Print Page Options
Previous Prev Day Next DayNext

Chronological

Read the Bible in the chronological order in which its stories and events occurred.
Duration: 365 days
Nueva Versión Internacional (Castilian) (CST)
Version
Isaías 13-17

Profecía contra Babilonia

13 Profecía contra Babilonia que recibió Isaías hijo de Amoz:

Sobre un monte pelado agitad la bandera;
    llamad a gritos a los soldados,
hacedles señas con la mano
    para que entren por las puertas de los nobles.
Ya he dado orden a mis consagrados;
    he reclutado a mis valientes,
a los que se alegran de mi triunfo,
    para que ejecuten mi castigo.
¡Escuchad! Se oye tumulto en las montañas,
    como el de una gran multitud.
¡Escuchad! Se oye un estruendo de reinos,
    de naciones que se han reunido.
El Señor Todopoderoso pasa revista
    a un ejército para la batalla.
Vienen de tierras lejanas,
    de los confines del horizonte.
Viene el Señor con las armas de su ira
    para destruir toda la tierra.
¡Gemid, que el día del Señor está cerca!
    Llega de parte del Todopoderoso como una devastación.
Por eso todas las manos desfallecen,
    todo el mundo pierde el ánimo.
Quedan todos aterrados;
    dolores y angustias los atrapan:
¡se retuercen de dolor,
    como si estuvieran de parto!
Espantados, se miran unos a otros;
    ¡tienen el rostro encendido!
¡Mirad! ¡Ya viene el día del Señor
    —día cruel, de furor y ardiente ira—;
convertirá en desolación la tierra
    y exterminará de ella a los pecadores!
10 Las estrellas y las constelaciones del cielo
    dejarán de irradiar su luz;
se oscurecerá el sol al salir
    y no brillará más la luna.
11 Castigaré por su maldad al mundo,
    y por su iniquidad a los malvados.
Pondré fin a la soberbia de los arrogantes
    y humillaré el orgullo de los violentos.
12 Voy a hacer que haya menos gente que oro fino,
    menos mortales que oro de Ofir.
13 Por eso haré que tiemble el cielo
    y que la tierra se mueva de su sitio,
por el furor del Señor Todopoderoso
    en el día de su ardiente ira.
14 Como gacela acosada,
    como rebaño sin pastor,
cada uno se volverá a su propio pueblo,
    cada cual huirá a su propia tierra.
15 Al que atrapen lo traspasarán;
    el que caiga preso morirá a filo de espada.
16 Ante sus propios ojos
    estrellarán a sus pequeños,
saquearán sus casas
    y violarán a sus mujeres.
17 ¡Mirad! Yo incito contra ellos a los medos,
    pueblo al que no le importa la plata
    ni se deleita en el oro.
18 Con sus arcos traspasarán a los jóvenes;
    no se apiadarán del fruto del vientre
    ni tendrán compasión de los niños.
19 Babilonia, la perla de los reinos,
    la gloria y el orgullo de los caldeos,
quedará como Sodoma y Gomorra
    cuando Dios las destruyó.
20 Nunca más volverá a ser habitada,
    ni poblada en los tiempos venideros.
No volverá a acampar allí el beduino,
    ni hará el pastor descansar a su rebaño.
21 Allí descansarán las fieras del desierto;
    sus casas se llenarán de búhos.
Allí habitarán los avestruces
    y brincarán las cabras salvajes.
22 En sus fortalezas aullarán las hienas,
    y en sus lujosos palacios, los chacales.
Su hora está por llegar,
    y no se prolongarán sus días.

14 En verdad, el Señor tendrá compasión de Jacob y elegirá de nuevo a Israel. Los asentará en su propia tierra. Los extranjeros se juntarán con ellos, y se unirán a los descendientes de Jacob. Los pueblos los acogerán y los llevarán hasta su patria. Los israelitas los tomarán como siervos y siervas en el suelo del Señor; apresarán a sus captores y dominarán a sus opresores.

