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Chronological

Read the Bible in the chronological order in which its stories and events occurred.
Duration: 365 days
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
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Génesis 35-37

Jacob regresa a Betel

35 Entonces Dios dijo a Jacob:

—Levántate, sube a Betel y quédate allí. Haz allí un altar a Dios, que se te apareció cuando huías de tu hermano Esaú.

Entonces Jacob dijo a su familia y a todos los que lo acompañaban:

—Quiten los dioses extraños que hay entre ustedes. Purifíquense y cambien sus vestidos. Levantémonos y subamos a Betel; allí haré un altar a Dios, que me respondió en el día de mi angustia y ha estado conmigo en el camino que he andado.

Así entregaron a Jacob todos los dioses extraños que tenían en su poder, y los aretes de sus orejas, y Jacob los escondió al pie de la encina que había junto a Siquem. Cuando partieron, el terror de Dios se apoderó de los habitantes de las ciudades de sus alrededores, y no persiguieron a los hijos de Jacob.

Jacob y toda la gente que lo acompañaba llegaron a Luz, es decir, a Betel, en la tierra de Canaán, y allí edificó un altar. Llamó al lugar El-betel[a], porque allí se le había revelado Dios cuando huía de su hermano.

Entonces murió Débora, nodriza de Rebeca, y fue sepultada al pie de Betel, debajo de una encina, la cual fue llamada Alón-bacut[b].

El SEÑOR ratifica su pacto a Jacob

Dios se apareció otra vez a Jacob después de haber regresado de Padan-aram, y lo bendijo. 10 Le dijo Dios: “Tu nombre es Jacob, pero no se llamará más tu nombre Jacob[c]. Tu nombre será Israel”[d]. Y llamó su nombre Israel. 11 También le dijo Dios: “Yo soy el Dios Todopoderoso. Sé fecundo y multiplícate. De ti procederán una nación y un conjunto de naciones; reyes saldrán de tus lomos. 12 La tierra que he dado a Abraham y a Isaac, te la daré a ti; a tus descendientes después de ti, les daré la tierra”.

13 Dios se apartó de él, del lugar donde había hablado con él. 14 Entonces Jacob erigió, como una señal, una piedra en el lugar donde Dios había hablado con él. Sobre ella derramó una ofrenda líquida, y echó sobre ella aceite. 15 Jacob llamó Betel al lugar donde Dios había hablado con él.

Raquel muere al nacer Benjamín

16 Partieron de Betel, y faltando aún cierta distancia para llegar a Efrata, Raquel dio a luz tras un parto muy difícil. 17 Y aconteció que como había dificultad en su parto, le dijo la partera:

—No temas, porque también tendrás este hijo.

18 Pero sucedió que al dar el último suspiro (porque murió), llamó el nombre de su hijo Benoni[e]. Pero su padre lo llamó Benjamín[f].

19 Así murió Raquel y fue sepultada en el camino de Efrata, es decir, Belén. 20 Jacob puso sobre su sepulcro una piedra. Esta es la señal del sepulcro de Raquel hasta hoy.

Rubén y la concubina de su padre

21 Israel partió e instaló su tienda más allá de Migdal-eder. 22 Y sucedió que mientras habitaba Israel en aquella tierra, Rubén fue y se acostó con Bilha, concubina de su padre. Y lo llegó a saber Israel.

Los doce hijos de Israel

Ahora bien, los hijos de Israel fueron doce:

23 Los hijos de Lea: Rubén, el primogénito de Jacob, Simeón, Leví, Judá, Isacar y Zabulón.

24 Los hijos de Raquel: José y Benjamín.

25 Los hijos de Bilha, sierva de Raquel: Dan y Neftalí.

26 Los hijos de Zilpa, sierva de Lea: Gad y Aser.

Estos fueron los hijos de Jacob que le nacieron en Padan-aram.

Muerte de Isaac

27 Entonces Jacob fue a Isaac su padre, a Mamre, a Quiriat-arba, es decir, Hebrón, donde habían habitado Abraham e Isaac.

28 Fueron ciento ochenta los años de Isaac. 29 E Isaac falleció y fue reunido con su pueblo, anciano y lleno de años. Y sus hijos Jacob y Esaú lo sepultaron.

Los descendientes de Esaú

36 Estos son los descendientes de Esaú, el cual es Edom. Esaú tomó a sus esposas de entre las mujeres de Canaán: a Ada hija de Elón el heteo, a Oholibama hija de Aná, hijo[g] de Zibeón el heveo, y a Basemat hija de Ismael, hermana de Nebayot.

De Esaú, Ada dio a luz a Elifaz; Basemat dio a luz a Reuel, y Oholibama dio a luz a Jeús, a Jalam y a Coré. Estos son los hijos de Esaú que le nacieron en la tierra de Canaán.

Esaú tomó a sus mujeres, a sus hijos, a sus hijas, a todas las personas de su casa, sus rebaños, su ganado y todas las posesiones que había adquirido en la tierra de Canaán, y se fue a una tierra, lejos de Jacob su hermano; porque los bienes de ellos eran muchos, y no podían habitar juntos. Tampoco podía mantenerlos la tierra en que habitaban, a causa de sus ganados. Así habitó Esaú en la región montañosa de Seír. Esaú es Edom.

