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Historical

Read the books of the Bible as they were written historically, according to the estimated date of their writing.
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Reina Valera Contemporánea (RVC)
Version
2 Crónicas 15-18

Reformas religiosas de Asa(A)

15 El espíritu de Dios vino sobre Azarías hijo de Obed, y éste salió al encuentro de Asa y le dijo:

«Escúchenme ustedes, Asa y todo Judá y Benjamín: El Señor estará con ustedes, si ustedes están con él. Si lo buscan, lo hallarán; pero si lo dejan, también él los dejará. Israel pasó mucho tiempo sin un Dios verdadero y sin un sacerdote que los instruyera, y sin ley; pero cuando en su angustia se volvieron al Señor y Dios de Israel, y lo buscaron, lo hallaron. En aquellos tiempos no había paz, ni para el que entraba ni para el que salía, sino que los habitantes de todas las naciones encaraban muchas aflicciones. Un pueblo destruía a otro, y una ciudad atacaba a otra ciudad, porque Dios les enviaba toda clase de calamidades. Pero si ustedes se esfuerzan, y no pierden el ánimo, todo lo que hagan tendrá su recompensa.»

Cuando Asa oyó las palabras y la profecía del profeta Azarías hijo de Obed, se animó y quitó de toda la tierra de Judá y de Benjamín, y de las ciudades que había conquistado en la región montañosa de Efraín, los ídolos repugnantes; además, reparó el altar del Señor que estaba frente al pórtico del Señor. Luego reunió a todo Judá y Benjamín, y también a los forasteros de Efraín, Manasés y Simeón, pues al ver que el Señor su Dios estaba con Asa, muchos israelitas se le habían unido. 10 El mes tercero del año decimoquinto del reinado de Asa se reunieron en Jerusalén, 11 y del botín que habían obtenido, ese mismo día ofrecieron al Señor setecientos bueyes y siete mil ovejas. 12 Además, juraron solemnemente que con todo el corazón y con toda su alma buscarían al Señor y Dios de sus padres, 13 y que todo el que no buscara al Señor, Dios de Israel, moriría, sin importar que fuera grande o pequeño, hombre o mujer. 14 Esto lo juraron ante el Señor a toda voz y con gran júbilo, al son de trompetas y bocinas. 15 Todos los de Judá se alegraron de este juramento; porque lo hicieron de todo corazón. Y como buscaron al Señor de todo corazón, lo hallaron; y el Señor les dio paz por toda la región.

16 Asa llegó incluso a destituir a Macá, la reina madre, porque ella hizo una imagen de la diosa Asera; Asa destruyó la imagen hasta hacerla polvo, y la quemó a orillas del arroyo de Cedrón. 17 A pesar de todo esto, y aunque el corazón de Asa fue perfecto durante toda su vida, los lugares altos no fueron quitados de Israel. 18 Sin embargo, Asa llevó al templo de Dios toda la plata y el oro y los utensilios que su padre y él mismo habían consagrado, 19 y durante los treinta y cinco años del reinado de Asa no hubo más guerra.

Alianza de Asa con Ben Adad(B)

16 En el año treinta y seis del reinado de Asa, el rey Basá de Israel se lanzó contra Judá y, para impedir que nadie llegara en ayuda del rey Asa de Judá, ni tampoco pudiera huir, fortificó la ciudad de Ramá, Asa sacó entonces el oro y la plata que había en los tesoros del templo del Señor y en el palacio real, y los envió al rey Ben Adad de Siria, que estaba en Damasco, con este mensaje:

«Hagamos tú y yo un pacto, como el que hicieron tu padre y el mío. Aquí te envío oro y plata. Ven y rompe el pacto que has hecho con el rey Basá de Israel, para que deje de atacarme.»

Ben Adad aceptó la propuesta del rey Asa, y ordenó a los capitanes de sus ejércitos que atacaran las ciudades de Israel. Así conquistaron Iyón, Dan, Abel Mayin y las ciudades de aprovisionamiento de Neftalí. En cuanto Basá supo esto, suspendió las obras de construcción en Ramá. Entonces el rey Asa agrupó a todo Judá para llevarse de Ramá la piedra y la madera con que Basá estaba edificando, y con ese material edificó a Geba y a Mispá.

Por eso días el vidente Jananí llegó a ver al rey Asa de Judá, y le dijo:

«Tú, lejos de apoyarte en el Señor tu Dios, has buscado el apoyo del rey de Siria. Por eso el ejército del rey de Siria se te ha escapado de las manos. ¿Acaso los etíopes y los libios no eran un ejército incontable, con carros de guerra y mucha gente de a caballo? Sin embargo, el Señor los puso en tus manos porque te apoyaste en él. Los ojos del Señor están contemplando toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los que mantienen hacia él un corazón perfecto. Pero en este caso tú has actuado como un necio. Por eso, de ahora en adelante te verás envuelto en más guerras.»

10 Asa se enojó contra el vidente, y tan grande fue su enojo que lo echó en la cárcel. Por eso días, Asa oprimió también a algunos del pueblo.

