Señor

Llegó el día de los panes sin levadura, en el cual se debía sacrificar el cordero de la pascua.

Y Jesús envió a Pedro y a Juan, diciendo: Id, preparadnos la pascua para que la comamos.

Ellos le dijeron: ¿Dónde quieres que la preparemos?

10 Él les dijo: Mirad, al entrar en la ciudad os saldrá al encuentro un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidle hasta la casa donde entre,

11 y decid al padre de familia de la casa: El Maestro te dice: ¿Dónde está el aposento en el que pueda comer la pascua con mis discípulos?

12 Entonces él os mostrará un gran aposento alto ya dispuesto; preparad allí.

13 Fueron, pues, y hallaron como les había dicho; y prepararon la pascua.

14 Cuando llegó la hora, se sentó a la mesa, y con él los apóstoles.

15 Y les dijo: ¡Cuánto he deseado comer con vosotros esta pascua antes de padecer!

16 Porque os digo que no la comeré ya más, hasta que se cumpla en el reino de Dios.

17 Y habiendo tomado una copa, dio gracias, y dijo: Tomad esto, y repartidlo entre vosotros;

18 porque os digo que no beberé ya más del fruto de la vid, hasta que venga el reino de Dios.

19 Y tomando el pan, dio gracias, lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí.

20 De igual manera, después de haber cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama.

21 Mas he aquí, la mano del que me entrega está conmigo en la mesa.

22 Y, en verdad, el Hijo del Hombre se va, según lo que está determinado; pero ¡ay de aquel hombre por quien es entregado!

23 Entonces ellos comenzaron a discutir entre sí, quién de ellos sería, pues, el que iba a hacer esto.

La grandeza en el servicio

24 Hubo también entre ellos un altercado sobre quién de ellos parecía ser mayor.

25 Pero él les dijo: Los reyes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que sobre ellas tienen autoridad son llamados bienhechores;

26 mas no así vosotros, sino sea el mayor entre vosotros como el más joven, y el que dirige, como el que sirve.

27 Porque, ¿cuál es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? Mas yo estoy entre vosotros como el que sirve.

28 Pero vosotros sois los que habéis permanecido conmigo en mis pruebas.

29 Yo, pues, os asigno un reino, como mi Padre me lo asignó a mí,

30 para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino; y os sentaréis en tronos juzgando a las doce tribus de Israel.

Jesús anuncia la negación de Pedro

31 Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí que Satanás ha solicitado poder para zarandearos como a trigo;

32 pero yo he rogado por ti, que tu fe no falle; y tú, cuando te hayas vuelto, fortalece a tus hermanos.

33 Él le dijo: Señor, estoy dispuesto a ir contigo no sólo a la cárcel, sino también a la muerte.

34 Y él dijo: Pedro, te aseguro que el gallo no cantará hoy antes que tú hayas negado tres veces que me conoces.

Bolsa, alforja y espada

35 Y les dijo: Cuando os envié sin bolsa, sin alforja, y sin calzado, ¿acaso os faltó algo? Ellos dijeron: Nada.

36 Entonces les dijo: Pues ahora, el que tiene bolsa, tómela, y también la alforja; y el que no tenga, venda su manto y compre una espada.

37 Porque os digo que es necesario que se cumpla todavía en mí aquello que está escrito: Y fue contado con los inicuos; porque lo que se refiere a mí, tiene cumplimiento.

38 Entonces ellos dijeron: Señor, aquí hay dos espadas. Y él les dijo: ¡Basta!

Jesús ora en Getsemaní

39 Y saliendo, se fue, como solía, al monte de los Olivos; y sus discípulos también le siguieron.

40 Cuando llegó a aquel lugar, les dijo: Orad que no entréis en tentación.

41 Y él se apartó de ellos a una distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas, oraba,

42 diciendo: Padre, si quieres, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.

43 Y se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle.

44 Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre engrumecidas que caían sobre la tierra.

45 Cuando se levantó de la oración, y vino a sus discípulos, los halló durmiendo a causa de la tristeza;

46 y les dijo: ¿Por qué dormís? Levantaos, y orad para que no entréis en tentación.

Arresto de Jesús

47 Mientras él aún estaba hablando, se presentó un grupo de gente; y el que se llamaba Judas, uno de los doce, iba delante de ellos; y se acercó hasta Jesús para besarle.

48 Entonces Jesús le dijo: Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del Hombre?

49 Viendo los que estaban con él lo que había de acontecer, le dijeron: Señor, ¿heriremos a espada?

50 Y uno de ellos hirió al siervo del sumo sacerdote, y le cortó la oreja derecha.

51 Entonces tomó la palabra Jesús, y dijo: ¡Dejad! ¡Basta ya! Y tocándole la oreja, le sanó.

52 Y Jesús dijo a los principales sacerdotes, a los jefes de la guardia del templo y a los ancianos, que habían venido contra él: ¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y palos?

53 Estando con vosotros cada día en el templo, no extendisteis las manos contra mí; pero ésta es vuestra hora, y la potestad de las tinieblas.

Pedro niega a Jesús

54 Y prendiéndole, se lo llevaron, y le condujeron a casa del sumo sacerdote. Y Pedro le seguía de lejos.

55 Y después de encender fuego en medio del patio, y de sentarse juntos, Pedro se sentó entre ellos.

56 Pero una criada, al verle sentado junto a la lumbre se fijó en él, y dijo: También éste estaba con él.

57 Pero él le negó, diciendo: Mujer, no lo conozco.

58 Un poco después, viéndole otro, dijo: Tú también eres de ellos. Y Pedro dijo: Hombre, no lo soy.

59 Pasada como una hora, otro insistía, diciendo: Verdaderamente también éste estaba con él, porque también es galileo.

60 Y Pedro dijo: Hombre, no sé lo que dices. Y en seguida, mientras él todavía estaba hablando, cantó un gallo.

61 Entonces, se volvió el Señor y miró a Pedro; y Pedro se acordó de la palabra del Señor, como le había dicho: Antes que el gallo cante, me negarás tres veces.

62 Y saliendo afuera, lloró amargamente.

Cristo, escarnecido y azotado

63 Los hombres que tenían preso a Jesús, se burlaban de él y le golpeaban;

64 y vendándole los ojos, le golpeaban el rostro, y le preguntaban, diciendo: ¡Adivina!, ¿quién es el que te ha golpeado?

65 Y le decían otras muchas cosas injuriándole.

Jesús ante el sanedrín

66 Cuando se hizo de día, se reunió el consejo de ancianos del pueblo, tanto los principales sacerdotes como los escribas, y le trajeron al lugar de su sanedrín, diciendo:

67 Si eres tú el Cristo, dínoslo. Y les dijo: Si os lo digo, de ningún modo lo creeréis;

68 y también si os pregunto, no me responderéis, ni me soltaréis.

69 Pero desde ahora en adelante el Hijo del Hombre estará sentado a la diestra del poder de Dios.

70 Dijeron todos: ¿Luego tú eres el Hijo de Dios? Y él les dijo: Vosotros lo decís; lo soy.

71 Entonces ellos dijeron: ¿Qué necesidad tenemos ya de testimonio?, porque nosotros mismos lo hemos oído de su boca.

Reina Valera Revisada (RVR1977)

Texto bíblico tomado de La Santa Biblia, Reina Valera Revisada® RVR® Copyright © 2017 por HarperCollins Christian Publishing® Usado con permiso. Reservados todos los derechos en todo el mundo.