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Chronological

Read the Bible in the chronological order in which its stories and events occurred.
Duration: 365 days
Nueva Traducción Viviente (NTV)
Version
Salmos 111-118

[a]111 ¡Alabado sea el Señor!

Daré gracias al Señor con todo mi corazón
    al reunirme con su pueblo justo.
¡Qué asombrosas son las obras del Señor!
    Todos los que se deleitan en él deberían considerarlas.
Todo lo que él hace revela su gloria y majestad;
    su justicia nunca falla.
Él nos hace recordar sus maravillosas obras.
    ¡Cuánta gracia y misericordia tiene nuestro Señor!
Da alimento a los que le temen;
    siempre recuerda su pacto.
Ha mostrado su gran poder a su pueblo
    al entregarle las tierras de otras naciones.
Todo lo que hace es justo y bueno,
    y todos sus mandamientos son confiables;
siempre son verdaderos,
    para ser obedecidos fielmente y con integridad.
Él pagó el rescate completo por su pueblo
    y les ha garantizado para siempre el pacto que hizo con ellos.
    ¡Qué santo e imponente es su nombre!
10 El temor del Señor es la base de la verdadera sabiduría;
    todos los que obedecen sus mandamientos crecerán en sabiduría.

¡Alábenlo para siempre!
[b]112 ¡Alabado sea el Señor!

¡Qué felices son los que temen al Señor
    y se deleitan en obedecer sus mandatos!
Sus hijos tendrán éxito en todas partes;
    toda una generación de justos será bendecida.
Ellos mismos serán ricos,
    y sus buenas acciones durarán para siempre.
La luz brilla en la oscuridad para los justos;
    son generosos, compasivos y rectos.
Les va bien a los que prestan dinero con generosidad
    y manejan sus negocios equitativamente.
A estas personas no las vencerá el mal;
    a los rectos se los recordará por mucho tiempo.
Ellos no tienen miedo de malas noticias;
    confían plenamente en que el Señor los cuidará.
Tienen confianza y viven sin temor,
    y pueden enfrentar triunfantes a sus enemigos.
Comparten con libertad y dan con generosidad a los necesitados;
    sus buenas acciones serán recordadas para siempre.
    Ellos tendrán influencia y recibirán honor.
10 Los perversos lo verán y se pondrán furiosos.
    Rechinarán los dientes de enojo;
    se escabullirán avergonzados con sus esperanzas frustradas.
113 ¡Alabado sea el Señor!

Sí, alábenle, oh siervos del Señor,
    ¡alaben el nombre del Señor!
Bendito sea el nombre del Señor
    ahora y para siempre.
En todas partes—del oriente al occidente—,
    alaben el nombre del Señor.
Él está por encima de las naciones;
    su gloria es más alta que los cielos.

¿Quién puede compararse con el Señor nuestro Dios,
    quien está entronizado en las alturas?
Él se inclina para mirar
    el cielo y la tierra.
Levanta del polvo a los pobres,
    y a los necesitados, del basurero.
Los pone entre príncipes,
    ¡incluso entre los príncipes de su propio pueblo!
A la mujer sin hijos le da una familia
    y la transforma en una madre feliz.

¡Alabado sea el Señor!
114 Cuando los israelitas escaparon de Egipto
    —cuando la familia de Jacob dejó esa tierra extranjera—,
la tierra de Judá se convirtió en el santuario de Dios,
    e Israel llegó a ser su reino.

El mar Rojo[c] los vio venir y se apuró a quitarse del camino;
    el agua del río Jordán se hizo a un lado.
¡Las montañas saltaron como carneros,
    las colinas brincaron como corderos!
¿Qué te pasa, mar Rojo, qué te llevó a quitarte del camino?
    ¿Qué sucedió, río Jordán, que te hiciste a un lado?
Montañas, ¿por qué saltaron como carneros?
    Colinas, ¿por qué brincaron como corderos?

Tiembla, oh tierra, ante la presencia del Señor,
    ante el Dios de Jacob.
Él convirtió la roca en una laguna de agua;
    sí, de la roca sólida fluyó un manantial.
115 No a nosotros, oh Señor, no a nosotros,
    sino a tu nombre le corresponde toda la gloria,
    por tu amor inagotable y tu fidelidad.
¿Por qué dejar que las naciones digan:
    «Dónde está el Dios de Israel»?
Nuestro Dios está en los cielos
    y hace lo que le place.
Los ídolos de ellos no son más que objetos de plata y oro;
    manos humanas les dieron forma.
Tienen boca pero no pueden hablar,
    tienen ojos pero no pueden ver.
Tienen oídos pero no pueden oír,
    y tienen nariz, pero no pueden oler.
Tienen manos pero no pueden sentir,
    tienen pies pero no pueden caminar,
    y tienen garganta pero no pueden emitir sonidos.
Y los que hacen ídolos son iguales a ellos,
    como también todos los que confían en ellos.

¡Oh Israel, confía en el Señor!
    Él es tu ayudador y tu escudo.
10 ¡Oh sacerdotes, descendientes de Aarón, confíen en el Señor!
    Él es su ayudador y su escudo.
11 ¡Todos los que temen al Señor, confíen en el Señor!
    Él es su ayudador y su escudo.

12 El Señor se acuerda de nosotros y nos bendecirá.
    Bendecirá al pueblo de Israel
    y bendecirá a los sacerdotes, los descendientes de Aarón.
13 Bendecirá a los que temen al Señor,
    tanto a los grandes como a los humildes.

