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Chronological

Read the Bible in the chronological order in which its stories and events occurred.
Duration: 365 days
Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
Nehemías 6-7

Más problemas

Sambalat, Tobías, Guesén el árabe y el resto de nuestros enemigos escucharon que yo había reconstruido la totalidad de la muralla sin dejar ni un solo hueco en ella (aunque todavía faltaba colocar las puertas). Así que Sambalat y Guesén me enviaron este mensaje: «Ven y reúnete con nosotros en el pueblo de Quefirim en el valle de Ono». Pero en realidad lo que querían era hacerme daño. Entonces les envié unos mensajeros con esta respuesta: «Estoy haciendo un trabajo muy importante y no tengo tiempo para ir a hablar con ustedes. No voy a detener las obras para ir a reunirme con ustedes». Me enviaron el mismo mensaje cuatro veces y todas las veces les respondí lo mismo. La quinta vez, Sambalat me envió a su ayudante con el mismo mensaje en una carta que no estaba sellada. La carta decía:

«Está circulando un rumor entre la gente y Guesén dice que es cierto. Dicen que tú y los judíos planean rebelarse en contra del rey y por eso están reconstruyendo la muralla. También están diciendo que tú estás a punto de convertirte en el nuevo rey de los judíos y que has nombrado profetas para que proclamen en Jerusalén que hay un rey en Judá. Esta información será enviada al rey Artajerjes, así que más te vale que vengas y te reúnas con nosotros».

Entonces le envié este mensaje a Sambalat: «Nada de lo que tú dices es cierto, son puros inventos tuyos».

Nuestros enemigos estaban tratando de asustarnos creyendo que así íbamos a suspender las obras, pero yo oré: «Dios mío, dame más fuerzas». 10 Un día fui a la casa de Semaías, hijo de Delaías y nieto de Mehitabel. Él estaba encerrado en su casa y me habló muy preocupado:

—Nehemías, vayamos a la casa de Dios y quedémonos dentro del templo con las puertas cerradas porque vendrán esta noche a matarte.

11 Pero yo le contesté:

—¿Por qué tiene que huir un hombre como yo? Yo no le debo nada a nadie para tener que entrar al templo a salvar mi vida. Yo no tengo porque esconderme de nadie.

12 Me di cuenta de que Semaías no hablaba en nombre de Dios, sino que decía esa profecía contra mí porqué Tobías y Sambalat le habían pagado para que lo hiciera. 13 Lo contrataron para asustarme y hacer que cometiera pecado al abandonar mi trabajo. Con eso, ellos planeaban tener una razón para desacreditarme.

14 «Dios mío, castiga a Tobías y a Sambalat por lo que han hecho. Reprende también a Noadías, la profetisa, y al resto de profetas que trataron de atemorizarme».

Finaliza la reconstrucción de la muralla

15 La reconstrucción de la muralla duró 52 días y se terminó el día 25 del mes de elul[a]. 16 Cuando todos nuestros enemigos y las naciones vecinas se enteraron de que habíamos terminado la muralla, todos ellos perdieron la confianza en sí mismos y se llenaron de temor. Entendieron que esa obra había sido hecha con la ayuda de Dios.

17 En esos días, Tobías mantenía constante correspondencia con la gente importante de Judá, 18 ya que muchas personas de Judá le habían prometido lealtad a Tobías por ser el yerno de Secanías hijo de Araj y porque su hijo Johanán se había casado con la hija de Mesulán hijo de Berequías. 19 Ellos siempre me hablaban bien de él y le informaban todo lo que yo hacía. Pero él seguía enviándome cartas para atemorizarme.

Una vez que la muralla fue reconstruida y se colocaron las puertas, se nombraron porteros, cantores y ayudantes de los sacerdotes. Luego, dejé a mi hermano Jananí, junto con Jananías, el jefe militar, a cargo de Jerusalén. Jananí era un hombre honesto y respetaba a Dios más que la mayoría de gente. Entonces les dije: «Las puertas de Jerusalén no deben abrirse sino hasta cuando el sol comience a calentar, y deben ser cerradas y aseguradas mientras los guardias estén en su turno de vigilancia. Designen gente que viva en Jerusalén para hacer turnos de vigilancia, tanto en puestos de guardia como frente a sus propias casas».

