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Chronological

Read the Bible in the chronological order in which its stories and events occurred.
Duration: 365 days
Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
2 Samuel 1-4

David se entera de la muerte de Saúl

Saúl ya había muerto y David regresó a Siclag después de derrotar a los amalecitas. Se quedó allí dos días y al tercer día un joven del campamento de Saúl llegó a Siclag. Tenía la ropa rasgada y la cabeza cubierta de ceniza.[a] Se postró rostro en tierra ante David.

—¿De dónde vienes?—le preguntó David.

—Vengo huyendo del campamento israelita—respondió.

Entonces David le dijo:

—Dime, ¿quién ganó la batalla?

El joven dijo:

—Nuestro ejército ha huido de la batalla. Muchos han muerto, incluso Saúl y su hijo Jonatán.

David le preguntó al joven:

—¿Cómo sabes que Saúl y su hijo están muertos?

El joven respondió:

—De casualidad estaba yo en el monte Guilboa y vi que Saúl se apoyaba en su lanza, mientras los carros de combate y la caballería de los filisteos estaban casi encima de él. Saúl se volvió y al verme me llamó y yo le respondí. Me preguntó quién era yo y le dije que era un amalecita. Entonces Saúl me dijo: “Acércate y mátame. Estoy agonizando, pero aun sigo con vida”. 10 Al darme cuenta de que no iba a vivir, lo maté. Luego le quité la corona y el brazalete que llevaba en el brazo para traérselos a usted, mi señor.[b]

11 Entonces David y los que estaban con él rasgaron su ropa en señal de duelo. 12 Tristes, lloraron y ayunaron hasta el anochecer por la muerte de Saúl y Jonatán. También lloraron por el ejército del SEÑOR y por la nación de Israel. Saúl, Jonatán y muchos israelitas habían muerto en la batalla.

13 Entonces David habló con el joven que le había traído la noticia de la muerte de Saúl y le preguntó:

—¿De dónde eres?

—Soy amalecita, hijo de un inmigrante—respondió el joven.

14 —¿Cómo no tuviste miedo de matar al rey elegido del SEÑOR?—le preguntó David al joven.

15 Entonces David mandó a uno de sus siervos que matara al amalecita y él cumplió la orden. 16 David le decía al amalecita:

—Has cavado tu propia tumba. Al decir que mataste al rey, el elegido del SEÑOR, tú mismo te has declarado culpable.

Lamento de David por Saúl y Jonatán

17 David compuso este lamento en honor de Saúl y de su hijo Jonatán, 18 y ordenó a sus hombres que se lo enseñaran al pueblo de Judá. Lo llamó el «Cántico del Arco», y se encuentra en El libro del Justo[c]:

19 «¡Ay, Israel! En los montes agredieron la flor de nuestra juventud.
    ¡Cómo cayeron los valientes en la guerra!
20 No lo anuncien en Gat[d],
    ni lo cuenten en las calles de Ascalón[e].
Esas ciudades filisteas se alegrarían
    y los infieles[f] lo celebrarían.

21 »Que no caiga lluvia ni rocío en ustedes,
    montes de Guilboa.
Que no haya ofrenda de sus campos,
    porque allí cayó el escudo de los héroes.
    Allí mancharon el escudo de Saúl.
22 Las flechas de Jonatán lograron penetrar el cuerpo de guerreros
    y derramar sangre enemiga.
La espada de Saúl tuvo éxito al matar
    a muchos de ellos.

23 »Saúl y Jonatán se querían mucho en vida,
    y ni la muerte pudo separarlos.
Más rápidos que las águilas
    y más fuertes que los leones.
24 ¡Lloren por Saúl, hijas de Israel!
    Él las cubrió con hermosos vestidos rojos
    y con joyas de oro.

25 »¡Cómo han caído los valientes en la batalla!
    Jonatán yace muerto en los montes de Guilboa.
26 ¡Cómo te extraño, mi hermano!
    Tu amistad fue más preciosa para mí que el amor de las mujeres.
27 ¡Cómo han caído los valientes en la batalla!
    Las armas de guerra han perecido».

David, rey de Judá

Después, David pidió consejo al SEÑOR:

—¿Me apodero de[g] alguna de las ciudades de Judá?

—Sí—respondió el SEÑOR.

—¿A dónde debo ir?—preguntó David.

—A Hebrón—respondió.

