The Daily Audio Bible
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Esdras lee la ley
8 Se reunió todo el pueblo como un solo hombre en la plaza que estaba delante de la puerta de las Aguas(A), y pidieron[a] al escriba Esdras(B) que trajera el libro de la ley de Moisés que el Señor había dado[b] a Israel(C). 2 Entonces el sacerdote Esdras trajo la ley(D) delante de la asamblea de hombres y mujeres y de todos los que podían entender lo que oían. Era el primer día del mes séptimo(E). 3 Y leyó en el libro[c] frente a la plaza que estaba delante de la puerta de las Aguas(F), desde el amanecer[d] hasta el mediodía, en presencia de hombres y mujeres y de los que podían entender; y los oídos de todo el pueblo estaban atentos al libro de la ley. 4 El escriba Esdras estaba sobre un estrado de madera que habían hecho para esta ocasión. Junto a él, a su derecha, estaban Matatías, Sema, Anías, Urías, Hilcías y Maasías; y a su izquierda, Pedaías, Misael, Malquías, Hasum, Hasbadana, Zacarías y Mesulam. 5 Y abrió Esdras el libro a la vista de todo el pueblo(G), pues él estaba más alto que todo el pueblo; y cuando lo abrió, todo el pueblo se puso en pie(H). 6 Entonces Esdras bendijo al Señor, el gran Dios. Y todo el pueblo respondió: ¡Amén, Amén(I)!, mientras alzaban las manos; después se postraron y adoraron al Señor rostro en tierra(J). 7 También Jesúa, Bani, Serebías, Jamín, Acub, Sabetai, Hodías, Maasías, Kelita, Azarías, Jozabed, Hanán, Pelaías, y los levitas, explicaban la ley al pueblo mientras el pueblo permanecía en su lugar. 8 Y leyeron en el libro de la ley de Dios, traduciéndolo[e] y dándole el sentido para que entendieran la lectura.
9 Entonces Nehemías, que era el gobernador[f](K), y Esdras, el sacerdote y escriba(L), y los levitas que enseñaban al pueblo, dijeron a todo el pueblo: Este día es santo para el Señor vuestro Dios(M); no os entristezcáis, ni lloréis; porque todo el pueblo lloraba al oír las palabras de la ley(N). 10 También les dijo: Id, comed de la grosura, bebed de lo dulce, y mandad raciones a los que no tienen nada preparado(O); porque este día es santo para nuestro Señor. No os entristezcáis, porque la alegría del Señor es vuestra fortaleza. 11 Los levitas calmaron a todo el pueblo diciendo: Callad, porque el día es santo, no os entristezcáis. 12 Y todo el pueblo se fue a comer, a beber, a mandar porciones(P) y a celebrar una gran fiesta[g], porque comprendieron las palabras que les habían enseñado(Q).
13 Al segundo día los jefes de casas paternas de todo el pueblo, los sacerdotes y los levitas se reunieron junto al escriba Esdras para entender las palabras de la ley. 14 Y encontraron escrito en la ley que el Señor había mandado por medio[h] de Moisés que los hijos de Israel habitaran en tabernáculos[i] durante la fiesta del mes séptimo(R). 15 Y ellos proclamaron y circularon[j] pregón(S) en todas sus ciudades y en Jerusalén(T), diciendo: Salid al monte y traed ramas de olivo, ramas de olivo silvestre[k], ramas de mirto, ramas de palmera y ramas de otros árboles frondosos, para hacer tabernáculos, como está escrito(U). 16 El pueblo salió y las trajeron e hicieron tabernáculos para sí, cada uno en su terrado(V), en sus patios, en los patios de la casa de Dios, en la plaza de la puerta de las Aguas(W) y en la plaza de la puerta de Efraín(X). 17 Toda la asamblea de los que habían regresado de la cautividad hicieron tabernáculos y habitaron en ellos[l]. Los hijos de Israel ciertamente no habían hecho de esta manera desde los días de Josué, hijo de Nun, hasta aquel día(Y). Y hubo gran regocijo(Z). 18 Y leyó Esdras del libro de la ley de Dios(AA) cada día, desde el primer día hasta el último día. Celebraron la fiesta siete días, y al octavo día hubo una asamblea solemne según lo establecido(AB).
