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Chronological

Read the Bible in the chronological order in which its stories and events occurred.
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Nueva Biblia Viva (NBV)
Version
2 Reyes 12-13

Joás, rey de Judá

12 Joás comenzó a reinar sobre Judá, cuando Jehú llevaba siete años reinando sobre Israel. Reinó en Jerusalén durante cuarenta años. (Su madre era Sibia, de Berseba). Durante toda su vida Joás hizo lo recto, ya que siguió las enseñanzas del sacerdote Joyadá. Sin embargo, no destruyó los santuarios de las colinas, y el pueblo siguió ofreciendo allí sacrificios e incienso.

4-5 Un día el rey Joás le dijo a los sacerdotes: «Es necesario reparar el templo del Señor. Cuando alguien traiga una contribución para el Señor, ya sea una contribución regular o una donación especial, úsenla para pagar las reparaciones que sean necesarias».

Pero en el año veintitrés de su reinado, el templo aún no había sido reparado. Entonces Joás llamó a Joyadá y a los otros sacerdotes, y les preguntó: «¿Por qué no se ha reparado los daños del templo? Desde ahora no manejarán el dinero que reciban, sino que lo entregarán para que se invierta en la reparación y restauración del templo».

Los sacerdotes estuvieron de acuerdo en no seguir manejando el dinero, y en no estar al frente de las reparaciones del templo. El sacerdote Joyadá hizo un agujero en la cubierta de un gran cofre y lo puso a la derecha del altar, a la entrada del templo del Señor. Los porteros ponían allí todas las contribuciones del pueblo. 10 Cada vez que el cofre se llenaba, el secretario de finanzas del rey y el sumo sacerdote lo contaban, lo ponían en bolsas, 11-12 y lo entregaban a los administradores de la construcción, para que pagaran a los carpinteros, canteros, albañiles, a los que vendían la madera, y a los mercaderes de piedras, y para que compraran los demás materiales necesarios para la reparación del templo del Señor.

13-14 El dinero no se usaba para comprar vasos de plata, ni utensilios de oro, ni fuentes, ni trompetas, ni otros artículos similares, sino solamente para pagar las reparaciones del templo del Señor. 15 A los administradores de la construcción no se les pedía cuentas del dinero, porque eran hombres honestos y fieles. 16 Sin embargo, el dinero que se daba para ofrendas por la culpa y por el pecado no se llevaba al templo del Señor, sino que se entregaba a los sacerdotes para su uso personal.

17 En este tiempo, Jazael, rey de Siria, atacó la ciudad de Gat y la conquistó. Luego se dirigió hacia Jerusalén, con el fin de atacarla. 18 Pero Joás tomó todos los objetos sagrados que sus antepasados Josafat, Jorán y Ocozías, reyes de Judá, habían consagrado, juntamente con lo que él mismo había consagrado al Señor, y todo el oro de la tesorería del templo del Señor y del palacio, y lo envió a Jazael. Al recibir este regalo, Jazael desistió de atacar a Jerusalén.

19 El resto de la historia de Joás está escrita en el libro de los reyes de Judá. 20 Algunos de sus oficiales se alzaron contra él y lo asesinaron en Bet Miló, en el camino a Sila. 21 Los asesinos fueron Josacar hijo de Simat, y Jozabad hijo de Semer, ambos servidores de confianza. Joás fue sepultado en el cementerio real de Jerusalén, en la Ciudad de David, y su hijo Amasías fue el nuevo rey.

Joacaz, rey de Israel

13 Joacaz hijo de Jehú comenzó a reinar sobre Israel en el año veintitrés del reinado de Joás, de Judá. Reinó diecisiete años. Pero fue un mal rey, pues siguió el mal ejemplo de Jeroboán hijo de Nabat, el que hizo pecar a Israel. Por eso, el Señor se airó contra Israel, y permitió que Jazael, rey de Siria, y su hijo Ben Adad los vencieran muchas veces.

Pero Joacaz pidió ayuda al Señor, y él oyó su oración, y vio cuán terriblemente el rey de Siria estaba oprimiendo a Israel. El Señor levantó un libertador entre los israelitas que los libró de la tiranía de los sirios, de modo que los israelitas pudieron vivir tranquilos en sus casas, como antes. Con todo eso, no se apartaron del pecado, sino siguieron el mal ejemplo de Jeroboán. Y continuaron adorando a la diosa Aserá de Samaria.