Estos fueron los descendientes de Esaú, padre de los edomitas, en la región montañosa de Seír; 10 estos son los nombres de los hijos de Esaú: Elifaz, hijo de Ada, mujer de Esaú; Reuel, hijo de Basemat, mujer de Esaú.

11 Los hijos de Elifaz fueron: Temán, Omar, Zefo, Gatam y Quenaz. 12 Timna fue concubina de Elifaz hijo de Esaú, y ella le dio a luz a Amalec. Estos fueron los hijos de Ada, mujer de Esaú.

13 Los hijos de Reuel fueron: Najat, Zéraj, Sama y Miza. Estos fueron los hijos de Basemat, mujer de Esaú.

14 Los hijos de Oholibama, mujer de Esaú e hija de Aná, hijo[h] de Zibeón, que ella dio a luz de Esaú, fueron: Jeús, Jalam y Coré.

15 Estos fueron los jefes de entre los hijos de Esaú:

Los hijos de Elifaz, primogénito de Esaú, fueron: los jefes Temán, Omar, Zefo, Quenaz, 16 Coré, Gatam y Amalec. Estos fueron los jefes de Elifaz en la tierra de Edom, los cuales fueron hijos de Ada.

17 Estos fueron los hijos de Reuel hijo de Esaú: los jefes Najat, Zéraj, Sama y Miza. Estos fueron los jefes de la línea de Reuel en la tierra de Edom. Estos hijos le nacieron a Basemat, mujer de Esaú.

18 Estos fueron los hijos de Oholibama, mujer de Esaú: los jefes Jeús, Jalam y Coré. Estos fueron los jefes que nacieron a Oholibama, mujer de Esaú, hija de Aná.

19 Estos fueron, pues, los hijos de Esaú, el cual es Edom; y estos fueron sus jefes.

Los descendientes de Seír el horeo

20 Estos fueron los hijos de Seír el horeo, habitantes de aquella tierra: Lotán, Sobal, Zibeón, Aná, 21 Disón, Ezer y Disán. Estos fueron los jefes de los horeos, hijos de Seír, en la tierra de Edom.

22 Los hijos de Lotán fueron Hori y Hemam. Timna fue hermana de Lotán.

23 Los hijos de Sobal fueron: Alván, Manajat, Ebal, Sefo y Onam.

24 Los hijos de Zibeón fueron Ayías y Aná. Este Aná fue el que descubrió las aguas termales[i] en el desierto, cuando apacentaba los asnos de su padre Zibeón.

25 Los hijos de Aná fueron Disón y Oholibama hija de Aná.

26 Los hijos de Disón fueron: Hemdán, Esbán, Itrán y Querán.

27 Los hijos de Ezer fueron: Bilhán, Zaaván y Acán.

28 Los hijos de Disán fueron Uz y Arán.

29 Estos fueron los jefes de los horeos: los jefes Lotán, Sobal, Zibeón, Aná, 30 Disón, Ezer y Disán. Ellos fueron los jefes de los horeos, según sus jefaturas en la tierra de Seír.

La monarquía temprana en Edom

31 Estos fueron los reyes que reinaron en la tierra de Edom, antes que hubiera rey de los hijos de Israel:

32 Bela hijo de Beor reinó en Edom. El nombre de su ciudad fue Dinaba.

33 Murió Bela, y reinó en su lugar Jobab hijo de Zéraj, de Bosra.

34 Murió Jobab, y reinó en su lugar Husam, de la tierra de los temanitas.

35 Murió Husam, y reinó en su lugar Hadad hijo de Bedad, el que derrotó a Madián en el campo de Moab. El nombre de su ciudad fue Avit.

36 Murió Hadad, y reinó en su lugar Samla, de Masreca.

37 Murió Samla, y reinó en su lugar Saúl, de Rejobot, que está junto al Río.

38 Murió Saúl, y reinó en su lugar Baal-janán hijo de Acbor.

39 Murió Baal-janán hijo de Acbor, y reinó en su lugar Hadad[j]. El nombre de su ciudad fue Pau, y el nombre de su mujer fue Mehetabel, hija de Matred, hija de Mezaab.

Jefes del clan de Esaú

40 Estos fueron los nombres de los jefes de Esaú, según sus familias, sus localidades y sus nombres: los jefes Timna, Alva, Jetet, 41 Oholibama, Ela, Pinón, 42 Quenaz, Temán, Mibzar, 43 Magdiel e Iram. Estos fueron los jefes de Edom, según las áreas de la tierra de su posesión. Este es Esaú, padre de los edomitas.

José y sus hermanos

37 Jacob se estableció en la tierra donde había residido su padre, en la tierra de Canaán. Esta es la historia de la familia de Jacob:

José, siendo de diecisiete años, apacentaba las ovejas con sus hermanos; y el joven estaba con los hijos de Bilha y los hijos de Zilpa, mujeres de su padre. Y José informaba a su padre de la mala fama de ellos. Israel amaba a José más que a todos sus otros hijos porque le había nacido en la vejez, y le hizo una túnica de diversos colores. Al ver sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos ellos, lo aborrecían y no podían hablarle pacíficamente.