Cuando el Señor los haga descansar de su sufrimiento, de su tormento y de la cruel esclavitud a la que fueron sometidos, pronunciarán esta sátira contra el rey de Babilonia:

¡Hay que ver cómo terminó el opresor,
    y cómo acabó su furia insolente![a]
Quebró el Señor la vara de los malvados;
    rompió el bastón de los tiranos
que con furia y continuos golpes
    castigaba a los pueblos,
que con implacable enojo
    dominaba y perseguía a las naciones.
Toda la tierra descansa tranquila
    y prorrumpe en gritos de alegría.
Hasta los pinos y cedros del Líbano
    se burlan de ti y te dicen:
«Desde que yaces tendido,
    nadie viene a derribarnos».
Allá en lo profundo, por tu causa,
    el sepulcro se estremece
    al salir a tu encuentro;
por tu causa despierta a los muertos,
    a los que fueron jefes de la tierra.
Hace que los reyes de todas las naciones
    se levanten de sus tronos.
10 Todos ellos responden y te dicen:
    «¡También tú te has debilitado!
    ¡Ya eres uno más de los nuestros!»
11 Tu majestad ha sido arrojada al sepulcro,
    junto con el sonido de tus arpas.
¡Duermes entre gusanos,
    y te cubren las lombrices!
12 ¡Cómo has caído del cielo,
    lucero de la mañana!
Tú, que sometías a las naciones,
    has caído por tierra.
13 Decías en tu corazón:
    «Subiré hasta los cielos.
¡Levantaré mi trono
    por encima de las estrellas de Dios!
Gobernaré desde el extremo norte,
    en el monte de la reunión.[b]
14 Subiré a lo alto de las nubes,
    seré semejante al Altísimo».
15 ¡Pero has sido arrojado al sepulcro,
    a lo más profundo de la fosa!
16 Los que te ven clavan en ti la mirada
    y reflexionan en cuanto a tu destino:
«¿Y este es el que sacudía a la tierra
    y hacía temblar a los reinos,
17 el que dejaba el mundo hecho un desierto,
    el que arrasaba sus ciudades
    y nunca dejaba libres a los presos?»
18 Todos los reyes de las naciones
    reposan con honor,
    cada uno en su tumba.
19 Pero a ti, el sepulcro te ha vomitado
    como a un vástago repugnante.
Los que murieron a filo de espada,
    los que bajaron al fondo de la fosa,
te han cubierto por completo.
    ¡Pareces un cadáver pisoteado!
20 No tendrás sepultura con los reyes,
    porque destruiste tu tierra
    y asesinaste a tu pueblo.

¡Jamás volverá a mencionarse
    la descendencia de los malhechores!
21 A causa de la maldad de los padres,
    preparad un matadero para los hijos.
¡Que no se levanten para heredar la tierra
    ni cubran con ciudades la faz del mundo!

22 «Yo me levantaré contra ellos
            —afirma el Señor Todopoderoso—.
Yo extirparé de Babilonia
    nombre y descendencia,
    vástago y posteridad
    —afirma el Señor—.
23 La convertiré en lugar de erizos,
    en charco de agua estancada;
la barreré con la escoba de la destrucción»,
    afirma el Señor Todopoderoso.

Profecía contra Asiria

24 El Señor Todopoderoso ha jurado:
    «Tal como lo he planeado, se cumplirá;
    tal como lo he decidido, se realizará.
25 Destrozaré a Asiria en mi tierra;
    la pisotearé sobre mis montes.
Mi pueblo dejará de llevar su yugo;
    ya no pesará esa carga sobre sus hombros».
26 Esto es lo que he determinado
    para toda la tierra;
esta es la mano que he extendido
    sobre todas las naciones.
27 Si lo ha determinado el Señor Todopoderoso,
    ¿quién podrá impedirlo?
Si él ha extendido su mano,
    ¿quién podrá detenerla?