Muerte de Asa(C)

11 Los primeros y los últimos hechos de Asa se hallan registrados en el libro de los reyes de Judá y de Israel. 12 En el año treinta y nueve de su reinado, Asa enfermó gravemente de los pies, y en su enfermedad no buscó al Señor, sino a los médicos. 13 Finalmente, Asa descansó entre sus antepasados en el año cuarenta y uno de su reinado, 14 y fue sepultado en los sepulcros que él mismo había mandado construir en la ciudad de David. Lo pusieron en un ataúd, el cual fue llenado de perfumes y diversas especias aromáticas, preparadas por perfumistas expertos, y en su honor se prendió una enorme hoguera.

Reinado de Josafat

17 Después de Asa reinó en su lugar su hijo Josafat, el cual se impuso por la fuerza sobre Israel. En todas las ciudades fortificadas de Judá puso ejércitos, y colocó guarniciones en Judá y en las ciudades de Efraín que su padre Asa había conquistado. El Señor estuvo con Josafat, porque éste no se fue tras los baales, sino que siguió los caminos por los que antes anduvo David, su padre; buscó al Dios de sus antepasados y siguió sus mandamientos y no lo que hacían los de Israel. Por eso el Señor confirmó en sus manos el reino, y todo Judá le daba tributo, así que llegó a tener grandes y abundantes riquezas y esplendor. Se entrego de corazón a los caminos del Señor, y quitó de en medio de Judá los lugares altos y las imágenes de Asera.

Al tercer año de su reinado, Josafat envió a sus príncipes Ben Jayil, Abdías, Zacarías, Natanael y Micaías, para que instruyeran a la gente en las ciudades de Judá. Con ellos envió a los levitas Semaías, Netanías, Zebadías, Asael, Semiramot, Jonatán, Adonías, Tobías y Tobadonías, y también a los sacerdotes Elisama y Jorán. Éstos llevaban consigo el libro de la ley del Señor, y recorrieron todas las ciudades de Judá enseñando al pueblo.

10 El pavor del Señor dominaba a todos los reinos vecinos de Judá, y éstos nunca se atrevieron a declararle la guerra a Josafat. 11 Los filisteos le pagaban a Josafat tributos de plata y le llevaban regalos. También los árabes le llevaban ganados y hasta siete mil setecientos carneros y siete mil setecientos machos cabríos. 12 Con esto, Josafat fue ganando mucha fuerza, y edificó en Judá fortalezas y ciudades de aprovisionamiento. 13 Acumuló muchas provisiones en las ciudades de Judá, y en Jerusalén tenía hombres muy valientes y aguerridos. 14 Según sus casas paternas y los jefes de los legiones de Judá, su número era el siguiente:

Trescientos mil guerreros muy esforzados, bajo el mando del general Adnas.

15 Doscientos ochenta mil soldados, bajo el mando del jefe Johanán.

16 Doscientos mil valientes, bajo el mando de Amasías hijo de Zicri, que se había presentado voluntariamente para servir al Señor.

17 Doscientos mil guerreros armados de arco y escudo, bajo el mando de Eliada, un benjaminita muy valeroso.

18 Ciento ochenta mil hombres en pie de guerra, bajo el mando de Jozabad.

19 Todos ellos estaban al servicio del rey, sin contar a los que el rey mismo había puesto en las ciudades fortificadas de todo Judá.

Micaías profetiza la derrota de Ajab(D)

18 Además de sus abundantes riquezas y gran esplendor, Josafat se emparentó con Ajab, así que algunos años después fue a Samaria para visitar a Ajab, y Ajab mató muchas ovejas y bueyes para él y para la gente que lo acompañaba, pero lo persuadió a unirse con él para atacar a Ramot de Galaad. El rey Ajab de Israel le dijo al rey Josafat de Judá:

«¿Quieres atacar conmigo a Ramot de Galaad?»

Y Josafat le respondió:

«Yo soy como tú, y mi pueblo es como tu pueblo. Iremos contigo a la guerra. Pero antes te ruego que consultes hoy mismo la palabra del Señor.»

El rey de Israel reunió a cuatrocientos profetas, y les preguntó:

«¿Debemos ir a la guerra contra Ramot de Galaad, o debo quedarme quieto?»

Los profetas dijeron:

«Su Majestad puede ir, porque Dios los pondrá en sus manos.»

Pero Josafat dijo:

«¿No hay aquí algún profeta del Señor, por medio del cual podamos consultarlo?»

El rey de Israel le respondió a Josafat:

«Aún queda uno, que es Micaías hijo de Imla. Por medio de él podemos consultar al Señor. Pero yo lo aborrezco, porque nunca me profetiza nada bueno, sino sólo cosas malas.»

Josafat objetó:

«No hable así Su Majestad.»

El rey de Israel llamó a un oficial, y le dijo:

«¡Que venga enseguida Micaías hijo de Imla!»

