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Historical

Read the books of the Bible as they were written historically, according to the estimated date of their writing.
Duration: 365 days
Reina Valera Revisada (RVR1977)
Version
Jeremías 18-22

La parábola del alfarero y el barro

18 Palabra que vino a Jeremías de parte de Jehová, diciendo:

Levántate y vete a casa del alfarero, y allí te haré oír mis palabras.

Y descendí a casa del alfarero, y he aquí que él trabajaba sobre las dos ruedas.

Y siempre que la vasija que él hacía se echaba a perder en su mano, volvía a hacer otra vasija, según le parecía mejor hacerla.

Entonces vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel?, dice Jehová. He aquí que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel.

De pronto puedo hablar contra un pueblo y contra un reino, para arrancar, y derribar, y destruir.

Pero si ese pueblo contra el cual hablé se vuelve de su maldad, yo me arrepiento del mal que había pensado hacerles,

y en un instante hablo de la gente y del reino, para edificar y para plantar.

10 Pero si hace lo malo delante de mis ojos, no escuchando mi voz, me arrepiento del bien que había determinado hacerle.

11 Ahora, pues, habla luego a todo hombre de Judá y a los moradores de Jerusalén, diciendo: Así dice Jehová: He aquí que yo tramo el mal contra vosotros, y trazo contra vosotros maquinación; conviértase ahora cada uno de su mal camino, y enmiende sus caminos y sus obras.

12 Y dijeron: Es en vano; porque en pos de nuestras propias maquinaciones iremos, y haremos cada uno según la terquedad de nuestro malvado corazón.

13 Por tanto, así dice Jehová: Preguntad ahora entre las naciones, quién ha oído cosa semejante. Gran fealdad ha hecho la virgen de Israel.

14 ¿Faltará la nieve del Líbano de su roca más alta? ¿Faltarán las aguas frías que corren de lejanas tierras?

15 Porque mi pueblo me ha olvidado, incensando a lo que es vanidad, y ha sido inducido a tropezar en sus caminos, en las sendas antiguas, para que camine por sendas y no por camino transitado,

16 para hacer de su tierra objeto de asombro y de burla perpetua; todo aquel que pase por ella se asombrará, y meneará la cabeza.

17 Como con viento solano los esparciré delante del enemigo; les mostraré las espaldas y no el rostro, en el día de su perdición.

Conspiración del pueblo y oración de Jeremías

18 Y dijeron: Venid y maquinemos contra Jeremías; porque la ley no faltará al sacerdote, ni el consejo al sabio, ni la palabra al profeta. Venid e hirámoslo con la lengua, y no atendamos a ninguna de sus palabras.

19 Oh Jehová, mira por mí, y presta atención a la voz de los que contienden conmigo.

20 ¿Es que se paga mal por bien, para que hayan cavado hoyo a mi alma? Acuérdate que me puse delante de ti para hablar el bien por ellos, para apartar de ellos tu ira.

21 Por tanto, entrega sus hijos a hambre, entrégalos al poder de la espada, y queden sus mujeres sin hijos, y viudas; y sus maridos sean puestos a muerte, y sus jóvenes heridos a espada en la batalla.

22 Óigase clamor de sus casas, cuando traigas sobre ellos de repente un ejército; porque cavaron un hoyo para prenderme, y a mis pies han escondido lazos.

23 Pero tú, oh Jehová, conoces todo su plan contra mí para matarme; no perdones su maldad, ni borres su pecado de delante de tu rostro; sino deja que tropiecen delante de ti; haz así con ellos en el tiempo de tu enojo.

La señal de la vasija rota

19 Así dijo Jehová: Ve y compra una vasija de barro de alfarero, y lleva contigo de los ancianos del pueblo, y de los ancianos de los sacerdotes;

y saldrás al valle del hijo de Hinom, que está a la entrada de la puerta de las tejoletas, y proclamarás allí las palabras que yo te hablaré.

Dirás, pues: Oíd la palabra de Jehová, oh reyes de Judá, y moradores de Jerusalén. Así dice Jehová de los ejércitos, el Dios de Israel: He aquí que yo traigo mal sobre este lugar, tal que a todo el que lo oiga, le retiñan los oídos.

Porque me dejaron, y enajenaron este lugar, y ofrecieron en él incienso a dioses ajenos, los cuales no habían conocido ellos, ni sus padres, ni los reyes de Judá; y llenaron este lugar de sangre de inocentes.