Fue tanto el daño que el rey de Siria le había ocasionado a Israel, que sólo le quedaron cincuenta hombres de caballería, diez carros de combate y diez mil hombres de infantería.

El resto de la historia de Joacaz está escrito en el libro de los reyes de Israel. Cuando Joacaz murió, lo sepultaron en Samaria, y reinó en su lugar su hijo Joás.

Joás, rey de Israel

10 Joás llevaba treinta y siete años reinando en Judá, cuando Joás hijo de Joacaz comenzó a reinar en Israel, y reinó en Samaria dieciséis años. 11 Pero fue malo porque, al igual que Jeroboán hijo de Nabat, fomentó la adoración a los ídolos, con lo que hizo pecar a su pueblo. 12 El resto de la historia del reinado de Joás, incluyendo sus guerras contra el rey Amasías, de Judá, está escrito en el libro de los reyes de Israel. 13 Joás murió y fue sepultado en Samaria con los demás reyes de Israel; y su hijo Jeroboán fue el nuevo rey. A este Jeroboán se le llegó a conocer como Jeroboán II.

Muerte de Eliseo

14 Cuando Eliseo enfermó de muerte, el rey Joás, de Israel, lo visitó y, echándose sobre él, se puso a llorar, y exclamó:

―¡Padre mío, padre mío! ¡Carro de Israel y su guía!

15 Eliseo le dijo:

―Toma un arco y algunas flechas.

Y él así lo hizo.

16-17 ―Abre aquella ventana que da hacia el oriente —le ordenó.

Entonces le pidió al rey que pusiera la mano en el arco, mientras él ponía sus manos sobre las manos del rey:

―Dispara —ordenó Eliseo.

El rey disparó.

―¡Esta es flecha del Señor que completa la victoria sobre Siria! ¡Vencerás completamente a los sirios en Afec! —exclamó el profeta—. 18 Ahora toma las demás flechas y golpea con ellas el suelo.

El rey las tomó y golpeó tres veces el suelo, y se detuvo.

19 ―¡Debiste haber golpeado el suelo, cinco o seis veces —exclamó enojado el profeta—, porque entonces habrías derrotado definitivamente a los sirios, pero solo lo derrotarás tres veces!

20-21 Después Eliseo murió, y fue sepultado.

En aquellos días, algunas bandas de delincuentes moabitas hacían incursiones en la tierra cada primavera. Una vez, unos hombres estaban sepultando a un amigo, pero al ver a esas bandas tuvieron miedo y arrojaron el cadáver en la tumba de Eliseo. Y en cuanto el cuerpo tocó los huesos de Eliseo, el hombre resucitó y se puso de pie.

Jazael oprime a los israelitas

22 El rey Jazael, de Siria, había oprimido a Israel durante todo el reinado del rey Joacaz. 23 Pero el Señor tuvo misericordia del pueblo de Israel, y no permitió que fuera totalmente destruido. Dios se compadeció de ellos y también se acordó de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob.

24 Cuando el rey Jazael, de Siria, murió, su hijo Ben Adad reinó en su lugar. 25 Entonces Joás hijo de Joacaz, rey de Israel, lo venció tres veces y reconquistó ciudades que Ben Adad le había arrebatado a su padre Joacaz.

2 Crónicas 24

Joás, rey de Judá

24 Joás tenía siete años cuando comenzó a reinar, y reinó cuarenta años en Jerusalén. Su madre era Sibia, de Berseba. Joás hizo todo lo posible por agradar al Señor durante toda la vida del sacerdote Joyadá. Este lo casó con dos esposas, con las cuales Joás tuvo hijos e hijas.

Un día Joás decidió reparar el templo del Señor. Convocó a los sacerdotes y a los levitas, y les dio estas instrucciones: «Vayan por todas las ciudades de Judá y recojan ofrendas, para que podamos reparar el templo. ¡Háganlo inmediatamente!».

Pero los levitas no atendieron la orden del rey. Entonces el rey llamó al sumo sacerdote Joyadá, y le preguntó: «¿Por qué no has exigido que los levitas salgan a cobrar a Judá y a Jerusalén la contribución que Moisés, siervo del Señor, impuso a la congregación de Israel para la tienda de testimonio?».

