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Read the Gospels in 40 Days

Read through the four Gospels--Matthew, Mark, Luke, and John--in 40 days.
Duration: 40 days
Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Version
Mateo 17-18

La transfiguración(A)

17 Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a su hermano Juan, y los llevó aparte a un monte alto. Allí se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz. Y se les aparecieron Moisés y Elías, que hablaban con él. Entonces Pedro dijo a Jesús: «Señor, bueno es para nosotros que estemos aquí; si quieres, haremos aquí tres enramadas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.»

Mientras él aún hablaba, una nube de luz los cubrió y se oyó una voz desde la nube, que decía: «Éste es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd.» Al oír esto, los discípulos se postraron sobre sus rostros y sintieron gran temor. Entonces Jesús se acercó y los tocó, y dijo: «Levantaos y no temáis.»

Cuando ellos alzaron los ojos, no vieron a nadie, sino a Jesús solo.

Cuando descendieron del monte, Jesús les mandó, diciendo:

—No digáis a nadie la visión, hasta que el Hijo del hombre resucite de los muertos.

10 Entonces sus discípulos le preguntaron, diciendo:

—¿Por qué, pues, dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero?

11 Respondiendo Jesús, les dijo:

—A la verdad, Elías viene primero y restaurará todas las cosas. 12 Pero os digo que Elías ya vino, y no lo conocieron, sino que hicieron con él todo lo que quisieron; así también el Hijo del hombre padecerá a manos de ellos.

13 Entonces los discípulos comprendieron que les había hablado de Juan el Bautista.

Jesús sana a un muchacho lunático(B)

14 Cuando llegaron adonde estaba la gente, se le acercó un hombre que se arrodilló delante de él, diciendo:

15 —Señor, ten misericordia de mi hijo, que es lunático y sufre muchísimo, porque muchas veces cae en el fuego y muchas en el agua. 16 Lo he traído a tus discípulos, pero no lo han podido sanar.

17 Respondiendo Jesús, dijo:

—¡Generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de soportar? Traédmelo acá.

18 Entonces reprendió Jesús al demonio, el cual salió del muchacho, y éste quedó sano desde aquella hora. 19 Se acercaron entonces los discípulos a Jesús y le preguntaron aparte:

—¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera?

20 Jesús les dijo:

—Por vuestra poca fe. De cierto os digo que si tenéis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: “Pásate de aquí allá”, y se pasará; y nada os será imposible. 21 Pero este género no sale sino con oración y ayuno.

Jesús anuncia por segunda vez su muerte(C)

22 Estando ellos en Galilea, Jesús les dijo: «El Hijo del hombre será entregado en manos de hombres 23 y lo matarán, pero al tercer día resucitará».

Ellos se entristecieron mucho.

Pago del impuesto para el Templo

24 Cuando llegaron a Capernaúm, se acercaron a Pedro los que cobraban las dos dracmas y le preguntaron:

—¿Vuestro Maestro no paga las dos dracmas?

25 Él dijo:

—Sí.

Al entrar él en casa, Jesús le habló primero, diciendo:

—¿Qué te parece, Simón? Los reyes de la tierra, ¿de quiénes cobran los tributos o los impuestos? ¿De sus hijos o de los extraños?

26 Pedro le respondió:

—De los extraños.

Jesús le dijo:

—Luego los hijos están exentos. 27 Sin embargo, para no ofenderlos, ve al mar, echa el anzuelo y toma el primer pez que saques, ábrele la boca y hallarás una moneda. Tómala y dásela por mí y por ti.

¿Quién es el mayor?(D)

18 En aquel tiempo los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron:

—¿Quién es el mayor en el reino de los cielos?

Llamando Jesús a un niño, lo puso en medio de ellos y dijo:

—De cierto os digo que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Así que cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos. Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como éste, a mí me recibe.

Ocasiones de caer(E)

»A cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgara al cuello una piedra de molino de asno y que se le hundiera en lo profundo del mar. ¡Ay del mundo por los tropiezos! Es necesario que vengan tropiezos, pero ¡ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo! Por tanto, si tu mano o tu pie te es ocasión de caer, córtalo y échalo de ti: mejor te es entrar en la vida cojo o manco, que teniendo dos manos o dos pies ser arrojado en el fuego eterno. Y si tu ojo te es ocasión de caer, sácalo y échalo de ti: mejor te es entrar con un solo ojo en la vida, que teniendo dos ojos ser echado en el infierno de fuego.

Parábola de la oveja perdida(F)

10 »Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños, porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos, 11 porque el Hijo del hombre ha venido para salvar lo que se había perdido.

12 »¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se descarría una de ellas, ¿no deja las noventa y nueve y va por los montes a buscar la que se ha descarriado? 13 Y si acontece que la encuentra, de cierto os digo que se regocija más por aquélla que por las noventa y nueve que no se descarriaron. 14 De igual modo, no es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos que se pierda uno de estos pequeños.

Cómo se debe perdonar

15 »Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndelo estando tú y él solos; si te oye, has ganado a tu hermano. 16 Pero si no te oye, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra. 17 Si no los oye a ellos, dilo a la iglesia; y si no oye a la iglesia, tenlo por gentil y publicano. 18 De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra será desatado en el cielo. 19 Otra vez os digo que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra acerca de cualquier cosa que pidan, les será hecho por mi Padre que está en los cielos, 20 porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.

21 Entonces se le acercó Pedro y le dijo:

—Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete?

22 Jesús le dijo:

—No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.

Parábola del siervo que no quiso perdonar

23 »Por lo cual el reino de los cielos es semejante a un rey que quiso hacer cuentas con sus siervos. 24 Cuando comenzó a hacer cuentas, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos. 25 A éste, como no pudo pagar, ordenó su señor venderlo, junto con su mujer e hijos y todo lo que tenía, para que se le pagara la deuda. 26 Entonces aquel siervo, postrado, le suplicaba diciendo: “Señor, ten paciencia conmigo y yo te lo pagaré todo.” 27 El señor de aquel siervo, movido a misericordia, lo soltó y le perdonó la deuda.

28 »Pero saliendo aquel siervo, halló a uno de sus consiervos que le debía cien denarios; y agarrándolo, lo ahogaba, diciendo: “Págame lo que me debes.” 29 Entonces su consiervo, postrándose a sus pies, le rogaba diciendo: “Ten paciencia conmigo y yo te lo pagaré todo.” 30 Pero él no quiso, sino que fue y lo echó en la cárcel hasta que pagara la deuda. 31 Viendo sus consiervos lo que pasaba, se entristecieron mucho, y fueron y refirieron a su señor todo lo que había pasado. 32 Entonces, llamándolo su señor, le dijo: “Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste. 33 ¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti?” 34 Entonces su señor, enojado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara todo lo que le debía. 35 Así también mi Padre celestial hará con vosotros, si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas.

Reina-Valera 1995 (RVR1995)

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