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Chronological

Read the Bible in the chronological order in which its stories and events occurred.
Duration: 365 days
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version
Lucas 12-13

Jesús infunde valor a los suyos

12 En esto, habiéndose juntado una multitud de miles y miles, tanto que se pisoteaban unos a otros, él comenzó a decir primeramente a sus discípulos: “Guárdense de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía. Porque no hay nada encubierto que no haya de ser revelado, ni oculto que no haya de ser conocido. Más bien, las cosas que han dicho en las tinieblas serán oídas en la luz, y lo que han hablado al oído en las habitaciones será pregonado en las azoteas.

“Y les digo a ustedes, mis amigos: No teman a los que matan el cuerpo y después no tienen nada peor que hacer. Pero yo les enseñaré a quién deben temer: Teman a aquel que, después de haber dado muerte, tiene poder de echar en el infierno. Sí, les digo, a este teman. ¿No se venden cinco pajaritos por dos moneditas[a]? Pues ni uno de ellos está olvidado delante de Dios. Pero aun los cabellos de la cabeza de ustedes están todos contados. No teman; más valen ustedes que muchos pajaritos.

“Les digo que todo aquel que me confiese delante de los hombres, también el Hijo del Hombre le confesará delante de los ángeles de Dios; pero el que me niegue delante de los hombres será negado delante de los ángeles de Dios. 10 A todo aquel que diga palabra en contra del Hijo del Hombre le será perdonado; pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo no le será perdonado.

11 “Cuando los lleven a las sinagogas y a los magistrados y autoridades, no estén preocupados de cómo o qué responderán, o qué habrán de decir. 12 Porque el Espíritu Santo les enseñará en aquella hora lo que se debe decir”.

Parábola del rico insensato

13 Le dijo uno de la multitud:

—Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia.

14 Y él le dijo:

—Hombre, ¿quién me ha puesto como juez o repartidor sobre ustedes?

15 Y les dijo:

—Miren, guárdense de toda codicia, porque la vida de uno no consiste en la abundancia de los bienes que posee.

16 Entonces les refirió una parábola, diciendo:

—Las tierras de un hombre rico habían producido mucho. 17 Y él razonaba dentro de sí diciendo: “¿Qué haré? Porque ya no tengo dónde juntar mis productos”. 18 Entonces dijo: “¡Esto haré! Derribaré mis graneros y edificaré otros más grandes. Allí juntaré todo mi grano y mis bienes, 19 y me diré a mí mismo: Muchos bienes tienes almacenados para muchos años. Descansa, come, bebe, alégrate”. 20 Pero Dios le dijo: “¡Necio! Esta noche vienen a pedir tu vida; y lo que has provisto, ¿para quién será?”. 21 Así es el que hace tesoro para sí y no es rico para con Dios.

Dios cuida de los suyos

22 Dijo a sus discípulos:

—Por tanto, les digo: No se afanen por su vida, qué han de comer; ni por su cuerpo, qué han de vestir. 23 La vida es más que el alimento y el cuerpo es más que el vestido. 24 Consideren los cuervos, que ni siembran ni siegan ni tienen almacenes ni graneros, y Dios los alimenta. ¡Cuánto más valen ustedes que las aves! 25 ¿Quién de ustedes podrá, con afanarse, añadir un día a su vida[b]? 26 Pues si no pueden lo que es menos, ¿por qué están afanados por lo demás? 27 Consideren los lirios, cómo crecen. No trabajan ni hilan; y les digo que ni aun Salomón, con toda su gloria, fue vestido como uno de ellos. 28 Si Dios viste así la hierba que hoy está en el campo y mañana es echada en el horno, ¡cuánto más hará por ustedes, hombres de poca fe!

29 »Ustedes, pues, no busquen qué han de comer o qué han de beber, ni estén ansiosos. 30 Porque todas estas cosas busca la gente del mundo pero su Padre sabe que necesitan estas cosas. 31 Más bien, busquen su reino[c], y estas cosas les serán añadidas. 32 No teman, manada pequeña, porque a su Padre le ha placido darles el reino.

33 »Vendan sus bienes y den ofrendas de misericordia. Háganse bolsas que no se envejecen; un tesoro inagotable en los cielos donde no se acerca el ladrón ni la polilla destruye. 34 Porque donde esté el tesoro de ustedes, allí también estará su corazón.

