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The Daily Audio Bible

This reading plan is provided by Brian Hardin from Daily Audio Bible.
Duration: 731 days

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Nueva Versión Internacional (NVI)
Version
1 Crónicas 2:18-4:4

18 Caleb, hijo de Jezrón, tuvo hijos con su esposa Azuba y con Jeriot. Estos fueron sus hijos:

Jéser, Sobab y Ardón.

19 Cuando Azuba murió, Caleb tomó por esposa a Efrata, con la que tuvo a su hijo Hur.

20 Hur fue el padre de Uri y este lo fue de Bezalel.

21 Cuando Jezrón tenía sesenta años, tomó por esposa a una hija de Maquir, padre de Galaad, y tuvo con ella a su hijo Segub.

22 Segub fue el padre de Yaír, quien fue dueño de veintitrés ciudades en la tierra de Galaad.

23 Pero Guesur y Aram le quitaron los poblados de Yaír y Quenat, y sus aldeas. En total, le quitaron sesenta pueblos.

Todos estos fueron los descendientes de Maquir, padre de Galaad.

24 Después de que Jezrón murió en Caleb Efrata, Abías, la esposa de Jezrón, dio a luz a Asur, padre[a] de Tecoa.

25 Los hijos de Jeramel, primogénito de Jezrón:

Ram, el mayor, Buná, Orén, Ozén y Ahías. 26 Jeramel tuvo otra esposa, la cual se llamaba Atará. Esta fue la madre de Onam.

27 Los hijos de Ram, primogénito de Jeramel:

Maaz, Jamín y Équer.

28 Hijos de Onam:

Samay y Yada.

Hijos de Samay:

Nadab y Abisur. 29 La esposa de Abisur se llamaba Abijaíl, con la que tuvo a Ajbán y Molid.

30 Hijos de Nadab:

Séled y Apayin. Séled murió sin tener hijos.

31 El hijo de Apayin:

Isí, el hijo de Isí fue Sesán y el hijo de Sesán fue Ajlay.

32 Los hijos de Yada, hermano de Samay:

Jéter y Jonatán. Jéter murió sin tener hijos.

33 Hijos de Jonatán:

Pélet y Zazá.

Estos fueron los descendientes de Jeramel.

34 Sesán no tuvo hijos, sino hijas.

Tenía un esclavo egipcio llamado Yarjá. 35 A este le dio por esposa una de sus hijas, la cual fue la madre de Atay.

36 Atay fue el padre de Natán,

Natán fue el padre de Zabad,

37 Zabad fue el padre de Eflal,

Eflal fue el padre de Obed,

38 Obed fue el padre de Jehú,

Jehú fue el padre de Azarías,

39 Azarías fue el padre de Heles,

Heles fue el padre de Elasá,

40 Elasá fue el padre de Sismay,

Sismay fue el padre de Salún,

41 Salún fue el padre de Jecamías,

y Jecamías fue el padre de Elisama.

Descendientes de Caleb

42 Los hijos de Caleb, hermano de Jeramel:

Mesá, el primogénito, que fue el padre de Zif;

y Maresá, que fue el padre de Hebrón.

43 Hijos de Hebrón:

Coré, Tapúaj, Requen y Semá.

44 Semá fue el padre de Raham,

y Raham fue el padre de Jorcoán.

Requen fue el padre de Samay.

45 Samay fue el padre de Maón.

Maón fue el padre de Betsur.

46 Efá, concubina[b] de Caleb, fue la madre de

Jarán, Mosá y Gazez.

Jarán fue el padre de Gazez.

47 Hijos de Yaday:

Reguen, Jotán, Guesán, Pélet, Efá y Sagaf.

48 Macá, concubina de Caleb, fue la madre de

Séber, Tirjaná,

49 y Sagaf, que fue el padre de Madmana

y de Seva, quien fue el padre de Macbena y de Guibeá.

Además, Caleb tuvo una hija llamada Acsa.

50 Estos fueron los descendientes de Caleb.

Los hijos de Hur, primogénito de Efrata:

Sobal, padre de Quiriat Yearín; 51 Salmá, padre de Belén, y Jaref, padre de Bet Gader.

52 Los hijos de Sobal, padre de Quiriat Yearín:

Haroé, la mitad de los manajatitas, 53 las familias de Quiriat Yearín, los itritas, los futitas, los sumatitas y los misraítas, de quienes proceden los zoratitas y los estaolitas.

