Read the Gospels in 40 Days
Lucas escribe sobre la vida de Jesús
1 Muchos ya han intentado contar la historia de los eventos que se cumplieron entre nosotros. 2 Escribieron lo que aprendimos de aquellos que desde el principio vieron lo que sucedió y servían a Dios anunciando a otros su mensaje. 3 Yo mismo, excelentísimo Teófilo, he investigado todo cuidadosamente de principio a fin, y decidí escribírtelo en orden 4 para que tengas la certeza de que lo que te han enseñado es verdad.
Anuncio del nacimiento de Juan el Bautista
5 En los tiempos del rey Herodes de Judea había un sacerdote llamado Zacarías, del grupo de Abías[a]. La esposa de Zacarías se llamaba Elisabet y venía de la familia de Aarón. 6 Los dos hacían el bien ante los ojos de Dios, cumpliendo sin falta las leyes y los mandatos del Señor. 7 No tenían hijos, porque Elisabet era estéril y además ambos ya eran ancianos.
8 Un día Zacarías estaba cumpliendo sus deberes de sacerdote ante Dios, porque a su grupo le tocaba el turno de servir en el templo. 9 De acuerdo con la costumbre de los sacerdotes le tocó en suerte a Zacarías entrar al templo del Señor y ofrecer el incienso. 10 Había mucha gente orando afuera del templo a la hora de ofrecer el incienso. 11 Entonces un ángel del Señor se le apareció a Zacarías. El ángel estaba de pie a la derecha del altar del incienso. 12 Al ver al ángel, Zacarías se inquietó y tuvo miedo. 13 Entonces el ángel le dijo:
—No tengas miedo, Zacarías, que Dios ha escuchado tus oraciones y Elisabet, tu esposa, tendrá un hijo, a quien le pondrás por nombre Juan. 14 Estarán felices y llenos de alegría y muchos se alegrarán por su nacimiento. 15 Juan será un gran hombre ante los ojos de Dios. No tomará vino ni ninguna bebida alcohólica. Aun antes de su nacimiento estará lleno del Espíritu Santo. 16 Juan hará que muchos israelitas se vuelvan al Señor su Dios. 17 Con el mismo poder espiritual de Elías, él preparará el camino para el Señor. Hará las paces entre padres e hijos y hará que los que no obedecen a Dios cambien y piensen como él manda. Así Juan preparará al pueblo para que esté bien dispuesto cuando el Señor venga.
18 Entonces Zacarías le dijo al ángel:
—¿Cómo puedo estar seguro de que esto pasará? Yo ya soy viejo y mi esposa tampoco es joven.
19 El ángel le respondió:
—Yo soy Gabriel y estoy a las órdenes del Señor. Él me mandó a hablar contigo para darte esta buena noticia. 20 Pero ahora, no podrás hablar hasta el día en que esto ocurra. Quedarás mudo por no creer lo que te dije, pero todo se cumplirá en el momento apropiado.
21 El pueblo estaba esperando a Zacarías. Se extrañaban porque se demoraba mucho en el templo. 22 Cuando salió, no podía hablarles. Se dieron cuenta de que él había visto una visión en el templo. Zacarías les hacía señas, pero seguía sin poder hablar.
23 Cuando terminó su tiempo de servicio, se fue a su casa. 24 Poco tiempo después, su esposa Elisabet quedó embarazada y no salió de su casa por cinco meses. Ella pensaba: 25 «¡Qué bueno ha sido el Señor conmigo! Él me ayudó y ahora la gente ya no me despreciará por no poder tener hijos».
Anuncio del nacimiento de Jesús
26 Al sexto mes de embarazo de Elisabet, Dios envió al ángel Gabriel a un pueblo de Galilea llamado Nazaret. 27 El ángel se le apareció a una joven llamada María, una virgen comprometida para casarse con un hombre llamado José, de la familia de David. 28 El ángel entró al lugar donde estaba la joven y le dijo:
—¡Hola! El Señor está contigo y quiere bendecirte.
29 Pero lo que dijo el ángel la dejó muy confundida y se preguntaba qué podría significar esto. 30 El ángel le dijo:
—No tengas miedo, María, porque Dios está contento contigo. 31 ¡Escúchame! Quedarás embarazada y tendrás un hijo a quien le pondrás por nombre Jesús. 32 Tu hijo será un gran hombre, será llamado el Hijo del Altísimo y el Señor Dios lo hará rey, como a su antepasado David. 33 Reinará por siempre sobre todo el pueblo de Jacob y su reinado no tendrá fin.