Y edificaron lugares altos a Baal, para quemar con fuego a sus hijos en holocaustos al mismo Baal; cosa que no les mandé, ni hablé, ni me vino al pensamiento.

Por tanto, he aquí vienen días, dice Jehová, en que este lugar no se llamará más Tófet, ni valle del hijo de Hinom, sino Valle de la Matanza.

Y anularé los planes de Judá y de Jerusalén en este lugar, y les haré caer a espada delante de sus enemigos, y en las manos de los que buscan sus vidas; y daré sus cuerpos para comida a las aves del cielo y a las bestias de la tierra.

Pondré a esta ciudad por espanto y burla; todo aquel que pase por ella se asombrará, y se burlará sobre toda su destrucción.

Y les haré comer la carne de sus hijos y la carne de sus hijas, y cada uno comerá la carne de su amigo, en el asedio y en el apuro con que los estrecharán sus enemigos y los que buscan sus vidas.

10 Entonces quebrarás la vasija ante los ojos de los varones que van contigo,

11 y les dirás: Así dice Jehová de los ejércitos: Así quebrantaré a este pueblo y a esta ciudad, como quien quiebra una vasija de alfarero, que no se puede restaurar más; y en Tófet se enterrarán, porque no habrá otro lugar para enterrar.

12 Así haré a este lugar, dice Jehová, y a sus moradores, poniendo esta ciudad como un Tófet.

13 Las casas de Jerusalén, y las casas de los reyes de Judá, serán como el lugar de Tófet, inmundas, todas las casas sobre cuyos tejados ofrecieron incienso a todo el ejército del cielo, y vertieron libaciones a dioses ajenos.

14 Y volvió Jeremías de Tófet, adonde le había enviado Jehová a profetizar, y se paró en el atrio de la casa de Jehová y dijo a todo el pueblo:

15 Así dice Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí, yo traigo sobre esta ciudad y sobre todas sus villas todo el mal que hablé contra ella; porque han endurecido su cerviz para no oír mis palabras.

Profecía contra Pasur

20 El sacerdote Pasur, hijo de Imer, que era inspector jefe en la casa de Jehová, oyó a Jeremías que profetizaba estas palabras.

E hizo Pasur dar una paliza al profeta Jeremías, y lo puso en el cepo que estaba en la puerta superior de Benjamín, la cual conducía a la casa de Jehová.

Y al día siguiente, Pasur sacó a Jeremías del cepo. Le dijo entonces Jeremías: Jehová no ha llamado tu nombre Pasur, sino Magor-misabib.

Porque así dice Jehová: He aquí, haré que seas un terror a ti mismo y a todos los que bien te quieren, y caerán por la espada de sus enemigos, y tus ojos lo verán; y a todo Judá entregaré en manos del rey de Babilonia, y los llevará cautivos a Babilonia, y los matará a espada.

Entregaré asimismo todas las reservas de esta ciudad, todo su lucro y todas sus cosas preciosas; y daré todos los tesoros de los reyes de Judá en manos de sus enemigos, y los saquearán, y los tomarán y los llevarán a Babilonia.

Y tú, Pasur, y todos los moradores de tu casa iréis cautivos; entrarás en Babilonia, y allí morirás, y allí serás enterrado tú, y todos los que bien te quieren, a los cuales has profetizado falsamente.

Lamentación de Jeremías ante Dios

Me sedujiste, oh Jehová, y fui seducido; eres más fuerte que yo, y has prevalecido; cada día he sido escarnecido, cada cual se burla de mí.

Porque cuantas veces hablo, doy voces, grito: Violencia y destrucción; porque la palabra de Jehová me ha sido para afrenta y escarnio todo el día.

Y si digo: No haré más mención de él, ni hablaré más en su nombre; entonces hay en mi corazón como un fuego ardiente metido en mis huesos; me fatigo en tratar de contenerlo, pero no puedo.

10 Porque he oído la murmuración de muchos, terror por todas partes: ¡Denunciadle! ¡Denunciémosle! Incluso de todos mis mayores amigos, los que acechan un traspiés mío: Quizá cometerá un desatino, decían, y prevaleceremos contra él, y tomaremos de él nuestra venganza.

