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Read the Gospels in 40 Days

Read through the four Gospels--Matthew, Mark, Luke, and John--in 40 days.
Duration: 40 days
Dios Habla Hoy (DHH)
Version
Lucas 10-12

Jesús envía a los setenta y dos

10 Después de esto, el Señor escogió también a otros setenta y dos, y los mandó de dos en dos delante de él, a todos los pueblos y lugares a donde tenía que ir.

Les dijo: «Ciertamente la cosecha es mucha, pero los trabajadores son pocos. Por eso, pidan ustedes al Dueño de la cosecha que mande trabajadores a recogerla. Vayan ustedes; miren que los envío como corderos en medio de lobos. No lleven dinero ni provisiones ni sandalias; y no se detengan a saludar a nadie en el camino. Cuando entren en una casa, saluden primero, diciendo: “Paz a esta casa.” Y si allí hay gente de paz, su deseo de paz se cumplirá; pero si no, ustedes nada perderán. Quédense en la misma casa, y coman y beban de lo que ellos tengan, pues el trabajador tiene derecho a su paga. No anden de casa en casa. Al llegar a un pueblo donde los reciban, coman lo que les sirvan; sanen a los enfermos que haya allí, y díganles: “El reino de Dios ya está cerca de ustedes.” 10 Pero si llegan a un pueblo y no los reciben, salgan a las calles diciendo: 11 “¡Hasta el polvo de su pueblo, que se ha pegado a nuestros pies, lo sacudimos como protesta contra ustedes! Pero sepan esto, que el reino de Dios ya está cerca de ustedes.” 12 Les digo que en aquel día el castigo para ese pueblo será peor que para la gente de Sodoma.

Reproches contra las ciudades incrédulas(A)

13 »¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y Sidón se hubieran hecho los milagros que se han hecho entre ustedes, ya hace tiempo que se habrían vuelto a Dios, cubiertos de ropas ásperas y sentados en ceniza. 14 Pero en el día del juicio el castigo para ustedes será peor que para la gente de Tiro y Sidón. 15 Y tú, Cafarnaúm, ¿crees que serás levantado hasta el cielo? ¡Bajarás hasta lo más hondo del abismo!

16 »El que los escucha a ustedes, me escucha a mí; y el que los rechaza a ustedes, me rechaza a mí; y el que me rechaza a mí, rechaza al que me envió.»

Regreso de los setenta y dos

17 Los setenta y dos regresaron muy contentos, diciendo:

—¡Señor, hasta los demonios nos obedecen en tu nombre!

18 Jesús les dijo:

—Sí, pues yo vi que Satanás caía del cielo como un rayo. 19 Yo les he dado poder a ustedes para caminar sobre serpientes y alacranes, y para vencer toda la fuerza del enemigo, sin sufrir ningún daño. 20 Pero no se alegren de que los espíritus los obedezcan, sino de que sus nombres ya están escritos en el cielo.

Sólo el Hijo sabe quién es el Padre(B)

21 En aquel momento, Jesús, lleno de alegría por el Espíritu Santo, dijo: «Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has mostrado a los sencillos las cosas que escondiste de los sabios y entendidos. Sí, Padre, porque así lo has querido.

22 »Mi Padre me ha entregado todas las cosas. Nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre; y nadie sabe quién es el Padre, sino el Hijo y aquellos a quienes el Hijo quiera darlo a conocer.»

23 Volviéndose a los discípulos, les dijo a ellos solos: «Dichosos quienes vean lo que ustedes están viendo; 24 porque les digo que muchos profetas y reyes quisieron ver esto que ustedes ven, y no lo vieron; quisieron oír esto que ustedes oyen, y no lo oyeron.»

Parábola del buen samaritano

25 Un maestro de la ley fue a hablar con Jesús, y para ponerlo a prueba le preguntó:

—Maestro, ¿qué debo hacer para alcanzar la vida eterna?

26 Jesús le contestó:

—¿Qué está escrito en la ley? ¿Qué es lo que lees?

27 El maestro de la ley contestó:

—“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente”; y, “ama a tu prójimo como a ti mismo.”

28 Jesús le dijo:

—Has contestado bien. Si haces eso, tendrás la vida.

29 Pero el maestro de la ley, queriendo justificar su pregunta, dijo a Jesús:

—¿Y quién es mi prójimo?