34 Entonces María le dijo al ángel:
—¿Cómo puede suceder esto? Nunca he estado con ningún hombre.
35 El ángel le contestó:
—El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso al niño santo que va a nacer se le llamará Hijo de Dios. 36 También escucha esto: tu pariente Elisabet, aunque es de edad avanzada, tendrá un hijo. Decían que no podía tener hijos; sin embargo, está en el sexto mes de embarazo. 37 ¡Para Dios nada es imposible!
38 María dijo:
—Soy sierva del Señor, que esto suceda tal como lo has dicho.
Y el ángel se retiró.
María visita a Elisabet
39 Entonces, María se levantó y se fue de prisa hacia los cerros, a un pueblo de Judea. 40 Fue a la casa de Zacarías y saludó a Elisabet. 41 Cuando Elisabet escuchó el saludo de María, el bebé saltó dentro de ella. Entonces Elisabet se llenó del Espíritu Santo, y 42 gritó:
—¡Dios te ha bendecido más que a todas las mujeres, y ha bendecido al bebé que tendrás! 43 ¿Quién soy yo para que la mamá de mi Señor venga a verme? 44 Cuando oí tu saludo, el bebé dentro de mí saltó de alegría. 45 El Señor te bendecirá porque creíste que sucedería lo que él te dijo.
María alaba a Dios
46 Entonces María dijo:
«Alabo al Señor con todo mi corazón.
47 Me alegro muchísimo en Dios, mi Salvador,
48 porque él tomó en cuenta a su humilde sierva.
De ahora en adelante todo el mundo dirá que Dios me ha bendecido,
49 porque el Poderoso ha hecho grandes cosas por mí.
¡Su nombre es santo!
50 Su compasión para quienes lo respetan
nunca falla.
51 Con su gran poder ha hecho obras grandiosas:
dispersó a los orgullosos que se creen mucho.
52 Dios humilló a los gobernantes,
y colocó en lugar de honor a los humildes.
53 Les dio comida a los hambrientos
y despidió a los ricos con las manos vacías.
54 Vino a ayudar a su siervo Israel.
No olvidó su promesa de mostrarnos compasión,
55 tal como se lo prometió a nuestros antepasados,
a Abraham y a sus hijos para siempre».
56 María estuvo con Elisabet alrededor de tres meses y luego regresó a su casa.
Nacimiento de Juan el Bautista
57 Cuando llegó el momento de dar a luz, Elisabet tuvo un hijo. 58 Sus vecinos y parientes se alegraron con ella al escuchar que el Señor había sido tan bueno con ella. 59 A los ocho días de nacido, cuando el niño iba a ser circuncidado, vinieron, y querían ponerle por nombre Zacarías, como su papá. 60 Pero la mamá levantó la voz y dijo:
—¡No! Su nombre debe ser Juan.
61 Ellos le dijeron:
—Ninguno de tus familiares se llama así.
62 Entonces, por señas le preguntaron a Zacarías qué nombre le quería poner a su hijo. 63 Pidió que le trajeran una tabla en la que escribió: «Su nombre es Juan». Todos se quedaron atónitos. 64 Inmediatamente se le soltó la lengua y empezó a hablar y a alabar al Señor. 65 Todos los vecinos se atemorizaron. Se corrió la voz de lo sucedido por toda la región montañosa donde vivían en Judea. 66 La gente se preguntaba: «¿Qué llegará a ser este niño?» Porque estaba claro que el poder del Señor estaba con él.
Zacarías alaba a Dios
67 Entonces Zacarías, el papá del niño, se llenó del Espíritu Santo y profetizó:
68 «Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha venido a ayudar a su pueblo y a liberarlo.
69 Nos ha dado un Salvador poderoso
de la familia de su siervo David,
70 tal como lo prometió en el pasado
por medio de sus santos profetas.
71 Prometió salvarnos de nuestros enemigos
y del poder de todos los que nos odian.
72 También prometió que tendría compasión de nuestros antepasados
y que no olvidaría el pacto santo que hizo con ellos.
73 El pacto era la promesa que le hizo
a nuestro antepasado Abraham.
Prometió liberarnos
74 del poder de nuestros enemigos
para que podamos adorarle sin ningún temor.
75 Dios quiere que le adoremos con un corazón puro
y que practiquemos la justicia toda nuestra vida.
76 »En cuanto a ti, hijito mío, te llamarán profeta del Dios Altísimo.
