Historical
Abías de Judá (914-911) (2 Cr 13,1-2.22-23)
15 Abías comenzó a reinar en Judá en el año décimo octavo del reinado de Jeroboán, hijo de Nabat. 2 Reinó en Jerusalén durante tres años. Su madre se llamaba Maacá y era hija de Absalón. 3 Cometió los mismos pecados que había cometido su padre, antes que él, y no fue enteramente fiel al Señor, su Dios, como lo había sido su antepasado David. 4 En consideración a David, el Señor, su Dios, le mantuvo una lámpara encendida en Jerusalén, concediéndole un sucesor y manteniendo a Jerusalén. 5 Pues David había actuado correctamente ante el Señor, sin desviarse de sus preceptos en toda su vida, salvo en el asunto de Urías, el hitita. 6 Roboán y Jeroboán estuvieron siempre en guerra. 7 El resto de la historia de Abías y todo cuanto hizo está escrito en el libro de los Anales de los Reyes de Judá; entre Abías y Jeroboán hubo una permanente hostilidad. 8 Cuando murió Abías, fue enterrado en la ciudad de David y su hijo Asá le sucedió como rey.
Asá de Judá (911-870) (2 Cr 14,1; 15,16-18; 16,1-6.11.14)
9 El rey Asá comenzó a reinar en Judá en el año vigésimo del reinado de Jeroboán de Israel. 10 Reinó en Jerusalén durante cuarenta y un años. Su abuela se llamaba Maacá y era hija de Absalón. 11 Asá agradó al Señor con su conducta, como su antepasado David. 12 Abolió la prostitución sagrada en el país y retiró todos los ídolos fabricados por sus antepasados. 13 Incluso destituyó de su título real a su abuela Maacá por haber dedicado una imagen abominable a Astarté; Asá destruyó la imagen y la quemó en el torrente Cedrón. 14 No desaparecieron los santuarios locales de los montes, pero Asá fue totalmente fiel al Señor durante toda su vida. 15 Llevó al Templo del Señor las ofrendas de su padre y las suyas propias: oro, plata y otros objetos.
16 Asá y Basá, el rey de Israel, estuvieron permanentemente en guerra. 17 Basá, el rey de Israel, atacó a Judá y fortificó Ramá, para cortar las comunicaciones a Asá, el rey de Judá. 18 Asá tomó todo el oro y la plata que quedaban en los tesoros del Templo del Señor y del palacio real y se los envió por medio de sus servidores a Benadad, hijo de Tabrimón y nieto de Jezyón, rey de Aram, que residía en Damasco, con este mensaje:
19 — Hagamos un pacto tú y yo, como lo hicieron nuestros padres. Te envío plata y oro como regalo. Rompe tu pacto con Basá, para que deje de atacarme.
20 Benadad aceptó la propuesta del rey Asá y envió a los jefes de sus ejércitos contra las ciudades de Israel, que atacaron Iyón, Dan, Abel Bet Maacá y todo la región de Kinéret hasta el territorio de Neftalí. 21 Cuando se enteró Basá, dejó de fortificar Ramá y regresó a Tirsá. 22 Entonces el rey Asá convocó a todo Judá, sin excepción, se llevaron de Ramá las piedras y la madera que Basá había empleado para fortificarla y con ellas fortificó Guibeá de Benjamín y Mispá.
23 El resto de la historia de Asá, todas sus hazañas y gestas y las ciudades que fortificó, está escrito en el libro de los Anales de los Reyes de Judá. En su vejez, Asá enfermó de gota. 24 Cuando Asá murió, fue enterrado con sus antepasados en la ciudad de David, y su hijo Josafat le sucedió como rey.
Nadab de Israel (910-909)
25 Nadab, hijo de Jeroboán, empezó a reinar en Israel en el segundo año del reinado de Asá en Judá y reinó sobre Israel durante dos años. 26 Nadab ofendió al Señor, siguió los pasos de su padre e imitó los pecados que este hizo cometer a Israel.
27 Basá, hijo de Ajías, de la tribu de Isacar, se sublevó contra él y lo mató en Guibetón, ciudad filistea que Nadab estaba sitiando con todos los israelitas. 28 Basá lo mató en el año tercero del reinado de Asá de Judá y lo suplantó como rey. 29 Cuando subió al trono mató a toda la familia de Jeroboán, hasta exterminarla completamente, tal y como el Señor había anunciado por medio de su siervo Ajías, el de Siló, 30 a causa de los pecados que Jeroboán cometió e hizo cometer a Israel, provocando con ellos la ira del Señor, Dios de Israel.
31 El resto de la historia de Nadab y todo lo que hizo está escrito en el libro de los Anales de los Reyes de Israel. 32 Asá y Basá, rey de Israel, estuvieron permanentemente en guerra.
