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Read the Gospels in 40 Days

Read through the four Gospels--Matthew, Mark, Luke, and John--in 40 days.
Duration: 40 days
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version
Lucas 1-3

Prólogo: dedicatoria a Teófilo

Puesto que muchos han intentado poner en orden un relato acerca de las cosas que han sido ciertísimas entre nosotros, así como nos las transmitieron los que desde el principio fueron testigos oculares y ministros de la palabra, me ha parecido bien también a mí, después de haberlo investigado todo con diligencia desde el comienzo, escribírtelas en orden, oh excelentísimo Teófilo, para que conozcas bien la verdad de las cosas en las cuales has sido instruido.

Anuncio del nacimiento de Juan

En los días de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote llamado Zacarías, de la clase de Abías. Su esposa era de las hijas de Aarón, y se llamaba Elisabet. Ambos eran justos delante de Dios, y vivían irreprensiblemente en todos los mandamientos y las ordenanzas del Señor. No tenían hijos, porque Elisabet era estéril y ambos eran de edad avanzada.

Aconteció que cuando Zacarías ejercía el sacerdocio delante de Dios, en el turno de su clase[a], conforme a la costumbre del sacerdocio le tocó por sorteo entrar en el templo del Señor para quemar el incienso. 10 Toda la multitud del pueblo estaba fuera, orando, a la hora del incienso.

11 Entonces el ángel del Señor se le apareció, puesto de pie a la derecha del altar del incienso. 12 Zacarías se turbó cuando lo vio, y el temor se apoderó de él. 13 Pero el ángel le dijo:

—¡No temas, Zacarías! Porque tu oración ha sido atendida. Tu esposa Elisabet te dará a luz un hijo y llamarás su nombre Juan. 14 Tendrás gozo y alegría, y muchos se gozarán de su nacimiento 15 porque él será grande delante del Señor[b]. Nunca beberá vino ni licor, y será lleno del Espíritu Santo aun desde el vientre de su madre. 16 Y hará que muchos de los hijos de Israel vuelvan al Señor su Dios. 17 Él mismo irá delante del Señor con el espíritu y el poder de Elías para hacer volver los corazones de los padres a los hijos y los desobedientes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo apercibido.

18 Y Zacarías dijo al ángel:

—¿Cómo podré estar seguro de esto? Pues yo soy viejo y mi esposa es de edad avanzada.

19 Respondió el ángel y le dijo:

—Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios, y he sido enviado para hablarte y anunciarte estas buenas nuevas. 20 He aquí, quedarás mudo e incapaz de hablar hasta el día en que se realice esto, por cuanto no has creído a mis palabras las cuales se cumplirán a su debido tiempo.

21 El pueblo estaba esperando a Zacarías, y se extrañaba de que él pasara tanto tiempo en el templo. 22 Cuando salió, no les podía hablar; y se dieron cuenta de que había visto una visión en el templo. Él se comunicaba con ellos por señas pues se había quedado mudo.

23 Sucedió que, cuando se cumplieron los días de este ministerio, él se fue a su casa. 24 Y después de aquellos días su mujer Elisabet concibió y se recluyó por cinco meses diciendo:

25 —Así ha hecho conmigo el Señor en los días en que se dignó mirarme para quitar mi afrenta entre los hombres.

Anuncio del nacimiento de Jesús

26 En el sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, 27 a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David. El nombre de la virgen era María. 28 Cuando entró a donde ella estaba, dijo:

—¡Te saludo[c], muy favorecida! El Señor está contigo[d].

29 Pero ella se turbó por sus palabras y se preguntaba qué clase de salutación sería esta. 30 Entonces el ángel le dijo:

—¡No temas, María, porque has hallado gracia ante Dios! 31 He aquí concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús. 32 Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de su padre David. 33 Reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y de su reino no habrá fin.

34 Entonces María dijo al ángel:

—¿Cómo será esto? Porque yo no conozco varón.

35 Respondió el ángel y le dijo:

—El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el santo Ser que nacerá será llamado Hijo de Dios. 36 He aquí, también tu parienta Elisabet ha concebido un hijo en su vejez. Este es el sexto mes para ella que era llamada estéril. 37 Porque ninguna cosa será imposible para Dios.

38 Entonces María dijo:

—He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra.

Y el ángel se fue de ella.