Irás delante del Señor para prepararle el camino.
77 Tú le anunciarás a su pueblo que él los salvará
por medio del perdón de sus pecados.
78 »Porque por el amor y la compasión de Dios,
nos mandará del cielo un nuevo día.
79 Iluminará a los que viven en la oscuridad
atemorizados por la muerte.
Su luz guiará nuestros pasos
hacia el camino que lleva a la paz».
80 El niño crecía y se fortalecía espiritualmente[b]. Vivió en el desierto[c] hasta el día en que se presentó ante el pueblo de Israel.
Nacimiento de Jesús
(Mt 1:18-25)
2 En esos días el emperador Augusto ordenó que se levantara un censo de todo el mundo habitado. 2 Este primer censo se levantó cuando Cirenio era el gobernador de Siria. 3 Por lo tanto, cada uno tenía que ir a inscribirse a su propio pueblo.
4 Entonces José también salió del pueblo de Nazaret de Galilea. Se fue a Judea, a Belén, al pueblo del rey David, porque era descendiente de él. 5 Se registró con María, quien estaba comprometida con él. Ella estaba embarazada y 6 mientras estaban allí, llegó el momento de que diera a luz. 7 Al nacer su hijo primogénito, lo envolvió en retazos de tela y lo acostó en un pesebre dentro de la casa,[d] porque no había ningún lugar para ellos en el cuarto de huéspedes.[e]
Anuncio de los ángeles a los pastores
8 Cerca de ahí había algunos pastores que pasaban la noche en el campo cuidando su rebaño. 9 Y se les apareció un ángel del Señor. El esplendor de la presencia del Señor los rodeó y se aterrorizaron. 10 Pero el ángel les dijo: «No tengan miedo, traigo buenas noticias que les darán mucha alegría a todos. 11 Hoy en el pueblo del rey David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor. 12 Como señal, encontrarán a un bebé envuelto en retazos de tela, acostado en un pesebre».
13 De repente, junto al ángel, apareció una gran multitud de ángeles del cielo, y todos alababan a Dios:
14 «¡Alaben a Dios en los cielos!
¡Que haya paz en la tierra para la gente que agrada a Dios!»
15 Cuando los ángeles se fueron al cielo, los pastores se dijeron entre ellos: «Vamos a Belén a ver lo que ha sucedido y lo que el Señor nos ha anunciado».
16 Así que fueron de prisa y encontraron a María y a José, y vieron al bebé acostado en el pesebre. 17 Cuando los pastores lo vieron, les contaron a todos lo que se les había dicho acerca del niño. 18 Todos los que escucharon se asombraron de lo que los pastores les contaron, 19 pero María reflexionaba sobre todo esto y trataba de entenderlo. 20 Después los pastores regresaron alabando a Dios por su grandeza, por todo lo que habían visto y oído. Todo había sucedido como se les había dicho.
21 Cuando el bebé tenía ocho días de nacido, fue circuncidado y le pusieron por nombre Jesús. Este fue el nombre que el ángel le dio antes de que María quedara embarazada.
Jesús es presentado en el templo
22 Cuando llegó el día en que José y María debían ser purificados[f] como decía la ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarlo al Señor. 23 Como está escrito en la ley del Señor: «Todo primer varón debe ser dedicado al Señor».[g] 24 (A)Fueron a ofrecer el sacrificio tal como la ley del Señor dice: «Ofrezcan un par de tórtolas o dos pichones».[h]
25 Había un hombre en Jerusalén que se llamaba Simeón. Dedicaba su vida a Dios y hacía su voluntad. Vivía esperando el tiempo en que Dios le trajera consuelo a Israel.[i] El Espíritu Santo estaba con él y le había dado a conocer 26 que no moriría sin haber visto al Mesías, a quien el Señor enviaría. 27 El Espíritu hizo ir a Simeón al área del templo. Cuando María y José trajeron al niño Jesús al templo para cumplir la ley, 28 Simeón tomó al niño en sus brazos y alabó a Dios:
29 «Ahora, Señor, puedes dejar que tu siervo muera en paz,
como lo prometiste.
30 He visto con mis propios ojos cómo nos vas a salvar.
31 Todas las naciones podrán ver ahora cuál es tu plan.
32 Él será una luz que revelará tu camino a todas las naciones,
y traerá honor a tu pueblo Israel».