30 Jesús entonces le contestó:

—Un hombre iba por el camino de Jerusalén a Jericó, y unos bandidos lo asaltaron y le quitaron hasta la ropa; lo golpearon y se fueron, dejándolo medio muerto. 31 Por casualidad, un sacerdote pasaba por el mismo camino; pero al verlo, dio un rodeo y siguió adelante. 32 También un levita llegó a aquel lugar, y cuando lo vio, dio un rodeo y siguió adelante. 33 Pero un hombre de Samaria que viajaba por el mismo camino, al verlo, sintió compasión. 34 Se acercó a él, le curó las heridas con aceite y vino, y le puso vendas. Luego lo subió en su propia cabalgadura, lo llevó a un alojamiento y lo cuidó. 35 Al día siguiente, el samaritano sacó el equivalente al salario de dos días, se lo dio al dueño del alojamiento y le dijo: “Cuide a este hombre, y si gasta usted algo más, yo se lo pagaré cuando vuelva.” 36 Pues bien, ¿cuál de esos tres te parece que se hizo prójimo del hombre asaltado por los bandidos?

37 El maestro de la ley contestó:

—El que tuvo compasión de él.

Jesús le dijo:

—Pues ve y haz tú lo mismo.

Jesús en casa de Marta y María

38 Jesús siguió su camino y llegó a una aldea, donde una mujer llamada Marta lo hospedó. 39 Marta tenía una hermana llamada María, la cual se sentó a los pies de Jesús para escuchar lo que él decía. 40 Pero Marta, que estaba atareada con sus muchos quehaceres, se acercó a Jesús y le dijo:

—Señor, ¿no te preocupa nada que mi hermana me deje sola con todo el trabajo? Dile que me ayude.

41 Pero Jesús le contestó:

—Marta, Marta, estás preocupada y te inquietas por demasiadas cosas, 42 pero sólo una cosa es necesaria. María ha escogido la mejor parte, y nadie se la va a quitar.

Jesús y la oración(C)

11 Una vez, Jesús estaba orando en un lugar; cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo:

—Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó a sus discípulos.

Jesús les dijo:

—Cuando oren, digan:

“Padre, santificado sea tu nombre.
Venga tu reino.
Danos cada día el pan que necesitamos.
Perdónanos nuestros pecados,
porque también nosotros perdonamos
a todos los que nos han hecho mal.
No nos expongas a la tentación.”

También les dijo Jesús:

—Supongamos que uno de ustedes tiene un amigo, y que a medianoche va a su casa y le dice: “Amigo, préstame tres panes, porque un amigo mío acaba de llegar de viaje a mi casa, y no tengo nada que darle.” Sin duda el otro no le contestará desde adentro: “No me molestes; la puerta está cerrada, y mis hijos y yo ya estamos acostados; no puedo levantarme a darte nada.” Les digo que, aunque no se levante a darle algo por ser su amigo, lo hará por su impertinencia, y le dará todo lo que necesita. Así que yo les digo: Pidan, y Dios les dará; busquen, y encontrarán; llamen a la puerta, y se les abrirá. 10 Porque el que pide, recibe; y el que busca, encuentra; y al que llama a la puerta, se le abre.

11 «¿Acaso alguno de ustedes, que sea padre, sería capaz de darle a su hijo una culebra cuando le pide pescado, 12 o de darle un alacrán cuando le pide un huevo? 13 Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan!»

Acusación contra Jesús(D)

14 Jesús estaba expulsando un demonio que había dejado mudo a un hombre; y cuando el demonio salió, el mudo comenzó a hablar. La gente se admiró de esto, 15 pero algunos dijeron: «Beelzebú, el jefe de los demonios, es quien ha dado a este hombre el poder de expulsarlos.»

16 Otros, para tenderle una trampa, le pidieron una señal milagrosa del cielo. 17 Pero él, que sabía lo que estaban pensando, les dijo:

«Todo país dividido en bandos enemigos, se destruye a sí mismo y todas sus casas se derrumban una sobre otra. 18 Así también, si Satanás se divide contra sí mismo, ¿cómo mantendrá su poder? Esto lo digo porque ustedes afirman que yo expulso los demonios por el poder de Beelzebú; 19 pero si es así, ¿quién da a los seguidores de ustedes el poder para expulsarlos? Por eso, ellos mismos los condenarán a ustedes. 20 Porque si yo expulso los demonios por la mano de Dios, eso significa que el reino de Dios ya ha llegado a ustedes.

21 »Cuando un hombre fuerte está bien armado y cuida su casa, lo que en ella guarda está seguro. 22 Pero si otro más fuerte que él viene y lo vence, le quita las armas en que confía, y sus pertenencias, y dispone de ellas.