7-8 (Los seguidores de la impía Atalía habían destruido el templo, y todo lo que había sido dedicado al culto del Señor fue usado para el culto a Baal). El rey ordenó que se hiciera una caja y que se pusiera junto a la puerta del templo. Entonces se pregonó en todas las ciudades de Judá y en Jerusalén que el pueblo debía traer al Señor la contribución que Moisés, siervo de Dios, había impuesto sobre Israel, cuando estaban en el desierto.

10 Y todos los jefes y el pueblo trajeron con alegría el dinero, y lo depositaron en la caja hasta llenarla. 11 Cuando veían que había mucho dinero, los levitas llevaban la caja al rey, y uno de los secretarios y representantes del sumo sacerdote contaba el dinero. Luego volvían a colocar la caja en su lugar. Así lo hacían todos los días, y recogieron mucho dinero. 12 El rey y Joyadá daban el dinero a los maestros de obras, quienes contrataban albañiles y carpinteros para restaurar el templo, y fundidores para hacer artículos de hierro y de bronce.

13 De esta manera la obra siguió progresando, hasta que se terminó la reparación y quedó tal como era antes. 14 Cuando todo estuvo acabado, el resto del dinero fue llevado al rey y a Joyadá, quienes lo usaron para hacer cucharones de oro y plata, incensarios y otros instrumentos necesarios para los sacrificios y ofrendas.

Durante toda la vida del sumo sacerdote Joyadá se ofrecieron holocaustos en el templo en forma continua. 15 Joyadá vivió hasta una edad muy avanzada, y murió a los ciento treinta años. 16 Lo sepultaron en la ciudad de David, entre los reyes, porque había servido fielmente a Israel, a Dios y a su templo.

Depravación de Joás

17-18 Después de la muerte de Joyadá, los dirigentes de Judá vinieron ante el rey Joás y lo indujeron a olvidarse del templo y a abandonar al Dios de sus antepasados, y a adorar la imagen de la diosa Aserá y a otros ídolos abominables. Entonces la ira de Dios cayó sobre Judá y Jerusalén nuevamente. 19 El Señor les envió profetas, para que les advirtieran de su pecado y los animaran a volver a él, pero el pueblo no quiso oírlos.

20 Un día, el espíritu de Dios descendió sobre Zacarías hijo de Joyadá, el cual convocó a una reunión de todo el pueblo. Parado sobre una plataforma delante de ellos, les dijo: «Esto es lo que dice el Señor: ¿Por qué desobedecen ustedes mis mandamientos? Todo lo que consiguen con su actitud es que les vaya mal. ¡Como ustedes me han abandonado, yo también los abandonaré a ustedes!». 21 Entonces los jefes se confabularon para matar a Zacarías. El mismo rey Joás ordenó que fuera ejecutado en el atrio del templo. 22 De esta manera retribuyó el rey Joás el amor y la lealtad de Joyadá, matando a su hijo. Las últimas palabras de Zacarías al morir fueron: «Señor, mira lo que están haciendo y retribúyeles conforme a su acción».

23 Pocos meses más tarde, el ejército sirio llegó y conquistó Judá y Jerusalén, y mató a todos los dirigentes del pueblo, y envió todo el botín al rey de Damasco. 24 Fue un gran triunfo con pocos hombres. El Señor dejó que el gran ejército de Judá fuera vencido por tan pequeño grupo, por cuanto lo habían abandonado a él, que es el Señor, Dios de sus antepasados. Así castigó Dios a Joás.

25 Cuando los sirios se fueron, como Joás estaba seriamente herido, sus oficiales decidieron matarlo, para vengar la muerte de Zacarías, el hijo del sumo sacerdote Joyadá. Lo mataron en su cama, y lo sepultaron en la ciudad de David, pero no en el cementerio de los reyes. 26 Los conspiradores fueron Zabad hijo de Simat el amonita, y Jozabad hijo de Simrit el moabita.

27 Si quieren leer acerca de los hijos de Joás, de las maldiciones que cayeron sobre Joás y sobre la restauración del templo, lean el libro de los reyes. Cuando Joás murió, su hijo Amasías ocupó el trono.

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