33 Los padres de Jesús se asombraron por lo que Simeón decía sobre él. 34 Entonces Simeón les dio su bendición y le dijo a María, la mamá de Jesús:
—Dios ha elegido a este niño. Por él, en Israel muchos caerán y muchos se levantarán. Él será una señal de Dios que muchos no aceptarán. 35 Sacará a la luz las verdaderas intenciones de muchos, las cuales han estado secretas hasta ahora. También te hará sufrir como si te traspasara una espada.
36 Había también una profetisa llamada Ana, de la tribu de Aser e hija de Fanuel. Ya era muy anciana. Había quedado viuda después de siete años de casada. 37 De ahí en adelante vivió sola hasta la edad de 84 años. No se alejaba nunca del área del templo. Alababa a Dios día y noche con oración y ayuno. 38 Ana llegaba en ese momento y comenzó a darle gracias a Dios y a hablarles del niño a todos los que estaban esperando la liberación de Jerusalén.
El regreso a Nazaret
39 Cuando María y José cumplieron con todo lo que la ley del Señor pedía, regresaron a Galilea, a su pueblo de Nazaret. 40 El niño crecía y se hacía más fuerte. Se llenaba de sabiduría y la bendición de Dios estaba con él.
El niño Jesús en el templo
41 Cada año los padres de Jesús iban a Jerusalén para la fiesta de la Pascua. 42 Cuando Jesús tenía doce años, fueron allá como de costumbre. 43 Después de la fiesta se regresaron a su casa, pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén sin que sus padres lo supieran. 44 Pensaban que Jesús estaba con el grupo y viajaron por un día. Al buscarlo entre los familiares y amigos, 45 no lo encontraron. Así que regresaron a Jerusalén para buscarlo allí.
46 Después de tres días lo encontraron en el área del templo, sentado con los maestros. Los estaba escuchando y les hacía preguntas. 47 Todos los que lo escuchaban quedaban impresionados por su entendimiento y sus respuestas. 48 Sus padres quedaron asombrados cuando lo vieron, y su mamá le dijo:
—Hijo, ¿por qué nos hiciste esto? Tu papá y yo hemos estado muy preocupados buscándote.
49 Jesús les contestó:
—¿Por qué tenían que buscarme? ¿No sabían que tengo que estar en la casa de mi Padre?
50 Pero no entendieron su respuesta. 51 Después regresaron a Nazaret. Jesús les obedecía a ellos. Su mamá reflexionaba sobre todo lo que había pasado. 52 Así, Jesús crecía en sabiduría y estatura, y Dios y la gente lo veían con buenos ojos.
Misión de Juan el Bautista
(Mt 3:1-12; Mr 1:1-8; Jn 1:19-28)
3 El emperador Tiberio llevaba 15 años gobernando, cuando Poncio Pilato gobernaba en Judea, Herodes gobernaba en Galilea, su hermano Felipe gobernaba en la región de Iturea y Traconite[j] y Lisanias gobernaba en Abilene. 2 Anás y Caifás eran los sumos sacerdotes. En ese tiempo, Dios le habló en el desierto a Juan, el hijo de Zacarías. 3 Juan iba por toda la región del río Jordán, anunciándoles a todos que cambiaran su manera de pensar y de vivir, y que se bautizaran para que Dios les perdonara sus pecados. 4 Esto estaba de acuerdo con lo que había escrito el profeta Isaías:
«Alguien grita en el desierto:
“¡Preparen el camino para el Señor;
háganle caminos derechos!
5 Todo valle será llenado,
toda montaña y colina será allanada.
Las sendas torcidas serán enderezadas,
y los caminos escabrosos serán alisados.
6 (B)Todo el mundo verá la salvación que viene de Dios”».[k]
7 Cuando la multitud venía para que Juan los bautizara, él les decía: «¡Partida[l] de víboras! ¿Quién les advirtió que escaparan de la ira de Dios que está por venir? 8 Vivan de tal manera que demuestre que realmente han cambiado. Y no me vengan con que “Abraham es nuestro antepasado”, porque les aseguro que Dios puede convertir hasta estas piedras en descendientes de Abraham. 9 Y ya también el hacha está lista para cortar los árboles de raíz. Por tanto, todo árbol que no produzca buenos frutos será cortado y echado al fuego para que se queme».
10 La multitud le preguntó:
—¿Entonces qué debemos hacer?
11 Juan les contestó:
—El que tenga dos mantos que le dé uno al que no tiene y el que tenga comida que la comparta.