Así que David y sus dos esposas se fueron a Hebrón. Sus esposas eran Ajinoán la jezrelita, y Abigail la que había sido esposa de Nabal de Carmel. David también llevó consigo a sus hombres con sus familias, y todos se establecieron en Hebrón y los pueblos vecinos. Los habitantes de Judá fueron a Hebrón, y allí consagraron[h] a David como rey de Judá. Cuando le avisaron a David que los habitantes de Jabés de Galaad habían sepultado a Saúl, él les envió el siguiente mensaje: «Que el SEÑOR los bendiga por haberle mostrado fiel amor a su señor Saúl y por haberle dado sepultura.[i] El SEÑOR les mostrará su fiel amor y su lealtad, y yo también quiero agradecerles lo que han hecho. Sean fuertes y valientes, pues aunque su señor Saúl ha muerto, el pueblo de Judá me ha consagrado como su rey».

Guerra entre Israel y Judá

Abner hijo de Ner, general del ejército de Saúl, llevó a Isbaal[j] hijo de Saúl a Majanayin, y lo hizo rey de Galaad, de Guesurí[k], de Jezrel, de Efraín, de Benjamín y de todo Israel[l]. 10 Isbaal hijo de Saúl tenía 40 años cuando empezó su reinado sobre Israel, y reinó durante dos años. El pueblo de Judá seguía a David, 11 quien gobernó al pueblo de Judá desde Hebrón durante siete años y seis meses.

12 Abner hijo de Ner salió de Majanayin hacia Gabaón con las tropas de Isbaal hijo de Saúl. 13 Joab hijo de Sarvia y las tropas de David también salieron para Gabaón. Los dos ejércitos se encontraron a lados opuestos en el estanque de Gabaón.

14 Abner le dijo a Joab:

—Propongo que salgan los soldados jóvenes y combatan aquí.

Joab le dijo:

—Sí, estoy de acuerdo.

15 Los dos grupos eligieron a sus hombres para el combate, doce de la tribu de Benjamín para pelear por Isbaal hijo de Saúl, y doce de las tropas de David. 16 Cada uno agarró a su oponente por la cabeza y le clavó la espada en el costado, de manera que los combatientes de ambos bandos murieron al mismo tiempo. Por eso ese lugar de Gabaón se conoce como campo de las dagas[m]. 17 El combate se convirtió en una dura batalla y las tropas de David derrotaron a Abner y a los israelitas ese día. 18 Sarvia tenía tres hijos: Joab, Abisay y Asael. Este último corría tan ligero como un venado del campo. 19 Asael corrió tras Abner, persiguiéndolo. 20 Abner vio hacia atrás y preguntó:

—¿Eres tú, Asael?

Asael dijo:

—Sí, soy yo.

21 Así que Abner le dijo a Asael:

—Déjame en paz. Persigue a algún otro soldado y apodérate de su armadura.

Pero Asael no dejó de perseguir a Abner.

22 Entonces Abner le dijo de nuevo a Asael:

—Déjame en paz o tendré que matarte, y entonces no podré darle la cara a tu hermano Joab.

23 Pero como Asael no dejaba de perseguirlo, Abner le clavó la parte trasera de su lanza en el estómago, de modo que la lanza salió por su espalda, matándolo al instante. El cuerpo de Asael quedó en el suelo, y todos los hombres al pasar se detenían a verlo. 24 Pero Joab y Abisay siguieron persiguiendo a Abner. Al ponerse el sol, llegaron a la colina de Amá, frente a Guiaj, camino al desierto de Gabaón. 25 Los hombres de la tribu de Benjamín rodearon a Abner en la cima de la colina. 26 Abner le gritó a Joab y le dijo:

—¿Vamos a continuar esta matanza? Esto sólo traerá tristeza, dile al pueblo que deje de perseguir a sus hermanos.

27 Entonces Joab dijo:

—Bien dices. Tan cierto como que Dios vive que si no hubieras dicho nada, mañana los soldados seguirían persiguiendo a sus hermanos.

28 Así que Joab tocó la trompeta y los soldados dejaron de perseguir a los israelitas. Ya ni lo intentaron. 29 Esa noche Abner y sus hombres atravesaron el valle del Jordán, hasta cruzar el río, y siguieron durante el día hasta que llegaron a Majanayin.

