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Chronological

Read the Bible in the chronological order in which its stories and events occurred.
Duration: 365 days
Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
1 Reyes 1-2

Adonías quiere ser rey

El rey David ya estaba muy viejo, y aunque lo cubrían con varios mantos, no lograba calentarse. Después de hablar con él, sus siervos buscaron a una jovencita que lo cuidara, lo atendiera y durmiera a su lado para darle calor. Buscaron por todo Israel a una joven hermosa y encontraron a Abisag la sunamita, a quien pusieron al servicio del rey. Ella era muy hermosa y atendía y servía al rey, sin embargo, él no tuvo relaciones sexuales con ella.

Entonces Adonías hijo de Jaguit se rebeló diciendo: «Yo seré el nuevo rey». Se consiguió un carruaje con un equipo de caballos y 50 guardaespaldas. En su momento, su papá no le dijo ninguna palabra de reprensión, como por ejemplo: «¿Por qué has hecho esto?» Adonías era muy guapo, como Absalón, pero había nacido después de él.

Por un lado, Joab hijo de Sarvia y el sacerdote Abiatar estaban de acuerdo y apoyaban a Adonías. Por otro lado, el sacerdote Sadoc, Benaías hijo de Joyadá, el profeta Natán, Simí, Reguí y los hombres fuertes de David no seguían a Adonías.

Entonces Adonías celebró junto a la peña de Zojélet, cerca de la fuente de Enroguel, un sacrificio de ovejas, ganado y terneras cebadas, e invitó a todos sus hermanos, los hijos del rey y a todos los hombres de Judá que servían al rey. 10 Pero Adonías no invitó al profeta Natán, ni a Benaías, ni a los militares, ni tampoco a su hermano Salomón.

11 Entonces Natán habló con Betsabé, la mamá de Salomón, y le preguntó:

—¿No te has enterado de que Adonías hijo de Jaguit se hizo rey y que nuestro señor David no sabe nada? 12 Ahora bien, permíteme darte un consejo para que salves tu vida y la de tu hijo Salomón. 13 Ve y entra a donde está el rey David y habla con él. Dile: “Su Majestad, ¿no había jurado usted a esta sierva suya que mi hijo Salomón iba a ser rey después de usted y que él iba a sentarse en su trono? Entonces, ¿por qué es rey Adonías?” 14 Mientras estés hablando con él, yo entraré detrás de ti y confirmaré lo que dices.

15 Entonces Betsabé fue a ver al rey en su cámara. El rey estaba muy viejo y Abisag la sunamita lo estaba atendiendo. 16 Betsabé se inclinó ante el rey y él le preguntó:

—¿Qué te pasa?

17 Entonces Betsabé le dijo:

—Majestad, ante el SEÑOR su Dios usted me prometió a mí, su sierva, que mi hijo Salomón iba a ser el próximo rey y que él iba a gobernar después de usted. 18 Sin embargo, Adonías se ha hecho rey y Su Majestad no lo sabe. 19 Adonías está festejando con un gran sacrificio de bueyes, terneras cebadas y ovejas. Invitó a todos los hijos del rey, al sacerdote Abiatar y a Joab el comandante del ejército, pero a Salomón no lo invitó. 20 Ahora, Su Majestad, declare a todo Israel quién va a reemplazarlo en el trono, 21 pues de lo contrario después de la muerte de Su Majestad se nos considerará como enemigos a mí y a mi hijo Salomón.

22 Mientras Betsabé todavía hablaba con David, Natán entró 23 y le dijeron al rey: «Aquí está el profeta Natán ante Su Majestad». Cuando lo anunciaron, Natán se postró rostro en tierra ante el rey 24 y le dijo:

—¿Decidió Su Majestad que Adonías sea rey después de usted y se siente en su trono? 25 Porque él fue hoy a festejar con gran sacrificio de toros, terneros cebados y ovejas. Invitó a los hijos del rey, a los comandantes del ejército y también al sacerdote Abiatar. Ellos están comiendo y bebiendo con él, y dicen: “¡Viva el rey Adonías!” 26 Pero no me invitaron a mí, su siervo, ni a Sadoc el sacerdote, ni a Benaías hijo de Joyadá, ni a Salomón su siervo. 27 ¿Ha dado Su Majestad esta orden sin informarnos a sus siervos quién será el rey después de usted?

