Historical
8 En un período de veinte años Salomón construyó el Templo del Señor y su palacio.
Resto del reinado de Salomón (8,2—9,31)
Otras actividades (1 Re 9,10-28)
2 Salomón reconstruyó las veinte ciudades que le había dado Jirán e instaló en ellas a los israelitas. 3 Después atacó Jamat de Sobá y la conquistó. 4 Reconstruyó Tadmor en el desierto y todas las ciudades de avituallamiento que había construido en Jamat. 5 Convirtió a Bet Jorón de arriba y a Bet Jorón de abajo en plazas fuertes con murallas, puertas y cerrojos. 6 Y lo mismo hizo con Baalat, con todas las ciudades de avituallamiento que tenía, con las postas de carros y caballos y con todo cuanto quiso construir en Jerusalén, en el Líbano y en todo el territorio de su soberanía.
7 A todos los supervivientes de los hititas, amorreos, fereceos, jeveos y jebuseos que no eran israelitas, 8 y que eran descendientes de aquellos que habían quedado en el país, porque los israelitas no habían podido aniquilarlos, Salomón los sometió a trabajos forzados. Y así siguen en la actualidad. 9 En cuanto a los israelitas, no los sometió a trabajos forzados durante su reinado, pues eran sus soldados, sus oficiales, sus escuderos y los encargados de sus carros y caballos. 10 Los capataces del rey eran doscientos cincuenta, que supervisaban a la gente.
11 Salomón trasladó a la hija del faraón desde la ciudad de David al palacio que le había construido, pues pensaba que su esposa no debía residir en el palacio de David, el rey de Israel, ya que los lugares donde había entrado el Arca eran sagrados.
12 Entonces Salomón ofreció holocaustos al Señor sobre el altar que le había construido delante del atrio. 13 Y según el ritual diario ofrecía holocaustos, de acuerdo con las prescripciones de Moisés, los sábados, los primeros de mes y las tres fiestas anuales: la de los Panes sin levadura, la de las Semanas y la de las Tiendas. 14 De acuerdo con las disposiciones de su padre David, estableció los turnos de ministerio de los sacerdotes, los servicios de los levitas como cantores y ayudantes de los sacerdotes, según el ritual diario, y los turnos de los porteros en cada una de las puertas, pues así lo había dispuesto David, el hombre de Dios. 15 Y no desatendieron ninguna de las disposiciones del rey relativas a los sacerdotes y levitas, a los tesoros y a todas las demás cosas. 16 Así se realizó toda la obra de Salomón, desde el día en que se pusieron los cimientos del Templo del Señor hasta su total terminación.
17 Salomón se dirigió a Esionguéber y a Elat, en la costa del mar, en territorio de Edom. 18 Y Jirán le envió, por medio de sus servidores, barcos y marineros expertos que junto con los servidores de Salomón llegaron hasta Ofir y trajeron de allí cuatrocientos cincuenta talentos de oro para el rey Salomón.
Salomón y la reina de Sabá (1 Re 10,1-13)
9 La reina de Sabá tuvo noticia de la fama de Salomón y para ponerlo a prueba con enigmas, vino a Jerusalén con una magnífica caravana de camellos cargados de perfumes, oro en abundancia y piedras preciosas. Cuando se presentó ante Salomón debatió con él todas las cuestiones que traía. 2 Salomón contestó a todas sus preguntas: no hubo ninguna tan difícil que el rey no supiera responderle. 3 Cuando la reina de Sabá comprobó toda la sabiduría de Salomón, el palacio que había construido, 4 los manjares de su mesa, la disposición de sus comensales, la compostura y los uniformes de sus sirvientes, los uniformes de sus camareros y los holocaustos que ofrecía en el Templo del Señor, se quedó asombrada 5 y dijo al rey:
— ¡Es cierto lo que había oído en mi país acerca de tus palabras y de tu sabiduría! 6 Yo no me lo creía, hasta que he venido y lo he visto con mis propios ojos. Pero no me habían contado ni la mitad de tu gran sabiduría, pues superas las noticias que tenía. 7 ¡Felices tus esposas y cortesanos, que están siempre a tu lado disfrutando de tu sabiduría! 8 ¡Bendito sea el Señor, tu Dios, que ha tenido a bien ponerte en su trono como rey del Señor tu Dios y, reafirmando su eterno amor a Israel, te ha convertido en su rey para garantizar la justicia y el derecho!
9 La reina regaló al rey ciento veinte talentos de oro, gran cantidad de perfumes y piedras preciosas. Nunca hubo perfumes como los que la reina de Sabá regaló al rey Salomón. 10 Además, los siervos de Jirán y los de Salomón, que habían traído el oro de Ofir, trajeron también gran cantidad de madera de sándalo y piedras preciosas. 11 Con la madera de sándalo el rey hizo entarimados para el Templo del Señor y para el palacio real y cítaras y arpas para los músicos. Sándalo como aquel no se había visto antes en el territorio de Judá. 12 El rey Salomón, por su parte, dio a la reina de Sabá todo cuanto ella quiso y pidió, superando lo que ella había llevado al rey. Luego la reina y su séquito regresaron a su país.