José tuvo un sueño y lo contó a sus hermanos, quienes llegaron a aborrecerlo todavía más. Les dijo:

—Por favor, escuchen lo que he soñado: He aquí que atábamos gavillas en medio del campo. Y mi gavilla se levantaba y se mantenía erguida, mientras que sus gavillas la rodeaban y se inclinaban ante la mía.

Sus hermanos le respondieron:

—¿Has de reinar tú sobre nosotros y nos has de dominar?

Y lo aborrecieron todavía más a causa de sus sueños y de sus palabras. Entonces tuvo otro sueño y lo contó a sus hermanos, diciendo:

—He aquí, he tenido otro sueño: el sol, la luna y once estrellas se inclinaban ante mí.

10 Él contó este sueño a su padre y a sus hermanos, pero su padre lo reprendió diciendo:

—¿Qué sueño es este que has tenido? ¿Hemos de venir yo, tu madre y tus hermanos a postrarnos a tierra ante ti?

11 Sus hermanos le tenían envidia, pero su padre guardaba en mente el asunto.

Plan para matar a José

12 Sus hermanos fueron a apacentar las ovejas de su padre cerca de Siquem, 13 e Israel dijo a José:

—Tus hermanos apacientan las ovejas cerca de Siquem. Ven, te enviaré a ellos.

Y él le respondió:

—Heme aquí.

14 Él le dijo:

—Anda, por favor, y mira cómo están tus hermanos y cómo están las ovejas, y tráeme la respuesta.

Lo envió desde el valle de Hebrón, y él llegó a Siquem. 15 Andando él extraviado por el campo, un hombre lo encontró. Y aquel hombre le preguntó diciendo:

—¿Qué buscas?

16 Y él respondió:

—Busco a mis hermanos. Dime, por favor, dónde están apacentando.

17 Aquel hombre le respondió:

—Ya se han ido de aquí. Yo los oí decir: “Vámonos a Dotán”.

Entonces José fue tras sus hermanos y los encontró en Dotán. 18 Cuando ellos lo vieron desde lejos, antes de que se acercara actuaron engañosamente contra él para matarlo. 19 Se dijeron el uno al otro:

—¡Ahí viene el de los sueños! 20 Ahora pues, vengan; matémoslo y echémoslo en una cisterna. Después diremos: “Alguna mala fiera lo devoró”. ¡Veamos en qué van a parar sus sueños!

21 Cuando Rubén oyó esto, lo libró de sus manos diciendo:

—No le quitemos la vida. 22 —Y Rubén añadió—: No derramen sangre. Échenlo en esta cisterna que está en el desierto, pero no pongan la mano sobre él.

Era para librarlo de sus manos a fin de hacerlo volver a su padre.

José es vendido y llevado a Egipto

23 Sucedió que cuando José llegó hasta sus hermanos, ellos despojaron a José de su túnica, la túnica de diversos colores que llevaba puesta. 24 Lo tomaron y lo echaron en la cisterna. Pero la cisterna estaba vacía, sin agua. 25 Después se sentaron a comer, y alzando los ojos miraron, y he aquí que una caravana de ismaelitas venía de Galaad con sus camellos cargados de perfumes, bálsamo y mirra para llevarlos a Egipto. 26 Entonces Judá dijo a sus hermanos:

—¿Qué provecho hay en matar a nuestro hermano y en encubrir su sangre? 27 Vengan, vendámoslo a los ismaelitas. No pongamos nuestra mano sobre él, porque es nuestro hermano, nuestra carne.

Sus hermanos estuvieron de acuerdo con él. 28 Y cuando pasaban los mercaderes madianitas, sacaron a José, subiéndolo de la cisterna, y lo vendieron a los ismaelitas por doscientos veinte gramos de plata. Estos se llevaron a José a Egipto.

Ocultan a Jacob lo sucedido a José

29 Cuando Rubén volvió a la cisterna y no halló a José allí, rasgó sus vestiduras. 30 Volvió a sus hermanos y les dijo:

—¡El joven ha desaparecido! Y yo, ¿a dónde iré?

31 Entonces ellos tomaron la túnica de José, degollaron un cabrito del rebaño y empaparon la túnica en la sangre. 32 Después enviaron la túnica de diversos colores, la trajeron a su padre y le dijeron:

—Esto hemos encontrado. Reconoce, pues, si es o no la túnica de tu hijo.

33 Él la reconoció y exclamó:

—¡Es la túnica de mi hijo! ¡Alguna mala fiera lo ha devorado! ¡Ciertamente José ha sido despedazado!

34 Entonces Jacob rasgó sus vestiduras, se cubrió con cilicio y guardó duelo por su hijo muchos días. 35 Todos sus hijos y todas sus hijas fueron para consolarlo, pero él rehusó ser consolado. Y decía:

—¡Enlutado descenderé hasta mi hijo, al Seol!

Y su padre lo lloraba.

36 Pero los madianitas lo vendieron en Egipto a Potifar, funcionario del faraón, capitán de la guardia.

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