María visita a Elisabet

39 En esos días se levantó María y fue de prisa a una ciudad en la región montañosa de Judá. 40 Entró en casa de Zacarías y saludó a Elisabet. 41 Aconteció que, cuando Elisabet oyó el saludo de María, la criatura saltó en su vientre. Y Elisabet fue llena del Espíritu Santo, 42 y exclamó a gran voz y dijo:

—¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! 43 ¿De dónde se me concede esto, que la madre de mi Señor venga a mí? 44 Porque he aquí, cuando llegó a mis oídos la voz de tu saludo, la criatura saltó de alegría en mi vientre. 45 Bienaventurada la que creyó, porque se cumplirá lo que le ha sido dicho de parte del Señor.

El cántico de María

46 Y María dijo:

—Engrandece mi alma al Señor;

47 y mi espíritu se alegra

en Dios, mi Salvador,

48 porque ha mirado

la bajeza de su sierva.

He aquí, pues, desde ahora

me tendrán por bienaventurada todas las generaciones,

49 porque el Poderoso ha hecho grandes cosas conmigo.

Su nombre es santo,

50 y su misericordia es

de generación en generación, para con los que le temen.

51 Hizo proezas con su brazo;

esparció a los soberbios

en el pensamiento de sus corazones.

52 Quitó a los poderosos de sus tronos

y levantó a los humildes.

53 A los hambrientos sació de bienes

y a los ricos los despidió vacíos.

54 Ayudó a Israel, su siervo,

para acordarse de la misericordia,

55 tal como habló a nuestros padres;

a Abraham y a su descendencia para siempre.

56 Y María se quedó con ella como tres meses, y regresó a su casa.

El nacimiento de Juan el Bautista

57 Se cumplió para Elisabet el tiempo de su alumbramiento, y dio a luz un hijo. 58 Los vecinos y los parientes oyeron que Dios había engrandecido su misericordia hacia ella y se regocijaron con ella. 59 Aconteció que, al octavo día, vinieron para circuncidar al niño, y lo llamaban con el nombre de su padre, Zacarías. 60 Y su madre respondiendo, dijo:

—¡No! Más bien será llamado Juan.

61 Y le dijeron:

—No hay nadie en tu familia que se llame con este nombre.

62 Preguntaban por señas a su padre cómo quería llamarle. 63 Y, pidiendo una tablilla escribió diciendo: “Juan es su nombre”. Y todos se maravillaron. 64 Al instante su boca fue abierta, y se le soltó la lengua y comenzó a hablar bendiciendo a Dios. 65 Cayó temor sobre todos sus vecinos, y por toda la región montañosa de Judá se divulgaban todas estas cosas. 66 Y todos los que las oían las guardaban en su corazón, diciendo:

—Pues, ¿quién será este niño?

Porque ciertamente la mano del Señor estaba con él.

El cántico de Zacarías

67 Zacarías, su padre, fue lleno del Espíritu Santo y profetizó diciendo:

68 —Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido

a su pueblo.

69 Ha levantado para nosotros

un Salvador poderoso[e]

en la casa de su siervo David,

70 tal como habló por boca

de sus santos profetas

que fueron desde antiguo:

71 Salvación de nuestros enemigos

y de la mano de todos los

que nos aborrecen,

72 para hacer misericordia

con nuestros padres

y para acordarse de su santo pacto.

73 Este es el juramento

que juró a Abraham nuestro padre, para concedernos que,

74 una vez rescatados de las manos

de los enemigos[f],

le sirvamos sin temor,

75 en santidad y en justicia

delante de él todos nuestros días.

76 Y tú, niño, serás llamado profeta del Altísimo

porque irás delante del Señor

para preparar sus caminos;

77 para dar a su pueblo conocimiento

de salvación

en el perdón de sus pecados

78 a causa de la entrañable misericordia de nuestro Dios,

con que la luz de la aurora nos visitará[g] de lo alto;

79 para alumbrar a los que habitan

en tinieblas y en sombra de muerte; para encaminar nuestros pies por caminos de paz.

80 Y el niño crecía y se fortalecía en espíritu, y estaba en el desierto hasta el día de su manifestación a Israel.

El nacimiento de Jesús

Aconteció en aquellos días que salió un edicto de parte de César Augusto para levantar un censo de todo el mundo habitado. Este primer censo se realizó mientras Cirenio era gobernador de Siria. Todos iban para inscribirse en el censo, cada uno a su ciudad. Entonces José también subió desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David que se llama Belén, porque él era de la casa y de la familia de David, para inscribirse con María, su esposa, quien estaba encinta.

Aconteció que, mientras ellos estaban allí, se cumplieron los días de su alumbramiento y dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre porque no había lugar para ellos en el mesón.

Anuncio de los ángeles a los pastores

Había pastores en aquella región que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. Y un ángel del Señor se presentó ante ellos y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y temieron con gran temor. 10 Pero el ángel les dijo:

—No teman, porque he aquí les doy buenas noticias de gran gozo que serán para todo el pueblo: 11 que hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es Cristo el Señor. 12 Y esto les servirá de señal: Hallarán al niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.