23 »El que no está a mi favor, está en contra mía, y el que conmigo no recoge, desparrama.

El espíritu impuro que regresa(E)

24 »Cuando un espíritu impuro sale de un hombre, anda por lugares secos buscando descanso; pero, al no encontrarlo, piensa: “Volveré a mi casa, de donde salí.” 25 Cuando regresa, encuentra a ese hombre como una casa barrida y arreglada. 26 Entonces va y reúne otros siete espíritus peores que él, y todos juntos se meten a vivir en aquel hombre, que al final queda peor que al principio.»

Lo que realmente cuenta

27 Mientras Jesús decía estas cosas, una mujer entre la gente gritó:

—¡Dichosa la mujer que te dio a luz y te crió!

28 Él contestó:

—¡Dichosos más bien quienes escuchan lo que Dios dice, y lo obedecen!

Algunos piden una señal milagrosa(F)

29 La multitud seguía juntándose alrededor de Jesús, y él comenzó a decirles: «La gente de este tiempo es malvada; pide una señal milagrosa, pero no va a dársele más señal que la de Jonás. 30 Pues así como Jonás fue una señal para la gente de Nínive, también el Hijo del hombre será una señal para la gente de este tiempo. 31 En el día del juicio, cuando se juzgue a la gente de este tiempo, la reina del Sur se levantará y la condenará; porque ella vino de lo más lejano de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y lo que hay aquí es mayor que Salomón. 32 También los de Nínive se levantarán en el día del juicio, cuando se juzgue a la gente de este tiempo, y la condenarán; porque los de Nínive se volvieron a Dios cuando oyeron el mensaje de Jonás, y lo que hay aquí es mayor que Jonás.

La lámpara del cuerpo(G)

33 »Nadie enciende una lámpara y la pone en un lugar escondido, ni bajo un cajón, sino en alto, para que los que entran tengan luz. 34 Tus ojos son la lámpara del cuerpo; si tus ojos son buenos, todo tu cuerpo tendrá luz; pero si son malos, tu cuerpo estará en la oscuridad. 35 Ten cuidado de que la luz que hay en ti no resulte oscuridad. 36 Pues si todo tu cuerpo tiene luz y no hay en él ninguna oscuridad, lo verás todo claramente, como cuando una lámpara te alumbra con su luz.»

Jesús denuncia a los fariseos y a los maestros de la ley(H)

37 Cuando Jesús dejó de hablar, un fariseo lo invitó a comer en su casa, y Jesús entró y se sentó a la mesa. 38 El fariseo se extrañó al ver que no había cumplido con la ceremonia de lavarse antes de comer. 39 Pero el Señor le dijo:

—Ustedes los fariseos limpian por fuera el vaso y el plato, pero por dentro ustedes están llenos de lo que han conseguido por medio del robo y la maldad. 40 ¡Necios! ¿No saben que el que hizo lo de fuera, hizo también lo de dentro? 41 Den ustedes sus limosnas de lo que está dentro, y así todo quedará limpio.

42 »¡Ay de ustedes, fariseos!, que separan para Dios la décima parte de la menta, de la ruda y de toda clase de legumbres, pero no hacen caso de la justicia y el amor a Dios. Esto es lo que deben hacer, sin dejar de hacer lo otro.

43 »¡Ay de ustedes, fariseos!, que quieren tener los asientos de honor en las sinagogas, y que desean que la gente los salude con todo respeto en las calles.

44 »¡Ay de ustedes, que son como sepulcros ocultos a la vista, los cuales la gente pisa sin saberlo!

45 Le contestó entonces uno de los maestros de la ley:

—Maestro, al decir esto nos ofendes también a nosotros.

46 Pero Jesús dijo:

—¡Ay de ustedes también, maestros de la ley!, que cargan sobre los demás cargas que nadie puede soportar, y ustedes ni siquiera con un dedo quieren tocarlas.

47 »¡Ay de ustedes!, que construyen los sepulcros de los profetas a quienes los antepasados de ustedes mataron. 48 Con eso dan a entender que están de acuerdo con lo que sus antepasados hicieron, pues ellos los mataron y ustedes construyen sus sepulcros.

49 »Por eso, Dios en su sabiduría dijo: “Les mandaré profetas y apóstoles, y matarán a algunos de ellos y perseguirán a otros.” 50 Pues a la gente de hoy Dios le va a pedir cuentas de la sangre de todos los profetas, que ha sido derramada desde que se hizo el mundo, 51 desde la sangre de Abel hasta la de Zacarías, a quien mataron entre el altar y el santuario. Por lo tanto, les digo que Dios pedirá cuentas de la muerte de ellos a la gente de hoy.