Exiliados que regresaron

(Esd 2:1-70)

La ciudad era muy grande pero tenía pocos habitantes y no había un número suficiente de casas reconstruidas, así que Dios me inspiró para que reuniera a todo el pueblo. Reuní a las personas importantes, a los oficiales y al resto del pueblo para que fueran registrados por familias. Encontré el libro de los registros familiares[b] de los primeros exiliados que regresaron, y esto estaba escrito en él:

Esta es la lista de los exiliados de esa provincia que regresaron del cautiverio al que habían sido sometidos por el rey Nabucodonosor de Babilonia. Ellos regresaron a Jerusalén y a Judá, cada uno a su lugar de origen. Los que dirigían eran Zorobabel[c], Jesúa, Nehemías, Azarías, Raamías, Najamani, Mardoqueo, Bilsán, Mispéret, Bigvay, Nehúm y Baná. Esta es la lista y el número de los israelitas que regresaron:

Descendientes de Parós, 2172;

de Sefatías, 372;

10 de Araj, 652;

11 de Pajat Moab, es decir, los de Jesúa y Joab, 2818;

12 de Elam, 1254;

13 de Zatú, 845;

14 de Zacay, 760;

15 de Binuy, 648;

16 de Bebay, 628;

17 de Azgad, 2322;

18 de Adonicán, 667;

19 de Bigvay, 2067;

20 de Adín, 655;

21 de Ater, es decir, los de Ezequías, 98;

22 de Jasún, 328;

23 de Besay, 324;

24 de Jarif, 112;

25 de Gabaón, 95.

26 De los pueblos de Belén y Netofa regresaron 188;

27 de Anatot, 128;

28 de Bet Azmávet, 42;

29 de Quiriat Yearín, Cafira y Berot, 743;

30 de Ramá y Gueba, 621;

31 de Micmás, 122;

32 de los pueblos de Betel y Hai, 123;

33 del otro pueblo de Nebo, 52;

34 del otro pueblo de Elam, 1254;

35 de Jarín, 320;

36 de Jericó, 345;

37 de los pueblos de Lod, Jadid y Ono, 721;

38 de Sená, 3930.

39 Sacerdotes:

Descendientes de Jedaías, principalmente de la familia de Jesúa, 973;

40 de Imer, 1052;

41 de Pasur, 1247;

42 de Jarín, 1017.

43 Levitas:

Descendientes de Jesúa, principalmente de Cadmiel, de la familia de Hodavías, 74.

44 Cantores:

Descendientes de Asaf, 148.

45 Porteros:

Descendientes de Salún, Ater, Talmón, Acub, Jatitá y Sobay, 138.

46 Servidores del templo:

Descendientes de Zijá, Jasufá, Tabaot, 47 Querós, Sigajá, Padón, 48 Lebaná, Jagabá, Salmay, 49 Janán, Guidel, Gajar, 50 Reaías, Rezín, Necoda. 51 Gazán, Uza, Paseaj, 52 Besay, Meunín, Nefisesín, 53 Bacbuc, Jacufá, Jarjur, 54 Baslut, Mejidá, Jarsa, 55 Barcós, Sísara, Temá, 56 Neziaj y Jatifá.

57 Descendientes de los servidores de Salomón:

Los descendientes de Sotay, Soféret, Peruda, 58 Jalá, Darcón, Guidel, 59 Sefatías, Jatil, Poquéret Hasebayin, y Amón.

60 En total los servidores del templo y los descendientes de los servidores de Salomón sumaban en total 392.

61 Estos son los que volvieron a Jerusalén desde Tel Melaj, Tel Jarsá, Querub, Adón e Imer, pero no pudieron demostrar que sus antepasados eran de Israel:

62 642 descendientes de Delaías, Tobías y Necoda,

63 De los sacerdotes, los siguientes tampoco pudieron demostrar que sus antepasados eran israelitas:

Los descendientes de Jabaías, Cos y Barzilay (este Barzilay tenía en realidad otro nombre, pero como se casó con la hija de un hombre de Galaad llamado Barzilay, decidió tomar ese nombre).

64 Ellos buscaron los registros de sus familias en la lista oficial pero no los encontraron y como no pudieron probar que sus antepasados eran sacerdotes, fueron excluidos del sacerdocio. 65 El gobernador les dijo a ellos que no se les permitiría participar del alimento sagrado hasta que hubiera un sacerdote que pudiera usar el urim y tumim para preguntarle a Dios qué hacer.

66 El grupo que regresó estaba compuesto de un total de 42 360 personas, 67 sin contar sus siervos y siervas que eran 7337. También había 245 cantores, hombres y mujeres. 68 Tenían además 736 caballos, 245 mulas, 69 435 camellos y 6720 burros.

70 Algunos jefes de familia donaron dinero para la construcción. El gobernador donó cerca de 8 kilos[d] de oro, 50 tazones y 530 túnicas para los sacerdotes. 71 Los jefes de familia donaron cerca de 160 kilos de oro y cerca de 1210 kilos[e] de plata. 72 El resto de la gente donó cerca de 160 kilos de oro, 1100 kilos de plata y 67 túnicas para los sacerdotes.

73 Los sacerdotes, levitas, porteros, cantores, gente del pueblo, servidores del templo y algunos de la gente común en se instalaron en Jerusalén. De esta manera todo Israel se instaló en sus ciudades. Cuando llegó el séptimo mes[f], todo el pueblo de Israel estaba establecido en sus ciudades.

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