13 De repente, apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales que alababan a Dios y decían:

14 —¡Gloria a Dios en las alturas,

y en la tierra paz

entre los hombres de buena voluntad[h]!

15 Aconteció que cuando los ángeles se fueron de ellos al cielo los pastores se decían unos a otros:

—Pasemos ahora mismo hasta Belén y veamos esto que ha sucedido, y que el Señor nos ha dado a conocer.

16 Fueron de prisa y hallaron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. 17 Al verle, dieron a conocer lo que les había sido dicho acerca de este niño. 18 Todos los que oyeron se maravillaron de lo que los pastores les dijeron; 19 pero María guardaba todas estas cosas meditándolas en su corazón. 20 Los pastores se volvieron glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y visto, tal como les había sido dicho.

Presentación de Jesús en el templo

21 Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidar al niño, llamaron su nombre Jesús, nombre que le fue puesto por el ángel antes que él fuera concebido en el vientre.

22 Cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos conforme a la Ley de Moisés, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor 23 (así como está escrito en la ley del Señor: Todo varón que abre la matriz será llamado santo al Señor[i]) 24 y para dar la ofrenda conforme a lo dicho en la ley del Señor: un par de tórtolas o dos pichones de paloma[j].

El cántico de Simeón

25 He aquí, había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, y este hombre era justo y piadoso; esperaba la consolación de Israel y el Espíritu Santo estaba sobre él. 26 A él le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes que viera al Cristo del Señor. 27 Movido por el Espíritu, entró en el templo; y cuando los padres trajeron al niño Jesús para hacer con él conforme a la costumbre de la ley, 28 Simeón lo tomó en sus brazos y bendijo a Dios diciendo:

29 —Ahora, Soberano Señor,

despide a tu siervo en paz

conforme a tu palabra;

30 porque mis ojos han visto tu salvación

31 que has preparado en presencia

de todos los pueblos:

32 luz para revelación de las naciones

y gloria de tu pueblo Israel.

33 Su padre[k] y su madre se maravillaban de las cosas que se decían de él. 34 Y Simeón los bendijo y dijo a María, su madre:

—He aquí, este es puesto para caída y para levantamiento de muchos en Israel, y para señal que será contradicha, 35 para que sean descubiertos los pensamientos de muchos corazones. Y una espada traspasará tu misma alma.

El testimonio de Ana

36 También estaba allí la profetisa Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Ella era de edad avanzada, pues había vivido con su marido siete años desde su matrimonio[l] 37 y había quedado como viuda hasta ochenta y cuatro años. No se apartaba del templo, sirviendo con ayunos y oraciones de noche y de día. 38 En la misma hora acudió al templo, y daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención en Jerusalén.

Niñez de Jesús en Nazaret

39 Cuando cumplieron con todos los requisitos de la ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. 40 El niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios estaba sobre él.

El niño Jesús entre los maestros

41 Iban sus padres todos los años a Jerusalén para la fiesta de la Pascua. 42 Cuando cumplió doce años, subieron ellos a Jerusalén conforme a la costumbre de la fiesta. 43 Una vez acabados los días de la fiesta, mientras ellos volvían, el niño Jesús se quedó en Jerusalén; y sus padres[m] no lo supieron. 44 Suponiendo que él estaba en la caravana, fueron un día de camino y lo buscaban entre los parientes y los conocidos. 45 Como no lo encontraron, volvieron a Jerusalén buscándole.

46 Aconteció que después de tres días lo encontraron en el templo sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas. 47 Todos los que lo oían se asombraban de su entendimiento y de sus respuestas. 48 Cuando lo vieron se maravillaron, y su madre le dijo:

—Hijo, ¿por qué has hecho así con nosotros? He aquí, tu padre y yo te buscábamos con angustia.

49 Entonces él les dijo:

—¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que en los asuntos de mi Padre me es necesario estar?

50 Pero ellos no entendieron el dicho que les habló. 51 Descendió con ellos y fue a Nazaret, y estaba sujeto a ellos. Y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón. 52 Y Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia para con Dios y los hombres.

Ministerio de Juan el Bautista

En el año quince del gobierno de Tiberio César, siendo Poncio Pilato procurador de Judea, Herodes tetrarca de Galilea, su hermano Felipe tetrarca de las regiones de Iturea y de Traconite, y Lisanias tetrarca de Abilinia; en tiempo de los sumos sacerdotes Anás y Caifás, vino palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto. Entonces él anduvo por toda la región alrededor del Jordán predicando el bautismo del arrepentimiento para perdón de pecados, como está escrito en el libro de las palabras del profeta Isaías, que dice:

Voz del que proclama en el desierto: “Preparen el camino del Señor;

enderecen sus sendas.

