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Chronological

Read the Bible in the chronological order in which its stories and events occurred.
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Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
Romanos 8-10

La vida conforme al Espíritu Santo

Así pues, ahora Dios no condena a los que están unidos a Jesucristo porque por medio de él, la ley del Espíritu que da vida te liberó[a] de la ley que trae pecado y muerte. Lo que la ley no podía hacer porque no pudo contra la naturaleza humana, Dios lo hizo al enviar a su Hijo, quien vivió con la misma vida con la que todo ser humano peca. Lo envió como una ofrenda para pagar por el pecado y así Dios se valió de esa vida humana para condenar el pecado. Todo esto lo hizo Dios para que pudiéramos vivir aprobados tal como exige la ley. Ya no vivimos de acuerdo a la naturaleza humana, sino que vivimos de acuerdo al Espíritu.

Los que siguen la mentalidad humana, sólo piensan en satisfacerla, pero los que viven según el Espíritu sólo piensan en satisfacer al Espíritu. El que se deja controlar por su mentalidad humana tendrá muerte, pero el que deja que el Espíritu controle su mente tendrá vida y paz. Cuando alguien se deja controlar por su mentalidad humana, está en contra de Dios y se niega a obedecer la ley de Dios. De hecho, no es capaz de obedecerla; los que tienen la mentalidad humana no pueden agradar a Dios.

En ustedes no predomina la mentalidad humana sino la del Espíritu, porque el Espíritu de Dios vive en ustedes. El que no tiene el Espíritu de Cristo, no pertenece a Cristo. 10 El cuerpo de ustedes está muerto por culpa del pecado, pero si Cristo está en ustedes, Dios los aprobó y el Espíritu les da vida. 11 Dios resucitó a Jesús de la muerte. Y si el Espíritu de Dios vive en ustedes, el mismo que resucitó a Cristo le dará vida a su cuerpo mortal por medio del Espíritu que vive en ustedes.

12 Por eso hermanos, tenemos una obligación pero no es la de vivir según la mentalidad humana. 13 Si viven de acuerdo con la mentalidad humana, morirán para siempre, pero si usan el poder del Espíritu para dejar de hacer maldades, vivirán para siempre.

14 Los hijos de Dios se dejan guiar por el Espíritu de Dios. 15 El Espíritu que ustedes han recibido ahora no los convierte en esclavos llenos de temor. Al contrario, el Espíritu que han recibido los hace hijos. Por el Espíritu podemos gritar: «¡Querido padre!»[b] 16 El Espíritu mismo le habla a nuestro espíritu y le asegura que somos hijos de Dios. 17 Por ser hijos de Dios recibiremos las bendiciones que Dios tiene para su pueblo. Dios nos dará todo lo que le ha dado a Cristo, pero también tenemos que sufrir con él para compartir su gloria.

Tendremos la grandeza en el futuro

18 Yo reconozco que tenemos que sufrir ahora, pero esos sufrimientos no son nada comparados con toda la gloria que vamos a recibir después. 19 Toda la creación de Dios está esperando con impaciencia el momento en que Dios muestre al mundo quiénes son sus hijos. 20 La creación no pudo alcanzar su propósito original, pero no por causa de ella, sino porque Dios así lo dispuso. Sin embargo, queda esta esperanza: 21 que la creación será liberada de la esclavitud de la corrupción para disfrutar luego la grandeza de los hijos de Dios.

22 Todos sabemos que hasta hoy toda la creación se queja de dolor y sufre como una mujer con dolores de parto. 23 No sólo el mundo, sino también nosotros sufrimos, pero ya tenemos el Espíritu como anticipo de la promesa de Dios. Ahora esperamos que Dios nos dé todos los derechos como hijos suyos cuando nuestro cuerpo sea liberado.[c] 24 Cuando fuimos salvos recibimos esa esperanza, pero una esperanza que se ve no es realmente una esperanza, ¿para qué esperar lo que ya se ve? 25 En cambio, nosotros estamos esperando lo que aun no podemos ver y lo esperamos con paciencia.

26 De igual manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad. Por ejemplo, cuando no sabemos qué pedirle a Dios, el Espíritu mismo le pide a Dios por nosotros. El Espíritu le habla a Dios a través de gemidos imposibles de expresar con palabras. 27 Pero Dios nos conoce a fondo y entiende lo que el Espíritu quiere decir, porque el Espíritu ruega a favor de su pueblo santo de acuerdo a la voluntad de Dios.

Victoria en Cristo

28 Sabemos que Dios obra en toda situación para el bien de los que lo aman, los que han sido llamados por Dios de acuerdo a su propósito. 29 Dios los conocía antes de que el mundo fuera creado. Él decidió que fueran como su Hijo y quería que el Hijo fuera el mayor[d] de muchos hermanos. 30 Dios decidió que serían como su Hijo, por eso los eligió por adelantado y los aprobó dándoles su gloria.