11 Mas Jehová está conmigo como poderoso guerrero; por tanto, los que me persiguen tropezarán, y no prevalecerán; serán avergonzados en gran manera, porque no prosperarán; tendrán perpetua confusión que jamás será olvidada.

12 Oh Jehová de los ejércitos, que pruebas a los justos, que ves los riñones y el corazón, vea yo tu venganza de ellos; porque a ti he encomendado mi causa.

13 Cantad a Jehová, alabad a Jehová; porque ha librado el alma del pobre de mano de los malhechores.

14 Maldito el día en que nací; el día en que mi madre me dio a luz no sea bendito.

15 Maldito el hombre que dio nuevas a mi padre, diciendo: Un hijo varón te ha nacido, haciéndole alegrarse así mucho.

16 Y sea el tal hombre como las ciudades que asoló Jehová, y no se arrepintió; oiga gritos de mañana, y voces de alarma a mediodía,

17 porque no me mató en el vientre, y mi madre me hubiera sido mi sepulcro, y su vientre embarazado para siempre.

18 ¿Para qué salí del vientre? ¿Para ver trabajo y dolor, y que mis días se gastasen en afrenta?

Respuesta de Jehová a Sedequías

21 La palabra que vino de parte de Jehová a Jeremías, cuando el rey Sedequías envió a él a Pasur, hijo de Malquías, y al sacerdote Sofonías, hijo de Maasías, para que le dijesen:

Te ruego que consultes acerca de nosotros a Jehová, porque Nabucodonosor, rey de Babilonia, hace guerra contra nosotros; quizá Jehová hará con nosotros según todas sus maravillas, y aquél se irá de sobre nosotros.

Y Jeremías les dijo: Diréis así a Sedequías:

Así ha dicho Jehová, Dios de Israel: He aquí yo vuelvo atrás las armas de guerra que están en vuestras manos, con que vosotros peleáis contra el rey de Babilonia; y contra los caldeos que están fuera de la muralla y os tienen sitiados, y yo los reuniré en medio de esta ciudad.

Y yo pelearé contra vosotros con mano alzada y con brazo fuerte, con furor y enojo e ira grande.

Y heriré a los moradores de esta ciudad, a los hombres y a las bestias juntamente; y morirán de pestilencia grande.

Después, dice Jehová, entregaré a Sedequías, rey de Judá, a sus criados, al pueblo y a los que queden de la pestilencia, de la espada y del hambre en la ciudad, en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, en manos de sus enemigos y de los que buscan sus vidas, y él los herirá a filo de espada; no los perdonará, ni tendrá compasión de ellos, ni tendrá de ellos misericordia.

Y a este pueblo dirás: Así dice Jehová: He aquí, pongo delante de vosotros camino de vida y camino de muerte.

El que quede en esta ciudad morirá a espada, de hambre o de pestilencia; mas el que salga y se pase a los caldeos que os tienen sitiados, vivirá, y su vida le será por despojo.

10 Porque he puesto mi rostro contra esta ciudad para mal, y no para bien, dice Jehová; en manos del rey de Babilonia será entregada, y la quemará a fuego.

11 Y a la casa del rey de Judá dirás: Oíd palabra de Jehová:

12 Casa de David, así dice Jehová: Haced justicia cada mañana, y librad al oprimido de manos del opresor, para que mi ira no salga como fuego, y se encienda y no haya quien lo apague, por la maldad de vuestras obras.

13 He aquí, yo estoy contra ti, moradora del valle, y de la roca de la llanura, dice Jehová; los que decís: ¿Quién bajará contra nosotros, y quién entrará en nuestras moradas?

14 Yo os castigaré conforme al fruto de vuestras obras, dice Jehová, y haré encender fuego en su bosque, y consumirá todo lo que está alrededor de ella.

Profecías contra los reyes de Judá

22 Así dice Jehová: Desciende a la casa del rey de Judá, y habla allí esta palabra,

y di: Oye la palabra de Jehová, oh rey de Judá, que estás sentado sobre el trono de David, tú, y tus siervos, y tu pueblo que entra por estas puertas.

Así dice Jehová: Haced juicio y justicia, y librad al oprimido de mano del opresor, y no engañéis ni robéis al extranjero, ni al huérfano ni a la viuda, ni derraméis sangre inocente en este lugar.

Porque si efectivamente obedecéis esta palabra, los reyes descendientes de David que se sientan sobre su trono, entrarán montados en carros y en caballos por las puertas de esta casa; ellos, y sus criados y su pueblo.