Comercio y riquezas de Salomón (1 Re 10,14-28)
13 Salomón recibía anualmente seiscientos sesenta y seis talentos de oro, 14 sin contar el que llegaba de mercaderes y comerciantes; y todos los reyes de Arabia y los gobernadores del país traían oro y plata a Salomón. 15 El rey Salomón mandó hacer doscientos escudos chapados en oro, de seiscientos siclos de oro cada uno, 16 y otros trescientos escudos más pequeños, también chapados en oro, de trescientos siclos de oro cada uno, y los colocó en el edificio del Bosque del Líbano. 17 El rey mandó hacer también un gran trono de marfil, recubierto de oro puro. 18 El trono tenía seis escalones, un escabel de oro fijado al trono y dos brazos a ambos lados del asiento, con dos leones de pie junto a los brazos 19 y otros doce leones, también de pie, a ambos lados de los seis escalones. Nunca se había hecho nada parecido en ningún reino. 20 Toda la vajilla del rey Salomón era de oro y los objetos del edificio del Bosque del Líbano, de oro puro. No había nada de plata, pues en tiempos de Salomón la plata estaba devaluada. 21 El rey tenía una flota de barcos que iban a Tarsis, con los servidores de Jirán, y cada tres años llegaban los barcos de Tarsis, cargados de oro, plata, marfil, monos y pavos reales. 22 El rey Salomón superó a todos los reyes de la tierra en riquezas y en sabiduría, 23 y todos los reyes de la tierra querían conocerlo para escuchar la sabiduría que Dios le había dado. 24 Cada cual le traía su regalo: objetos de plata y oro, vestidos, armas, perfumes, caballos y mulos. Y así, año tras año. 25 Salomón tenía también cuatro mil caballerizas para sus caballos y carros y doce mil caballos de montar, que guardaba en las ciudades con establos y en Jerusalén junto al propio rey. 26 Era soberano de todos los reyes desde el Éufrates hasta el país filisteo y la frontera de Egipto. 27 El rey hizo que en Jerusalén hubiera tanta plata como piedras y tantos cedros como higueras silvestres en la llanura. 28 Los caballos de Salomón provenían de Egipto y de todos los demás países.
Muerte de Salomón (1 Re 11,41-43)
29 El resto de la historia de Salomón, de principio a fin, está escrito en la historia del profeta Natán, en la profecía de Ajías de Siló y en las visiones del vidente Idó acerca de Jeroboán, el hijo de Nabat. 30 Salomón reinó en Jerusalén sobre todo Israel durante cuarenta años. 31 Cuando murió, lo enterraron en la ciudad de su padre David. Su hijo Roboán le sucedió en el trono.
IV.— HISTORIA DEL REINO DE JUDÁ (10—36)
La división del reino (10—13)
Roboán y la división del reino (1 Re 12,1-19)
10 Roboán fue a Siquén, adonde había acudido todo Israel para proclamarlo rey. 2 Cuando se enteró Jeroboán, hijo de Nabat, que se había refugiado en Egipto huyendo del rey Salomón, regresó de Egipto, 3 pues lo habían mandado llamar, y Jeroboán llegó con toda la asamblea de Israel para decir a Roboán:
4 — Tu padre nos impuso un yugo insoportable. Si tú aligeras ahora la dura servidumbre y el yugo insoportable que tu padre nos impuso, nosotros te serviremos.
5 Él les respondió:
— Vuelvan a verme dentro de tres días.
La gente se marchó 6 y el rey Roboán pidió consejo a los ancianos que habían asistido a su padre Salomón mientras vivió:
— ¿Qué me aconsejan responder a esta gente?
7 Ellos le dijeron:
— Si te portas bien con esta gente, si los complaces y les respondes con buenas palabras, ellos te servirán de por vida.
8 Pero Roboán desoyó el consejo que le dieron los ancianos y consultó a los jóvenes que se habían criado con él y estaban a su servicio. 9 Él les preguntó:
— ¿Qué me aconsejan ustedes responder a esta gente que me ha pedido que les suavice el yugo que les impuso mi padre?
10 Los jóvenes que se habían criado con él le respondieron:
— Esa gente te ha dicho: “Tu padre nos impuso un yugo insoportable, aligéranoslo tú”. Respóndeles así: “Mi dedo meñique es más gordo que la cintura de mi padre: 11 si mi padre los cargó con un yugo insoportable, yo aumentaré su carga; si mi padre los castigaba con azotes, yo lo haré a latigazos”.
12 Al tercer día, Jeroboán y todo el pueblo fueron a ver a Roboán, tal y como el rey les había dicho. 13 Pero el rey les respondió con dureza: desoyó el consejo de los ancianos, 14 y les habló siguiendo el consejo de los jóvenes:
— Mi padre les impuso un yugo insoportable, pero yo aumentaré su carga. Mi padre los castigó con azotes, pero yo lo haré a latigazos.
15 Y el rey no quiso escuchar al pueblo; así lo había decidido Dios para cumplir de esta manera la promesa que el Señor había hecho a Jeroboán, hijo de Nabat, por medio de Ajías de Siló.
16 Cuando todos los israelitas vieron que el rey no les hacía caso, le replicaron diciendo:
— ¡No tenemos nada que ver con David, ni repartimos herencia con el hijo de Jesé! ¡A tus tiendas, Israel! Y que ahora David se preocupe de su casa.
Y los israelitas marcharon a sus casas.
17 Roboán siguió reinando sobre los israelitas que residían en las ciudades de Judá. 18 El rey Roboán envió a Adonirán, jefe de los trabajos forzados, pero los israelitas lo apedrearon hasta matarlo, y entonces el rey Roboán tuvo que apresurarse a subir en su carro para huir a Jerusalén. 19 Así fue como Israel se rebeló contra la dinastía de David hasta el día de hoy.
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España