28 Entonces el rey David contestó:

—Llama a Betsabé.

Ella entró y se quedó de pie ante el rey. 29 Y el rey dijo:

—Juro por el SEÑOR, quien me ha salvado la vida en todos los momentos de crisis, 30 que cumpliré hoy mismo lo que te juré por el SEÑOR, Dios de Israel, cuando dije que Salomón tu hijo iba a ser rey después de mí.

31 Entonces Betsabé se postró rostro en tierra ante el rey y le dijo:

—¡Viva para siempre Su Majestad, el rey David!

Salomón es elegido nuevo rey

32 Entonces el rey David dijo:

—Hagan venir al sacerdote Sadoc, al profeta Natán y a Benaías hijo de Joyadá.

Ellos se presentaron ante el rey, 33 y él les dijo:

—Tomen consigo a los funcionarios reales y lleven a mi hijo Salomón montado en mi propia mula hasta la fuente de Guijón. 34 Ahí el sacerdote Sadoc y el profeta Natán lo consagrarán[a] como rey de Israel, entonces ustedes tocarán la trompeta y gritarán: “¡Viva el rey Salomón!” 35 Después vuelvan aquí para que él se siente en mi trono y sea rey en mi lugar, porque yo lo he elegido para que sea el rey de Israel y de Judá.

36 Benaías hijo de Joyadá le contestó al rey:

—Así sea. El mismo SEÑOR Dios lo ha dicho, Su Majestad. 37 Que el SEÑOR esté con Salomón como lo ha estado con usted. ¡Que el reino de Salomón sea aun más poderoso que el del rey David!

38 Así que el sacerdote Sadoc, el profeta Natán, Benaías el hijo de Joyadá, y los mercenarios cretenses y filisteos obedecieron la orden del rey David. Hicieron que Salomón montara en la mula del rey David y lo acompañaron hasta la fuente de Guijón. 39 El sacerdote Sadoc tomó el cuerno lleno de aceite que estaba en la Carpa Sagrada y consagró a Salomón. Tocaron la trompeta y todo el pueblo proclamó: «¡Viva el rey Salomón!» 40 Entonces todo el pueblo subió a Jerusalén siguiendo con mucha alegría a Salomón tocando música con la flauta. Hacían tanto ruido que la tierra temblaba.

41 Mientras tanto Adonías y sus invitados estaban terminando de comer. Al rato Joab escuchó el sonido de la trompeta y preguntó:

—¿Qué es ese ruido que viene de la ciudad?

42 Mientras Joab decía eso, llegó Jonatán, el hijo del sacerdote Abiatar. Adonías dijo:

—Ven aquí, buen hombre, dame las buenas noticias.

43 Sin embargo Jonatán contestó:

—Las noticias no son buenas para usted. El rey David ha proclamado rey a Salomón 44 y ordenó que el sacerdote Sadoc, el profeta Natán, Benaías hijo de Joyadá, y los mercenarios cretenses y filisteos hicieran montar a Salomón en la mula del rey. 45 Entonces el sacerdote Sadoc y el profeta Natán consagraron rey a Salomón junto a la fuente de Guijón. Volvieron todos a la ciudad festejando y ahora hay mucho ruido en la ciudad. A eso se debe lo que ustedes escucharon. 46 ¡Para colmo, Salomón está sentado en el trono del rey! 47 Los siervos del rey lo felicitan y expresan sus buenos deseos diciendo: “¡Que el reino de Salomón sea más fuerte que el de David!” y también: “¡Que tu Dios haga a Salomón aun más famoso de lo que te hizo a ti!” Hasta el mismo rey David está ahí. Desde su cama también él se inclina ante Salomón 48 y dice: “Alabado sea el SEÑOR Dios de Israel que eligió hoy a uno de mis hijos para reinar y me permitió que lo vieran mis ojos”.