Llamado a la vigilancia

35 »Estén ceñidos sus lomos y encendidas sus lámparas. 36 Y sean ustedes semejantes a los siervos que esperan a su señor cuando ha de volver de las bodas para que le abran al instante en que llegue y llame. 37 Bienaventurados aquellos siervos a quienes el señor les encuentre velando cuando llegue. De cierto les digo que se ceñirá y hará que se sienten a la mesa y, viniendo, les servirá. 38 Aunque venga a medianoche[d], y aunque venga a la madrugada[e], si los halla así, ¡bienaventurados aquellos siervos!

39 »Sepan que si el dueño de casa hubiera sabido a qué hora habría de venir el ladrón no habría permitido que forzara la entrada a su casa. 40 Ustedes también estén preparados, porque a la hora que no piensen vendrá el Hijo del Hombre.

Parábola de los mayordomos

41 Entonces Pedro le dijo:

—Señor, ¿dices esta parábola para nosotros, o también para todos?

42 Y dijo el Señor:

—¿Quién es, pues, el mayordomo fiel y prudente a quien el señor pondrá sobre los de su casa para que les dé sus raciones a su debido tiempo? 43 Bienaventurado será aquel siervo a quien, cuando su señor venga, lo encuentre haciéndolo así. 44 En verdad les digo que lo pondrá sobre todos sus bienes. 45 Pero si aquel siervo dice en su corazón: “Mi señor tarda en venir” y comienza a golpear a los siervos y a las siervas, y a comer y a beber y a embriagarse, 46 vendrá el señor de aquel siervo en el día que no espera y a la hora que no sabe, y le castigará duramente y pondrá su parte con los incrédulos. 47 Porque aquel siervo que entendió la voluntad de su señor y no se preparó ni hizo conforme a su voluntad recibirá muchos azotes. 48 Pero el que no entendió, aunque hizo cosas dignas de azotes, recibirá pocos azotes. Porque de todo aquel a quien le ha sido dado mucho, mucho se demandará de él; y de aquel a quien confiaron mucho, se le pedirá más.

Jesús, motivo de división

49 »He venido a echar fuego en la tierra. ¡Y cómo quisiera que ya estuviera encendido! 50 Tengo un bautismo con que ser bautizado, ¡y cómo me angustio hasta que se cumpla! 51 ¿Piensan que he venido a dar paz en la tierra? ¡Les digo que no, sino a causar división! 52 Porque, de aquí en adelante, cinco en una casa estarán divididos: tres contra dos y dos contra tres. 53 El padre estará dividido contra el hijo, y el hijo contra el padre; la madre contra la hija, y la hija contra la madre; la suegra contra su nuera, y la nuera contra su suegra.

Las señales de los tiempos

54 Decía también a las multitudes:

—Cuando ven la nube que sale del poniente, luego dicen: “Va a llover”. Y así sucede. 55 Cuando sopla el viento del sur, dicen: “Hará calor”. Y lo hace. 56 ¡Hipócritas! Saben interpretar el aspecto del cielo y de la tierra, ¿y cómo no saben interpretar este tiempo?

57 »¿Por qué no juzgan ustedes mismos lo que es justo? 58 Pues cuando vayas al magistrado con tu adversario procura con diligencia arreglarte con él en el camino, no sea que te arrastre al juez y el juez te entregue al policía y el policía te meta en la cárcel. 59 Te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado hasta el último centavo[f].

Llamado al arrepentimiento

13 En aquella misma ocasión, algunos estaban allí contándole de ciertos galileos cuya sangre Pilato había mezclado con la sangre de sus sacrificios. Respondiendo Jesús, les dijo: “¿Piensan que estos galileos, porque padecieron estas cosas, habrán sido más pecadores que todos los galileos? Les digo que no; más bien, si ustedes no se arrepienten, todos perecerán igualmente. O aquellos dieciocho sobre los cuales cayó la torre de Siloé y los mató, ¿piensan que ellos habrán sido más culpables que todos los hombres que viven en Jerusalén? Les digo que no; más bien, si ustedes no se arrepienten, todos perecerán de la misma manera”.