31 ¿Qué podemos decir de todo esto? Si Dios está a nuestro favor, nadie podrá estar contra nosotros. 32 Dios mostró su favor hacia nosotros hasta tal punto que dio a su propio Hijo para que muriera por nosotros. Siendo así, ¿cómo no nos va a dar, junto con él, todo lo que tiene? 33 ¿Quién podrá acusar al pueblo que Dios ha elegido? Dios es el que nos aprueba. 34 ¿Quién va a condenarnos? Cristo fue quien murió por nosotros y además resucitó. Ahora Cristo está sentado a la derecha de Dios y está rogando por nosotros. 35 ¿Podrá algo separarnos del amor de Cristo? Ni las dificultades, ni los problemas, ni las persecuciones, ni el hambre, ni la desnudez, ni el peligro ni tampoco la muerte. 36 (A)Así está escrito:

«Por ti estamos siempre en peligro de muerte,
    nos tratan como si fuéramos ovejas que van al matadero».[e]

37 Más bien, en todo esto salimos más que victoriosos por medio de Dios quien nos amó. 38 Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los poderes diabólicos, ni lo presente, ni lo que vendrá en el futuro, ni poderes espirituales, 39 ni lo alto ni lo profundo,[f] ni ninguna otra cosa creada podrá separarnos del amor de Dios que se encuentra en nuestro Señor Jesucristo.

Dios y el pueblo de Israel

Soy seguidor de Cristo, el Espíritu Santo guía mi conciencia y me dice que no estoy mintiendo. Digo la verdad: tengo una gran tristeza y llevo siempre un gran dolor en el corazón. Espero que pueda ayudar a mis compatriotas, que son mi propia raza. ¡Incluso estaría dispuesto a recibir una maldición y correr el riesgo de ser separado de Cristo si eso sirviera para ayudarlos! Ellos son el pueblo de Israel, son los hijos que Dios eligió; les mostró su gloria cuando recibieron los pactos que hizo con su pueblo. Dios les dio la ley, la adoración en el templo[g] y sus promesas. Sus antepasados son los patriarcas. De ellos desciende físicamente el Mesías, quien es Dios sobre todos,[h] bendito para siempre. Así sea.[i]

Como dije, ellos me dan mucha tristeza, pero eso no quiere decir que la promesa que Dios les hizo haya fallado. Lo que pasa es que no todos los que son descendientes de Israel son el verdadero Israel.[j] (B)Ni todos son verdaderos hijos de Abraham por ser sus descendientes. Como Dios dijo: «Tu descendencia será trazada sólo a través de Isaac».[k] O sea que no todos los descendientes físicos de Abraham son hijos de Dios. Son verdaderos hijos de Dios los que son hijos de Dios de acuerdo con la promesa que Dios le hizo a Abraham, (C)cuando le prometió: «El año que viene[l] yo volveré, y Sara tendrá un hijo».[m]

10 Y eso no es todo, Rebeca también tendría hijos. Esos hijos fueron los hijos de nuestro antepasado Isaac. 11-13 (D)Antes del nacimiento de los niños, Dios le anunció a Rebeca: «El hijo mayor va a ser siervo del menor».[n] Lo dijo así para demostrar que ese era su plan. Dios eligió a ese niño para demostrar que él elige a quien quiere, y su elección no dependió de lo que los niños hubieran hecho.

14 Entonces, ¿qué podemos decir en cuanto a esto? ¿Que Dios es injusto? 15 (E)¡Claro que no! Dios dijo a Moisés: «Tendré compasión y piedad de quien yo quiera».[o] 16 Así que Dios decide de quién va a tener compasión. Su decisión no depende de lo que la gente quiera o se afane por hacer. 17 (F)En la Escritura Dios dice al faraón: «Te elevé al puesto de rey para demostrar mi poder en tu vida y para darme a conocer en toda la tierra».[p] 18 Entonces Dios tiene compasión de quien él quiere tenerla y también es duro con quien él quiere serlo.

19 Así que si alguno me preguntara: «Si nadie puede resistirse a lo que Dios quiere, ¿por qué, entonces, Dios nos echa la culpa?» 20 ¡Hombre, no salgas con esas! Sólo eres un ser humano y no tienes derecho a pedirle cuentas a Dios. La olla de barro no le puede decir al que la hizo: «¿Por qué me hiciste así?» 21 El alfarero tiene derecho a decidir qué quiere hacer con el barro y puede hacer del mismo barro un fino jarrón o una jarra ordinaria.