52 »¡Ay de ustedes, maestros de la ley!, que se han apoderado de la llave del conocimiento; pero ni ustedes mismos entran ni dejan entrar a los que quieren hacerlo.

53 Cuando Jesús salió de allí, los maestros de la ley y los fariseos se enojaron mucho, y comenzaron a molestarlo con muchas preguntas, 54 tendiéndole trampas para atraparlo en sus propias palabras.

Jesús enseña contra la hipocresía(I)

12 Entre tanto se juntaron miles y miles de personas, tantas que unas a otras se atropellaban. Jesús comenzó a hablar, dirigiéndose primero a sus discípulos: «Cuídense de la levadura de los fariseos, es decir, de su hipocresía. Porque no hay ningún secreto que no llegue a descubrirse, ni nada escondido que no llegue a saberse. Por tanto, todo lo que ustedes han dicho en la oscuridad, se oirá a la luz del día; y lo que han dicho en secreto y a puerta cerrada, será gritado desde las azoteas de las casas.

A quién se debe tener miedo(J)

»A ustedes, amigos míos, les digo que no deben tener miedo de los que matan el cuerpo, pero después no pueden hacer más. Yo les voy a decir a quién deben tenerle miedo: ténganle miedo al que, después de quitar la vida, tiene autoridad para echar en el infierno. Sí, ténganle miedo a él.

»¿No se venden cinco pajarillos por dos moneditas? Sin embargo, Dios no se olvida de ninguno de ellos. En cuanto a ustedes mismos, hasta los cabellos de la cabeza él los tiene contados uno por uno. Así que no tengan miedo: ustedes valen más que muchos pajarillos.

Reconocer a Jesucristo delante de los hombres(K)

»Les digo que si alguien se declara a mi favor delante de los hombres, también el Hijo del hombre se declarará a favor de él delante de los ángeles de Dios; pero el que me niegue delante de los hombres, será negado delante de los ángeles de Dios.

10 »Dios perdonará incluso a aquel que diga algo contra el Hijo del hombre; pero no perdonará a aquel que con sus palabras ofenda al Espíritu Santo.

11 »Cuando los lleven a ustedes a las sinagogas, o ante los jueces y las autoridades, no se preocupen por cómo van a defenderse o qué van a decir, 12 porque cuando les llegue el momento de hablar, el Espíritu Santo les enseñará lo que deben decir.»

El peligro de las riquezas

13 Uno de entre la gente le dijo a Jesús:

—Maestro, dile a mi hermano que me dé mi parte de la herencia.

14 Y Jesús le contestó:

—Amigo, ¿quién me ha puesto sobre ustedes como juez o partidor?

15 También dijo:

—Cuídense ustedes de toda avaricia; porque la vida no depende del poseer muchas cosas.

16 Entonces les contó esta parábola: «Había un hombre rico, cuyas tierras dieron una gran cosecha. 17 El rico se puso a pensar: “¿Qué haré? No tengo dónde guardar mi cosecha.” 18 Y se dijo: “Ya sé lo que voy a hacer. Derribaré mis graneros y levantaré otros más grandes, para guardar en ellos toda mi cosecha y todo lo que tengo. 19 Luego me diré: Amigo, tienes muchas cosas guardadas para muchos años; descansa, come, bebe, goza de la vida.” 20 Pero Dios le dijo: “Necio, esta misma noche perderás la vida, y lo que tienes guardado, ¿para quién será?” 21 Así le pasa al hombre que amontona riquezas para sí mismo, pero es pobre delante de Dios.»

Dios cuida de sus hijos(L)

22 Después dijo Jesús a sus discípulos: «Esto les digo: No se preocupen por lo que han de comer para vivir, ni por la ropa que necesitan para el cuerpo. 23 La vida vale más que la comida, y el cuerpo más que la ropa. 24 Fíjense en los cuervos: no siembran ni cosechan, ni tienen granero ni troje; sin embargo, Dios les da de comer. ¡Cuánto más valen ustedes que las aves! 25 Y en todo caso, por mucho que uno se preocupe, ¿cómo podrá prolongar su vida ni siquiera una hora? 26 Pues si no pueden hacer ni aun lo más pequeño, ¿por qué se preocupan por las demás cosas?