Arrepentimiento y confesión
9 El día veinticuatro de este mes(AC) se congregaron los hijos de Israel en ayuno(AD), vestidos de cilicio y con polvo sobre sí(AE). 2 Y los descendientes[m] de Israel se separaron de todos los extranjeros(AF), y se pusieron en pie, confesando sus pecados y las iniquidades de sus padres(AG). 3 Puestos de pie, cada uno en su lugar(AH), leyeron en el libro de la ley del Señor su Dios por una cuarta parte del día; y por otra cuarta parte confesaron y adoraron al Señor su Dios. 4 Y sobre el estrado de los levitas se levantaron Jesúa, Bani, Cadmiel, Sebanías, Buni, Serebías, Bani(AI) y Quenani, y clamaron en alta voz al Señor su Dios.
5 Entonces los levitas, Jesúa, Cadmiel, Bani, Hasabnías, Serebías, Hodías, Sebanías y Petaías, dijeron: Levantaos, bendecid al Señor vuestro Dios por siempre y para siempre.
Sea bendito tu glorioso nombre
y exaltado sobre toda bendición y alabanza.
6 Solo tú eres el Señor(AJ).
Tú hiciste los cielos,
los cielos de los cielos con todo su ejército,
la tierra y todo lo que en ella hay(AK),
los mares y todo lo que en ellos hay.
Tú das vida a todos ellos(AL)
y el ejército de los cielos se postra ante ti.
7 Tú eres el Señor Dios
que escogiste a Abram(AM),
lo sacaste de Ur de los Caldeos(AN)
y le diste por nombre Abraham(AO).
8 Hallaste fiel su corazón delante de ti,
e hiciste con él un pacto
para darle la tierra del cananeo,
del hitita, del amorreo,
del ferezeo, del jebuseo y del gergeseo,
para darla a su descendencia[n](AP).
Y has cumplido tu palabra(AQ), porque eres justo.
9 Tú viste la aflicción de nuestros padres en Egipto(AR),
y escuchaste su clamor junto al mar Rojo[o](AS).
10 Entonces hiciste señales y maravillas contra Faraón(AT),
contra todos sus siervos y contra todo el pueblo de su tierra;
pues supiste que ellos los trataban con soberbia,
y te hiciste un nombre(AU) como el de hoy.
11 Dividiste el mar delante de ellos(AV),
y pasaron por medio del mar sobre tierra firme;
y echaste en los abismos a sus perseguidores,
como a una piedra en aguas turbulentas[p](AW).
12 Con columna de nube los guiaste de día,
y con columna de fuego de noche,
para alumbrarles el camino
en que debían andar(AX).
13 Luego bajaste sobre el monte Sinaí(AY),
y desde el cielo hablaste con ellos(AZ);
les diste ordenanzas justas y leyes verdaderas,
estatutos y mandamientos buenos(BA).
14 Les hiciste conocer tu santo día de reposo(BB),
y les prescribiste mandamientos, estatutos y la ley
por medio[q] de tu siervo Moisés.
15 Les proveíste pan del cielo para su hambre(BC),
les sacaste agua de la peña para su sed(BD),
y les dijiste que entraran a poseer
la tierra que tú habías jurado darles[r](BE).
16 Pero ellos, nuestros padres, obraron con soberbia(BF),
endurecieron su cerviz y no escucharon tus mandamientos(BG).
17 Rehusaron escuchar,
y no se acordaron de las maravillas que hiciste entre ellos(BH);
endurecieron su cerviz y eligieron un jefe para volver a su esclavitud en Egipto[s](BI).
Pero tú eres un Dios de perdón,
clemente y compasivo,
lento para la ira y abundante en misericordia(BJ),
y no los abandonaste.
18 Ni siquiera cuando se hicieron
un becerro de metal fundido
y dijeron: «Este es tu Dios
que te sacó de Egipto»,
y cometieron grandes blasfemias[t](BK),
19 tú, en tu gran compasión,
no los abandonaste en el desierto(BL);
la columna de nube no los dejó de día,
para guiarlos en el camino,
ni la columna de fuego de noche, para alumbrarles el camino por donde debían andar(BM).
20 Y diste tu buen Espíritu para instruirles(BN),
no retiraste tu maná de su boca,
y les diste agua para su sed.