Basá de Israel (909-885)
33 Basá, hijo de Ajías, comenzó a reinar sobre Israel en Tirsá el tercer año del reinado de Asá en Judá y reinó durante veinticuatro años. 34 Basá ofendió al Señor, siguió los pasos de Jeroboán e imitó los pecados que hizo este cometer a Israel. 16 1 El Señor dirigió su palabra a Jehú, el hijo de Jananí, contra Basá, en estos términos:
2 — Yo te saqué de la nada y te convertí en jefe de mi pueblo Israel; pero tú has seguido los pasos de Jeroboán y has hecho pecar a mi pueblo Israel, que me ha ofendido con sus pecados. 3 Por eso, voy a eliminar a Basá y a su dinastía, dejándola como la dinastía de Jeroboán, el hijo de Nabat. 4 A los de Basá que mueran en la ciudad los devorarán los perros, y al que muera en el campo lo devorarán las aves del cielo.
5 El resto de la historia de Basá, lo que hizo y sus hazañas, está escrito en el libro de los Anales de los Reyes de Israel. 6 Cuando murió Basá, fue enterrado en Tirsá y su hijo Elá le sucedió como rey.
7 El Señor habló por medio del profeta Jehú, hijo de Jananí, contra Basá y contra su familia por haber ofendido al Señor, irritándolo con sus obras a imitación de la familia de Jeroboán, y por haber exterminado la dinastía de Jeroboán.
Elá de Israel (885-884)
8 Elá, hijo de Basá, empezó a reinar sobre Israel en Tirsá el año vigésimo sexto del reinado de Asá en Judá y reinó durante dos años. 9 Su oficial Zimrí, jefe de la mitad de los carros, se sublevó contra él mientras se emborrachaba en casa de Arsá, mayordomo de palacio. 10 Zimrí entró, lo mató y lo suplantó como rey en el año vigésimo séptimo del reinado de Asá en Judá. 11 Cuando subió al trono y comenzó a reinar, mató a toda la familia de Basá, sin dejar a uno solo con vida, pariente o amigo. 12 Zimrí exterminó a toda la familia de Basá, tal y como había anunciado el Señor a Basá por medio del profeta Jehú, 13 a causa de los pecados de Basá y los de su hijo Elá: los que ellos cometieron y los que hicieron cometer a Israel, irritando al Señor, Dios de Israel, con sus ídolos.
14 El resto de la historia de Elá y todo cuanto hizo está escrito en el libro de los Anales de los Reyes de Israel.
Zimrí de Israel (884)
15 Zimrí comenzó a reinar en Tirsá el año vigésimo séptimo del reinado de Asá en Judá y reinó durante siete días. Mientras el ejército estaba acampado junto a la ciudad filistea de Guibetón, 16 la gente se enteró de que Zimrí se había sublevado y había matado al rey. Y aquel mismo día en el campo de batalla todos los israelitas proclamaron rey de Israel a Omrí, general del ejército. 17 Entonces Omrí, acompañado de todo el ejército israelita, subió desde Guibetón a sitiar Tirsá. 18 Cuando Zimrí vio que la ciudad había sido tomada, se metió en el alcázar del palacio real, prendió fuego al palacio y murió. 19 Sucedió así por los pecados que cometió, ofendiendo al Señor y siguiendo los pasos de Jeroboán, y por los pecados que hizo cometer a Israel. 20 El resto de la historia de Zimrí y de la sublevación que llevó a cabo está escrito en el libro de los Anales de los Reyes de Israel.
21 Entonces el pueblo de Israel se dividió: la mitad del pueblo siguió a Tibní, el hijo de Guinat, para proclamarlo rey; y la otra siguió a Omrí. 22 Finalmente, los seguidores de Omrí se impusieron a los seguidores de Tibní, el hijo de Guinat. Tibní murió y Omrí fue el rey.
Omrí de Israel (884-874)
23 Omrí comenzó a reinar sobre Israel el año trigésimo primero del reinado de Asá en Judá, y reinó durante doce años, seis de ellos en Tirsá.
24 Compró a Sémer el monte de Samaría por dos talentos de plata fortificó el monte y edificó una ciudad a la que llamó Samaría en honor de Sémer, el dueño del monte.
25 Omrí ofendió al Señor y fue peor que todos sus antecesores. 26 Siguió los pasos de Jeroboán, hijo de Nabat, e imitó los pecados que hizo cometer a Israel, irritando al Señor, Dios de Israel, con sus ídolos.
27 El resto de la historia de Omrí, lo que hizo y sus hazañas, está escrito en el libro de los Anales de los Reyes de Israel. 28 Cuando murió Omrí, fue enterrado en Samaría, y su hijo Ajab le sucedió como rey.