54 Hijos de Salmá:

Belén, los netofatitas, Atarot Bet Joab, la mitad de los manajatitas, los zoreítas, 55 y las familias de los escribas que vivían en Jabés, es decir, los tirateos, los simateos y los sucateos. Estos fueron los quenitas, descendientes de Jamat, padre de la familia de Recab.

Hijos de David(A)(B)

Estos fueron los hijos de David nacidos en Hebrón:

Su primogénito fue Amnón, hijo de Ajinoán, la jezrelita;

el segundo, Daniel, hijo de Abigaíl de Carmel;

el tercero, Absalón, hijo de Macá, la hija del rey Talmay de Guesur;

el cuarto, Adonías, hijo de Jaguit;

el quinto, Sefatías, hijo de Abital;

y el sexto, Itreán, hijo de Eglá, que era otra esposa de David.

Estos seis nacieron en Hebrón, donde reinó siete años y seis meses.

David reinó en Jerusalén treinta y tres años. Allí nacieron:

Simá, Sobab, Natán y Salomón, hijos de Betsabé,[c] la hija de Amiel.

Tuvo también a Ibjar, Elisama, Elifelet, Noga, Néfeg, Jafía, Elisama, Eliadá y Elifelet; nueve en total.

Todos estos fueron hijos de David, sin contar los hijos que tuvo con sus concubinas.[d] La hermana de ellos fue Tamar.

Descendientes de Salomón

10 Estos fueron los descendientes de Salomón en línea directa:

Roboán,

Abías,

Asá,

Josafat,

11 Jorán,

Ocozías,

Joás,

12 Amasías,

Azarías,[e]

Jotán,

13 Acaz,

Ezequías,

Manasés,

14 Amón

y Josías.

15 Los hijos de Josías:

Johanán, el primero;

Joacim, el segundo;

Sedequías, el tercero,

y Salún, el cuarto.

16 Los hijos de Joacim:

Jeconías

y Sedequías.

17 Los descendientes de Jeconías, el cautivo:

Salatiel, 18 Malquirán, Pedaías, Senazar, Jecamías, Hosamá y Nedabías.

19 Los hijos de Pedaías:

Zorobabel y Simí.

Los hijos de Zorobabel:

Mesulán y Jananías; Selomit fue hermana de ellos. 20 Tuvo también estos cinco: Jasubá, Ohel, Berequías, Jasadías y Yusab Jésed.

21 Los descendientes de Jananías:

Pelatías e Isaías, y también los hijos de Refaías, los de Arnán, los de Abdías y los de Secanías.

22 Los descendientes de Secanías:

Semaías y sus hijos Jatús, Igal, Barías, Nearías y Safat; seis en total.

23 Los hijos de Nearías:

Elihoenay, Ezequías y Azricán; tres en total.

24 Los hijos de Elihoenay:

Hodavías, Eliasib, Pelaías, Acub, Johanán, Delaías y Ananí; siete en total.

Descendientes de Judá

Los descendientes de Judá en línea directa fueron

Fares, Jezrón, Carmí, Hur y Sobal.

Reaías, hijo de Sobal, fue el padre de Yajat y Yajat fue el padre de Ajumay y de Lahad. Estas fueron las familias de los zoratitas.

Los hijos[f] de Etam fueron

Jezrel, Ismá e Idbás. La hermana de ellos fue Jazelelponi. También fueron sus hijos Penuel, padre de Guedor, y Ezer, padre de Jusá.

Estos fueron los descendientes de Hur, primogénito de Efrata, padre[g] de Belén.

Hechos 24

El proceso ante Félix

24 Cinco días después, el sumo sacerdote Ananías bajó a Cesarea con algunos de los líderes religiosos y un abogado llamado Tértulo, para presentar ante el gobernador las acusaciones contra Pablo. Cuando se hizo comparecer al acusado, Tértulo expuso su caso ante Félix:

—Excelentísimo Félix, bajo su mandato hemos disfrutado de un largo período de paz, y gracias a la previsión suya se han llevado a cabo reformas en pro de esta nación. En todas partes y en toda ocasión reconocemos esto con profunda gratitud. Pero a fin de no importunarlo más, le ruego que, con la bondad que lo caracteriza, nos escuche brevemente. Hemos descubierto que este hombre es una plaga que por todas partes anda provocando disturbios entre los judíos. Es jefe de la secta de los nazarenos. Incluso trató de profanar el Templo; por eso lo prendimos. [a] Usted mismo, al interrogarlo, podrá cerciorarse de la verdad de todas las acusaciones contra él.

