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Nueva Biblia Viva (NBV)
Version
Proverbios 25-26

Más proverbios de Salomón

25 Estos proverbios también son de Salomón, fueron copiados por los ayudantes de Ezequías, rey de Judá.

Es gloria de Dios ocultar un asunto, y honra del rey investigarlo.

Nadie puede comprender la altura del cielo o la profundidad de la tierra, ni tampoco los pensamientos del rey.

Quita las impurezas de la plata y quedará lista para que el orfebre la use;

quita a los malvados del servicio al rey y su reino se afirmará en la justicia.

No te des importancia delante del rey, ni exijas un lugar entre los poderosos;

es mejor que él te invite a subir, y no que te humille públicamente.

Lo que atestigües con tus ojos, no te des prisa en llevarlo al tribunal, pues tu prójimo puede ponerte en vergüenza y al final no sabrás qué hacer.

Defiende tu causa contra tu prójimo, pero no traiciones la confianza de nadie,

10 pues otros pueden oírte y ponerte en vergüenza y nunca recobrarás tu buena fama.

11 El consejo oportuno es como naranjas de oro con incrustaciones de plata.

12 Como anillo o joya del más fino oro es la corrección del sabio al que la acepta.

13 El mensajero fiel es como refrescante nieve en medio del calor del verano, le da nuevos ánimos a su amo.

14 El que no da el regalo prometido, es como la nube y el viento que no traen nada de lluvia.

15 Por medio de la paciencia se puede convencer al gobernante; la lengua amable puede quebrantar hasta los huesos.

16 ¿Te gusta la miel? No comas demasiada, o te puede hacer daño.

17 No abuses de las visitas a tu amigo, pues se cansará de ti y ya no te recibirá con alegría.

18 Calumniar a alguien es tan dañino como herirlo con un hacha, atravesarlo con la espada o clavarle una flecha aguda.

19 Confiar en un hombre indigno en momentos de angustia es como masticar con una muela careada o caminar con una pierna rota.

20 Cantar canciones al que tiene afligido el corazón es como robarle el abrigo en pleno frío o echarle vinagre en una herida.

21 Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer. Si tiene sed, dale de beber.

22 Así harás que se avergüence de lo que ha hecho, y el Señor te recompensará.

23 Tan cierto como que el viento del norte trae lluvia, las malas lenguas traen miradas de enojo.

24 Es mejor vivir en un rincón de la azotea que en una hermosa casa con una mujer pendenciera.

25 Las buenas noticias de tierras lejanas son como agua fría para la garganta sedienta.

26 Como fuente turbia o manantial lodoso es el justo que tiembla ante el malvado.

27 Así como comer mucha miel es malo, también es malo que los hombres busquen su propia gloria.

28 Como ciudad con sus murallas destrozadas es el hombre que no se sabe dominar.

26 Ni la nieve es para el verano, ni la lluvia para la cosecha, ni los honores para el necio.

Como gorrión que vuela sin rumbo o la golondrina sin nido, la maldición sin motivo jamás llega a destino.

El látigo es para el caballo, el freno para el burro y la vara, para la espalda del necio.

No respondas al necio según su necedad, o tú mismo pasarás por necio.

Respóndele al necio como se merece, para que no se crea sabio.

Confiar que el necio lleve un mensaje es como cortarse los pies o sufrir violencia.

Inútil es el proverbio en la boca del necio como inútiles son las piernas de un inválido.

Honrar al necio es tan descabellado como atar una piedra a la honda.

El proverbio en la boca del necio es como la espina en la mano del borracho.

10 Como el arquero que hiere a todo el que pasa, así es el que da trabajo al necio en su casa.

11 Como el perro vuelve a su vómito, así el necio vuelve a su necedad.

12 Hay más esperanza para un necio que para el que se cree muy sabio.

13 El perezoso para no trabajar pone excusas, dice: «Hay un león allá afuera que anda suelto». 14 Sobre sus bisagras gira la puerta; sobre la cama, el perezoso.

15 El perezoso no mueve ni un dedo para llevarse la comida a la boca.

16 El perezoso se cree más listo que siete sabios que saben responder.

17 Meterse en pleitos ajenos es como agarrar a un perro por las orejas.

18 Como loco que lanza flechas encendidas, 19 es el que engaña a su prójimo y luego dice: «Sólo era una broma».

20 Sin leña se apaga el fuego, y sin chismes se acaba el pleito.

21 El carbón es para hacer brasas, la leña para hacer fuego, y el hombre pendenciero para empezar pleitos.

22 Los chismes son como bocados sabrosos; llegan hasta lo más profundo del corazón.

23 Como baño de plata sobre olla de barro así son las palabras amables que ocultan un corazón malvado.

24 El que odia lo disimula al hablar, pero en su corazón hace planes malvados.

25 No le creas, aunque te hable con dulzura, porque su corazón rebosa de abominaciones.

26 Puede engañarnos disimulando su odio pero ante todos se descubrirá su maldad.

27 El que cava una fosa, en ella caerá; el que echa a rodar una roca, contra él se volverá.

28 La lengua mentirosa odia a sus víctimas, la boca aduladora causa la ruina.

Nueva Biblia Viva (NBV)

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