Ajab de Israel (874-852)
29 Ajab, hijo de Omrí, comenzó a reinar sobre Israel el año trigésimo octavo del reinado de Asá en Judá. Reinó en Samaría durante veintidós años. 30 Ajab, el hijo de Omrí, ofendió al Señor más que todos sus antecesores. 31 Imitó los pecados de Jeroboán, hijo de Nabat, y aún lo superó, pues se casó con Jezabel, la hija de Etbaal, rey de Sidón, y llegó a servir y a adorar a Baal. 32 Levantó un altar a Baal en el templo que le había construido en Samaría. 33 Levantó además una columna sagrada y siguió irritando al Señor, Dios de Israel, más que todos los reyes de Israel que lo habían precedido.
34 Durante su reinado Jiel, el de Betel, reconstruyó Jericó. Pero los cimientos le costaron la vida de su primogénito Abirán, y las puertas, la vida de su hijo menor, Segub, tal y como había anunciado el Señor por medio de Josué, el hijo de Nun.
Historia de Elías (1 Re 17—2 Re 1)
La gran sequía
17 Elías, natural de Tisbé, de Galaad dijo a Ajab:
— Te juro por el Señor, Dios de Israel, a quien sirvo, que en estos años no habrá lluvia ni rocío, hasta que yo lo ordene.
2 Luego el Señor mandó a Elías este mensaje:
3 — Vete de aquí en dirección a oriente y escóndete en el arroyo de Querit, al este del Jordán. 4 Allí podrás beber agua del arroyo y, además, he ordenado a los cuervos que te lleven comida.
5 Elías se marchó e hizo como le había dicho el Señor: se fue a vivir junto al arroyo Querit, al este del Jordán. 6 Los cuervos le llevaban pan y carne por la mañana y por la tarde, y bebía agua del arroyo.
7 Al cabo de un tiempo, el arroyo se secó, porque no había llovido en el país. 8 Entonces el Señor le envió este mensaje:
9 — Dirígete a Sarepta, en Sidón, y quédate a vivir allí, que yo le he ordenado a una viuda que te proporcione comida.
10 Elías se puso en camino hacia Sarepta y a la entrada de la ciudad encontró a una viuda recogiendo leña. Elías la llamó y le dijo:
— Por favor, tráeme en una jarra un poco de agua para beber.
11 Cuando iba a buscarla, Elías le gritó:
— Por favor, trae también un trozo de pan.
12 Pero ella le respondió:
— Te juro por el Señor, tu Dios, que no me queda pan. Apenas me queda un puñado de harina en la tinaja y un poco de aceite en la alcuza. Precisamente estaba recogiendo algo de leña, para ir a cocerlo para mí y para mi hijo. Nos lo comeremos y luego moriremos.
13 Elías le dijo:
— No te apures. Anda y haz lo que dices. Pero primero prepárame de ahí un panecillo y tráemelo. Después podrás hacerlo para ti y para tu hijo. 14 Porque el Señor, Dios de Israel, ha dicho que ni la tinaja de harina se acabará ni la alcuza de aceite se vaciará hasta el día en que él mande la lluvia sobre la tierra.
15 La mujer fue a hacer lo que le dijo Elías y pudieron comer él, ella y su familia durante mucho tiempo. 16 La tinaja de harina no se acabó ni la alcuza de aceite se vació, tal y como el Señor había anunciado por medio de Elías.
17 Algún tiempo después de estos sucesos, el hijo de la dueña de la casa cayó enfermo y la enfermedad se agudizó tanto que murió. 18 Entonces la mujer dijo a Elías:
— ¿Qué tienes contra mí, hombre de Dios? ¿Has venido a mi casa para recordarme mis culpas y hacer morir a mi hijo?
19 Pero él le dijo:
— Dame a tu hijo.
Y tomándolo de su regazo, lo subió a la habitación donde se alojaba y lo acostó en su cama. 20 Luego clamó al Señor:
— Señor, Dios mío, ¿es que vas a hacer sufrir también a esta viuda que me ha hospedado, haciendo morir a su hijo?
21 Luego se tendió tres veces sobre el niño y volvió a clamar al Señor:
— ¡Señor, Dios mío, devuelve el aliento a este niño!
22 El Señor escuchó a Elías y el niño recuperó el aliento y revivió. 23 Entonces Elías tomó al niño, lo bajó de su habitación y se lo entregó a su madre, diciéndole:
— Mira, tu hijo está vivo.
24 La mujer dijo a Elías:
— Ahora reconozco que eres un hombre de Dios y que Dios habla de verdad por medio de ti.
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España