14 Que el Señor los bendiga ricamente,
    tanto a ustedes como a sus hijos.
15 Que sean bendecidos por el Señor,
    quien hizo los cielos y la tierra.
16 Los cielos pertenecen al Señor,
    pero él ha dado la tierra a toda la humanidad.
17 Los muertos no pueden cantar alabanzas al Señor
    porque han entrado en el silencio de la tumba.
18 ¡Pero nosotros podemos alabar al Señor
    ahora y para siempre!

¡Alabado sea el Señor!
116 Amo al Señor porque escucha mi voz
    y mi oración que pide misericordia.
Debido a que él se inclina para escuchar,
    ¡oraré mientras tenga aliento!
La muerte me envolvió en sus cuerdas;
    los terrores de la tumba[d] se apoderaron de mí.
    Lo único que veía era dificultad y dolor.
Entonces invoqué el nombre del Señor:
    «¡Señor, por favor, sálvame!».
¡Qué bondadoso es el Señor! ¡Qué bueno es él!
    ¡Tan misericordioso, este Dios nuestro!
El Señor protege a los que tienen fe como de un niño;
    estuve frente a la muerte, y él me salvó.
Que mi alma descanse nuevamente,
    porque el Señor ha sido bueno conmigo.
Me rescató de la muerte;
    quitó las lágrimas de mis ojos,
    y libró a mis pies de tropezar.
¡Así que camino en la presencia del Señor
    mientras vivo aquí en la tierra!
10 Creí en ti, por tanto dije:
    «Señor, estoy muy afligido».
11 En mi ansiedad clamé a ti:
    «¡Estas personas son todas mentirosas!».
12 ¿Qué puedo ofrecerle al Señor
    por todo lo que ha hecho a mi favor?
13 Levantaré la copa de la salvación
    y alabaré el nombre del Señor por salvarme.
14 Cumpliré las promesas que le hice al Señor
    en presencia de todo su pueblo.

15 Al Señor le conmueve profundamente
    la muerte de sus amados.
16 Oh Señor, soy tu siervo;
    sí, soy tu siervo, nací en tu casa;
    me has liberado de mis cadenas.
17 Te ofreceré un sacrificio de agradecimiento
    e invocaré el nombre del Señor.
18 Cumpliré mis votos al Señor
    en presencia de todo su pueblo,
19 en la casa del Señor,
    en el corazón de Jerusalén.

¡Alabado sea el Señor!
117 Alaben al Señor, todas ustedes, las naciones.
    Todos los pueblos de la tierra, alábenlo.
Pues su amor inagotable por nosotros es poderoso;
    la fidelidad del Señor permanece para siempre.

¡Alabado sea el Señor!
118 ¡Den gracias al Señor, porque él es bueno!
    Su fiel amor perdura para siempre.

Que todo Israel repita:
    «Su fiel amor perdura para siempre».
Que los descendientes de Aarón, los sacerdotes, repitan:
    «Su fiel amor perdura para siempre».
Que todos los que temen al Señor repitan:
    «Su fiel amor perdura para siempre».

En mi angustia oré al Señor,
    y el Señor me respondió y me liberó.
El Señor está de mi parte, por tanto, no temeré.
    ¿Qué me puede hacer un simple mortal?
Así es, el Señor está de mi parte; él me ayudará.
    Miraré triunfante a los que me odian.
Es mejor refugiarse en el Señor
    que confiar en la gente.
Es mejor refugiarse en el Señor
    que confiar en príncipes.

10 Aunque me rodearon naciones hostiles,
    las destruí a todas con la autoridad del Señor.
11 Así fue, me rodearon y me atacaron,
    pero las destruí a todas con la autoridad del Señor.
12 Me rodearon como un enjambre de abejas;
    se enardecieron contra mí como un fuego crepitante;
    pero las destruí a todas con la autoridad del Señor.
13 Mis enemigos hicieron todo lo posible para matarme,
    pero el Señor me rescató.
14 El Señor es mi fuerza y mi canción;
    me ha dado la victoria.
15 Se entonan canciones de alegría y de victoria en el campamento de los justos.
    ¡El fuerte brazo derecho del Señor ha hecho proezas gloriosas!
16 El fuerte brazo derecho del Señor se levanta triunfante.
    ¡El fuerte brazo derecho del Señor ha hecho proezas gloriosas!
17 No moriré, sino que viviré
    para contar lo que hizo el Señor.
18 El Señor me castigó severamente,
    pero no me dejó morir.

19 Ábranme las puertas por donde entran los justos,
    y entraré y daré gracias al Señor.
20 Estas puertas conducen a la presencia del Señor
    y los justos entran allí.
21 Te doy gracias por contestar mi oración,
    ¡y por darme la victoria!

22 La piedra que los constructores rechazaron
    ahora se ha convertido en la piedra principal.
23 Esto es obra del Señor
    y es maravilloso verlo.
24 Este es el día que hizo el Señor;
    nos gozaremos y alegraremos en él.
25 Te rogamos, Señor, por favor, sálvanos.
    Te rogamos, por favor, Señor, haznos triunfar.
26 Bendigan al que viene en el nombre del Señor.
    Desde la casa del Señor, los bendecimos.
27 El Señor es Dios y brilla sobre nosotros.
    Lleven el sacrificio y átenlo con cuerdas sobre el altar.
28 ¡Tú eres mi Dios y te alabaré!
    ¡Eres mi Dios y te exaltaré!

29 ¡Den gracias al Señor, porque él es bueno!
    Su fiel amor perdura para siempre.

Nueva Traducción Viviente (NTV)

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