Tanto el rey de Israel como el rey Josafat de Judá estaban sentados en su trono y vestidos con sus ropas reales, en la plaza que estaba junto a la entrada de la puerta de Samaria, mientras todos los profetas profetizaban en su presencia. 10 Sedequías hijo de Quenaná había hecho unos cuernos de hierro, y decía:

«Así ha dicho el Señor: “Con éstos cuernos atacarás a los sirios, hasta destruirlos por completo.”»

11 También todos los profetas profetizaban lo mismo, y decían:

«Vaya Su Majestad y ataque a Ramot de Galaad, que obtendrá la victoria. El Señor la pondrá en sus manos.»

12 El mensajero que había ido a llamar a Micaías, le dijo:

«Toma en cuenta que las palabras de los profetas coinciden en anunciar al rey cosas buenas. Yo te ruego que hables bien, y que tus palabras sean como las de ellos.»

13 Pero Micaías respondió:

«Juro por el Señor, que sólo diré lo que mi Dios me ordene decir.»

Cuando Micaías se presentó ante el rey, 14 éste le dijo:

«Micaías, ¿debemos ir y pelear contra Ramot de Galaad, o debo quedarme quieto?»

Y Micaías respondió:

«Vayan, que van a obtener la victoria. Esa gente será puesta en las manos de ustedes.»

15 El rey le dijo:

«¿Cuántas veces debo hacerte jurar, por el nombre del Señor, que no me digas nada que no sea la verdad?»

16 Entonces Micaías dijo:

«Veo a todo Israel esparcido por los montes, como ovejas sin pastor.(E) El Señor ha dicho: “Esta gente no tiene a quien seguir. Que se regresen todos a su casa en paz.”»

17 El rey de Israel le dijo entonces a Josafat:

«¿No te había dicho ya que éste no me profetizaría nada bueno, sino sólo el mal?»

18 Pero Micaías añadió:

«Escuchen la palabra del Señor: Yo he visto al Señor sentado en su trono. A su derecha y a su izquierda estaba todo el ejército de los cielos. 19 Y el Señor preguntó: “¿Quién inducirá a Ajab, el rey de Israel, para que ataque a Ramot de Galaad y muera en el intento?” Y uno decía una cosa, y otro decía otra. 20 Pero un espíritu fue y se puso delante del Señor, y dijo: “Yo lo induciré.” Y el Señor preguntó: “¿Y cómo lo harás?” 21 Y aquel espíritu dijo: “Saldré y seré un espíritu de mentira en labios de todos sus profetas.” Entonces el Señor dijo: “Ve y hazlo así. Indúcelo, que lograrás hacerlo.” 22 Así que el Señor ha puesto un espíritu de mentira en labios de estos profetas tuyos. El Señor ha dictado el mal contra ti.»

23 En ese momento Sedequías hijo de Quenaná se acercó a Micaías y lo golpeó en la mejilla, a la vez que le decía:

«¿Y por dónde salió de mí el espíritu del Señor para hablarte a ti?»

24 Y Micaías le respondió:

«Lo verás cuando llegue el momento, y que será cuando vayas de un cuarto a otro, para esconderte.»

25 Entonces el rey de Israel dijo:

«Agarren a Micaías, y llévenlo ante Amón, el gobernador de la ciudad, y ante Joás, el hijo del rey. 26 Díganles que yo, el rey, ordeno que lo metan a la cárcel, y que lo tengan a pan y agua, para que sufra y se angustie hasta que yo vuelva en paz.»

27 Pero Micaías dijo, y lo repitió:

«¡Escúchenme, pueblos todos! Si tú vuelves en paz, entonces el Señor no ha hablado por medio de mí.»

28 El rey de Israel y el rey Josafat de Judá se dirigieron a Ramot de Galaad para atacarla. 29 Y el rey de Israel le dijo a Josafat:

«Yo voy a disfrazarme para entrar en batalla. Pero tú puedes llevar puestas tus vestimentas reales.»

Y así, el rey de Israel se disfrazó y entró en batalla. 30 Por su parte, el rey de Siria había dado a los capitanes de los carros que tenía consigo, la siguiente orden:

«No traben combate con nadie, chico o grande, sino sólo con el rey de Israel.»

31 En cuanto los capitanes de los carros vieron a Josafat, dijeron: «Éste es el rey de Israel», y lo rodearon para pelear contra él, pero Josafat clamó al Señor y el Señor lo ayudó y apartó de él a sus atacantes, 32 pues cuando los capitanes de los carros vieron que no era el rey de Israel, dejaron de atacarlo. 33 Pero uno de ellos disparó una flecha al azar y logró herir de muerte al rey de Israel, pues le dio entre las junturas de su armadura. Entonces el rey le ordenó al cochero:

«Da vuelta al carro y sácame del campo, que estoy mal herido.»

34 Pero la batalla arreció ese día, así que el rey de Israel tuvo que mantenerse en pie en el carro, frente a los sirios, hasta la tarde; y murió al ponerse el sol.

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