Profecía contra los filisteos

28 Esta profecía vino a Isaías el año que murió el rey Acaz:

29 Todos vosotros, filisteos,
    no os alegréis de que se haya roto
    el bastón que os golpeaba;
porque una víbora saldrá
    de la raíz de la serpiente;
    su fruto será una serpiente voladora.
30 Los más desvalidos pacerán como ovejas,
    los necesitados descansarán seguros.
Pero mataré de hambre a vuestra raíz;
    destruiré a vuestros sobrevivientes.
31 ¡Gime y grita, puerta de la ciudad!
    ¡Ponte a temblar de miedo, toda tú, Filistea!
Porque viene del norte una nube de humo,
    y nadie rompe la formación.
32 ¿Qué respuesta se dará a los mensajeros de esa nación?
    Pues que el Señor ha afirmado a Sión,
y que allí se refugiarán
    los afligidos de su pueblo.

Profecía contra Moab(A)

15 Profecía contra Moab:

La ciudad moabita de Ar está arruinada,
    ¡destruida en una noche!
La ciudad moabita de Quir está arruinada,
    ¡destruida en una noche!
Acuden los de Dibón al templo,
    a sus altares paganos, para llorar.
Moab está gimiendo
    por Nebo y por Medeba.
Rapadas están todas las cabezas,
    y afeitadas todas las barbas.
Todos, deshechos en llanto,
    van por las calles, vestidos de luto;
    ¡gimen en los techos y en las plazas!
Hesbón y Elalé claman a gritos,
    hasta Yahaza se escuchan sus clamores.
Por eso gritan los valientes de Moab,
    y flaquea su entereza.
Mi corazón grita por Moab;
    sus fugitivos huyen hasta Zoar,
    hasta Eglat Selisiyá.
Suben llorando por la cuesta de Luhit;
    ante el desastre, gritan desesperados
    por el camino de Joronayin.
Se han secado las aguas de Nimrín;
    se ha marchitado la hierba.
Ya no hay vegetación,
    no ha quedado nada verde.
Por eso se llevaron,
    más allá del arroyo de los Sauces,
    las muchas riquezas que amasaron.
Su grito desesperado
    va recorriendo la frontera de Moab.
Llega su gemido hasta Eglayin,
    y aun llega hasta Ber Elín.
Llenas están de sangre las aguas de Dimón,
    y aún más plagas le añadiré:
enviaré un león contra los moabitas fugitivos
    y contra los que permanezcan en la tierra.

16 Enviad corderos al gobernante del país,
    desde Selá, por el desierto,
    y hasta el monte de la hija de Sión,
Las mujeres de Moab,
    en los vados del Arnón,
parecen aves que, espantadas,
    abandonan el nido.

«Danos un consejo;
    toma una decisión.
A plena luz del día,
    extiende tu sombra como la noche.
Esconde a los fugitivos;
    no traiciones a los refugiados.
Deja que los fugitivos de Moab
    encuentren en ti un refugio;
    ¡protégelos del destructor!»

Cuando la opresión llegue a su fin
    y la destrucción se acabe,
    el agresor desaparecerá de la tierra.
El trono se fundará en la lealtad,
    y un descendiente de David
    reinará sobre él con fidelidad:
será un juez celoso del derecho
    y ansioso de hacer justicia.