21 Por cuarenta años proveíste para ellos en el desierto y nada les faltó(BO),
sus vestidos no se gastaron ni se hincharon sus pies.
Pablo defiende su apostolado
9 ¿No soy libre(A)? ¿No soy apóstol(B)? ¿No he visto a Jesús nuestro Señor(C)? ¿No sois vosotros mi obra en el Señor(D)? 2 Si para otros no soy apóstol, por lo menos para vosotros sí lo soy; pues vosotros sois el sello(E) de mi apostolado(F) en el Señor.
3 Mi defensa contra[a] los que me examinan es esta: 4 ¿Acaso no[b] tenemos derecho a comer y beber(G)? 5 ¿Acaso no[c] tenemos derecho a llevar con nosotros una esposa creyente[d](H), así como los demás apóstoles y los hermanos del Señor(I) y Cefas(J)? 6 ¿O acaso solo Bernabé(K) y yo[e] no tenemos el derecho a no trabajar? 7 ¿Quién ha servido alguna vez como soldado(L) a sus propias expensas? ¿Quién planta una viña y no come de su fruto(M)? ¿O quién cuida un rebaño y no bebe[f] de la leche del rebaño? 8 ¿Acaso digo esto según el juicio humano[g](N)? ¿No dice también la ley esto mismo? 9 Pues en la ley de Moisés está escrito: No pondrás bozal al buey cuando trilla(O). ¿Acaso le preocupan a Dios los bueyes(P)? 10 ¿O lo dice especialmente por nosotros? Sí, se escribió por nosotros(Q), porque el que ara debe arar con esperanza, y el que trilla debe trillar con la esperanza de recibir de la cosecha(R). 11 Si en vosotros sembramos lo espiritual, ¿será demasiado que de vosotros cosechemos lo material(S)? 12 Si otros tienen este derecho sobre vosotros, ¿no lo tenemos aún más nosotros? Sin embargo, no hemos usado este derecho(T), sino que sufrimos todo para no causar estorbo(U) al evangelio de Cristo(V). 13 ¿No sabéis(W) que los que desempeñan los servicios sagrados comen la comida del templo, y los que regularmente sirven al altar, del altar reciben su parte(X)? 14 Así también ordenó el Señor que los que proclaman el evangelio(Y), vivan del evangelio(Z). 15 Mas yo de nada de esto me he aprovechado[h](AA). Y no escribo esto para que así se haga conmigo; porque mejor me fuera morir, que permitir que alguno me prive de esta gloria[i](AB). 16 Porque si predico[j] el evangelio, no tengo nada de qué gloriarme, pues estoy bajo el deber(AC) de hacerlo; pues ¡ay de mí si no predico[k] el evangelio(AD)! 17 Porque si hago esto voluntariamente, tengo recompensa(AE); pero si lo hago en contra de mi voluntad, un encargo[l](AF) se me ha confiado. 18 ¿Cuál es, entonces, mi recompensa(AG)? Que al predicar[m] el evangelio, pueda ofrecerlo[n] gratuitamente(AH) sin hacer pleno uso de mi derecho(AI) en el evangelio.
12 Bienaventurada la nación cuyo Dios es el Señor(A),
el pueblo que Él ha escogido como herencia para sí(B).
13 El Señor mira desde los cielos(C);
El ve a todos los hijos de los hombres(D).
14 Desde el lugar de su morada Él observa
a todos los habitantes de la tierra(E);
15 Él, que modela el corazón de cada uno de ellos(F);
El, que todas las obras de ellos entiende(G).
16 El rey no se salva por gran[a] ejército;
ni es librado el valiente[b] por la mucha fuerza(H).
17 Falsa esperanza de victoria[c] es el caballo(I),
ni con su mucha fuerza puede librar.
18 He aquí, los ojos[d] del Señor están sobre los que le temen(J),
sobre los que esperan en su misericordia(K),
19 para librar su alma de la muerte(L),
y conservarlos con vida en tiempos de hambre(M).
20 Nuestra alma espera al[e] Señor(N);
Él es nuestra ayuda y nuestro escudo(O);
21 pues en Él(P) se regocija nuestro corazón,
porque en su santo nombre hemos confiado.
22 Sea sobre nosotros tu misericordia, oh Señor,
según hemos esperado en ti.
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