49 Todos los invitados de Adonías se asustaron y cada uno salió por donde pudo. 50 Adonías también tuvo miedo de Salomón, fue al altar y se agarró de las puntas del altar. 51 Entonces se le informó al rey Salomón:

—Adonías tiene temor del rey Salomón. Se ha refugiado en la Carpa Sagrada y está agarrado de las puntas del altar. No quiere salir, y dice: “Díganle al rey Salomón que soy su siervo, que no me mate”.

52 Entonces Salomón contestó:

—Si Adonías se porta como un hombre bueno, ni un pelo de la cabeza le caerá al suelo; pero si se descubre que tiene maldad, morirá.

53 Entonces el rey Salomón lo mandó traer del altar y Adonías entró y se postró ante el rey. Salomón le dijo: «Vete a tu casa».

Muerte del rey David

Se acercaba el día en que David iba a morir, y le dio esta orden a su hijo Salomón: «Estoy por morir, como es el destino que le espera a todo el mundo. Sé fuerte y pórtate como un hombre. Ahora, obedece cuidadosamente todos los mandamientos del SEÑOR tu Dios, y cumple cuidadosamente todos sus decretos, mandatos, decisiones y principios. Obedece todo lo que está escrito en las enseñanzas de Moisés para que tengas éxito en todo lo que emprendas y por dondequiera que vayas. De esa manera el SEÑOR cumplirá la promesa que me hizo: “Si tus hijos sinceramente tienen cuidado de vivir como yo quiero, y si lo hacen de todo corazón y con toda el alma, entonces el rey de Israel siempre será un hombre de tu dinastía”».

David también le dijo: «Tú sabes bien lo que Joab hijo de Sarvia me hizo. Cuando ya no estábamos en guerra, mató a dos comandantes de los ejércitos de Israel: a Abner hijo de Ner y a Amasá hijo de Jéter. El cinturón y las botas que Joab lleva están manchados de sangre. Yo debí haberlo castigado. Usa tu inteligencia y no dejes que él muera tranquilamente de viejo. Mantén mi pacto de mostrar lealtad con los hijos de Barzilay de Galaad. Que sean entre tus amigos que comparten tus provisiones. Ellos me ayudaron cuando tuve que huir de tu hermano Absalón.

»Y recuerda que Simí hijo de Guerá todavía está por ahí. Es de la tribu de Benjamín y vive en Bajurín. Recuerda que él me hizo una maldición de mala salud cuando tuve que huir a Majanayin; pero cuando él me vino a saludar en el río Jordán, le hice una promesa ante el SEÑOR que a Simí no lo iba a matar con la espada. Ahora, de tu parte, no lo perdones; tú eres un hombre inteligente y sabes lo que debes hacer con él para que no muera tranquilamente en su vejez, sino de muerte violenta».

10 Murió David y fue sepultado en la Ciudad de David. 11 David fue rey de Israel durante 40 años. Gobernó siete años en Hebrón y 33 años en Jerusalén.

Salomón toma el control de su reino

12 El reino entonces pasó a manos de Salomón, quien reinó en lugar de su papá David. Su poder se consolidó firmemente.

13 Entonces Adonías hijo de Jaguit fue a ver a Betsabé, la mamá de Salomón. Betsabé le preguntó:

—¿Vienes en paz?

Adonías contestó:

—Sí. Es una visita pacífica. 14 Quiero pedirte algo.

Betsabé dijo:

—Pues habla.