Mas si no oís estas palabras, por mí mismo he jurado, dice Jehová, que esta casa será desierta.

Porque así ha dicho Jehová acerca de la casa del rey de Judá: Como Galaad eres tú para mí, y como la cima del Líbano; sin embargo, te convertiré en soledad, y como ciudades deshabitadas.

Prepararé contra ti destruidores, cada uno con sus armas, y cortarán tus cedros escogidos y los echarán en el fuego.

Y muchas gentes pasarán junto a esta ciudad, y dirán cada uno a su prójimo: ¿Por qué hizo así Jehová con esta gran ciudad?

Y se les responderá: Porque dejaron el pacto de Jehová su Dios, y adoraron dioses ajenos y les sirvieron.

10 No lloréis al muerto, ni de él os condoláis; llorad amargamente por el que se va, porque no volverá jamás, ni verá la tierra donde nació.

11 Porque así ha dicho Jehová acerca de Salum hijo de Josías, rey de Judá, el cual reinó en lugar de Josías su padre, y que salió de este lugar: No volverá más aquí,

12 sino que morirá en el lugar adonde lo llevaron cautivo, y no verá más esta tierra.

Profecía contra Joacim

13 ¡Ay del que edifica su casa con injusticia, y sus salas sin equidad, sirviéndose de su prójimo de balde, y no dándole el salario de su trabajo!

14 Que dice: Edificaré para mí casa amplia, y salas espaciosas; y le abre ventanas, y la cubre de cedro, y la pinta de bermellón.

15 ¿Reinarás, porque ambicionas sobrepujar en madera de cedro? ¿No comió y bebió tu padre, e hizo juicio y justicia, y entonces le fue bien?

16 Él juzgó la causa del afligido y del menesteroso, y entonces estuvo bien. ¿No es esto conocerme a mí?, dice Jehová.

17 Mas tus ojos y tu corazón no son sino para tu avaricia, y para derramar sangre inocente, y para opresión y para hacer violencia.

18 Por tanto, así ha dicho Jehová acerca de Joacim hijo de Josías, rey de Judá: No lo llorarán, diciendo: ¡Ay, hermano mío! y ¡Ay, hermana!, ni lo lamentarán, diciendo: ¡Ay, señor! ¡Ay, su grandeza!

19 Como un asno será enterrado, arrastrándole y echándole fuera de las puertas de Jerusalén.

20 Sube al Líbano y clama, y alza tu voz en Basán, y grita desde Abarim; porque todos tus amantes están destruidos.

21 Te he hablado en tu prosperidad, mas dijiste: No oiré. Éste fue tu camino desde tu juventud, que nunca escuchaste mi voz.

22 A todos tus pastores pastoreará el viento, y tus amantes irán en cautiverio; entonces te avergonzarás y te confundirás a causa de toda tu maldad.

23 Oh habitante del Líbano, que tienes tu nido en los cedros. ¡Cómo gemirás cuando te vengan dolores, dolor como de mujer que está de parto!

24 Vivo yo, dice Jehová, que si Conías hijo de Joacim rey de Judá fuera anillo en mi mano derecha, aun de allí te arrancaría.

25 Te entregaré en manos de los que buscan tu vida, y en manos de aquellos que te atemorizan; sí, en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y en manos de los caldeos.

26 Te haré llevar cautivo a ti y a tu madre que te dio a luz, a tierra ajena en que no nacisteis; y allí moriréis.

27 Pero a la tierra a la cual ellos con toda el alma anhelan volver, allá no volverán.

28 ¿Es este hombre Conías una vasija despreciada y quebrada? ¿Es un trasto que nadie estima? ¿Por qué fueron arrojados él y su descendencia, y echados a una tierra que no habían conocido?

29 ¡Tierra, tierra, tierra!, oye palabra de Jehová.

30 Así dice Jehová: Escribid lo que sucederá a este hombre privado de descendencia, hombre a quien nada próspero sucederá en todos los días de su vida; porque ninguno de su descendencia logrará sentarse sobre el trono de David, ni reinar sobre Judá.

Reina Valera Revisada (RVR1977)

Texto bíblico tomado de La Santa Biblia, Reina Valera Revisada® RVR® Copyright © 2017 por HarperCollins Christian Publishing® Usado con permiso. Reservados todos los derechos en todo el mundo.