Hemos sabido que Moab
    es extremadamente orgulloso;
hemos sabido de su soberbia,
    de su orgullo y arrogancia,
    de su charlatanería sin sentido.
Por eso gimen los moabitas;
    todos ellos gimen por Moab.
Lamentaos, afligíos,
    por las tortas de pasas de Quir Jaréset.
Se han marchitado los campos de Hesbón,
    lo mismo que las vides de Sibma.
Los gobernantes de las naciones
    han pisoteado los viñedos más selectos,
los que llegaban hasta Jazer
    y se extendían hacia el desierto.
Sus sarmientos se extendían
    y llegaban hasta el mar.
Por eso lloro, como llora Jazer,
    por los viñedos de Sibma.
¡Y a vosotras, ciudades de Hesbón y de Elalé,
    os empapo con mis lágrimas!
Se han acallado los gritos de alegría
    por tu fruto maduro y tus cosechas.
10 Ya no hay en los huertos alegría ni regocijo.
Nadie canta ni grita en los viñedos,
    nadie pisa la uva en los lagares;
    yo le puse fin al clamor en la vendimia.
11 Por eso vibran mis entrañas por Moab
    como las cuerdas de un arpa;
    vibra todo mi ser por Quir Jaréset.
12 Por más que acuda Moab a sus altares paganos,
    no logrará sino fatigarse;
cuando vaya a orar a su santuario,
    todo lo que haga será en vano.

13 Esta es la palabra que el Señor pronunció en el pasado contra Moab. 14 Pero ahora el Señor dice: «Dentro de tres años, contados como los cuenta un jornalero, el esplendor de Moab y de toda su inmensa multitud será despreciado, y muy pocos y débiles serán sus sobrevivientes».

Profecía contra Damasco

17 Profecía contra Damasco:

«¡Mirad Damasco!
    ¡Ya no será una ciudad!
    ¡Será convertida en un montón de escombros!
Abandonadas quedarán
    las ciudades de Aroer;
serán pastizales donde los rebaños
    comerán sin que nadie los asuste.
Efraín perderá la ciudad fortificada;
    Damasco se quedará sin realeza.
Los sobrevivientes de Aram y sus riquezas
    serán para los hijos de Israel
            —afirma el Señor Todopoderoso—.

»En aquel día
    se debilitará la gloria de Jacob
    y se consumirá la gordura de su cuerpo.
Será como el segador que recoge la mies
    y cosecha el grano con su brazo;
será como cuando se recoge el grano
    en el valle de Refayin.
Pero quedarán algunos rebuscos,
    como cuando se sacude el olivo
y dos o tres aceitunas se quedan
    en las ramas más altas,
y tal vez cuatro o cinco
    en todas las ramas del árbol».
            Lo afirma el Señor, el Dios de Israel.

En aquel día
    buscará el hombre a su Hacedor;
    fijará la mirada en el Santo de Israel.
Ya no se fijará en los altares,
    que son obra de sus manos;
ni volverá la mirada a las imágenes de Aserá,
    ni a los altares de incienso
    que sus dedos fabricaron.

En aquel día las ciudades fortificadas, que fueron abandonadas a causa de los israelitas, serán como lugares abandonados que se convierten en bosques y matorrales. Todo será desolación.

10 Porque te olvidaste del Dios de tu salvación;
    no te acordaste de la Roca de tu fortaleza.
Por eso, aunque siembres las plantas más selectas
    y plantes vides importadas,
11 aunque las hagas crecer el día que las plantes,
    y las hagas florecer al día siguiente,
en el día del dolor y de la enfermedad incurable
    la cosecha se malogrará.

12 ¡Ay del rugido de muchas naciones!
    ¡Braman como brama el mar!
¡Ay del clamor de los pueblos!
    ¡Su estruendo es como el de aguas caudalosas!
13 Aunque esos pueblos braman como aguas encrespadas,
    huyen cuando él los reprende,
arrastrados por el viento
    como la paja de los cerros,
    como el polvo con el vendaval.
14 Al atardecer, ¡terror repentino!
    Antes del amanecer, ¡ya no existen!
Tal es el destino de quienes nos despojan;
    eso les espera a quienes nos saquean.

Nueva Versión Internacional (Castilian) (CST)

Santa Biblia, NUEVA VERSIÓN INTERNACIONAL® NVI® (Castellano) © 1999, 2005, 2017 por Biblica, Inc.® Usado con permiso de Biblica, Inc.® Reservados todos los derechos en todo el mundo.