27 »Fíjense cómo crecen los lirios: no trabajan ni hilan. Sin embargo, les digo que ni siquiera el rey Salomón, con todo su lujo, se vestía como uno de ellos. 28 Pues si Dios viste así a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, ¡cuánto más habrá de vestirlos a ustedes, gente falta de fe! 29 Por tanto, no anden afligidos, buscando qué comer y qué beber. 30 Porque todas estas cosas son las que preocupan a la gente del mundo, pero ustedes tienen un Padre que ya sabe que las necesitan. 31 Ustedes pongan su atención en el reino de Dios, y recibirán también estas cosas.

Riqueza en el cielo(M)

32 »No tengan miedo, ovejas mías; ustedes son pocos, pero el Padre, en su bondad, ha decidido darles el reino. 33 Vendan lo que tienen, y den a los necesitados; procúrense bolsas que no se hagan viejas, riqueza sin fin en el cielo, donde el ladrón no puede entrar ni la polilla destruir. 34 Pues donde esté la riqueza de ustedes, allí estará también su corazón.

Hay que estar preparados

35-36 »Sean como criados que están esperando a que su amo regrese de un banquete de bodas, preparados y con las lámparas encendidas, listos a abrirle la puerta tan pronto como llegue y toque. 37 Dichosos los criados a quienes su amo, al llegar, encuentre despiertos. Les aseguro que el amo mismo los hará sentarse a la mesa y se dispondrá a servirles la comida. 38 Dichosos ellos, si los encuentra despiertos aunque llegue a la medianoche o de madrugada. 39 Y sepan ustedes esto: que si el dueño de una casa supiera a qué hora va a llegar el ladrón, no dejaría que nadie se metiera en su casa a robar. 40 Ustedes también estén preparados; porque el Hijo del hombre vendrá cuando menos lo esperen.»

El criado fiel y el criado infiel(N)

41 Pedro le preguntó:

—Señor, ¿dijiste esta parábola solamente para nosotros, o para todos?

42 Dijo el Señor: «¿Quién es el mayordomo fiel y atento, a quien su amo deja encargado de los de su casa, para darles de comer a su debido tiempo? 43 Dichoso el criado a quien su amo, cuando llega, lo encuentra cumpliendo con su deber. 44 De veras les digo que el amo lo pondrá como encargado de todos sus bienes. 45 Pero si ese criado, pensando que su amo va a tardar en llegar, comienza a maltratar a los otros criados y a las criadas, y se pone a comer, a beber y a emborracharse, 46 el día que menos lo espere y a una hora que no sabe, llegará su amo y lo castigará, condenándolo a correr la misma suerte que los infieles.

47 »El criado que sabe lo que quiere su amo, pero no está preparado ni lo obedece, será castigado con muchos golpes. 48 Pero el criado que sin saberlo hace cosas que merecen castigo, será castigado con menos golpes. A quien mucho se le da, también se le pedirá mucho; a quien mucho se le confía, se le exigirá mucho más.

Jesús, causa de división(O)

49 »Yo he venido a prender fuego en el mundo; y ¡cómo quisiera que ya estuviera ardiendo! 50 Tengo que pasar por una terrible prueba, y ¡cómo sufro hasta que se lleve a cabo! 51 ¿Creen ustedes que he venido a traer paz a la tierra? Les digo que no, sino división. 52 Porque de hoy en adelante, cinco en una familia estarán divididos, tres contra dos y dos contra tres. 53 El padre estará contra su hijo y el hijo contra su padre; la madre contra su hija y la hija contra su madre; la suegra contra su nuera y la nuera contra su suegra.»

Las señales de los tiempos(P)

54 Jesús también dijo a la gente: «Cuando ustedes ven que las nubes se levantan por occidente, dicen que va a llover, y así sucede. 55 Y cuando el viento sopla del sur, dicen que va a hacer calor, y lo hace. 56 ¡Hipócritas! Si saben interpretar tan bien el aspecto del cielo y de la tierra, ¿cómo es que no saben interpretar el tiempo en que viven?

Ponerse en paz con el enemigo(Q)

57 »¿Por qué no juzgas por ti mismo lo que es justo? 58 Si alguien te demanda y vas con él a presentarte a la autoridad, procura llegar a un acuerdo mientras aún estés a tiempo, para que no te lleve ante el juez; porque si no, el juez te entregará a los guardias, y los guardias te meterán en la cárcel. 59 Te digo que no saldrás de allí hasta que pagues el último centavo.»

Dios Habla Hoy (DHH)

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