15 Le dijo:

—¿Te acuerdas que en un momento dado el reino era mío? Todos los israelitas aceptaban que yo iba a ser el rey. Sin embargo, las cosas cambiaron. Ahora mi hermano es el rey porque el SEÑOR así lo quiso. 16 Así que tengo un favor que pedirte, no me lo niegues.

Betsabé le contestó:

—Dímelo.

17 Adonías le dijo:

—Sé que el rey Salomón hará lo que le pidas. Dile que me permita casarme con Abisag la sunamita.

18 Entonces Betsabé le dijo:

—Está bien, hablaré de tu parte ante el rey.

19 Así que Betsabé se fue a ver al rey Salomón para hablarle a favor de Adonías. El rey Salomón la vio y se levantó para saludarla. Se inclinó ante ella y luego se sentó en su trono. A los sirvientes les dijo que trajeran un trono para ella. Así que ella se sentó a la derecha del rey.

20 Betsabé le dijo:

—Tengo un pequeño favor que pedirte; no me lo niegues.

El rey contestó:

—Pide lo que quieras, no te lo negaré.

21 Así que Betsabé le dijo:

—Permite que tu hermano Adonías se case con Abisag la sunamita.

22 El rey Salomón contestó a su mamá:

—¿Por qué me estás diciendo que le dé Abisag a Adonías? ¿Por qué no me pides hacerlo rey también, ya que es mayor que yo? El sacerdote Abiatar y Joab lo apoyan.

23 Entonces Salomón juró por el SEÑOR diciendo:

—Que Dios me trate muy severamente si Adonías no paga por esto. ¡Este error le va a costar la vida! 24 El SEÑOR me hizo rey de Israel y me dio el trono que pertenecía a mi papá David, y prometió darme el reino a mí y a mis descendientes. Ahora, tan seguro como que Dios existe que prometo que Adonías morirá hoy mismo.

25 El rey Salomón le dio la orden a Benaías, quien fue y mató a Adonías.

26 Entonces el rey Salomón le dijo al sacerdote Abiatar:

—Debería matarte, pero te permitiré regresar a tu casa en Anatot. Hoy no te mataré, porque tú llevabas el Cofre Sagrado del Señor DIOS y fuiste compañero de mi papá David. Tú compartiste momentos difíciles por los que atravesó mi papá.

27 Salomón le dijo a Abiatar[b] que no seguiría siendo sacerdote del SEÑOR. Esto cumplió lo que el SEÑOR había dicho sobre el sacerdote Elí y su familia cuando vivían en Siló.

28 Cuando Joab escuchó las noticias, tuvo miedo. Había apoyado a Adonías y no a Salomón[c]. Joab salió corriendo a la Carpa Sagrada del SEÑOR para agarrarse de las puntas del altar. 29 Alguien le dijo al rey Salomón que Joab estaba aferrado al altar en la carpa del SEÑOR. Así que Salomón le ordenó a Benaías que fuera a matarlo.

30 Benaías fue a la carpa del SEÑOR y le dijo a Joab:

—El rey te ordena que salgas de ahí.

Pero Joab le contestó:

—¡No! Aquí moriré.

Así que Benaías regresó a donde estaba el rey y le contó lo que Joab le había dicho. 31 Entonces el rey le dio esta orden a Benaías:

—¡Haz lo que él dice! Mátalo ahí y después sepúltalo. De esta manera librarás a mi familia de la culpa que causó por haber matado a gente inocente. 32 Joab mató a dos hombres más justos y mejores que él: Abner hijo de Ner y Amasá hijo de Jéter. Abner fue el comandante del ejército de Israel y Amasá fue el comandante del ejército de Judá. En su momento mi papá David no supo que Joab los había matado. Por eso el SEÑOR castigará a Joab por los hombres que mató. 33 De esta manera la culpa de su muerte caerá sobre Joab y su familia para siempre, pero el SEÑOR traerá la paz para David, sus descendientes, su familia y su dinastía para siempre.