30 Joab dejó de perseguir a Abner y regresó. Al reunir a sus hombres, se dio cuenta de que faltaban Asael y 19 soldados. 31 Pero los soldados de David habían matado a 360 soldados de Abner de la tribu de Benjamín. 32 Los soldados de David tomaron el cuerpo de Asael y lo sepultaron en la tumba de su padre en Belén. Joab y sus hombres marcharon toda la noche hasta que llegaron a Hebrón al amanecer.

La guerra entre las familias de Saúl y David duró mucho tiempo. David se fortalecía cada vez más, mientras que la familia de Saúl se debilitaba.

Hijos de David nacidos en Hebrón

Los hijos de David que nacieron en Hebrón fueron:

Amnón, el mayor, hijo de Ajinoán la jezrelita;

el segundo, Daluia[n] hijo de Abigail, viuda de Nabal de Carmel;

el tercero, Absalón hijo de Macá, hija de Talmay de Guesur;

el cuarto, Adonías hijo de Jaguit;

el quinto, Sefatías hijo de Abital;

el sexto, Itreán hijo de Eglá.

Estos son los hijos de David que nacieron en Hebrón.

Pacto entre Abner y David

Mientras las familias de Saúl y David peleaban entre sí, Abner iba ganando más poder en la familia de Saúl. Saúl tenía una concubina llamada Rizpa hija de Ayá, pero Isbaal le reclamó a Abner:

—¿Por qué te acostaste con la concubina de mi papá?

Abner se enojó mucho y le dijo:

—Yo he sido fiel a Saúl y a su familia y no te entregué en manos de David. No soy un traidor que trabaja para Judá,[o] y ahora alegas que he estado con esa mujer. ¡Que Dios me castigue si no hago nada por hacer realidad lo que el SEÑOR le prometió a David! 10 Voy a quitar el reino de la familia de Saúl y se lo entregaré a David. Lo haré rey de Judá y de Israel, desde Dan hasta Berseba.[p] 11 Isbaal, atemorizado, se quedó sin palabras.

12 Abner le envió un mensaje a David:

—¿Quién cree Su Majestad que debe gobernar este país? Haga usted un pacto conmigo y yo lo ayudaré a que todo Israel se ponga de su parte.

13 David respondió:

—De acuerdo. Haré un pacto contigo con la condición de que me traigas a Mical hija de Saúl.

14 David le envió un mensaje a Isbaal hijo de Saúl:

—Devuélveme a mi esposa Mical, por quien di a cambio la vida de 100 filisteos.[q]

15 Entonces Isbaal mandó a sus hombres que se la quitaran a su esposo Paltiel hijo de Lais. 16 Paltiel los siguió llorando todo el camino hasta Bajurín, hasta que Abner le ordenó que se regresara y Paltiel obedeció.

17 Abner les envió un mensaje a los líderes de Israel:

—Ustedes han querido a David como rey. 18 ¡Pues háganlo rey! El SEÑOR se refería a David cuando dijo: “Por medio de mi siervo David salvaré a los israelitas de los filisteos y de todos sus demás enemigos”.

19 Abner habló de esto con David en Hebrón. Después habló con la familia de Benjamín y con todo el pueblo de Israel, a quienes les pareció bien lo que él decía.

20 Abner fue a Hebrón con 20 de sus hombres, y David hizo una fiesta para ellos.

21 Abner le dijo a David:

—Permítame, Su Majestad, convocar a todos los israelitas para que hagan un pacto con usted, y así empiece su reinado sobre todo Israel, como usted quería.

David despidió a Abner, quien se fue en paz.

Muerte de Abner

22 Cuando Joab y las tropas de David regresaron de la batalla, traían un gran botín. Abner ya no estaba en Hebrón porque David y Abner ya se habían despedido en paz. 23 Al llegar a Hebrón, los soldados le dijeron a Joab:

—Abner hijo de Ner fue ante el rey David, y David lo dejó irse en paz.

24 Joab fue ante el rey y le dijo:

—¿Qué ha hecho usted? ¡Abner vino y usted lo dejó irse como si nada! 25 Su Majestad lo conoce y bien sabe que vino con engaño para averiguar dónde está usted y todo lo que usted está haciendo.