Parábola de la higuera estéril

Entonces dijo esta parábola: “Cierto hombre tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella y no lo halló. Entonces le dijo al viñador: ‘He aquí, ya son tres años que vengo buscando fruto en esta higuera y no lo hallo. Por tanto, córtala. ¿Por qué ha de inutilizar también la tierra?’. Entonces él le respondió diciendo: ‘Señor, déjala aún este año hasta que yo cave alrededor de ella y la abone. Si da fruto en el futuro, bien; y si no, la cortarás’ ”.

Jesús sana a una mujer encorvada

10 Jesús enseñaba en una de las sinagogas en el sábado. 11 Y he aquí una mujer que tenía espíritu de enfermedad desde hacía dieciocho años andaba encorvada y de ninguna manera se podía enderezar. 12 Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo:

—Mujer, quedas libre de tu enfermedad.

13 Puso las manos sobre ella, y al instante se enderezó y glorificaba a Dios. 14 Y respondiendo el principal de la sinagoga, enojado de que Jesús hubiera sanado en sábado, decía a la gente:

—Seis días hay en la semana en los cuales se debe trabajar. Vengan, pues, en estos días y sean sanados, y no en el día de sábado.

15 Entonces el Señor le respondió diciendo:

—¡Hipócrita! ¿No desata cada uno de ustedes en sábado su buey o su asno del pesebre y lo lleva a beber? 16 Y esta, siendo hija de Abraham, a quien Satanás ha tenido atada por dieciocho años, ¿no debía ser librada de esta atadura en el día de sábado?

17 Cuando él decía estas cosas, todos sus adversarios se avergonzaban. Y todo el pueblo se regocijaba por todas las cosas gloriosas que él hacía.

Parábola del grano de mostaza

18 Por lo tanto, él decía:

—¿A qué es semejante el reino de Dios? ¿A qué lo compararé? 19 Es semejante a un grano de mostaza que un hombre tomó y sembró en su huerto; y creció y se convirtió en un árbol, y las aves del cielo hicieron nidos en sus ramas.

Parábola de la levadura

20 Otra vez dijo:

—¿A qué compararé el reino de Dios? 21 Es semejante a la levadura que una mujer tomó y escondió en una gran cantidad[g] de harina hasta que todo quedó leudado.

La puerta estrecha de la salvación

22 Jesús pasaba por las ciudades y aldeas enseñando y caminando hacia Jerusalén. 23 Entonces alguien le dijo:

—Señor, ¿son pocos los que se salvan?

Y él les dijo:

24 —Esfuércense a entrar por la puerta angosta, porque les digo que muchos procurarán entrar y no podrán. 25 Después que el dueño de casa se levante y cierre la puerta, ustedes, afuera, comenzarán a llamar a la puerta diciendo: “¡Señor[h], ábrenos!”. Pero respondiendo él les dirá: “No les conozco de dónde son”. 26 Entonces comenzarán a decir: “Delante de ti hemos comido y bebido, y en nuestras plazas enseñaste”. 27 Pero les hablará diciendo: “No les conozco de dónde son. ¡Apártense de mí todos los que hacen iniquidad!”. 28 Allí habrá llanto y crujir de dientes cuando vean a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, y a ustedes echados fuera. 29 Vendrán del oriente y del occidente, del norte y del sur; y se sentarán a la mesa en el reino de Dios. 30 He aquí, hay últimos que serán primeros, y hay primeros que serán últimos.

Lamento de Jesús sobre Jerusalén

31 En la misma hora llegaron ciertos fariseos y le dijeron:

—Sal y vete de aquí, porque Herodes te quiere matar.

32 Él les dijo:

—Vayan y díganle a ese zorro: “He aquí echo fuera demonios y realizo sanidades hoy y mañana, y al tercer día termino”. 33 Sin embargo, es necesario que yo siga mi camino hoy, mañana y pasado mañana porque no es posible que un profeta muera fuera de Jerusalén.

34 »¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, así como la gallina junta sus pollitos debajo de sus alas, y no quisiste! 35 He aquí la casa de ustedes es dejada desierta. Les digo que no me verán más hasta que venga el día cuando digan: “¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!”[i].

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

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