34 Así que Benaías hijo de Joyadá mató a Joab; quien fue sepultado cerca de su casa en el desierto. 35 Entonces Salomón nombró comandante del ejército a Benaías hijo de Joyadá, en lugar de Joab. También Salomón nombró sacerdote a Sadoc, en lugar de Abiatar. 36 Entonces el rey mandó buscar a Simí y le dijo:

—Construye una casa aquí en Jerusalén, vive en ella y no salgas de la ciudad. 37 Pero ten la seguridad de que el día en que tú salgas de Jerusalén, más allá del valle Cedrón, morirás, y la culpa será tuya.

38 Entonces Simí contestó:

—Muy bien, Su Majestad, obedeceré.

Simí vivió en Jerusalén por mucho tiempo. 39 Pero después de unos tres años, dos de sus esclavos se escaparon y se fueron con los de Aquis hijo de Macá, el rey de Gat. Simí escuchó que sus esclavos estaban en Gat. 40 Así que ensilló su asno y fue a Gat, a donde estaba el rey Aquis para recuperar sus esclavos. Los encontró y los hizo regresar de Gat. 41 Pero alguien le dijo a Salomón que Simí había viajado de ida y vuelta a Gat. 42 Así que Salomón lo mandó buscar y le dijo:

—Te hice jurar por el SEÑOR que no saldrías de Jerusalén. Te advertí que si te ibas a cualquier parte morirías. Estuviste de acuerdo y me dijiste que me ibas a obedecer. 43 ¿Por qué entonces no cumpliste con el juramento que hiciste ante el SEÑOR y con la orden que te di? 44 Tú sabes todo el mal que le hiciste a David, mi papá. El SEÑOR te va a castigar por todo lo que hiciste. 45 Pero a mí, el rey Salomón, el SEÑOR me va a bendecir y hará que el reino de David se consolide.

46 Entonces el rey ordenó que Benaías matara a Simí, y así lo hizo. De esta manera Salomón consolidó su autoridad como rey.

Salmos 37

Destino de buenos y malos

Canción de David.

No permitas que los perversos te inquieten,
    ni sientas envidia de los que hacen maldades.
Porque pronto se marchitarán como la hierba;
    se secarán como planta verde.

Confía en el SEÑOR y haz el bien;
    vive de la tierra que Dios te dio
    y haz tu trabajo con seguridad.[a]
El SEÑOR te da gozo, disfrútalo,
    y él te dará lo que más deseas.
Entrega al SEÑOR tu vida;
    confía en él y Dios actuará.

Como el sol se ve en pleno día,
    así todos verán que haces bien
    y que tu causa es justa.
Sé paciente y espera las obras del SEÑOR.
    No te enfurezcas cuando veas que los perversos se salen con la suya.
No te exaltes, no te molestes;
    no dejes que tu ira te lleve a ti también a hacer cosas malas.
Porque los perversos serán destruidos,
    y los que esperan al SEÑOR obtendrán la tierra prometida.
10 En poco tiempo los perversos habrán desaparecido;
    por más que intentes encontrarlos no los hallarás.
11 En cambio, los humildes recibirán la tierra
    y los pobres disfrutarán de abundante prosperidad.

12 Los perversos siempre están planeando causar daño,
    crujen los dientes para mostrarle su odio a la gente buena.
13 Pero mi SEÑOR se burla de ellos
    porque sabe que pronto recibirán su castigo.
14 Los perversos empuñarán sus armas para herir a la gente buena.
    Apuntan sus flechas para asesinar a los honestos.
15 Pero quebrarán su arco;
    su espada atravesará su propio corazón.