22 Eso mismo sucede con lo que Dios ha hecho. Dios quiso mostrar su ira y también quiso dar a conocer su poder a la gente. Por eso ha soportado con paciencia a aquellos que lo hacen enojar, quienes serán destruidos. 23 Hizo esto para mostrar lo grande y espléndido que es él. Dios muestra compasión con los que él ha preparado para recibir su gloria. 24 Nosotros somos el pueblo que Dios ha preparado. Su pueblo elegido no es sólo el pueblo judío, pues en su pueblo también hay quienes no son judíos. Él nos ha llamado de entre los judíos y de entre los que no son judíos. 25 (G)Así dice en el libro de Oseas:

«A los que no eran mi pueblo,
    los llamaré mi pueblo.
A la mujer que no era amada,
    la llamaré mi amada».[q]

Y además:

26 (H)«En el mismo lugar donde les dijeron:
    “Ustedes no son mi pueblo”,
    serán llamados “hijos del Dios viviente”».[r]

27 Isaías proclama acerca de Israel:

«El pueblo de Israel es tan numeroso
    como los granos de arena de la playa,
    pero sólo unos pocos de ellos se salvarán.
28 (I)Porque el Señor terminará rápidamente
    de castigar al mundo».[s]

29 (J)Así como dijo Isaías:

«El Señor Todopoderoso ha dejado
    que unos pocos de nuestros descendientes sigan con vida.
Si no fuera así, ya nos habría destruido
    como a Sodoma y Gomorra».[t]

30 ¿Y qué significa todo esto? Significa que los que no eran judíos, y ni siquiera estaban buscando la aprobación de Dios, la consiguieron. Pero fue por la fe que llegaron a ser aprobados por Dios. 31 Y el pueblo de Israel que sí estaba buscando cumplir la ley para que Dios lo aprobara, no lo logró. 32 ¿Por qué no lo logró? Porque trataban de ser aprobados por Dios mediante sus propios esfuerzos en lugar de confiar en Dios. Tropezaron con «la piedra de tropiezo». 33 (K)Está escrito:

«Miren, pongo en Sion una piedra de tropiezo;
    una roca que los hará caer.
Pero quien confíe en ella
    no será defraudado».[u]

10 Hermanos, mi mayor deseo y mi oración es que Dios salve a todos los judíos. Puedo decir esto en su favor: hacen un gran esfuerzo para honrar a Dios, pero no entienden lo más importante. No han entendido cómo es que Dios nos aprueba. Por eso trataron de ser aprobados a su manera y no aceptaron la manera como Dios nos aprueba. En lo que respecta a ser aprobados por Dios, para todo el que tiene fe, Cristo fue el cumplimiento del propósito de la ley.

(L)Esto es lo que Moisés escribe acerca de cómo tener la aprobación a través de la ley: «La persona que practica la ley obtiene vida gracias al mandamiento».[v] [w] Pero esto es lo que dice de la aprobación por Dios a través de la fe: «No digas: ¿Quién subirá al cielo?» (Es decir: para traer a Cristo a la tierra). Tampoco preguntes: «¿Quién bajará al mundo de los muertos[x]?» (Es decir: «¿Quién va a traer a Cristo y a resucitarlo de entre los muertos?») (M)También dice: «El mensaje de Dios está muy cerca de ti. Está tan cerca como lo están tu boca y tu corazón». Es el mismo mensaje de fe que nosotros anunciamos. Serás salvo si reconoces abiertamente que Jesús es el Señor y si crees de todo corazón que Dios lo levantó de la muerte. 10 Pues Dios te aprobará si crees de todo corazón, y te salvará si con tu boca lo confiesas abiertamente.

11 (N)La Escritura dice: «Todo el que confíe en él no será defraudado»[y]; 12 «todo» porque a Dios no le importa si uno es judío o no[z], pues el mismo Señor es Señor de todos. Es generoso con todos los que le piden ayuda, 13 (O)porque «Todos los que confíen en el Señor serán salvos»[aa].[ab]

14 Pero, ¿cómo van a confiar en el Señor si no han oído hablar de él? ¿Y cómo van a oír de él si no hay quien les cuente el mensaje? 15 (P)¿Y cómo van a contar el mensaje si no hay quien los envíe? Como está escrito: «¡Son tan hermosos los pies de los que anuncian las buenas noticias!»[ac]

16 (Q)No obstante, no todos ellos hicieron caso de las buenas noticias. Por eso Isaías pregunta: «Señor, ¿quién ha creído nuestro mensaje?»[ad] 17 Así que la fe es el resultado de oír el mensaje. La gente oye el mensaje cuando alguien le habla de Cristo. 18 (R)Pero yo pregunto: ¿Será que el pueblo de Israel no oyó nuestro mensaje? Claro que sí.

«Sus voces se han oído en toda la tierra,
    y sus palabras han llegado
    a todos los rincones del mundo».[ae]

19 (S)Yo pregunto nuevamente: «¿El pueblo de Israel no entendió?» Claro que entendió. Primero, Moisés dijo de parte de Dios:

«Haré que ustedes sientan celos de gente que no es en realidad una nación.
    Usaré una nación ignorante para que les dé ira a ustedes».[af]

20 (T)Luego Isaías se atrevió a decir de parte de Dios:

«Los que no me estaban buscando, me encontraron.
    Me aparecí ante los que no preguntaban por mí».[ag]

21 (U)Sin embargo esto es lo que dice Dios acerca de Israel:

«Durante todo el día he esperado a este pueblo,
    pero es gente desobediente que no quiere seguirme».[ah]

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