26 Después de hablar con David, Joab envió a unos mensajeros para que buscaran a Abner en el pozo de Sira. Lo hallaron y lo trajeron sin que David lo supiera. 27 Al llegar Abner a Hebrón, Joab lo llevó a un lado de la entrada para hablar con él en privado. Allí le dio una puñalada en el estómago y lo mató. Así Joab vengó la muerte de su hermano Asael. 28 Cuando David se enteró de la noticia, dijo: «Hago constar ante el SEÑOR que mi reino y yo somos inocentes de la muerte de Abner hijo de Ner. 29 Los responsables son Joab y su familia y sólo ellos son los culpables. ¡Que los acosen los problemas, que contraigan enfermedades venéreas, lepra, que queden cojos, que mueran en batalla y que pasen hambre!»

30 Joab y su hermano Abisay habían estado preparando una emboscada contra Abner[r] porque en la batalla de Gabaón Abner había matado a Asael, el hermano de ellos.

31 David les dijo a Joab y a todos los que estaban con él que rasgaran su ropa y se vistieran de luto e hicieran duelo por Abner. David asistió al funeral 32 en Hebrón, donde lo enterraron. El rey lloró a gritos junto a la tumba de Abner y todos lloraron con él. 33 El rey David cantó este lamento por Abner:

«¿Acaso Abner murió como un criminal?
34 Tus manos, Abner, no estaban atadas,
    ni tus pies estaban encadenados.
¡Caíste en manos de perversos!»

Y el pueblo lloró más por Abner. 35 Todos trataban de animar a David para que comiera, pero David había hecho la promesa de no comer, diciendo: «Que Dios me castigue si pruebo bocado antes de que se oculte el sol». 36 Al ver lo que pasaba, a todos les agradó lo que había hecho el rey David. 37 Todo Judá y todo Israel reconocieron que David no había matado a Abner hijo de Ner.

38 El rey David les dijo a sus oficiales: «Como ustedes saben, hoy ha muerto un líder importante de Israel, 39 al mismo tiempo que fui ungido como rey. Los hijos de Sarvia han causado todo esto, y espero que el SEÑOR les envíe el castigo que merecen».

Asesinato de Isbaal (Isboset)

Isbaal hijo de Saúl se enteró de que Abner había muerto en Hebrón, eso le quitó las ganas de pelear y todo Israel se atemorizó. El mando del ejército pasó entonces a dos hermanos, hijos del benjamita Rimón, Recab y Baná, que eran dos capitanes de las fuerzas de asalto del hijo de Saúl. Eran de Berot de la tribu de Benjamín, aunque los de Berot actualmente viven en Guitayin[s] porque allí huyeron.

También había un hijo del príncipe Jonatán. Era un nieto del rey Saúl, llamado Mefiboset, el cual era lisiado de los pies. Tenía cinco años cuando murieron su papá y su abuelo. Al recibirse la noticia de la muerte de ellos, la niñera salió corriendo llevándolo en brazos, pero el niño se le cayó y quedó lisiado. Recab y Baná, hijos de Rimón el berotita, fueron a la casa de Isbaal al medio día, mientras Isbaal descansaba porque hacía mucho calor. Entonces Recab y su hermano Baná entraron a la casa como si fueran a sacar un poco de trigo. Allí apuñalaron a Isbaal en el vientre y luego se escaparon. Hirieron a Isbaal a puñaladas y lo mataron mientras estaba descansando en su habitación. Luego le cortaron la cabeza y después de viajar toda la noche por el valle del Jordán, se la entregaron a David en Hebrón, y le dijeron:

—Aquí tiene la cabeza de su enemigo Isbaal. Era hijo de Saúl el que quería matarlo a usted, pero el SEÑOR ha castigado hoy a Saúl y a su familia por lo que le hicieron a usted.

Pero David les respondió a Recab y a su hermano Baná:

—Tan cierto como que vive el SEÑOR, quien me ha librado de todos mis problemas, que no seguirán con vida. 10 Ya una vez antes alguien pensó que me traía buenas noticias, y me dijo: “Saúl está muerto”, pero yo agarré a ese hombre y lo maté en Siclag, de esa forma le pagué la buena noticia. 11 Así que ahora debo matarlos y exterminarlos de la tierra también a ustedes, hombres perversos, que han matado a un hombre inocente mientras dormía en su propia cama.

12 Así que David les ordenó a los soldados que mataran a Recab y a Baná. Les cortaron las manos y los pies y colgaron su cuerpo junto al estanque de Hebrón. Después tomaron la cabeza de Isbaal y la enterraron en Hebrón, en el mismo lugar donde habían enterrado a Abner.

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