16 Es mejor tener un puñado de gente buena,
    que multitud de perversos.
17 Porque los brazos de los perversos serán quebrados.
    En cambio, el SEÑOR apoya a los que actúan con justicia.
18 El SEÑOR sabe quiénes son los buenos
    y los recompensará por siempre.
19 Ellos nunca sufrirán cuando lleguen los malos momentos,
    y siempre tendrán comida en tiempos de escasez.
20 En cambio, los perversos serán destruidos.
    Los enemigos del SEÑOR serán como las flores del campo
    que desaparecen entre nubes de humo.
21 Los perversos piden dinero prestado
    y nunca pagan sus deudas.
En cambio, los justos son solidarios
    y generosos con los demás.
22 Los bendecidos por el SEÑOR recibirán la tierra como herencia;
    pero los que él maldice serán destruidos.

23 Cuando al SEÑOR le agrada nuestra vida,
    nos guía para que no caigamos.
24 Si tropezamos en el camino, no caeremos
    porque el SEÑOR estará allí para sostenernos e impulsarnos.

25 He vivido muchos años
    y nunca he visto al justo desamparado,
    ni a sus hijos sin tener qué comer.
26 Los justos están siempre dispuestos a dar sin esperar nada a cambio,
    y sus hijos son una bendición.

27 Así que eviten el mal y hagan el bien,
    y siempre tendrán dónde vivir.
28 Eso es cierto porque el SEÑOR ama la justicia
    y nunca abandona a su gente fiel;
ellos siempre estarán protegidos.
    En cambio, los hijos de los perversos serán expulsados de sus tierras.
29 Los justos poseerán la tierra
    y habitarán en ella para siempre.

30 La gente buena habla sabiamente
    y sus decisiones son siempre justas.
31 Siempre llevan las enseñanzas de Dios en su corazón
    y nunca se apartan de ellas.
32 En cambio, los perversos siempre están pendientes
    de matar al que es bueno.
33 Pero el SEÑOR no lo abandonará en manos del malo.
    Dios no dejará que lo condenen.

34 Esperen la ayuda del SEÑOR
    y sigan su camino.
Él siempre los protegerá y les dará la tierra
    cuando los perversos sean desterrados.

35 Una vez conocí a un hombre poderoso.
    Era muy cruel y parecía que todo le iba muy bien,
    como el laurel que siempre está verde.[b]
36 Tiempo después pasé por donde lo había visto y ya no estaba.
    Lo busqué pero había desaparecido.

37 Sigan el ejemplo de la gente buena y honesta
    porque su futuro está lleno de paz.
38 En cambio, los criminales serán destruidos.
    Serán expulsados de sus tierras[c] junto con sus familias.

39 El SEÑOR salva a los justos,
    les da fuerza en los momentos difíciles.
40 El SEÑOR los ayuda y los salva del peligro.
    Él los protege de los perversos
    porque han buscado refugio en él.

Salmos 71

Tú eres mi esperanza

SEÑOR, en ti he buscado refugio;
    no me decepciones.
Rescátame y libérame porque eres justo.
    Escúchame y sálvame.
Sé tú mi roca
    donde acudo a refugiarme,
pues tú diste la orden de salvarme.
    Tú eres mi roca, mi fortaleza.

Dios mío, rescátame de las garras del perverso,
    del delincuente y del violento.
Señor DIOS, tú eres mi esperanza;
    he confiado en ti desde mi juventud.
He dependido de ti desde antes de nacer.
    Tú me has ayudado desde que estaba en el vientre de mi madre.
    Siempre te estoy alabando.

Tú eres mi poderoso refugio,
    y me he convertido en un ejemplo para los demás.
Te honro y alabo
    con mi boca todo el día.
No me apartes de ti en mi vejez;
    no me abandones mientras voy perdiendo fuerzas.

10 Mis enemigos hacen planes contra mí;
    se han aliado los que quieren matarme.
11 Mis enemigos dicen: «Él no tiene quién lo salve.
    Dios lo ha abandonado, ¡atrapémoslo!»
12 Dios mío, no me abandones;
    apresúrate y ven a salvarme.
13 Que mis enemigos sean avergonzados y destruidos;
    que los que quieren hacerme daño se cubran de vergüenza y humillación.