Todo valle será rellenado,

y toda montaña y colina serán rebajadas. Los senderos torcidos serán enderezados;

y los caminos ásperos, allanados;

y toda carne verá la salvación de Dios”[n].

Juan, pues, decía a las multitudes que salían para ser bautizadas por él:

—¡Generación de víboras! ¿Quién les enseñó a huir de la ira venidera? Produzcan, pues, frutos dignos de arrepentimiento y no comiencen a decir dentro de ustedes mismos: “A Abraham tenemos por padre”. Porque les digo que aun de estas piedras Dios puede levantar hijos a Abraham. También, el hacha ya está puesta a la raíz de los árboles. Por lo tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado al fuego.

10 Las multitudes le preguntaban diciendo:

—Pues, ¿qué haremos?

11 Respondiendo les decía:

—El que tiene dos túnicas dé al que no tiene, y el que tiene comida haga lo mismo.

12 También fueron unos publicanos para ser bautizados y le preguntaron:

—Maestro, ¿qué haremos?

13 Él les decía:

—No cobren más de lo que les está ordenado.

14 También unos soldados le preguntaban diciendo:

—Y nosotros, ¿qué haremos?

Él les dijo:

—No hagan extorsión ni denuncien falsamente a nadie, y conténtense con sus salarios.

15 Como el pueblo estaba a la expectativa, y todos especulaban en su corazón si acaso Juan sería el Cristo, 16 Juan respondió a todos diciendo:

—Yo, a la verdad, les bautizo en agua. Pero viene el que es más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado. Él les bautizará en el Espíritu Santo y fuego. 17 Su aventador está en su mano para limpiar su era y juntar el trigo en su granero, pero quemará la paja en el fuego que nunca se apagará.

18 Así que, exhortando con estas y otras muchas cosas, anunciaba las buenas noticias al pueblo.

19 Pero el tetrarca Herodes, cuando fue reprendido por Juan respecto de Herodía, la mujer de su hermano[o], y de todas las maldades que Herodes había hecho, 20 añadió a todo también esto: Encerró a Juan en la cárcel.

El bautismo de Jesús

21 Aconteció que, en el tiempo en que todo el pueblo era bautizado, también Jesús fue bautizado. Y mientras oraba, el cielo fue abierto 22 y el Espíritu Santo descendió sobre él en forma corporal, como paloma. Luego vino una voz del cielo: “Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia”[p].

Genealogía de Jesús

23 Al comenzar su ministerio, Jesús tenía como treinta años. Él era (según se creía) hijo de José,

24 hijo de Elí, hijo de Matat,

hijo de Leví, hijo de Melqui,

hijo de Jana, hijo de José,

25 hijo de Matatías, hijo de Amós, hijo de Nahúm, hijo de Esli,

26 hijo de Nagai, hijo de Maat,

hijo de Matatías, hijo de Semei, hijo de José, hijo de Judá,

27 hijo de Joanán, hijo de Resa, hijo de Zorobabel, hijo de Salatiel,

28 hijo de Neri, hijo de Melqui,

hijo de Adi, hijo de Cosam,

hijo de Elmodam, hijo de Er,

29 hijo de Josué, hijo de Eliezer, hijo de Jorim, hijo de Matat,

30 hijo de Leví, hijo de Simeón, hijo de Judá, hijo de José,

hijo de Jonán, hijo de Eliaquim,

31 hijo de Melea, hijo de Mainán, hijo de Matata, hijo de Natán,

32 hijo de David, hijo de Isaí,

hijo de Obed, hijo de Boaz,

hijo de Salá[q], hijo de Najsón,

33 hijo de Aminadab, hijo de Admín[r], hijo de Arní, hijo de Hesrón, hijo de Fares, hijo de Judá,

34 hijo de Jacob, hijo de Isaac,

hijo de Abraham, hijo de Taré,

35 hijo de Nacor, hijo de Serug, hijo de Ragau, hijo de Peleg, hijo de Heber, hijo de Sélaj,

36 hijo de Cainán, hijo de Arfaxad, hijo de Sem, hijo de Noé,

37 hijo de Lamec, hijo de Matusalén, hijo de Enoc, hijo de Jared,

hijo de Mahalaleel, hijo de Cainán,

38 hijo de Enós, hijo de Set,

hijo de Adán, hijo de Dios.

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