12 Algunos cobradores de impuestos vinieron también a bautizarse y le dijeron a Juan:
—¿Maestro, qué debemos hacer?
13 Él les dijo:
—No cobren más de lo debido.
14 Algunos soldados también le preguntaron:
—¿Y qué debemos hacer nosotros?
Él les dijo:
—No estafen ni chantajeen a nadie y confórmense con su salario.
15 La gente estaba a la expectativa y se preguntaba: «¿Será posible que Juan sea el Mesías?» 16 Juan les respondió a todos: «Los bautizo con agua, pero el que viene después de mí es más poderoso que yo. Ni siquiera soy digno de desatar las correas de sus sandalias. Él los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego. 17 Vendrá preparado para separar el trigo de la paja.[m] Guardará el trigo bueno en el granero y quemará la paja en un fuego que nunca se apagará». 18 Juan seguía anunciando las buenas noticias y animaba a la gente a cambiar.
Juan el Bautista en la cárcel
19 Tiempo después Juan criticó a Herodes, el gobernador, por vivir con Herodías, la esposa de su hermano, y también por otras maldades que había cometido. 20 Y a esas maldades, Herodes añadió una más: metió a Juan en la cárcel.
Bautismo de Jesús
(Mt 3:13-17; Mr 1:9-11)
21 Toda la gente se estaba bautizando, y Jesús también fue bautizado. Mientras estaba orando, el cielo se abrió 22 y el Espíritu Santo bajó en forma de paloma. Entonces vino una voz del cielo que decía: «Tú eres mi hijo amado. Estoy muy contento contigo».
Historia familiar de José
(Mt 1:1-17)
23 Jesús tenía unos 30 años cuando comenzó a enseñar. La gente creía que él era hijo de José, y
José era hijo de Elí.
24 Elí era hijo de Matat.
Matat era hijo de Leví.
Leví era hijo de Melquí.
Melquí era hijo de Jana.
Jana era hijo de José.
25 José era hijo de Matatías.
Matatías era hijo de Amós.
Amós era hijo de Nahúm.
Nahúm era hijo de Esli.
Esli era hijo de Nagai.
26 Nagai era hijo de Maat.
Maat era hijo de Matatías.
Matatías era hijo de Semei.
Semei era hijo de Josec.
Josec era hijo de Judá.
27 Judá era hijo de Joanán.
Joanán era hijo de Resa.
Resa era hijo de Zorobabel.
Zorobabel era hijo de Salatiel.
Salatiel era hijo de Neri.
28 Neri era hijo de Melquí.
Melquí era hijo de Adi.
Adi era hijo de Cosam.
Cosam era hijo de Elmodam.
Elmodam era hijo de Er.
29 Er era hijo de Josué.
Josué era hijo de Eliezer.
Eliezer era hijo de Jorim.
Jorim era hijo de Matat.
Matat era hijo de Leví.
30 Leví era hijo de Simeón.
Simeón era hijo de Judá.
Judá era hijo de José.
José era hijo de Jonán.
Jonán era hijo de Eliaquim.
31 Eliaquim era hijo de Melea.
Melea era hijo de Mainán.
Mainán era hijo de Matata.
Matata era hijo de Natán.
Natán era hijo de David.
32 David era hijo de Isaí.
Isaí era hijo de Obed.
Obed era hijo de Booz.
Booz era hijo de Salmón.
Salmón era hijo de Naasón.
33 Naasón era hijo de Aminadab.
Aminadab era hijo de Admín.
Admín era hijo de Arní.
Arní era hijo de Esrom.
Esrom era hijo de Fares.
Fares era hijo de Judá.
34 Judá era hijo de Jacob.
Jacob era hijo de Isaac.
Isaac era hijo de Abraham.
Abraham era hijo de Taré.
Taré era hijo de Nacor.
35 Nacor era hijo de Serug.
Serug era hijo de Ragau.
Ragau era hijo de Péleg.
Péleg era hijo de Héber.
Héber era hijo de Sala.
36 Sala era hijo de Cainán.
Cainán era hijo de Arfaxad.
Arfaxad era hijo de Sem.
Sem era hijo de Noé.
Noé era hijo de Lamec.
37 Lamec era hijo de Matusalén.
Matusalén era hijo de Enoc.
Enoc era hijo de Jared.
Jared era hijo de Mahalaleel.
Mahalaleel era hijo de Cainán.
38 Cainán era hijo de Enós.
Enós era hijo de Set.
Set era hijo de Adán.
Adán era hijo de Dios.
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