14 Pero yo siempre confiaré en ti;
    te alabaré cada día más.
15 Todo el día hablaré de tu justicia y salvación;
    aunque es algo que no alcanzo a comprender.
16 Señor DIOS, cantaré acerca de tus poderosas obras;
    haré que se recuerde tu justicia, solamente la tuya.
17 Dios mío, tú me has enseñado desde mi juventud
    y nunca he dejado de hablar de tus obras maravillosas.
18 Dios mío, no me abandones
    aun cuando esté viejo y con canas,
hasta que les cuente a las nuevas generaciones
    acerca de tu poder y de tu fortaleza.

19 Dios mío, tu justicia llega hasta el cielo;
    has hecho grandes cosas;
    no hay dios como tú.
20 Aunque me has hecho pasar por dificultades y malos ratos,
    me revivirás y me harás volver de las profundidades de la tierra.
21 Acrecentarás mi grandeza
    y volverás a consolarme.

22 Yo te agradeceré al son del instrumento de salterio,
    por tu fidelidad, Dios mío;
a ti, Santo de Israel,
    te alabaré tocando el arpa.
23 Te alabarán mis labios y todo mi ser,
    cantaré a ti porque me salvaste.
24 Mi boca hablará
    todo el tiempo de tu justicia,
pues aquellos que querían destruirme
    quedaron derrotados y humillados.

Salmos 94

El Señor juzga al mundo

SEÑOR, tú eres el Dios que ejecutas la venganza.
    Brilla, ¡Dios de venganza!
¡Levántate Juez de la tierra,
    y dale su merecido a los orgullosos!
¿Hasta cuándo, SEÑOR,
    seguirán tan tranquilos los perversos?

¿Hasta cuándo seguirán todos esos criminales
    festejando y celebrando el mal que hacen?
SEÑOR, ellos le hacen daño a tu pueblo;
    hacen sufrir a tu gente.
Matan a las viudas y a los inmigrantes;
    asesinan a los huérfanos.
Dicen que el SEÑOR no se da cuenta del mal que hacen,
    que el Dios de Jacob no se entera de lo que sucede.

¡Entiendan, insensatos!
    ¿Cuándo aprenderán su lección, tontos?
El que hizo los oídos,
    ¿no oirá los planes de ustedes?
El que hizo los ojos,
    ¿no verá lo que ustedes hacen?
10 Así y todo, ¿los perversos todavía creen
    que no serán castigados?
11 El SEÑOR sabe lo que la gente piensa,
    sabe que los seres humanos son como un soplo del viento.

12 Afortunado el que tú corriges, SEÑOR;
    aquel a quien le enseñas la manera correcta de vivir,
13 para que permanezca tranquilo cuando lleguen los días malos,
    mientras que al perverso se le cava una tumba.
14 El SEÑOR no abandonará a su pueblo;
    no dejará abandonada su posesión.
15 Los juicios volverán a basarse en la justicia,
    y la gente honesta los apoyará.

16 ¿Quién me ayudó a luchar contra los perversos?
    ¿Quién estuvo a mi lado para luchar contra los que hacen el mal?
17 Si el SEÑOR no me hubiera ayudado,
    habría sido destruido.
18 Aunque yo dije: «Resbalan mis pies»,
    tu fiel amor, SEÑOR, vino a ayudarme.
19 Yo estaba muy preocupado e intranquilo,
    pero tú me consolaste y me llenaste de alegría.

20 Dios mío, tú no eres cómplice de jueces corruptos,
    que usan la ley para hacerles daño a los demás,
21 que se unen para quitarle la vida al justo
    y condenan a muerte al inocente.
22 Pero el SEÑOR es mi fortaleza,
    mi Dios y la roca que me protege.
23 Él los castigará por todo el mal que han hecho,
    los destruirá por su maldad;
    el SEÑOR nuestro Dios acabará con ellos.

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