Los judíos corroboraron la acusación al afirmar que todo esto era cierto. 10 Cuando el gobernador le concedió la palabra con un gesto, Pablo respondió:

—Sé que desde hace muchos años usted ha sido juez de esta nación; así que de buena gana presento mi defensa. 11 Usted puede comprobar fácilmente que no hace más de doce días que subí a Jerusalén para adorar. 12 Mis acusadores no me encontraron discutiendo con nadie en el Templo ni promoviendo motines entre la gente en las sinagogas ni en ninguna otra parte de la ciudad. 13 Tampoco pueden probarle a usted las cosas de que ahora me acusan. 14 Sin embargo, esto sí confieso: que adoro al Dios de nuestros antepasados siguiendo este Camino que mis acusadores llaman secta, pues estoy de acuerdo con todo lo que enseña la Ley y creo lo que está escrito en los Profetas. 15 Tengo en Dios la misma esperanza que estos hombres profesan, de que habrá una resurrección de los justos y de los injustos. 16 En todo esto procuro conservar siempre limpia mi conciencia delante de Dios y de los hombres.

17 »Después de una ausencia de varios años, volví a Jerusalén para traerle donativos a mi pueblo y presentar ofrendas. 18 En esto estaba, habiéndome ya purificado, cuando me encontraron en el Templo. No me acompañaba ninguna multitud ni estaba implicado en ningún disturbio. 19 Los que me vieron eran algunos judíos de la provincia de Asia, y son ellos los que deberían estar delante de usted para formular sus acusaciones, si es que tienen algo contra mí. 20 De otro modo, estos que están aquí deberían declarar qué delito hallaron en mí cuando comparecí ante el Consejo, 21 a no ser lo que exclamé en presencia de ellos: “Es por la resurrección de los muertos por lo que hoy estoy siendo juzgado delante de ustedes”.

22 Entonces Félix, que estaba bien informado del Camino, suspendió la sesión.

—Cuando venga el comandante Lisias, decidiré su caso —dijo.

23 Luego ordenó al centurión que mantuviera custodiado a Pablo, pero que le diera cierta libertad y que no impidiera que sus amigos lo atendieran.

24 Algunos días después llegó Félix con su esposa Drusila, que era judía. Mandó llamar a Pablo y lo escuchó hablar acerca de la fe en Cristo Jesús. 25 Al disertar Pablo sobre la justicia, el dominio propio y el juicio venidero, Félix tuvo miedo y dijo: «¡Basta por ahora! Puedes retirarte. Cuando sea oportuno te mandaré llamar otra vez». 26 Félix también esperaba que Pablo le ofreciera dinero; por eso mandaba llamarlo con frecuencia y conversaba con él.

27 Transcurridos dos años, Félix tuvo como sucesor a Porcio Festo, pero como Félix quería congraciarse con los judíos, dejó preso a Pablo.

Salmos 4

Al director musical. Acompáñese con instrumentos de cuerda. Salmo de David.

Responde a mi clamor,
    Dios de mi justicia.
Dame alivio cuando esté angustiado,
    apiádate de mí y escucha mi oración.

Y ustedes, señores,
    ¿hasta cuándo cambiarán mi gloria en vergüenza?
¿Hasta cuándo amarán ilusiones vanas y buscarán la mentira?[a] Selah
Sepan que el Señor honra al que le es fiel;
    el Señor me escucha cuando lo llamo.

Si se enojan, no pequen;
    cuando estén en sus camas
    examinen en silencio sus corazones.[b] Selah
Ofrezcan sacrificios de justicia
    y confíen en el Señor.

Muchos son los que dicen:
    «¿Quién puede mostrarnos algún bien?».
¡Haz, Señor, que sobre nosotros
    brille la luz de tu rostro!
Tú has hecho que mi corazón rebose de alegría,
    alegría mayor que la que tienen los que disfrutan de trigo y vino nuevo en abundancia.

En paz me acuesto y me duermo,
    porque solo tú, Señor, me haces vivir confiado.

Proverbios 18:16-18

16 Con regalos se abren todas las puertas
    y se llega a la presencia de gente importante.

17 El primero en presentar su caso parece inocente,
    hasta que llega la otra parte y lo refuta.

18 El echar suertes pone fin a los litigios
    y decide entre los poderosos.

Nueva Versión Internacional (NVI)

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